Trafalgar, los 24 españoles de Nelson

Uno de cada diez soldados que sirvieron a las órdenes del almirante británico no era inglés. También había 54 franceses

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«Acción del navío Santa Ana y el británico Royal Sovereign»


El almirante británico Horatio Nelson venció a la escuadra aliada hispano-francesa en una de las batallas más decisivas de la historia naval, la que supuso el final de las aspiraciones napoleónicas de conquistarInglaterra y trajo la supremacía británica en los mares durante más de un siglo. Gran Bretaña saca pecho siempre que evoca su proeza en Trafalgar, pero quizá el desenlace del solemne episodio patrio hubiera sido completamente diferente de no ser por los más de mil extranjeros que se pusieron a las órdenes de la Armada Británica.
Investigadores del Museo Marítimo Nacional de Londres, en colaboración con el Archivo Nacional, han indagado en el registro de los 21.000 hombres que participaron en el choque bélico, llegando a la sorprendente conclusión de que uno de cada diez había nacido fuera del Reino Unido. De los 13.000 militares cuya nacionalidad se conoce, al menos 1.260 eran extranjeros. Aunque la mayoría procedían de naciones neutrales o aliadas de Gran Bretaña durante la Revolución y las guerras napoleónicas, los archivos muestran que incluso 24 españoles y 54 franceses combatieron en el bando enemigo, sirviendo en los 33 barcos británicos que participaron en la batalla.
Una guerra total

Entre la cosmopolita flota de Nelson figuran el español Benitte Grinzolo, de 22 años, que navegó a bordo del HMS Marte gravemente dañado en la batalla; y Beneto Anglesey, procedente de Galicia, que con 22 años también se embarcó en la victoriosa flota.
La aportación francesa vino de la mano de jóvenes como Jean Baptiste, de 21 años y procedente de Dunkerque, que sirvió en el HMS Tonnant, un buque de guerra francés hasta su captura por parte de la Royal Navy tras la batalla del Nilo; o Pierre Lomac, originario de Burdeos, a bordo del HMS Conqueror, cuyos marines recibieron la rendición del vicealmirante Villeneuve, el líder de la flota francesa y española.
«Hasta 1914, esto era lo más cercano a la guerra total. Se ejerce una enorme presión en toda Gran Bretaña y se refleja cómo se trata de una cuestión que atañe a la nación entera. No sólo sirvieron los típicos, sino que se puede apreciar una amplia variedad en la procedencia de los hombres, incluyendo a aquellos que procedían de más adentro. Los militares configuraron un grupo muy internacional, global», reflexiona Quintin Colville, conservador de historia naval del Museo Marítimo.
Colville destaca que muchos extranjeros podrían haber sido destinados a la flota de buques mercantes, donde las condiciones eran a menudo peores. En la Royal Navy, la comida tendía a ser de calidad media, había servicios médicos y el trabajo, cuando no se libraba batalla, resultaba menos oneroso. Lo que da a entender que el rango no se asignó en función de la nacionalidad.
Flota internacional

Alemania aportó 80 hombres al bando británico, entre ellos George Westphal, que servía como guardiamarina en el HMS Victory, el buque insignia de Nelson. Tras ser gravemente herido en la batalla, Westphal fue trasladado a la enfermería donde reposó sobre el abrigo del almirante, haciendo de almohada improvisada. «Ésta es una historia familiar que ya conocíamos. La presencia de Westphal en la batalla muestra claramente cómo la flota estaba integrada por gente de todo el mundo», declaró Mike Westphal, un descendiente del militar que actualmente reside en Kent.
Fuera de las fronteras europeas, aparecen hombres procedentes de Turquía, México, África, India y las Indias Occidentales. Entre aquellos de tierras lejanas se halla Zada Del Sulva, procedente de Brasil, entonces colonia portuguesa; o Hampoo Hang, chino nacido en Guangzhou, que sirvió en el buque insignia del almirante Collingwood.
La única mujer

Jane Townshend es otro de los nombres que destaca en los documentos, y ésta vez no por su procedencia, sino por su condición de ser la única mujer entre los miles de hombres. Su labor consistía en cuidar a los heridos, cocinar y lavar.
Además de la naturaleza internacional de la flota, los estudios revelan que alrededor de una cuarta parte de la tripulación eran «hombres de tierra» sin experiencia, con menos de un año en el mar. «No sólo se trata de una flota muy cosmopolita, sino que además tampoco era tan altamente cualificada. Eso ha sido parte del mito Nelson», comentó, Bruno Pappalardo, experto naval en los Archivos Nacionales.
Todos estos hallazgos, junto con cuadros de obligaciones, certificados de servicios y obras biográficas, se expondrán en el Museo Marítimo Nacional de Londres, en la galería Nación, que se inaugura mañana, día de la conmemoración del 208 aniversario de la batalla.



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