ERASE UNA VEZ AMÉRICA









EL NACIMIENTO DE UNA POTENCIA.
Las colonias inglesas y holandesas de Norteamérica, asentadas en una angosta franja noroeste, tenían en 1770 aproximadamente unos dos millones de habitantes blancos, unos 240.000 esclavos negros y los indios nativos habían sido rechazados hacia el oeste.
El invierno era durísimo, la selva inhóspita, no había comunicaciones. El 90% de la población de colonos se dedicaban a fatigosas tareas agrícolas.
Era el penoso nacimiento de una nación.

Entre los colonos había grandes diferencias de credos religiosos: anglicanos, presbiterianos, quáqueros, calvinistas radicales, moderados, etc. Pero se toleraban y se esforzaban en hacer productiva una tierra pese a los rigores climáticos.

La heterogénea población tuvo un común denominador cuando surgieron dificultades con la metrópoli británica y se declaró la independencia de las colonias en 1776. Tras siete años de lucha, se firmó el tratado de paz.

En 1795 la nueva nación se apoderó de una franja rectangular de territorio, al norte de Florida, a costa de España. No era algo muy importante pero marcó el inicio del crecimiento de EEUU, apenas 12 años tras su independencia.
El capital inicial de los colonos blancos era el apego al trabajo, las sanas costumbres y el ahorro, así como un territorio potencialmente muy rico.
La nueva nación nacía con una economía equilibrada. El Presidente Jefferson nombró como tesorero general a Albert Gallatin, porcedente de Ginebra (Suiza) recién nacionalizado.
Gallatin era un hábil financiero muy bien relacionado con gentes del ramo, como el “inglés” Baring.

Pronto, en 1815, EEUU compró a Francia por 15 millones $, el extensísimo territorio de la Lousiana (2.392.000 km2, más que el actual México) con la que la superficie territorial de EEUU se duplicó con creces. La Lousiana con la cuenca del Misisipí era potencialmente riquísima aunque le faltaban comunicaciones y trabajo para poder producir, en minutos, más de lo que había costado.

Siete años después los EEUU se aprovecharon, nuevamente de España, para arrebatarle una parte de la Florida Occidental. Tres años después, 1813, ocupó la otra mitad del mismo territorio. Seis años después compró a España la Florida Oriental por 5 millones de $.
De esta forma EEUU se extendía ya por la mayor parte del norte del Golfo de México.

En esa época aparecen en el Congreso norteamericano los llamados “halcones de la guerra” (war hawkes) partidarios de una expansión territorial, económica y política acelerada.

La Doctrina Monroe, formulada en 1823, cerraba a los europeos las puertas del Hemisferio Occidental para nuevas colonizaciones, y toda intervención de un país europeo en el Continente Americano era considerada por los EEUU como enemiga. Todo el Continente quedaba como su zona de influencia.

La expansión de EEUU continuó en 1845 y 1848 sobre Texas, Nuevo México y California a costa, esta vez, de México que perdió más de la mitad de su territorio.
Por California y Nuevo México pagaron 15 millones $.
Cinco años después forzó la compraventa del Valle de la Mesilla en 7 millones $ (en la época el $ de EEUU valía algo menos que el peso mexicano).
Con la Mesilla se completó la expansión territorial de EEUU en el Continente.


En menos de un siglo, una nueva nación emergía como potencia mundial. Su pueblo era una gran fuerza de trabajo, ahorro y productividad.

Al margen del pueblo se iba formando un reducido grupo de individuos especialmente hábiles para aprovecharse del medio y constituir un gran poder económico-político.

Ayudando económicamente a Jorge Washington en la lucha de la independencia figuraron: Haym Salomón, Roberto Morris, Cohen, Minis, y otros magnates que a cambio del favor, gozarían de la concesión para fundar el Banco de América, con prerrogativas especiales con las que centuplicaron, rápidamente, lo que habían prestado.

El historiador André Maurois (Emile Herzog), de la academia francesa, analiza el fenómeno en su “Historia de los EEUU” para lo que consultó las fuentes más serias (227 obras publicadas en EEUU y extranjero).

Durante 40 años el Banco de América que, pese a su nombre, era una entidad PRIVADA, fundada con capital privado y dirigido por individuos privados (Salomón, Cohen, etc.) se granjeó la animadversión del público por sus operaciones muy alejadas de lo lícito.

Según Maurois: “
a los ojos de los electores y amigos del presidente Jackson, cuyas granjas se veían muy gravadas por las hipotecas, el Banco era la representación viva de los acreedores, de los capitalistas, del enemigo. Sus acciones pertenecían casi en su totalidad a industriales del Este o a banqueros extranjeros. Con sus 28 sucursales competía con la banca local y trataba de arruinarla … se denunció que el Banco había logrado la adhesión de periódicos, a los que favorecía, así como la del candidato Henry Clay y varios miembros del Congreso … cuando en 1836 expiró el privilegio del Banco nadie se atrevió a proponer que se renovara

Pero ya había un eficaz relevo. Varios bancos de los Estados se hallaban poco vigilados y tenían autorización para emitir billetes, “
se servían de ese dinero, sin garantía, para conceder créditos peligrosamente excesivos a unos especuladores que compraban terrenos y contaban con un alza para reembolsar los préstamos …

Según Maurois
así se fue gestando una crisis: hipotecas sin bienes, valores artificialmente inflados, quiebras y en 1837 un pánico de primera magnitud.
El público se precipitó sobre los bancos, tratando de recuperar su dinero y en New York tuvo que reucrrirse al ejército para mantener el orden.

El país sufría la primera CRISIS PREFABRICADA. Hubo inflación, paro generalizado, enormes pérdidas, pero algunos grupos de individuos peculiares, de especuladores sin escrúpulos multiplicaron sus ya extensas fortunas. No había tales pérdidas, lo que la mayoría “perdía” pasaba a manos de unos pocos. No era la utilidad lícita del capital productivo, sino PURA ESPECULACIÓN.

Después se impulsó febrilmente la construcción de ferrocarriles, que fue una colosal hazaña de ingeniería, y de NUEVAS ESPECULACIONES de los Jay Gould, Daniel Drew, Fisk, Vanderbilt, y de banqueros como Morgan y Belmont.
A los que Maurois denomina “
corsarios de las finanzas que operaban en complicidad con varios legisladores, que les protegían, para “trastornar el mercado” y realizar PRODIGIOSAS OPERACIONES DE BOLSA que disgustaban a la mayoría de la honrada población”.

Hasta el Congreso se llenó de políticos de nuevo tipo, escogidos por los grandes trusts. Así, durante el régimen del presidente Grant (1869-1877) su cuñado Corbin se vio implicado en especulaciones de oro con Gould y Fisk, ambos concesionarios del Estado en los ferrocarriles.
Las maniobras especulativas fueron tan grandes que provocaron el llamado “Viernes Negro” (24 septiembre 1869) es decir, una nueva CRISIS PREFABRICADA que arruinó a muchas familias laboriosas de clase media enriqueciendo a unos pocos pese a la indignación general.

Pero Grant tenía poderosos padrinos, mucha propaganda y publicidad, y financiación sin fin con la que logró la reelección. Siguieron las especulaciones como la de los constructores de la Union Pacific, en conexión con Crédito Inmobiliario.
Según Maurois, un pequeño grupo obtenía beneficios del 800% en rápidas transacciones, protegidos hasta por el vicepresidente Shuyler Colfax.
Quebró la banca Jay Cooke y arrastró 32.000 quiebras entre 1874 y 1876, volvieron las neurosis colectivas, el paro generalizado y los suicidios.

En las elecciones, democráticas, jugaba, según Maurois, un papel decisivo “La Máquina” que era: “
una combinación de politicastros para producir votos para ambos partidos. Ofrecían nacionalizar a millares de inmigrantes, y todo tipo de favores a cambio de votos. Los amigos de La Máquina obtenían concesiones de obras, de materiales, etc. y se enriquecían.


La política era, muchas veces, tomada como un camino para enriquecerse rápidamente.
Los principios morales se habían debilitado tras la guerra de secesión”.

Los inventos y el gran desarrollo agrícola e industrial eran un
campo propicio para que una minoría de super magnates archirricos siguieran abusando de la situación y crearan una serie de monopolios.
John Pierpont Morgan formó el trust del acero.
John D. Rockefeller el del petróleo y su refino.
Guggenheim el del cobre.
Mellon el del aluminio.
También surgieron trust del Níquel, Azúcar, whisky, etc. Y los
Astor, los Goelet, los Beckman, iban acumulando fabulosas fortunas.

Según Maurois “
bajaban el coste de producción y subían el de venta. De un plumazo se enriquecían. Si algún Estado se proponía proceder contra un trust, este se amparaba en la Enmienda 14, que brindaba numerosas diligencias dilatorias, plazos, revisiones, sutilezas legales que paralizaban cualquier acción contra ellos.
La Ley Antitrusts de 1890 era inoperante porque se violaba fácilmente y los trusts lograron camuflarse tras testaferros, sociedades interpuestas, etc. y seguir adelante”
.



LO ECONÓMICO SÓLO ERA UN MEDIO.

El sacerdote e historiador español, Juan Antonio Cervera, también estudió la historia de EEUU, y manifiesta que
LOS TRUSTS NO TENÍAN POR ÚNICA FINALIDAD HACER FABULOSAS FORTUNAS. SINO QUE ESE ENORME PODER ECONÓMICO ERA TRANSMUTADO PARA CONSEGUIR PODER POLÍTICO.

Así, los ocho hermanos
Selligman que empezaron operando como comerciantes, luego ayudaron económicamente a la candidatura de Abraham Lincoln y recuperaron, quintuplicada, la ayuda prestada con lo que abrieron un banco y financiaron la campaña de Grant, que una vez presidente les dio la Secretaría del Tesoro (al mayor de los hermanos).
Esta dinastía, Selligman, obtuvo así en EEUU un poder similar al que lograra la dinastía Rothschild en Europa con idénticos medios.

Los
Vanderbilt se valían de influencias para vender al gobierno barcos usados como si fueran nuevos.


Los Morgan usaban la influencia política para vender anticuados rifles por los que habían pagado 3,5 $ a 22$.


Los Guggenheim controlaban la influencia política para montar trusts de cobre y nitratos (Chile), estaño (Bolivia), y diamantes (Congo).


Los Lazare, Simon y sus tres hermanos, operaban un banco con tácticas agiotistas extremas.


Maurice Friedlander especulaba con el trust del trigo.

Abrahan Kuhn se asoció con Loeb y Jacobb Schiff se casó con la hija de Loeb, esta alianza de familias aunó sus ya inmensas fortunas para controlar rápidamente más de un tercio de todo el sistema bancario de EEUU.
Paul Warburg, miembro de una dinastía de Hamburgo, se casó con Nina Loeb (hija Salomón Loeb) y se integró en la alianza de dinastías con un poder omnímodo.

Podría argumentarse que aumentar la riqueza es una práctica lícita en el sistema de libertad democrática, pero dicha licitud depende de que dichos aumentos sean resultados de la fórmula: Trabajo-Producción-Reinversión.

Pero las dinastías anteriores y otras no citadas centuplicaban sus inmensas fortunas con PRÁCTICAS ESPECULATIVAS y mediante compra de favores políticos a costa de terceros. Para usar, luego, dicho poder acumulado para promover o patrocinar políticos y conseguir el PODER GUBERNAMENTAL (La Red del Poder, de Juan Antonio Cervera, Madrid, 1984).

La laboriosidad del pueblo americano y sus enormes recursos naturales estaban rindiendo desproporcionadamente más fruto para las astutas dinastías que para la inmensa mayoría productiva: agricultores, técnicos, profesionales, intelectuales, artesanos, obreros, etc.

André Maurois afirma: “
la Norteamérica de 1890 era una nación riquísima, pero insatisfecha. En las masas subía una ola de descontento ¿Por qué motivo? … porque el granjero, el obrero, no participaban en el enriquecimiento generado, porque los aranceles provocaban el alza de los productos fabricados, mientras bajaba el de los productos agrícolas y porque el nuevo tipo de inmigrantes era más difícil de asimilar que el antiguo … Estos nuevos inmigrantes inundaban los EEUU de familias que se concentraban en las ciudades y constituían ghettos”.

El presidente Cleveland (1893-1897) intentó vender Bonos gubernamentales, pero los bancos en manos de unas pocas familias, no cooperaron.


Luego Pierpont Morgan proveyó 62 millones $ en oro, importado del extranjero, mediante bonos al 4% que era un interés excesivo en su época.

Hubo críticas, incluso entre los partidarios de Cleveland y en 1893 se agravó otra crisis económica. Con cada “crisis” el pueblo y clase media se arruinaba pero
unos pocos multiplicaban sus fortunas conformando una poderosa CÚPULA FINANCIERA.

André Maurois (famoso por su Historia de Inglaterra) dice en su Historia de EEUU: “
desde la guerra civil hasta fines del siglo, la historia de EEUU aparece como una extraordinaria mezcla … los hombres ilustres de la época, los que se recuerdan, no son los de los presidentes, sino de los capitanes de la industria … Un continente entero quedó cubierto, en menos de medio siglo, de ferrocarriles y poblados, explotado.



Pero los conquistadores del XIX mostraron muy pocos escrúpulos, acumulaban fortunas inverosímiles mediante procedimientos inhumanos tratando a las masas que les servían como carne de cañón … los idealismos del pasado no poseen poder alguno sobre sus almas; van a la Iglesia, pero ya no son religiosos; hablan de libertad en período de elecciones, más sólo tratan con la Constitución para burlarla, y de política solamente para proteger sus negocios … paradójicamente la Constitución se aplica con rigor a la inmensa mayoría, pero ciertos grupos pueden eludirla en cuestiones de trascendencia económica-política.
Es una época de grandes individuos, monstruosamente egoístas, maravillosamente eficaces …
la elección indirecta hacía en cierta forma fácil que se colaran en el Senado hombres del Club de Hombres Ricos, sobre los que la Opinión Pública era incapaz de influir … algunos protestantes liberales no ven ya en la Biblia sino un hermoso libro".

Walt Whitman, profesional del entusiasmo, confiesa su descorazonamiento “
nuestra democracia del nuevo mundo, que acaso represente un gran triunfo en cuanto a los progresos materiales, producción e incluso en cierta cultura popular superficial, es decepcionante, y hasta la fecha un FRACASO COMPLETO en sus aspectos sociales, religiosos, morales, literarios y estéticos”.

Las campañas políticas son circos costosísimos a los que sólo pueden concurrir ciertos trusts ya integrados en la Cúpula Financiera que se muestran muy generosos con algunos candidatos (Woodrow Wilson, por ejemplo). Bajo ese patrocinio es como Wilson llegó a la presidencia en 1913.
Ese mismo año los candidatos elegidos devolvieron el favor autorizando la formación del FEDERAL RESERVE, GIGANTESCO MONOPOLIO FINANCIERO PRIVADO CON EL PODER ESTATAL (arrebatado al Congreso) DE EMITIR EL DINERO Y CRÉDITO.
Paul Warburg sería el primer presidente de ese monopolio (en realidad un cartel de la banca privado) con nombre y empaque oficial.

El logro de los super magnates se completaría luego con
la formación del Eastern Estableshment que agrupaba a cientos de influyentes, propietarios de diarios, directores de universidades, etc. que en 1919 se transformaría en el CRF (Consejo de Relaciones Exteriores) que con sus enormes recursos propagandísticos y financiación sin fin, amén de su coordinaciń ideológica, se convirtió en el enero de Consejeros y Secretarios de Estado del que los presidentes eligen “a dedo” sus colaboradores. Su influencia en la política exterior era y ES DECISIVA.

En sintonía con dicha ideología estuvo el interés del presidente Wilson para evitar que se ayudara a los antibolcheviques soviéticos mientras se enviaban armas y ayuda a los comunistas. El notorio sionista
Bernard Baruch era uno de los principales consejeros.



SE INICIA UNA INSÓLITA REACCIÓN.

EEUU acababa de ganar la IGM, su influencia en el Continente era avasalladora pero dentro de sus fronteras había la sensación de que algo no andaba bien, sus principios morales de antaño eran burlados y había que imponer un cambio.

Surgió una fuerza a la que ni los presidentes podían sustraerse, y ante esa fuerza se perfiló otra, una reacción rectificadora. Se manifestó en la animadversación contra Wilson y los tratados de paz que éste había concertado y contra los partidarios del nuevo régimen soviético que permitía transformar a Rusia en un Estado marxista.

Así en las elecciones arrolló Warren Harding que despertó las esperanzas de una rectificación. Y nombró Secretario de Comercio a Heriberto Hoover ajeno a las componendas de los trusts. Pero
Harding tenía ciertos “compromisos y hubo de ceder el ministerio de Hacienda a Andrés Mellon. Y dio autoridad a Alberto B. Faill, especulador del monopolio petrolero. Y en algunos ministerios como el de Marina siguieron produciéndose negocios turbios, según Maurois : “Harding era inocente de toda operación fraudulenta pero era débil y había introducido en el gobierno a algunos bribones … durante un viaje preguntaba a quienes le rodeaban ¿Qué puede hacer un presidente traicionado por sus amigos? … pensaba hacer una declaración pública …. A su regreso a Alaska le comunicaron que había una atmósfera de repudio al grupo presidencial. En San Francisco cayó enfermo, supuestamente envenenado con langosta en conserva, pero no había tal artículo en todo el barco, y circularon muchos rumores … El 2 de abril (1923) expiró, los médicos diagnosticaron embolia pero el público no quiso creerles

Calvin Cooldige, vicepresidente, terminó el mandato de Harding, y fue electo en el siguiente durante el que favoreció la elección de Hoover para presidente.

Según Maurois “
Hoover no era hombre de Wall Street, lo que significaba muchas cosas … ni Hoover ni Cooldige habían prestado juramento a la Masonería, algo muy poco común en la Historia de los presidentes de EEUU" (Freemasonery and the Presidency, USA, de Ray V. Denslow, Logia de Missouri).

Ante la fuerza económico-política que se había ido conformando desde fines del siglo anterior (Fuerza 1) estaba surgiendo una nueva fuerza, de signo opuesto (Fuerza 2).
Pero en ese mismo momento sucedió un cataclismo económico en EEUU.
La Crisis más grave de la historia sacudió a EEUU hasta los cimientos. Se paralizó el crédito, despareció el efectivo y se precipitaron las quiebras en cascada sin fin, los ahorros de millones de familias se volatilizaron, los agricultores se arruinaron, cundió el paro y surgió el hambre.

Hoover que había ganado fácilmetne la elección en 40 estados quedó políticamente fulminado.

Los grandes trusts no tuvieron pérdidas, conocedores de antemano de lo que se avecinaba. y que ellos mismos provocaron.

De la “crisis” surgió como presidente Franklin D. Roosvelt con el que cooperaon, activamente, todos los magnates judíos que Hoover había ignorado:
Warburg, Baruch, Strauss, Heart, Lehman, Warner, Rockefeller, Morgan, Schiff, Morgenthau, etc.
Frankfurter organizó en la Universidad de Harvard el “Club Socialista de los 300 Amigos” que organizaría el Plan Roosveltiano del “Nuevo Trato”.
Pese al corte socialista el régimen de Roosvelt permitió el crecimiento de grandes monopolios de la Cúpula Financiera-Ideológica: los grupos de los Morgan, Kuhn-Loeb, Rockefeller, etc. que hacían más y más fantásticos negocios.

La Fuerza 1 dominó el campo y hasta con crecientes simpatías del pueblo pues la crisis empezaba a ceder rápidamente, los créditos volvían a fluir y el dinero a mostrarse, se reanimó la economía y repunto la producción creando puestos de trabajo.

En resumen el núcleo de la Fuerza 1 eran reducidos grupos de inmigrantes europeos que se habían radicado en EEUU, y que desde el siglo anterior habían empezado a ganar desproporcionadas cuotas de poder económico-político mediante especulaciones, crisis financieras prefabricadas, acciones inmorales e ilegales, etc.
En el grupo anidaban antiguos fanatismos (mitad religiosos, mitad políticos). Pero la Fuerza 1 lograba atraer a gentes de buena fe mediante continua e insidiosa propaganda, la infiltración de la Masonería, pero no contaba con la inmensa mayoría de los ciudadanos.







DOMINANDO LOS DOS PARTIDOS.

A LA GUERRA, QUIERAN O NO.
Aunque temporalmente barrida la Fuerza 2, desorientada y desarticulada, no se extinguió a inicios de 1933 cuando Hoover dejó la Casa Blanca en manos de Roosvelt. Seguía alentando en la mayoría de los ciudadanos. Pero era una fuerza dispersa, como los mismos ciudadanos, sin bastiones económicos, políticos, ni de los mass media.

Conforme la crisis se iba olvidando, Roosvelt cobraba celebridad, pero a medida que se fue haciendo patente que quería llevar a los EEUU a la guerra, la “mayoría silenciosa” comenzó a tomar cuerpo y voz.
Los ciudadanos NO querían aventurarse en otra guerra, como la de 1914-1918, cuyos amargos frutos eran la consolidación de la dictadura marxista en Rusia y la creación del Estado de Israel en Palestina.

La Fuerza 1 sí quería la guerra y alentaba a Polonia para que se convirtiera en la trinchera adelantada de la URSS ante el enemigo alemán.
Situado entre el bolchevismo y el antibolchevismo EL PUEBLO POLACO FUE ENGAÑADO para que combatiera por el primero y se convirtió en el fulminante de la gran conflagración.

Los sondeos de opinión, tras la declaración de guerra de Inglaterra y Francia a Alemania, indicaban que
más del 80% de los ciudadanos querían que EEUU permaneciera absolutamente fuera del conflicto. Era la voz de la Fuerza 2 a la que Roosvelt hubo de calmar, engañándola, pidiéndole el voto de reelección (1936 y 1940) con la PROMESA de que NO iría a la guerra.

El general Robert E. Wood organizó (1938) la agrupación “América Primero” como portavoz de esa mayoría ciudadana que se resistía a ser arrastrada a la contienda. Simpatizaban con él varios representantes populares y senadores: Josiah W. Bailey, Gerald P. Nye, Walter George, Peter Gerry. El ex presidente Hoover era uno de sus más importante oradores. Hasta Henry Ford apoyaba la organización hasta que fue presionado, fuertemente, hasta que dejó de actuar. Otros oradores famosos eran el sacerdote Coughlin y el coronel Charles Lindbergh.

Lindbergh estuvo en la URSS (1938) y vió fábricas con “
equipo completo para hacer motores Wright Cyclone, trasportado en bloque desde EEUU”, igual sucedía con plantas de producción de camiones, industria siderúrgica, generadores eléctricos, etc.
En sus Memorias Lindbergh refiere que el 15 de septiembre (1939) la Administración le comunicó que si desistía de hablar contra la guerra se crearía una Secretaría del Aire para que la dirigiera. Pero no aceptó.

En octubre (el día 10 de 1940)
las encuestas ratificaban que más del 80% de norteamericanos NO querían guerra. El 14 de ese mes Lindbergh anotaba que no concedía entrevistas a los noticieros porque le cortaban y tergiversaban sus palabras por la “influencia judía en los mass media. Pueden y escogen frases controlando y orientando la actitud emocional del público seleccionando la clase de imágenes que presentan en cada momento”.
También decía que no le importaba que la prensa lo atacara, pero sí que deformara sus declaraciones haciéndole aparecer diciendo lo que en realidad no había dicho.
La campaña en su contra fue in crescendo hasta que el 25 de abril 1941, el presidente Roosvelt lo trató de “traidor”. El 7 de julio sus teléfonos estaban intervenidos, como si fuera enemigo de EEUU, pero
siguió hablando contra la guerra presentándose su pacifismo como un delito, años después el pacifismo sería alabado públicamente como una virtud, pero claro, en esta ocasión, era contra el comunismo.

Para esas fechas Roosvelt ya había preparado una serie de astutas combinaciones:
1º.-
congeló todos los depósitos y partidas de $ que Japón poseía en EEUU.
2º.-
bloqueó, comercialmente, a Japón impidiéndole abastecerse de petróleo.
3º.-
provocó, continuamente, a la marina japonesa, que debía pasar todo tipo de controles y se le interceptaba la prensa, correo, etc.
4º.- s
e hicieron llegar a Tokyo informes secretos de que la flota de Pearl Harbour estaba desguarnecida y que su destrucción daría a los japoneses una victoria decisiva en el Pacífico.

Hacía meses que los EEUU habían interceptado y descifrado el Código Naranja, la clave ultra secreta japonesa por lo que podían seguir minuciosamente todas las comunicaciones entre Embajadas y Marina con Tokyo, sabían cuándo y dónde se daría el golpe a Peral Harbour con semanas de antelación, pero por orden expresa de Roosvelt no se tomó medida alguna que lo impidiera.

Japón mordió el anzuelo, atacó Pearl Harbour cuando y cómo quería la Fuerza 1, cuando los mejores barcos ya se habían retirado previamente,
y Roosvelt tuvo la guerra que tanto deseaba para salvar a la URSS ante la invasión alemana.

25 años después Lindbergh escribía: “
... ganamos la guerra militarmente, pero en un sentido más amplio parece que la perdimos, porque nuestra civilización occidental es más débil que antes. Para derrotar a Alemania y Japón ayudamos a las amenazas, aún mayores, de URSS y China, que ahora son nuestros potenciales enemigos … Polonia no fue salvada. El Imperio Británico se ha hundido …. Francia debió entregar sus más importantes colonias y convertirse ella misma en una dictadura … perdimos la herencia genética de muchos eones de muchos millones de vidas.
Entretanto los soviéticos han instalado el telón de acero en el corazón de Europa” (Diarios de Guerra de Charles Lindbergh, 1972).



LA FUERZA 2 SE HACE NOTAR.

Tras la IIGM el único beneficiado fue el marxismo, se asentó en Rusia y se apoderó de Polonia (a la que se quería salvar, decían los ingleses y franceses), media Alemania, Rumanía, Bulgaria, Lituania, Letonia, Estonia, Albania, Yugoslavia, Hungría, Checoslovaquia, Albania, parte de Finlandia, etc. con unos 120 millones de habitantes y enormes recursos materiales.

La Fuerza 2 que durante la guerra estuvo silenciada, empezó a manifestarse nuevamente. Un importante sector del ejército vio, con alarma que,
país tras país, de Europa Central era obsequiado a la URSS por los PACTOS SECRETOS de Yalta y Postdam, entre Stalim, Churchill, Roosvelt y Truman.

Patton, el más autorizado de los generales norteamericanos pedía, al término de la guerra, que se obligara a la URSS a regresar a sus fronteras, liberando los diez países que estaba ocupando. Según George Patton EEUU podía derrotar fácilmente a la URSS.
Pero cuando como Lindebergh usó la palabra tabú “judío” empezó a ser criticado y ridiculizado por los mass media. Ya no era el héroe que había sido en el frente, sino un “belicoso” y “presuntuoso” militar. Cinco meses tras el fin de la guerra fue relevado del mando, dos meses después su automóvil fue embestido por toro, se le hospitalizó, hubo ciertas misteriosas complicaciones y falleció
.

Otra eminente voz de la Fuerza 2 era el general Henry H. Arnold, comandante de las fuerzas aéreas. Abogaba para que la aviación EEUU conservara su superioridad sobre la URSS, en vez de desmovilizarla como se hacía a toda prisa.

El crítico militar Hanson Baldwin reveló que Washington le entregaba a la URSS importantes secretos alemanes relacionados con novedosas armas.

El diplomático William C. Bullit señaló que EEUU estaba perdiendo la paz, que la ONU no garantizaba la libertad, que el enorme botín de armas capturado por EEUU estaba siendo destruido en vez de aprovecharlo para surtir a las naciones amigas que las demandaban.

James V. Forrestal (Secretario de Defensa, con jurisdicción sobre ejército, marina y aviación) se opuso, infructuosamente, a que el Departamento de Estado (por medio de Truman) entregara China a los comunistas. Se abandonaba al aliado Chiang Kai-sek, se bloqueaban los envíos de suministros (Morgenthau) y le torpedeaban la moneda (Dexter White y Salomón Adler) para favorecer a los guerrilleros marxistas.

Forrestal también se oponía a que EEUU entregara secretos de la bomba atómica a la URSS lo que que ya estaba haciéndose (denominado “Intercambio Científico”) a espaldas de la ciudadanía.

Cuando Forrestal criticó a los partidos Demócrata y Republicano que firmaran COMPROMISOS SECRETOS con los LÍDERES HEBREOS para ganar, a cambio, apoyos para sus candidaturas. Baruch le llamó al orden y no fuera tan activo al respecto, pero Forrestal no le hizo caso. En marzo 1949 Truman lo destituyó tras una ofensiva de los mass media. Luego lo internaron en hospital (Bethseda) para ser tratado de “depresión nerviosa” al más puro estilo soviético, y luego apareció muerto en un patio al haberse arrojado desde un 16º piso con el cinturón de su bata enredado al cuello (la CIA aconseja, en sus manuales, arrojar los cuerpos desde la planta 15º para no dejar pistas a la autopsia).

Otras voces siguieron alzándose para denunciar que a ALTO NIVEL HABÍA COMPLICIDADES CON EL COMUNISMO, ya fuera por “ineptitud o traición”. Eran tantos que ya no era posible que todos murieran en un accidente como Patton, o se “suicidaran” como Forrestal.

En el Comité de la Cámara sobre Actividades Antinorteamericanas figuraba (1948) el joven diputado Richard Nixon, quien se mostró particularmente persistente para investigar a comunistas infiltrados en altos puestos oficiales. El caso de Alger Hiss lo volvió famoso. Hiss había sido ayudante de Roosvelt en la conferencia de Yalta, secretario fundador de la ONU y director de la Oficina de Asuntos Políticos Especiales del Departamento de Estado. A partir de ciertas pistas Nixon pudo interrogarlo.

Truman decía que eran pistas falsas, los grandes diarios The New York Times, Star, etc. afirmaban la inocencia de Hiss y ridiculizaban al Comité Investigador. El Departamento de Justicia intentaba archivar las pruebas contra Hiss, pero Nixon no cedió.
Y logró que Hiss fuera condenado a prisión tras mostrar pruebas de que había sustraído documetnos secretos y claves, diplomáticas y militares, para entregarlas a la URSS.
Otro infiltrado, Harry Dexter White, ex Ayudante del Secretario del Tesoro, Morgenthau, fue descubierto como hombre clave para identificar varios cómplies suyos y de Hiss, pero murió, súbitamente, en circunstancias sin aclarar, y sus allegados lo incineraron antes de la autopsia.

Por otra parte el senador Joseph McCarthy encabezaba una Comisión Senatorial que también investigaba las actividades antinorteamericanas y
desde 1947 empezó a denunciar que había numerosos infiltrados en la vida pública norteamericana patrocinando el avance comunista.
Denunció a dueños de periódicos, publicistas prosoviéticos, políticos, productores de cine, el judío Charles Chaplin formaba parte del grupo denunciado y huyó al extranjero para evitar declarar.

Cuando surge el conflicto en Corea, la URSS se había comprometido a respetar la independencia del Sur, pero los comunistas la estaban invadiendo (1950), la zona, bajo custodia del comando de EEUU del Pacífico estaba a cargo del general MacArthur que lanzó una contraofensiva.
El Departamento de Estado y el presidente Truman le impusieron extrañas limitaciones y todo tipo de trabas, al tiempo que la prensa ya no lo trataba como el héroe contra Japón, general de 5 estrellas, sino que lo ridiculizaba como militarista vanidoso. No les agradaba que venciera a los comunistas.

MacArthur se quejaba de que muchos de sus secretos militares, que comunicaba directamente a Washington, llegaban, rápidamente a los comunistas, además de las especificaciones de lo que la Casa Blanca le autorizaba a hacer.

Posteriormente el general Charles A. Willoughby reveló, ante Subcomisión Interna del Senado que recibió órdenes expresas del Departamento de Estado para NO continuar las investigaciones que hacía sobre tales filtraciones.

En la IIGM, contra Alemania y Japón, la meta era GANAR. Contra los invasores comunistas la meta era PERDER. MacArthur siempre insistía en que le dejaran derrotar al “enemigo comunista” pero tras un año de forcejeos fue relevado del mando por orden de Truman.



OTRO ENGAÑO Y OTRO APACIGUAMIENTO.

Las denuncias de MacAthur conmovían la opinión pública. El senador hablaba de 20 años de traición (los de Roosvelt en el poder) y aunque no mencionaba la palabra tabú “judío”, muchos de los que ponía en entredicho eran de tal origen, por lo que la Asociación de Rabinos, reunida en Atlantic City, condenó “las tácticas del senador” (25 abril 1953) y se le calificó de “antisemita”, luego los mass media se lanzaron violentamente contra él.

A diferencia de Nixon, MacArthur tenía puntos débiles, no consideraba a fondo las sutilezas legales, era impetuoso y su ayudante Roy Cohn le condujo a dar pasos en falso lo que aprovechó el Senado para condenarlo con un voto de censura y desautorizarlo oficialmente.
Tres años después, relegado y ridiculizado hasta la saciedad como “cazador de brujas” moriría en el mismo hospital donde había fallecido Forrestal.

La indignación y descontento popular eran muy grandes, y las bases amenazaban desbordar las cúpulas de control de los partidos, Demócrata y Republicano, por lo que se decidió que aquéllos salieran de la escena tras más de 20 años en el poder para que entraran los republicanos y apaciguaran las suspicacias y el descontento.

Se escogió de candidato a general Dwigth David Eisenhower, y como vicepresidente a Richard Nixon. Eisehower había sido promocionado violentando todo el escalafón militar, no participó en la IGM, fue ayudante de MacArthur antes de empezar la IIGM, en marzo 1941 recibió el grado “provisional” de coronel y seis meses después, sin ninguna acción militar, se le improvió como general. Dos años después Roosvelt lo hizo comandante de las tropas aliadas en Europa.

El mariscal inglés, Alanbrooke, dice en su diario que
Eisenhower CARECÍA DE EXPERIENCIA para ser nombrado jefe de las fuerzas aliadas, y Montgomery reitera que “ike” era un incapaz, de encantadora personalidad, pero no era un comandante. Pero políticamente era el general adecuado para que Roosvelt y Truman entregaran, sin contrapartida, media Europa al comunismo (Diario del mariscal Alambrooke, noviembre 1959).

Aparentemente los jefes del Partido Republicano querían tranquilizar la opinión pública y lo hicieron con inusitado vigor anticomunista. Curiosamente hasta los líderes Demócratas hablaban el mismo idioma, no ceder ante el comunismo, no abandonar a los otros pueblos, otrora libres, de Europa a sufrir la tiranía del Kremlin violando los compromisos suscritos por la URSS en Yalta, Postdam y Teherán, etc. etc. bla, bla, bla, …

Pero las palabras no coincidían en nada con los hechos, la llamada doctrina Truman “para ayudar a los países libres ante las tentativas de sometimiento” no se materializarían en nada concreto.
Parecía que con “ike” en la Casa Blanca todo cambiaría. NO fue así, cinco meses tras su toma de posesión,
los soviéticos hicieron una matanza para disolver 30.000 obreros berlineses que pedían libertad para elegir autoridades locales. Siguió otra matanza comunista en Posen, la crítica de EEUU fue concederles un crédito de 100 millones $.

En 1956, descuartizaron a Hungría, porque creyendo que recibirían ayuda de Occidente, pretendía independizarse de la URSS. Mr. Dulles declararía: “
el gobierno de EEUU no ve con simpatía a los gobiernos que tienen frontera con la URSS y no son amistosos con ella

Por su parte el Papa Pío XII denunciaba, en esa época, que
50 millones de cristianos eran perseguidos por la URSS, pero estas y otras voces de alarma no encontraban eco. Ike que había despertado grandes esperanzas de que todo cambiaría, pero no hacía nada.

Tanto con líderes demócratas como republicanos en el poder la política internacional era la misma. Ambos partidos en su más alto y secreto nivel están vinculados a la Fuerza 1.





LA ENTREGA DE CUBA AL MARXISMO.

CUBA ALIADA DE EEUU.
Cuba llamó la atención de un influyente grupo de políticos de EEUU a inicios del XIX cuando aún era provincia española.. El presidente Jefferson declaró en 1805 que: “
es necesario que EEUU tomara posesión de Cuba”,

A mitad del siglo, el líder republicano Henry Cabot Lodge decía que: “
la isla de Cuba llegará a ser una necesidad para nosotros”.

A finales del XIX
el New York Journal, del judío Hearst, puso a Cuba en el primer plano de la atención de EEUU. Secundado por otros diarios, agitó a la opinión pública y como consecuencia el acorazado Maine fue enviado a La Habana para “proteger a los súbditos norteamericanos”.
El senador Hanna se oponía a cualquier intervención en la isla, al igual que un gran sector ciudadano, pero en eso el “Maine” explosionó y con dicho “motivo” EEUU declaró la guerra a España (1898).

Cubanos insurgentes y los EEUU vencieron a los españoles, “
fue una pequeña guerra maravillosa” escribió el Secretario de Estado, John Hay, mediante la que Cuba fue independizada de España, pero quedando sujeta a la “tutela” de EEUU mediante la Enmienda Platt, que “daba potestad a la Casa Blanca para intervenir en los ASUNTOS INTERNOS de la isla para asegurar un gobierno capaz de proteger vidas y haciendas”.
La enmienda se derogaría en 1934, pero los lazos con EEUU seguirían siendo estrechos y cordiales.

El presidente Fulgencio Batista fue uno de los primeros gobernante en alinearse al lado de EEUU durante la IIGM cooperando con materias primas y bases.
COMO ROOSVELT MANTENÍA UNA GRAN AMISTAD CON STALIN (tío Joe) BATISTA "PERMITIÓ" QUE EN CUBA OPERARA UN PARTIDO COMUNISTA Y LES DIO, EN SU GOBIERNO, DOS PUESTOS OFICIALES..

Cuando surge la guerra fría, Batista promueve la ley 1170, que prohibía el partido y la propaganda comunista. Algo lógico, Roosvelt ya había muerto y
el nuevo inquilino de la Casa Blanca era “ike” que tan opuesto parecía, verbalmente, a Moscú.
Cuba mantenía, históricamente, una plena colaboración en la política exterior estadounidense, al menos en lo que aparentaba ser dicha política, así Batista creía proceder con diplomacia y lógica.



CON PREMEDITACIÓN Y ABRUMADORA VENTAJA.
Pero Batista no detectó que la tradicional amistad cubana ya no era correspondida por los altos funcionarios de Washington. El embajador de EEUU en La Habana, Arghur Gardner, fue retirado, precipitadamente porque mantenía amistad con Batista, y fue sustituido por Earl T. Smith, teniente coronel en la IIGM.

En sus memorias (Earl Smith: “
El Cuarto Piso”: “el Departamento de Estado le indicó que antes de salir de La Habana obtuviera orientaciones generales de Herbert Matthews, periodista de The New York Times” (la política de EEUU en Iberoamericana se conduce desde el 4º piso del Departamento de Estado).

Al The New York Times se le considera el portavoz oficioso del Departamento de Estado y del CRF.

Robert C. Hill, embajador de EEUU en México adviritó a Mr. Smith: “
te envían a Cuba para presidir la caída de Batista. Se ha tomado la decisión de que Batista debe desaparecer”.

El nuevo embajador fue entrevistado por la prensa cubana y al preguntarle sobre el comunismo contestó: “
es satisfactorio que Cuba haya roto relaciones con Moscú y suprimido el Partido Comunista, tengo la seguridad de que el pueblo cubano es demasiado inteligente para prestar ninguna atención a las mentiras y falsas promesas de los comunistas o para dejarse engañar por ellos” (24 julio 1957).

La Embajada y FBI tenían datos, fidedignos de que no había en Cuba más de 10.000 comunistas, y tal vez cerca de 20.000 simpatizantes en una población de 8 millones de habitantes, no llegaban al 0,5% no eran un problema.

En 1957 la economía cubana era próspera y la población tenía un nivel de vida de los más altos de Iberoamérica. Había opositores pero todo marchaba bajo control y Batista terminaría su mandato constitucional de gobierno, 18 meses después.

Pero en diciembre del año anterior (1956) habían desembarcado, cerca de Nicaro, 83 guerrilleros, que se remontaron a la escarpada Sierra Maestra (alturas de hasta 2.000 metros).
El grupo lo encabezaba el judío Fidel Castro Ruz, que tres años antes fuera director intelectual de un ataque al cuartel cubano de La Moncada en que mataron a varios soldados.
Fue capturado y condenado a 15 años de cárcel, pero monseñor Pérez Serantes abogó por él y Batista lo indultó.
Castro se exilió a México, donde reunió un grupo de guerrilleros y zarpó de Tuxpan bajo la tácita protección del gobierno de Ruiz Cortines para regresar a Cuba.

Según Batista: “
el grupo de Castro pudo ser aniquilado fácilmente pero escrúpulos democráticos y humanitarios lo impidieron. Tras el desembarco la Guardia Civil los dispersó y el Ejército pudo exterminarlos con facilidad … pero diversas clases sociales, dignatarios religiosos, y la casi totalidad de la prensa cubana pedían que se suspendieran las acciones militares. Accedimos y se lanzaron volantes desde el aire anunciando el perdón a todos los expedicionarios que se presentaran ante las autoridades” (Respuesta, de Fulgencio Batista, 1960)

El ex embajador Smith investigó los precedentes de Castro y reunió pruebas de su pasado terrorista, algo que el Departamento de Estado EEUU sabía perfectamente, desde que Castro participó en el sangriento motín de Bogotá. Además el FBI, el embajador de EEUU en México (Robert Hill) y otras fuentes comunicaron al Departamento de Estado que Castro era comunista, algo que la prensa de EEUU ocultó siempre deliberadamente.

En los primeros meses la guerrilla no dio muestras de vida, algunos pensaron que hasta se había disuelto. Luego estalló un bombazo publicitario, a escala internacional, cuando el
The New York Times publicó una entrevista que Herbert Mathews le había hecho a Castro en plena sierra, presentándolo como adalid de la democracia, “redentor de los oprimidos.
A continuación la Columbia Broadcasting Sistem difundió por todo EEUU una filmación en Sierra Maestra, en la que Castro aparecía como devoto de la Virgen del Cobre, otra pose propagandística, porque luego se confesaría “ateo”.

La guerrilla no presentaba combate pero se fue potenciando con una serie de actos terroristas en diversas regiones: voladura de un puente, asesinato de un policía, bombas, ataque a un autocar de pasajeros, el asesinato del jefe de la Inteligencia Militar, asalto al palacio presidencial (13 marzo 1957), etc. etc.
Todo ello se mantenía bajo control, pero sucedió un hecho que envalentonó a los terroristas y desmoralizó al ejército y policía. Los EEUU prohibieron la venta de armas al gobierno de Batista y presionó para que otros países también los vetaran. Batista no pudo recibir siquiera un lote de armas que ya estaba pagado.

El ejército disponía de rifles anticuados (1903) pero
los guerrilleros disponían de metralletas modernas. El ex presidente Prío Socarrás (antiguo enemigo de Batista) patrocinaba el envío de armas y hombres desde Florida, contrabando permitido por las autoridades de EEUU.
Las acciones terroristas arreciaban, hubo secuestro de norteamericanos, se chantajeaba a los hacendados, industriales y comerciantes (impuesto revolucionario).
Cuando se capturaba algún culpable se hablaba de “represión”, las agencias internacionales de noticias explotaban hábilmente la sensibilidad pública, siempre a favor de los terroristas.


El ex embajador Smith relata que fue a ver a Batista para que garantizara a los residentes estadounidenses, y Batista le contestó “
viene a verme para que salve vidas norteamericanas y proteja sus propiedades, es una obligación que Cuba sabrá cumplir. Sin embargo, no puedo comprender por qué su gobierno se niega vender armas a mi gobierno, que es amigo de uds. y enemigo del comunismo. ¿Puede nombrarme otro gobierno amigo al que no quieran vender armas?

Smith fue al Departamento de Estado para informar al Secretario William Wieland que EEUU no podría tratar con Castro, pero no sabía que
el Departamento ya tenía un “enlace” con los castristas, el Dr. Miró Cardona. La gran prensa seguía deformando los sucesos de Cuba, negaba el carácter comunista de Castro y no mencionaba los actos terroristas que cometían (bombas en plazas públicas, cines, teatros, etc.) pero lo elogiaban al unísono con Radio Moscú.

Según el ex embajador Smith en marzo 1958 no había ningún apoyo para el gobierno legalmente constituido en Cuba, y sí una intensa propaganda contra Batista y favorable a Castro que recibía armas de EEUU, Venezuela y México. Los castristas tenían un desprecio total por propiedades y vidas de norteamericanos pese a lo que eran muy bien tratados por la “prensa liberal” y el 4º piso del Departamento de Estado que los recibía amablemente.
Si la guerrilla tomaba alguna población, Smith recibía instrucciones de Washington para que Batista no bombardeara la zona.

Pese a que en Cuba no había pena de muerte y frecuentemente los conspiradores presos eran indultados (como lo fue Castro) los grandes mass media e “informativos” de EEUU criticaban la “dictadura bastistiana” porque suspendía las garantías individuales. Cuando éstas se restablecieron Castro intensificó el terrorismo.
Los castristas se financiaban por aportaciones de la URSS y otros países, el impuesto revolucionario (extorsión) y los secuestros.



CASTRO AL PODER.
La clase alta cubana temía a la extorsión terrorista y se pensaba que con la marcha de Batista la paz se restablecería. En los círculos de Acción Católica y la Juventud Obrera Católica había simpatizantes de Castro,
la mayoría no creían que fuera comunista, lo que la prensa cubana y de EEUU, ocultaban sistemáticamente, la mayoría estaban desinformados y confundidos por la propaganda “demócrata-cristiana” predecesora de la Teología (marxista) de la Liberación.

Había una fuerte corriente para formar un gobierno de coalición, pero
el Departamento de EEUU se opuso. Batista convocó elecciones e invitó a la prensa extranjera, la ONU y OEA (Organización Estados Americanos). Castro amenazó con fusilar a los candidatos y ametrallar casillas.

Pese a todo se celebraron las elecciones (3 noviembre 1958) fueron pacíficas, votó el 60% de la población y ganó el Dr. Andrés Rivero Agüero. Los castristas asesinaron a un hermano suyo y Rivero pensaba convocar una asamblea constituyente para abreviar su mandato y restablecer la paz.
El embajador Smith consultó al Departamento de Estado y la respuesta fue NO.

Días después el general Francisco Tabernilla Doiz, jefe de aviación, y el general Río Chaviano, propusieron a EEUU que diera su apoyo a una Junta Militar para salvar a Cuba del comunismo, previa salida de Batista y sus allegados. Pero el Departamento de Estado contestó, nuevamente: NO.

Batista propuso exiliarse a cambio de que EEUU proveyera de armas a un gobierno provisional que detuviera el marxismo, y Smith lo comunicó así al Departamento de Estado, pero volvieron a decir que: NO. Más aún, ordenaron al embajador Smith decirle a Batista (31 diciembre 1958) que EEUU consideraba terminado su gobierno.

El ejército, conocedor de la postura de Washington, se estaba disolviendo.
El general Tabernilla dice que realmente el ejército se entregó sin combatir, salvo contadas excepciones. Ya en plena desmoralización se vendió, a los castristas, un tren con tropa y pertrechos por 350.000 $.

Horas después de que Smith comunicara a Batista que el Departamento de Estado de EEUU consideraba finiquitado su mandato cogió un vuelo a Santo Domingo y de allí a Madeira
(el Departamento de Estado le negó la visa) impidiéndole reunirse con su familia en EEUU, no querían que pudiera hacerle la sombra a Castro.

El embajador Smith dice que cuando aún había tiempo para establecer un gobierno provisional, sin Batista ni Castro,
el Departamento de Estado de EEUU se negó a darle apoyo alegando que sería “INTERVENCIONISMO” cuando de hecho estaban interviniendo a diario … Es difícil de entender esta política desde un punto de vista norteamericano.... Concediendo que Batista ya no fuera útil, la alternativa no tenía porqué ser Castro, el enemigo y protegido de EEUU.

Jamás hubiera conseguido el poder Castro sin la aquiesciencia del 4º piso del Departamento de Estado de EEUU. Pero “ike” ya no velaba por los intereses de EEUU sino que se promocionaba desde el Departamento de Estado la expansión comunista.

Tras la salida de Batista, Castro aún tardó 8 días en llegar a La Habana, por el camino empezaron los fusilamientos de oficiales y tropa ya rendidos. En Santiago se abrieron zanjas con buldozers para sepultar a centenares de ellos.
El líder estudiantil cubano, Suárez Rivas, refiere que los castristas llegaron a La Habana con rosarios y escapularios colgados del cuello, y coreaban: “Revolución humanista”, “pan con libertad”, etc.
Controlada la situación en La Habana empezaron los juicios en el Palacio de los Deportes, con miles de castristas gritando “al paredón” y el grito era un fallo inapelable.

Siguieron con la confiscación de inversiones norteamericanas por valor de mil millones $ y de inversiones cubanas por más de 7.000 millones $.

El presidente de EEUU, Eisenhower decía medio año después de instalado Castro en el poder: “
las acusaciones de infiltración comunista en el gobierno de Cuba NO son fáciles de probar” (julio 1959), y días después agasajaba en Campo David al dictador soviético Nikita Kruschev quien durante la visita dijo a los norteamericanos “Vuestros nietos vivirán bajo el comunismo”.
Pero Eisenhower no veían en Castro ningún rasgo marxista pese a que éste no dejaba de acumular pruebas: descuartizó el ejército sustituyéndolo por milicianos, acabó con el poder judicial, suspendió las garantías individuales, estatlizó las tierras agrícolas, y convirtió el calificativo de “antirrevolucionario” en delito con consecuencias ilimitadas que fue un auténtico venero de terror.



LA FUERZA 2 ESTABA DESARTICULADA.
Con la sucesiva desaparición de sus líderes: Patton, Forrestal, MacArthur, McCarthy, y numerosos generales que fueron relevados del mando,
la Fuerza 2 estaba descabezada y desarticulada en el período en que Cuba fue entregada al comunismo. La mayoría de esa fuerza era la inmensa ciudadanía norteamericana, pero sólo podían actuar en período electoral, y con Eisenhower fueron monumentalmente engañados al creer elegir a un presidente anticomunista.

Los sucesos de Cuba hicieron renacer la inquietud de varios sectores y el Senado inició una investigación. El 30 de agosto 1960, el ex embajador Smith fue llamado a declarar.
Dijo que Castro NUNCA ganó una batalla militar, sólo realizó ACTOS TERRORISTAS, que de haber sido imparcial EEUU, Batista hubiera entregado el poder pacíficamente al presidente electo Rivero; pero que EEUU influyó para que los militares y líderes obreros cesaran su apoyo a Batista y que la prensa americana apoyó masivamente a Castro y que la prohibición de aprovisionar a Batista fue devastadora psicológicamente.
Sin EEUU, Castro no hubiera llegado al poder. Más claro no puedo decirlo”.

El embajador en México, Robert C. Hill rindió una declaración semejante.

Para esas fechas la URSS ya había enviado a Cuba grupos de expertos para organizar la POLICÍA SECRETA y formar los cuadros de las nuevas milicias adoctrinadas en marxismo. A estos expertos les seguirían una brigada de combate de tropas soviéticas una “élite” que consolidaría a Castro.

Se confiscaron los depósitos bancarios, se decretó la nulidad de la moneda en circulación para dejar sin ahorros a quienes los tenían en casa, se estableció la educación anticatólica, se prohibieron los colegios particulares, se instauró el sistema de racionamiento, se suprimió la libertad de información, se abolieron las elecciones, se puso fin a la “autonomía universitaria”, se disolvieron los sindicatos y se convirtió en delito el paro y la huelga.

Cualquier brote de descontento se ahogó en sangre. El más leve acto de oposición costaba la cárcel por tiempo indefinido.

Ante la evidencia Eisenhower se cubrió las espaldas “rompiendo” relaciones con Cuba.

El Presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, de México, licenciado Emilio Sánchez Piedras declaró en la Cámara: “
en este instante crítico para la hermana República de Cuba, cuando parece ser que nuestro vecino del Norte cierra las puertas de la amistad y comprensión frente a los anhelos del pueblo cubano de vivir en libertad y en la independencia económica, nosotros, los representantes del pueblo Mexicano, le reiteramos al pueblo cubano la misma actitud de solidaridad y le volvemos a decir que estamos ciertos que su derecho a vivir en la justicia social y en libertad económica habrán de prevalecer” (8 julio 1960).

Evidentemente México estaba alineado con la Fuerza 1.

En noviembre 1960 hubo elecciones presidenciales en EEUU, por los republicanos Richard Nixon, nacionalista y anticomunista. Por los demócratas John F. Kennedy, joven apuesto, ex marino de la guerra contra Japón, condecorado con la medalla de la Marina y el Corazón Púrpura.
En 1961 era presidente. Kennedy tenía influencia izquierdista (su padre fue servidor de Roosvelt) y
había aceptado a procumunistas radicales en su Gabinete (Wiener, miembro del “Pugwash” y partidario de entente con Moscú. McNamara, Averell Harriman, Abraham Ribicoff, Arthur J. Goldberg, Douglas Dillon, Walt Withman Rottow, …, Arthur Schlesinger que afirmaba que no se debia combatir el comunismo ni cambiar el régimen de los países ya sojuzgados por el marxismo.
Además, el vicepresidente era un adversario de Kennedy, Lyndo Baynes Johnson, muy roosveltiano
.

Inicialmente Kennedy accedió a intervenir en Cuba y permitió que pilotos cubanos refugiados en EEUU despegaran y participaran en una invasión de la isla desde bases de Guatemala y Nicaragua.
Pero en el último minuto, por presiones de sus asesores y altos colaboradores, titubeó y canceló el permiso para que despegaran.
Los presuntos libertadores cubanos anti marxistas quedaron sin el apoyo prometido y a merced de Castro en el desembarco (Playa Girón/Bahía Cochinos) donde fueron muertos o capturados con triste final para ellos.

Castro se afianzó más en el poder y exigió y obtuvo un rescate de 53 millones $ en mercancías por liberar a 1.179 prisioneros. El prestigio de Kennedy quedó tocado y Castro pudo declarar, ufano: “
Cuba se siente con derecho a promover la Revolución en América Latina” (1 mayo 1961).

El año siguiente los aviones espías de reconocimiento que sobrevolaban Cuba descubrieron que los soviéticos estaban construyendo emplazamientos de misiles atómicos dirigidos hacia EEUU.
Kennedy, refiere en sus memorias, que el día en que la crisis era más grave estaba resuelto a invadir la isla caribeña. La base de Guantánamo estaba alerta y reforzada, y navegaban cerca de la isla 40 barcos de guerra con las tropas de desembarco aprestadas al mismo.
Ese día se hicieron veintenas de llamadas telefónicas a toda Iberoamérica, informando del peligro de que en Cuba se montaran armas nucleares, y la determinación de destruirlas. “
The New York Times “ se lamentaba de que era una decisión unilateral", (como si pudiera ser de otros modo).

El presidente Mexicano, López Mateos, regresaba de Filipinas y su avión hizo escala en Hawai, donde dos generales de EEUU le informaron de lo que sucedía, López Mateos no hizo objeciones a la invasión.
Argentina ordenó el envío de dos barcos de guerra al Caribe en apoyo de EEUU.
Costa Rica se mostró conforme.
Brasil, bajo el régimen prosoviético de Quadros y Goulart, contestó que Cuba tenía el derecho a darse el régimen de gobierno que quisiera.

Los generales Maxwell Taylos, Jefe de los Estados Mayores Conjuntos, y Walter C. Sweeney, comandante de la Estrategia Aéresa aconsejaron a Kennedy que lanzara un bombardeo previo a la invasión, con 500 despegues, para arrasar las plataformas de misiles y neutralizar la artillería soviética del general Igor Statzenko.

Entonces llegó el anuncio de Krushchev, los misiles serían demontados y retirados. El jefe de la ONU (U'Thant, viajó a Cuba) y el general Statzenko reiteró que los misiles estaban siendo desmontados, lo que corroboró la aviación de EEUU.
Los cubanos hicieron burla del asunto y según el periodista Hernán Uribe de “Excelsior” se popularizó el estribillo: “Nikita, Mariquita, lo que se da no se quita”.

Poco después Kennedy sería asesinado en Dallas (por el magnicida Lee Oswald, que a su vez resultó asesinado por Jacob León rubinstein que poco después, moría, a su vez de cáncer).
La investigación fue sacada de la jurisdicción de Texas y monopolizadas por Earl Warren, miembro del grupo de Roosvelt-Eisenhower-Johnson, dejó sombras de sospecha. El senador Fresnterwald dijo que el verdadero motivo de esa maniobra fue proteger a quienes estaban tras el asesinato.
Además dio mucho que hablar las 17 muertes “accidentales” de personas que en algún momento sabían algo sobre Oswald y su estancia en Moscú, su planeada huída a Cuba, de Rubinstein, etc.

Tiempo después el senador Robert Kennedy, también fue asesinado en forma aún no aclarada. Se dice que sabía bastante de la muerte de su hermano presidente y pensaba revelarlo.
Respecto al otro hermano Edwar todavía en 1984, se publicó que también tenía datos valiosos pero que está atemorizado y por eso siempre habla a favor del comunismo.

¿Era necesaria la muerte de Kennedy para conservar la base comunista de Cuba y que pudiera exportar el marxismo por toda Iberoamérica?

Con Johnson, sucesor de Kennedy, Castro estaba más seguro, el viraje fue radical, y McNamara, como Secretario de Defensa, redujo, unilateralmente el programa nuclear de EEUU para que la URSS pudiera igualarlos (dicho por el ex presidente Nixon en “La Verdadera Guerra”).

Rockefeller visitó a Krushchev en Moscú y declaró: “
ha sido una de las conversaciones más interesantes que he celebrado en mi vida. Nos conocemos bien, hace tiempo que TENEMOS LA COSTUMBRE DE TRABAJAR JUNTOS”.

La cúpula financiera de “EEUU” estaba ampliando su crédito a la URSS a menor interés que el vigente para los ciudadanos norteamericanos al tiempo que se patrocinaba un complejo plan que propiciaba las exportaciones soviéticas.

No faltó que el Departamento de Estado propiciara una serie de películas contra los militares, que habían sido proclives a invadir la isla, como “siete días de mayo” y otras en que se les presentaba como locos enemigos de la URSS.



CASTRO BAJO MÚLTIPLES PATROCINIOS.
El marxismo asentado en Cuba tiene como madre a la URSS y como padre a la Fuerza 1 de EEUU, si bien, propagandísticamente siempre se olvida de su padre.
Estas fuerzas protectoras que convergen en Cuba no han podido ser removidas por el electorado norteamericano, ni con el repentino cambio de Kennedy, ni por Nixon, ni por Reagan.

No es la remota fuerza militar soviética, ni las milicias cubanas, lo que impide liberar Cuba, el apoyo más fuerte lo tiene en Washington. Es falso que la liberación de Cuba encendería una guerra universal. Ni la URSS, ni nadie, lucharía a 15.000 kms. de sus bases como desmotró en la crisis de los misiles (1962).
Pero el presidente de EEUU que toque Cuba recibirá golpes y represalias desde su propia retaguardia, sea una “crisis” financiera, un Watergate, o un simple tiro, o todas juntas.

Y ¿qué pasa con la Iglesia, cuya fuerza espiritual está presente en todo el orbe?
Durante la lucha terrorista del castrismo ya había infiltrados entre sacerdotes y monjas católicos que hacían proselitismo castrista, si bien eran minoría. Algunos engañados, de buena fe, pero pronto Castro se quitó la careta y evidenció su ODIO ANTICRISTIANO.
El 8 de mayo 1960 los obispos cubanos firmaron una pastoral condenando el marxismo y empezaron a dar homilías sobre la situación en Cuba. Las represalias fueron inmediatas.

Un joven, Armando Valladares, empleado en el Ministerio de Comunicaciones, no ocultó su discrepancia con el marxismo ni su fe, por lo que se le acusó de “contrarrevolucionario” y estuvo preso 22 años.
El 26 de junio 1961, el vapor Marqués de Comillas llegaba a La Coruña con cientos de religiosos y sacerdotes expulsados de Cuba.
El 17 de septiembre 1961, Castro desterró otros 136 sacerdotes católicos.
Luego la actitud de la Iglesia Catolica en Cuba daría un giro de 180º, el artífice de las nuevas relaciones de colaboración fue Monseñor César Zacchi, embajador del Vaticano en la isla, que se estrenó declarando que: “
Cuba era pagana antes de la revolución y CREYENTE CON EL COMUNISMO”.

También afirmaría que las juventudes cubanas llenaban las iglesias como un modo indierecto de protesta contra Castro y entonces apareció una carta pastoral (no firmada por todos los obispos) en la que se pedía al pueblo que “
se esforzara trabajando para ayudar a la revolución a sacar a Cuba del subdesarrollo”. Evidentemente el gobierno comunista conocía previamente el contenido y envió grupos a los templos para que la aplaudieran.
Pero muchos sacerdotes no quisieron leerla. En otros templos hubo discusiones violentas.

Entretanto el Nunco del Vaticano se fotografía con Castro en ágapes, fiestas y reuniones y seguía haciendo declaraciones. En algunas pedía a la juventud que ingresaran en las milicias comunistas para ayudar a Castro a defender la revolución de agresiones enemigas …
El colmo de sus declaraciones fue cuando dijo: “
Castro es un hombre con profundos valores cristianos”.

A raíz del vuelo de un cosmonauta soviético en el espacio, la revista “Verde Olivo” comentó que dicho vuelo “demostraba” que no había Dios.
Ser católico se convirtió en un obstáculo insalvable para cursar altos estudios o aspirar a cargos públicos. Desde el primer año de primaria se inculcaba el desprecio a cualquier sentimiento religioso.

Y en Carta Pastoral (267 abril 1959) se atribuyen todas las penalidades de Cuba al “bloqueo establecido por EEUU”,
cuando realmente NUNCA HA HABIDO TAL BLOQUEO, EEUU no comercia directamente con Cuba pero ésta puede hacerlo, libremente, con cualquier otro país y recibe mercancía de EEUU vía terceros países.
El mayor problema del “bloqueo” es que el régimen de Castro tiene la costumbre de NO PAGAR sus compras, por lo que muy pocos osan vender ante una perspectiva de impago del 98% (el tercero más alto del mundo, sólo superado por dos países africanos)
.

Familiares, sacerdotes y religiosos, y Valladares y otros opositores nombran docenas de religiosos maltratados, torturados y apresados, de los que Monseñor Zacchi no parece conocer, ni habla de ello, y si lo hace es para minimizar los atropellos.
Jamás se logró ya que la Iglesia Católica cubana levantar su voz para denunciar los crímenes o pedir que cesaran los fusilamientos. No sólo fue en esas épocas la Iglesia del Silencio, sino que fue peor, fue la Iglesia de la complicidad.
Palabras terribles, pero avaladas por los hechos. Al llegar Castro al poder había 700 sacerdotes en Cuba, en 1984 quedaban 116.
Según la revista soviética: “Ciencia y Religión” (enero 1984) en 1960 el 89% de los cubanos era católico, en 1984 sólo el 52%.





FORJANDO OTRA DERROTA.

PUEDEN MORIR, PERO NO GANAR.
Los comunistas chinos se habían apoderado de Nortvietnam tras una sangrienta lucha de 8 años. En los tratados de París se comprometieron a respetar la otra mitad (el Sur).
Al poco tiempo de firmado el acuerdo empezaron a infiltrar guerrillas en Vietnam del Sur. Los Sudvienamitas, gobernados por Ngo Dinh Diem, católico, pidieron ayuda a EEUU. El presidente Eisenhower les concedió créditos pero se negó a enviar tropas, si bien en esa época, de equilibrio de fuerzas, un pequeño contingente hubiera decidido la guerra.
Luego Kennedy envió asesores militares para entrenar a los sudvietnamitas siendo muy criticado por ello en los mass media de EEUU. Por ello Diem dijo al delegado británico Sir Robert Thomson (1962): “sólo la prensa norteamericana puede ser la causa de que perdamos la guerra”.

El 11 de junio de 1963, un monje budista, adversario a Diem, se prendió fuego como protesta contra su régimen. En ese momento, “casualmente” había un cámara admirablemente situado para filmar la escena y los mass media de EEUU recibieron el material para ralizar una enorme y devastadora campaña mundial, "casual", contra la “represión” de Diem y de paso presentar como “liberadores” a la guerrilla terrorista comunista.

Tres semanas antes (22 días) del asesinato de Kennedy en Dallas fueron asesinados Diem y su hermano originando el caos a los sudvietnamitas. La viuda de Diem y otras varias fuentes acusaron del asesinato, (de haberlo promovido(, a agentes de EEUU.
Ayub Khan comentó que el doble asesinato significaba tres cosas:
“· que es peligroso ser amigo de EEUU.
· que ser neutral origina beneficios.
· que suele ser útil ser enemigo de EEUU”.

Luego el presidente Johnson empezó a enviar grandes contingentes de tropas a Sudvietnam, pero prácticamente se les prohibía ganar. Usando la sutileza legal de que no era una guerra declarada por el Congreso, las operaciones no las decidían los jefes militares, sino el Departamento de Estado.

La superioridad de los contingentes EEUU eran enorme en fuerzas blindadas, aviones, y barcos, material de artillería, etc. pero su uso estaba constantemente restringido y no se permitía atacar las bases de los invasores, situadas en Nortvietnam, ni tampoco a sus rutas de abastecimiento.

Además, Johnson, ordenaba frecuentes ceses de fuego para realizar diálogos de paz. Cada vez que los invasores comunistas estaban en apuros se promovía una conferencia con que ganaban tiempo y podían reponerse.
Una de esas “treguas” fue aprovechada por los comunistas par montar una gran ofensiva (enero 1968). Usando novedosas tácticas terroristas, con grupos combatientes vestidos de civiles, usando niños para lanzar granadas de forma sorpresiva, etc. La ofensiva consiguió ganancias territoriales importantes, cuando llegó el contraataque de EEUU y empezaban a imponerse de nuevo, Johnson, volvió a paralizar el ataque para negociar (31 marzo).

Como el general Paul D. Harkins no estaba de acuerdo con la conducción de la guerra por el Departamento de Estado fue retirado del mando, luego confesaría: “no veo cómo podemos salvar Sudvietnam si les garantizamos a los comunistas que no interferiremos los abastecimientos … Esta guerra puede ser ganada en tres meses, pero no en la forma en que se está peleando ahora … Si nosotros mperdemos esta guerra, la perderemos exactamente aquí, en los EEUU”.

Otro ex comandante, el general Robert L. Scott, dijo: “los americanos más capaces, los hombres mejor entrenados y mejor armados que el mundo ha visto nunca, están siendo enviados a pelear y morir, en una guerra en que NO SE LES PERMITE GANAR … la nuestra no sería la primera nación traicionada desde su interior”.

El general Curtis E. LeMay, ex Jefe del Estado Mayor de la Fuerz Aérea, escribió: “la única razón de que los solados americanos estén sufriendo y muriendo en Vietnam es porque nuestro líderes les han atado de pies y manos por detrás de sus espaldas”.

Johnson estaba suficientemente desprestigiado para presentarse a la reelección. Hubo esfuerzos para nominar a Rockefeller (uno de los principales jefes de la Fuerza 1) pero los sondeos no le favorecían y se eligió a Humphrey, simpatizador procomunista por el partido demócrata.
Los republicanos presentaron a Nixon.
Pero cualquier candidato, incluso nominado, precisa grandes recursos financieros para sufragar los costosísimos circos electorales y sus campañas. Recursos al alcance de muy pocos, generalmente siempre salen de la Fuerza 1 a cambio de concesiones posteriores. Por ejemplo varios ministerios, y por supuesto la Secretaría de Estado, conductora de la Política Internacional.
Nixon llegó a la presidencia en enero 1969, marcado muy de cerca por el israelita, emigrado de Alemania, Henry Kissinger y partidario de la expansión mundial del comunismo.

"Los mass media desviaron las argumentaciones (y los votos de los electores) … la visión unilateral de la guerra de Vietnam fue el factor más significativo de los que limitaron las opciones de triunfo, de forma que hubo de prolongarse y al final perderse" (“Líderes” de Richard Nixon, 1983).

A los dos meses de tomar posesión, Nixon, accedió a la petición reiterada de bombardear las rutas de abastecimiento de los comunistas que ilegalmente pasaban por Camboya. El bombardeo se inició con la discreta anuencia de Sihanouk, jefe camboyano, pero, inmediatamente, los mass media presentaron la acción en EEUU como una perfidia y se atacó al presidente implacablamente en su propia patria.

Poco después el Departamento de Estado anunciaba la retirada del frente de 100.000 efectivos de las tropas. Kissinger fue alabado por la prensa como un estadista genial, los invasores comunistas sabían que había sonado la retirada inicial de tropas, era el principio del fin.



APUÑALADOS POR LA ESPALDA EN EEUU.
Desde 1939 hasta 1962 el Presidente de la Suprema Corte de EEUU, Félix Frankfurter, secundado por su sucesor Earl Warren, ambos roosveltianos y promarxistas, sentaron jurisprudencias que servirían de base para todos los movimientos subersivos que se multiplicaron en EEUU en la décadas posteriores.

La jurisprudencia facilitaba la proliferación de movimientos contrarios a la tradición y las buenas costumbres. Nixon intentó cambiar el rumbo y nombró para la Suprema Corte a Harold Carswell, pero el Senado (hostil a Nixon) se lo vetó. Luego nombró a Clmente Haisnworth, pero también fue vetado.
La Corte Suprema seguiría siendo un bastión de la Fuerza 1.

La “Nueva Izquierda” realizaba mítines en que vitoreaba a los terroristas comunistas del Vietnam (Cambridge, 5 noviembre 1969).
La Unión de Hombres en Servicio, de Andrew Strapp, tenía por meta debilitar la disciplina del ejército.
Los Panteras Negras promovían mítines en veintenas de ciudades, secundados por el poder Chicano, los “hippyes”, etc.
La Sociedad Estudiantil para una Sociedad Democrática organizaba mítines subversivos hasta con menores de 15 años.
Los agitadores detenidos obtenían libertad fácilmente como David Dellinger, Hoffman, Rubin, Timoth Leari el “gran sacerdote” promotor del LSD, etc. etc.

William Styron, premio Pulitzer 1968, escribía: “los militares americanos eran sedientos bebedores de sangre porque de otro modo no ascenderían; nadie cree que los comunistas sean tan bárbaros como los nazis
El representante Richard Ichord descubrió que varias universidades pagaban elevados honorarios a “conferenciantes” que así costeaban sus actividades de agitación.

La pornografía más aberrante y degradadora circulaba a pasto, acogiéndose a las jurisprudencia de la Suprema Corte, y lo mismo sucedía con los abortos, ya legalizados como “liberación femenina”. En dos meses se practicaron 80.000 abortos sólo en New York, pese a que la píldora anticonceptiva ya estaba generalizada y la consumían 8 millones de mujeres.

Frecuentemente los mítines negros degeneraban, rápido, en puro vandalismo. Luther King abogaba por el triunfo del Vietcong: “tendremos que aprender a vivir junto al comunismo” decía y hubo graves desórdenes en New Ark, New Haven, Philadelphia, Baltimore, Chicago, Seattle, Sacramento, San Francisco, Los Angeles, San Diego, New York, y otras muchas ciudades.

La Comisión Nacional Sobre Violencia, de Milton Eisenhower, abogaba, siempre por los agitadores. El espía atómico, Morton Sobell, condenado a 30 años de prisión, quedó libre “por buena conducta”, evidentemente mientras estuvo en prisión no pasó ningún secreto a la URSS (enero 1969).

El Instituto Tecnológico de Massachussets difundía la tesis de que “el anticomunismo ha llegado a ser tan virulento que es casi seguro que un día sea una enfermedad mental, como avalaba un “consejero científico””

Etc. etc. …

Operaba todo un movimiento disolvente de la sociedad, que no representaba el auténtico sentir de la mayoría, pero era el que tenía acceso a pensa, radio, TV, universidades, etc.
Los mass media usaban todo tipo de trucos, incluidos neologismos desinformadores como nombrar a los agitadores comunistas “activistas”, a los que se postulaban por el vietcong “pacifistas”, los que objetaban del servicio militar “antibelicistas”, y cuando la policía disolvía los motines y evitaba el vandalismo eran “represores” y “brutales policías”.

El candidato presidencia demócrata, Geroge C. Wallace, (paralítico por las balas de un terrorista) decía: “LA LLAMADA LUCHA RACIAL EN EL FONDO ES PURA SUBVERSIÓN PROVOCADA POR EL COMUNISMO … podemos ganar en Vietnam sin armas atómicas, pero tenemos el enemigo aquí dentro; los comunistas están miando nuestra opinión pública … Están envenenando la mente de la juventud. Tenemos comunistas infiltrados” (5 mayo 1968).

Tras comenzar los desórdenes, el Gobernador de California: Ronald Reagan dijo: “estimo que ya es hora que dejemos de ser tan cándidos … Es hora de reconocer que esto es nacional … que es una CONSPIRACIÓN” (2 septiembre 1968).

El Vicepresidente Agnew habló (Desmoines, Ohio, noviembre 1969) llamando la atención a las grandes cadenas de TV por presentar un panorama distorsionado de la situación, como si los escándalos de una minoría fueran los más nobles anhelos de la mayoría laboriosa y pacífica. Pidió a los espectadores que no estuvieran de acuerdo con los tendenciosos noticieros lo hicieran saber mediante cartas y cayó sobre las cadenas una catarata de protestas contra las mismas.
Sin embargo, Julián Goodman (NBC) dijo que Agnew “apelaba a los prejuicios”, Frank Stanton (CBS) acusó a Agnew de “intimidar a los mass media”, y Leonard H.goldenson (ABC) constestó con evasivas. Las tres cadenas eran el núcleo propagandístico de la Fuerza 1 y continuaron sus tergiversaciones y campañas desinformadoras como las cadenas de radio de David Sarnoff y William Paley.

En el cine ocurría lo mismo con la Goldwyn Mayer (en manos del judío Julio Baruch, (a) Carl laemnie), en la United Artist de Hiram Abramas y en la Warner Bros, sucedía otro tanto.
Todos estos medios, y otros, coincidían con el The New York Times, el Washington Post, Newsweek, etc. todos en manos de judíos.

En este clima propagandístico propicio a la disolución del espíritu de lucha ante el enemigo del Vietnam surgió un bombazo publicitario contra el ejército norteamericano. La gran prensa y las TV “norteamericanas” publicaron que una avanzada militar había matado en la aldea de My Lai a cien civiles, incluidas mujeres y niños. Se pedía el enjuiciamiento del teniente William Calley y del capitán Medina.
Los acusados declararon que había fuego cruzado, que los guerrilleros vestían de civil, y entre el fuego no pueden hacerse preguntas, el que las hace no vive para oír las respuestas.

Los mass media dieron por hecho que era una matanza deliberada de civiles, hubo fotografías de muertos que aunque no probaban nada removían conciencias y emocionalmente impactaban al público. Por supuesto el ejército norteamericano el villano de la película pero se ocultaba que el terrorismo era la táctica preferida del Vietcong, degollando y torturando prisioneros para obtener información, que ejecutaban a los aldeanos que no les prestaban ayuda, empezando por los niños, a los hombres les mutilaban los genitales para introducírselos en la boca, violaban las mujeres a las que cercenaban los senos, etc.

Una comisión de legisladores sudvietnamitas investigaron My Lai y precisó que la mañana de los hechos había habido un bombardeo de artillería en la región, entre los guerrilleros y los norteamericanos, y que finalmente éstos ocuparon la aldea. Los comunistas solían parapetarse en poblados civiles y provocar fuego cruzado, pero no había indicios de que hubiera habido orden alguna de asesinar civiles.

El senador William Fulbright, presidente de la comisión de relaciones exteriores del Senado pedía que NO se autorizaran fondos para que el Pentagono filmara películas sobre Vietnam “porque son falsas y se usan con propósitos propagandísticos

Se formaron grupos de “pacifistas” que representaban escenas de torturas en que las víctimas eran los comunistas y los victimarios los soldados norteamericanos. Nunca antes había ocurrido nada similar en EEUU durante una guerra, pero nunca antes los EEUU se habían enfrentado a comunistas.

The New York Times” conmovió, una vez más la opinión pública con un reportaje exclusivo que REVELABA SECRETOS MILITARES, ¡gran triunfo periodístico! (Daniel Ellsberg y Anthony Russo, junio 1971), era una clara cesión de información militar al enemigo en campaña. Los documentos (7.000 páginas) habían sido sustraídas del Pentágono, el general William Deputy declaró que era difícil evaluar el alcance de tal revelación pero ayudaba al enemigo.
Y ROBAR y PUBLICAR SECRETOS a costa de vidas norteamericanas era aplaudido como UNA HAZAÑA INFORMATIVA de la “libertad de información”
¿Qué hubiera pasado 25 años antes si alguien hubiera revelado secretos de esa índole a los alemanes o japoneses?

Entretanto Kissinger iba sacando adelante su plan sobre Vietnam, los militares decían que mediante ataques repentinos por aire y mar, volando las presas del Río Rojo y bloqueando el puerto de Haiphong, los invasores comunistas perderían todo apoyo logístico y serían fácilmente derrotados (Richard Nixon en “Un Hombre Solo” por Ralpg de Toledano, 1971).
Pero Kissinger, con rango de general, sin haber sido nunca elegido por el pueblo, puesto a dedo, y ni siquiera haber sido recluta, no quería eso. A fines de 1972 celebraba con los comunistas la 150ª conferencia de paz (todas ellas treguas para que los terroristas se recompusieran) y en enero de 1973 se daba por concluida la guerra con un tratado en el que el Vietcong se comprometía a respetar la independencia de Sudvietnam, retirada total de tropas (el respeto duró más bien poco).

EEUU había sufrido, en la guerra más larga de su historia, 56.277 muertes, 303.605 heridos, y 1.805 desaparecidos.

Johnson había empantanado la guerra con restricciones muy duras impuestas a las fuerzas armadas, con frecuentes treguas que siempre favorecían a los comunistas.
Luego Nixon recibió esa brasa ardiendo y no pudo remover todos los obstáculos que impedían ganar. Tenía en contra la mayoría del Senado y de la Cámara de Representantes (controlada por los demócratas) por lo que ningún plan importante podía cruzar esas barreras. pero sí podían, los mass media, echarle la culpa de todo.



LA “SAGRADA PUREZA” DE PRENSA Y DEMOCRACIA.
Mientras, gracias a la complicidad de los Demócratas cristianos (31% de votos no comunistas), Salvador Allende Gossen, había empezado a establecer en Chile un régimen marxistas con radicales chilenos y no chilenos como Vuskovic, Shatton, Baytelman, Alaluf, Drekman, Lederman, Fajnzylber, Kafka, etc.

Hubo numerosas nacionalizaciones de empresas, la producción se desplomó, se inició el racionamiento, la carestía de la vida subía incesante, y empezó a haber hambre.

Las mujeres realizaban marchas de protesta y caceroladas a medida que la situación empeoraba, llegaban a la puerta de los cuarteles para gritar que los militares salvaran el país de convertirse en otra Cuba.
Sólo el cardenal Raúl Silva Henríquez (y algunos sacerdotes) se oponían a la corriente antiallendista, pues como decía el cardenal: “en el socialismo hay más valores evangélicos que en el capitalismo”.

Nixon veía con gran preocupación el proceso chileno y con su mandato recién inciado (1973) empezó a priorizar dicho problema.
Varios barcos de la Armada EEUU navegaban cerca de las costas chilenas, algunos con equipos tecnológicos de última generación que interceptaban y descifraban los mensajes entre Allende y Castro.
Se descubrió así la existencia de un “Plan Z” que consistía en invitar a los altos jefes militares chilenos al Palacio de Gobierno a mediados de septiembre (1973) para asesinarlos, luego se disolvería el ejército y el régimen crearía las milicias comunistas asesoradas por extranjeros para proclamar el Estado Chileno Marxista-leninista.
Tales informes se le facilitaron a Pinochet y … el ejército se adelantó al golpe derrocando a Allende.


La propaganda internacional ardió en indignación. En EEUU se especuló que Nixon no había consultado con Kissinger, ni con Rockefeller, y había permitido ayuda indirecta para que Chile se zafara, in extremis, del control marxista.

Era un gran desafío para la Fuerza 1, desde 1919 con Woodrow Wilson se había establecido que NO debía actuarse contra un régimen marxista como el instalado en la URSS. Más concretamente Roosvelt había dejado una consigna: “no hay enemigo de izquierda”. Puede combatirse a muerte el fascismo, pero el marxismo sólo admite luchas superficiales, no puede eliminarse.

Se preparó todo para montar una campaña (Watergate) en que unos fontaneros habían espiado a un grupo de demócratas contrarios a la reelección de Nixon, se habían revelado algunos planes de la campaña electoral, que Nixon no precisaba para ganar, pero los reporteros Carl Bernstein y Bob Woodward lanzaron la bola de nieve enseguida acrecentada por los mass media. Era una grave inmoralidad y culpaban a Nixon.
Una comisión del Senado, controlado por adversarios de Nixon, se sumó a las acusaciones. Nixon hubo de dimitir (agosto 1974).

Para el gran público la caída de Nixon se escenificó, dramáticamente, como el triunfo de la sagrada pureza delas instituciones democráticas y del respeto a la libertad de prensa.
En el fondo, la realiad era bien distinta. Una fuerza política se había valido de los mass media para castigar a Nixon. Y se había usado el caso Watergate porque así podía invocarse la “moralidad” sin aludir al caso de Chile porque sería impopular derribar a Nixon acusándolo de haber propiciado la derrota del eje Castro-Allende.

De manera previsora, antes de derribar a Nixon se derrocó al vicepresidente Agnew, mediante otro terremoto propagandístico para poner en su lugar a Gerald Ford. Agnew hubiera asumido la presidencia y prolongaría la política de Nixon.






CASI VÍA LIBRE.

ENTREGAS EN SERIE, TRAICIONANDO A DIEZ PAÍSES.
Gerald Ford, sucesor de Nixon como presidente interino no interferiría en ciertos planes internacionales que servirían de puente para que la recién formada
Trilateral compuesta por super magnates y políticos afines al marxismo sacara de la manga al entonces desconocido Jimmy Carter para hacerlo presidente.

La Trilateral fue inventada por Zbigniew Brezezinski que consideraba que “
el marxismo es una victoria de la razón sobre la fe” y “una etapa vital y creadora en la maduración de la visión universalista del hombre”.
Entre otros el Gabinete Carter estaba formado por:
Brezezinski como asesor para asuntos de Seguridad Nacional,
Cyrus Vance, Secretario del Departamento de Estado;
Milton Katz, asesor de política internacional;
Richard Gardner, asesor en asuntos exteriores,
Lawrence Klein, (asesor económico, aunque ya el FBI lo tenía identificado como agitador procomunista en los centros de estudios superiores);
McGovern, Humphrey, Muskie, Javits, y otros.
Walter Mondale, vicepresidente.
Todos eran miembros de la Trilateral y del CRF (Consejo Relaciones Exteriores), y en mayor o menor grado PARTIDARIOS DE LA EXPANSIÓN COMUNISTA.

Las cosas seguían igual que con Ford, cuando el general George Brown, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas se atrevió a decir, ante 150 alumnos de la Universidad de Duke (Carolina Norte) que “
había una exagerada influencia del Judaísmo en Norteamérica y mediante el control de la banca y los mass media presionan fuertemente al Congreso” (octubre 1974), poco después sería relevado del mando.

Los mandatos de Ford y Carter fueron fructíferos para la URSS. La paz que Kissinger había concertado con los comunistas, mediante el compromiso de que respetarían el Sudvietnam fue rota, sangrientamente, en 1976 y todo el sur fue comunizado. Automáticamente fueron invadidos y comunizados los países vecinos de Laos y Camboya.
En Camboya los comunistas hicieron una colosal matanza y gran parte de la población urbana fue obligada a irse al campo, sin recursos para subsistir. Este auténtico holocausto puso fin a la mitad de los camboyanos.

De un solo golpe, tres países con maś de 28 millones de habitantes eran sometidos al imperialismo marxista, más por el apoyo de sus "amigos" de EEUU que por la presión, que también, de la URSS.

Luego le tocó a Irán, que fue progresivamente desestabilizado.
El gobierno del Sha Pavelic empezó a ser atacado por la prensa de EEUU como “dictador” a pesar de que estaba democratizando rápidamente su régimen. Luego la prensa reveló que unos emisarios americanos estaban en contacto con los opositores del Sha, cuyo “gobierno en el exilio” (encabezado por Jomeini) era elogiado como el salvador de Irán.
A continuación, la misma prensa, publicó que, según fuentes del Departamento de Estado, EEUU reconocería, oficialmente a un nuevo gobierno en Irán, cuando el Sha fuera derrocado.

Hasta Andrew Young, embajador de EEUU en la ONU, hablaba contra el Sha y a favor de Jomeini. La campaña alentó a los opositores, que también eran alentados desde Moscú, finalmente estallaron graves motines. El Sha hubo de exiliarse, cientos de sus colaboradores fueron asesinados en las calles de Teherán.
EEUU negó asilo al Sha, una muestra más de contemporizar con Jomeini. Y el Sha se exilió en México, pero también aquí se le canceló la visa y tuvo que deambular como apátrida hasta su fallecimiento.
Irán se perdió como valioso aliado de EEUU, y unos terroristas asaltaron la embajada de EEUU en Teherán tomando de rehenes a todos sus ocupantes.

La caída de Irán reforzó la agitación marxista en Afganistán. El gobierno, encabezado por Amín, anticomunista, fue asesinado junto a toda su familia.

El embajador de EEUU sacado de su automóvil por una turba también fue asesinado.
El país, con 16 millones de habitantes cayó en manos de un régimen comunista, impopular, que para sostenerse en el poder tuvo que ser auxiliado por 30.000 soldados soviéticos, reforzados luego por 50.000 más y la lucha se prolongó en las zonas montañosas.

Nixon dice que lo de Irán y Afganistán, se recibió en EEUU con un bostezo, según palabras del The New York Times. Y agrega que “
en el futuro hemos de apoyar a nuestros amigos o pronto descubriremos que nos no queda ninguno

En los medios informativos de EEUU se ataca a cualquier régimen que no sea de absoluta pureza, siempre que dicho régimen no sea comunista. Los ataques suelen abrir la puerta a otro régimen aún peor, pero de signo marxista. Entonces cesan los ataques.

Los mass media disponen de sutiles medios para dramatizar sucesos, aunque sean secundarios, o minimizar los verdaderamente graves. La invasión comunista de Sudvietnam, la invasión de Laos y Camboya, la total desestabilización de Irán y Afganistán, fueron sucesos rápidamente retirados del centro de atención pública. Luego la oleada imperialista marxista se desbordó sobre el continente africano.

La penetración en Angola (antigua colonia portuguesa) con siete millones de habitantes hizo crisis en 1976-77.
Castro envió miles de soldados cubanos, armados por la URSS para instaurar un régimen rojo, y a continuación visitó Angola para ofrecerle “ayuda ilimitada”. Previamente EEUU había retirado toda su ayuda al movimiento anticomunista UNITA, de Jonás Savimbi.

Lo mismo ocurrió en Etiopía, con sus 32 millones de habitantes, donde Haile Selassie fue abandonado a su suerte, en tanto que
los comunistas recibían 20.000 soldados cubanos perfectamente pertrechados y oficiales soviéticos que aplastaron a los anticomunistas.

Igual suerte corrieron Mozambique y Yemen del Sur, con 12 millones de habitantes.
Andrew Young, embajador de EEUU ante la ONU, justificó el envío de milicianos cubanos diciendo que: “ERAN UN FACTOR DE ESTABILIDAD EN ÁFRICA”.

Que Castro enviara 40.000 soldados a África equivaldría a que EEUU enviara 1.000.000. Pero tal expedición perfectamente armada y pertrechada, dirigida además por Moscú, también se recibió en EEUU con un bostezo. Ni Carter ni los mass media dieron al hecho importancia alguna. Si Castro podía hacer eso a 15.000 kms. De distancia ¿no podría repetirlo, después, en los cercanos países de Centro y Sudamérica para ser otro factor más de estabilización?

Al tiempo, Robert McNamara desde el Banco Mundial, y la Cúpula Financiera de Nueva York daban créditos, de tapadillo, a Castro por más de 3.000 millones $ (y eso estando supuestamente bloqueado), pero también financiaban a otros regímenes “populistas” para que estatalizaran empresas dentro de modelos marxistas.

El general Harold Brown, de la Fuerza Aérea de EEUU, había testificado ante la Cámara de Representantes que debería verse con preocupación el rearme de Cuba, pero
la opinión pública de EEUU era bombardeada, reiteradamente, desde muchos medios distintos con las declaraciones procastristas de los senadores Lowell P. Weicker Jr., Fulbright, Franck Church, Setephen Young, etc. y del magnate procastrista Cyrus Eaton.

En la radio de EEUU : “Cita con Cuba” había sido suprimida por el judío Kissinger para no molestar al judío Castro pero quedaba el campo libre para la propaganda de Radio Habana.
El Departamento del Tesoro informaba al Congreso que se habían acordado 186 licencias a subsidiarias de empresas de EEUU, en 19 países, para comerciar con Cuba ¿QUÉ BLOQUEO?

Castro podía seguir estrechando su dictadura y exportándola impunemente. Todo se le permitía y pasaba por alto. Juanita Castro, hermana del dictador, denunció en México que Cuba había sido entregada a la URSS. Cubanos que solicitaban permiso de emigrar fueron privados de sus bienes y enviados a batallones de trabajos forzado como rebeldes.
Se puso en marcha el Plan Piloto para que el Estado se encargara de los recién nacidos y “
liberara a la mujer cubana de la esclavitud propia de la sociedad burguesa”.

50.000 pequeños talleres y comercios fueron nacionalizados. Se confiscaron las existencias particulares de metales preciosos (oro, plata, alhajas, …).
Se organizaron cientos de miles de “vigilantes de barrio” para denunciar y espiar a los disidentes.

Miguel Angel Quevedo, propietario de la revista “Bohemia” confesó que los 20.000 asesinatos atribuidos a Batista habían sido una invención, y arrepentido se suicidó.
Por diversas fuentes se calculó que
el número de presos políticos bajo Castro era de unos 200.000 que trabajaban forzadamente en las tierras nacionalizadas.
El servicio militar de inteligencia de EEUU reveló que
en Cuba había 6.000 asesores soviéticos civiles, 2.000 consejeros militares, y 4.500 soldados de la URSS como fuerza básica de apoyo al régimen marxista.

Pero en los mass media no se hablaba nunca de derechos humanos, libertad, represión, dictadura, … en Cuba. Y siempre que los mass media se refieren a Castro lo hacen como “Presidente”.

La opinión pública de EEUU estaba desorientada, confundida, traumatizada,
y el régimen de Carter pudo obsequiar al marxismo país, tras país.

El gran movimiento polaco de “Solidaridad” (1980) no recibió ni un solo aliento de Occidente, ni se presionó a la URSS para aminorar sus violentas represalias.



ALGO QUE LA BUENA FE SE RESISTE A CREER.
Desde los '70 circulaban por EEUU libros que (bajo boicot) denunciaban la existencia de grupos empañados en facilitarles el camino a los marxistas en todo el mundo.

Distortion by Design (Distorsión por Consigna, de Billy James Hargis) mostraba como los mass media distorsionaban la información de forma que al público llegaba una imagen falseada de la realidad internacional.

Gary Allen publicó
None dare call it conspiracy (Nadie se atreve a llamarle conspiración). Según Allen el comunismo no sólo es dirigido desde Moscú, sino que tiene poderosos bastiones en Nueva York, Londres y París. Grandes grupos financieros patrocinan las campañas que tienden a acreditar el comunismo y desacreditar a sus opositores.

Puede creerse cualquier cosa sobre el comunismo -dice Allen- pero se procura evitar que se piense que es una conspiración dirigda por hombres del “mundo respetable”. La gente dice: “Puedo entender que alguien tenga interés por el comunismo, pero la idea de que una conspiración comunista haya penetrado en EEUU es absurda. El pueblo norteamericano es anticomunista, no lo toleraría jamás
Parece un argumentos lógico,pero
el comunismo es una campaña de CONSPIRACIÓN MUNDIAL para asumir el poder mundial por personas que ocupan altos cargos y están dispuestas a usar cualquier medio para llegar a su meta
Millones de norteamericanos se encuentran confundidos. Han llegado, como en la película, al estar terminado, y no entienden qué ocurre. Se necesita la primera parte del misterio para que todo sea entendible

Y esa primera parte incluye:
1.-
la antigua coalición de trusts forjados por magnates ajenos al espíritu del pueblo de EEUU.
2.-
la influencia de dicha cúpula financiera sobre los dos partidos políticos al financiar sus costosas campañas y promocionar personajes afines a puestos clave.
3.-
la garantía de que el candidato vencedor ceda prerrogativas y puestos políticos clave, especialmente el Departamento de Estado.
4.-
la condición de que esa dependencia conduzca la política internacional.
5.-
una red de universidades que forman élites con tendencias marxistas, camufladas bajo “liberalismo”.
6.-
la acción conjunta de los mass media sirviendo a la causa de esta red hexagonal.

Nada de todo ello es desconocido en EEUU, pero los libros de tales temas son sutilmente boicoteados. Para el sentido práctico, demasiado esquemático, de la mayoría del público, es verdadero lo que triunfa brillantemente, aunque sea una mediocre canción de rock, y es poco confiable lo que no brilla bajo la luz de la resplandeciente publicidad.

Si se escamotean esas seis piezas básicas es difícil integrar el panorama o rompecabezas. Por ello se ve como contradictoria o incomprensible la política exterior de EEUU, o se piensa que los triunfos marxistas son debidos pese a la “oposición” de Washington.
No se percibe que en EEUU operan desde hace muchas décadas dos fuerzas políticas opuestas.



EL VILLANO SOMOZA Y LA ANGELICAL GUERRILLA.
A inicios de 1969 comenzaron a operar en Nicaragua pequeños grupos de asaltantes. Aunque el diario “Novedades” decía que eran entrenados y apoyados por Cuba, no daban la apariencia de hacer peligrar el régimen de Somoza.
Simultáneamente en Washington el legislador Frank Church decía que la tendencia de la política de EEUU (aún con Nixon en la presidencia) se fijaba en: “
la meta falsa del anticomunismo” y que debía suspenderse la asistencia militar que se prestaba a 17 países Iberoamericanos para desbaratar revoluciones. “Sólo se trata de mantener un status quo y evitar que los países adopten cambios benéficos” (8 junio 1969).

Otros políticos, el diputado Clement J. Zabocky, el ex secretario Geroge C. Lodge, etc. abogaban por la suspensión de la asistencia militar y de los adiestramientos antiguerrilleros, pues decían que así se reforzaba a los regímenes irrespetuosos de los “derechos civiles”
De igual parecer era el Secretario de Estado adjunto para asuntos Iberoamericanos: Charles A. Meyer.
Las voces en contra eran silenciadas y ninguneadas por los mass media, como la del diputado Henry Ford que defendía que los países que más violaban los derechos humanos eran los marxistas, pero de esos no se hablaba.

El 26 de septiembre 1970, unos 40 estudiantes de la Universidad “Católica” de Centroamérica ocuparon la catedral de Managua y pidieron la intervención del arzobispo Miguel Obando y Bravo para que se liberara a varios detenidos. Los estudiantes recibieron el apoyo del sacerdote Fernando Cardenal, vicerretor de la Universidad, y luego de 22 jesuítas que firmaron una carta de adhesión. El movimiento se extendió a la ciudad de León donde se ocuparon cuatro templos más.
El arzobispo Obando alentó a los estudiantes con sus declaraciones y presionaba a las autoridades.

Entre los “perseguidos” cuya libertad se demandaba figuraba la bella María Esperanza Valle (a) “Tita” que se había refugiado en la embajada de Chile y que luego recibió salvoconducto para salir del país, se le acusaba de asesinar a un oficial de la Guardia.
Otro detenido era José Benito Escobar Pérez, un guerrillero acusado de asesinar un juez y dos soldados.
Estos y otros detenidos eran presentados como prueba de la “represión” y sin discutir su culpabilidad.

La alianza entre sacerdotes y guerrilleros no era privativa de Nicaragua, sino fruto de la Teología (marxista) de la Liberación que hacía estragos en las comunidades católicas de Brasil, Colombia, Holanda, España, y otros países.

Quizás la primera vez que se vio, con sorpresa, militar sacerdotes en el marxismo, fue durante la IIGM en Alemania.

En Nicaragua se usaron los documentos de Medellín (II Conferencia Episcopal Hispanoamericana, 1968) como apoyo a la idea de “liberación cristiana” que desorientó a muchos, particularmente jóvenes católicos. Esa influencia ayudaba a la guerrilla marxista que la ayuda cubana.
El obispo de León, monseñor Manuel Salazar y Espinoza, tuvo en ocasiones palabras de excusa para
los atentados terroristas de los guerrilleros, quienes disimulaban su militancia comunista bajo el apodo de “sandinistas (Sandino había luchado, 1927, contra los infantes de marina de EEUU que ocuparon Nicaragua para imponer un presidente, es decir, Sandino se opuso al dictado exterior, pero los sandinistas de 1970 querían entregar el país a Moscú)

Además de la Teología (marxista) de Liberación actuaban muchos infiltrados (exiliados españoles) que habían obtenido cátedras en escuelas de secundaria y preparatoria. Por un lado o por otro los jóvenes estudiantes eran empujados a admirar a los judíos Ché Guevara, Marx, Lenin, o a Castro.

El régimen de Somoza traumatizado por ser designado una dictadura permitía que radio y prensa locales sembraran propaganda socializante.
También toleró que en la universidad hubiera total autonomía, que mal entendida se transformó en territorio extraño y enemigo de la nación, donde se acumulaban armas y distribuía propaganda subversiva.

El Frente Estudiantil Revolucionario se convirtió en una reserva de reclutas para los organizadores de mítines y/o guerrillas. Su influencia llegó a las escuelas primarias, desacreditando profesores o padres que procuraban frenar las “canciones de protesta” y actividades de agitación.

Los guerrilleros eran entrenados en Cuba, Líbano, Argelia, Libia. Castro mantenía en África 40.000 soldados y enviaba, al mismo tiempo, terroristas y armas a Nicaragua con el consentimiento e inacción de Washington.

Radio Sandino (desde Costa Rica) alentaba a los guerrilleros.
Los principales jefes “sandinistas” se hallaban bien seguros en Costa Rica, donde tenían comunicación con el embajador de EEUU Bowdler de forma que había una especie de “reconocimiento”.

Cuando un comando terrorista era capturado se hablaba mucho de “represión” y a los pocos días otro comando secuestraba a alguien para canjearlos por los presos.
El terrorismo tenía muchas fases. La “heroína sandinista” Nora Astorga se hizo amante del general Reynaldo Pérez Vega, con alto puesto en el ejército, y lo atrajo a una trampa donde varios guerrilleros lo golpearon, arrancaron los ojos, le quemaron el cuerpo con cigarrillos, y le cortaron los genitales para metérselos en la boca. Años después la Nora fue nombrada vicecanciller.

El ambiente se caldeaba y se repitió lo de Cuba:
EEUU prohibía la venta de armas y suministros al gobierno legal de Nicaragua, invocando los “derechos humanos” y presionaba a terceros países para que no les vendieran tampoco. Los guerrilleros veían que tenían el triunfo seguro pues ellos sí eran abastecidos, y no sólo desde Cuba.

William Bowdler, embajador de EEUU ante la OEA (Organización Estados Americanos) le llevó al presidente Somoza un recado de Carter: debía dimitir.
Somoza se resistía, no podía creer que su antiguo aliado y sus muchos amigos políticos estadounidenses pensaran, seriamente, en derrocarlo para entregar Nicaragua al comunismo.
El vicepresidente nicaragüense: Dr. Francisco Urcuyo escribió en su obra “Solos” “
Nuestro supuesto aliado por medio siglo, EEUU, nos cercó y presionó para la suspensión de avituallamientos e impidió que otros países amigos nos hicieran llegar su ayuda”.

A fines de 1979 un cámara de TV, oportunamente ubicado, tomó un plano corto del instante en que un guardia civil daba un tiro en la cabeza a un fotógrafo norteamericano: Bill Stewart.
La escena se pasó por todas las TV del mundo y conmovió a los espectadores contra Somoza, años después se supo que había sido un montaje preparado porlos sandinistas.

De las vícitimas del lado de Somoza nadie sabía nada, como la del general Ariel Argüello que capturado al quedar sin munición fue derribado a golpes, acuchillado y arrastrado por las calles de León.
O el radioperador Pedro Pablo Espinoza o el Dr. Rafael Saavedra y su hijo que fueron quemados vivos en presencia de sus familias.
O el Dr. Cornelio Huek, ex presidente del Congreso Nacional que fue asesinado y quemado en Tola.
Para estos y otros muchos asesinatos y desmanes no había cámarars perfectamente ubicadas.

Cuando Somoza se convención de que no tenía esperanza, pensó que su renuncia haría que EEUU ayudaría a Nicaragua a no caer en el marxismo, pero no fue así.
El embajador Pezullo le dijo al vicepresidente Urcuyo que tenía instrucciones precisas del Presidente Carter para una rendición incondicional y que debía entregar el poder a la Junta en la que figuraba el arzobispo teólogo (MARXISTA) de la liberación Obando y Bravo.

Al día siguiente (18 julio) Somoza telefoneó de madrugada al Dr. Urcuyo, “
Chico, estoy perdido, soy prisionero del Departaemto de Estado de EEUU. Me acaba de llamar Warren Cristopher, Subsecretario Adjunto de Estado, para decirme que si tú no entregas el poder a la Junta ellos me entregarán a los sandinistas, y que no debes contar con ayuda alguna de EEUU”.

El Dr. Urcuyo comenta que: “
el Estado Mayor no salía de su asombro al ver que el embajador Pezullo exigía una capitulación sin garantía ni condición alguna, de hecho se entregaba el país a una fuerza que ya se había declarado marxista”.

Cuatro días después el embajador Pezzullo concedió una entrevista en Washington y declaró: “
nuestro papel era derriar a Somoza, y lo logramos … la perspectiva de derribar a Somoza atrajo a los marxistas” (Mensaje de la United Press Internacional, Jim Anderson, 22 julio 1979).

En menos de diez años, bajo mandatos de Ford y Carter, diez países sellaron su destino, desvinculados de Occidente y nueve de ellos pasaron al control imperialista del marxismo: Sudvietnam, Laos, Camboya, Afganistán, Angola, Etiopía, Mozambique, Yemen del Sur, y Nicaragua.
Y en todos corrieron ríos de sangre que los mass media silenciaron adecuadamente para no herir sensibilidades
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NO BASTA INSTALAR, TAMBIEN HAY QUE CONSOLIDAR.
NUNCA NINGÚN PAÍS A ADOPTADO EL MARXISMO POR PROPIA VOLUNTAD, se precisan engaños, presiones internacionales, el terrorismo, la fuerza y la VIOLENCIA.
TAMPOCO NINGÚN RÉGIMEN COMUNISTA puede consolidarse sin apoyo exterior para reprimir la reacción defensiva del pueblo cuando descubre qué hay tras la careta comunista.


Apenas instalada la Junta Sandinista, el Secretario General de la ONU, Kurt Waldheim, exhortó al mundo a prestar asistencia económica.
En seguida el Fondo Monetario Internacional concedió un crédito, incondicional, de 22 millones $ (22 agosto 1979).
Luego Nicaragua se declaró alineada con Cuba y Vietnam durante la 6ª junta cumbre de países “no alineados” y cinco días después, el Banco Interamericano de Desarrollo le otorgaría, también, sin condiciones, otros 1.265 millones $.

En septiembre la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina) de la ONU, gestionaba otro crédito urgente de 150 millones $.
En diciembre de ese año el Presidente López Portillo comunicaba al funcionario sandinista Jaime Wheelock que México le cedía 100 millones de pesos como aportación. Además, ya le estaban enviando técnicos para estructurar sus finanzas, establecer la reforma agraria, planear la educación pública, etc. Remesas de medicamentos, víveres y equipos de comunicaciones.

Nicaragua estaba recibiendo más ayuda económica de Occidente que de Cuba y URSS, aunque cierto que Moscú le enviaba todo el armamento y peritos de organización de milicais, servicios secretos, etc.

Castro envió a Nicaragua mil maestros con un sistema de adoctrinamiento para que la idea de la Revolución sustituyera la fe en Dios.

Se siguió el consejo de Lenin de reemplazar el ejército profesional con milicianos comunizados, unos 7.500 jefes y oficiales de carrera fueron fusilados o internados en campos de concentración.
La Comisión Nicaragüense de Derechos Humanos reconoció, tres meses después del triunfo sandinista que había habido ejecuciones colectivas hasta de 20 personas “por paredón”, pero que era inevitable por la turbulencia y confusión de los primeros días (Agencia France Press, 13 octubre 1979).

Somoza había sido obligado a salir de EEUU sin poder hacer declaraciones y se refugió en Paraguay donde un “comando” lo voló en mil pedazos al disparar a su vehículo con un proyectil antitanque.

En Nicaragua los medios de difusión quedaron totalmente censurados y/o suspendidos. De 300 difusores con Somoza quedaron 4 bajo control oficial. Se confiscaron 200 edificios y todos los bancos.
Se suprimió la propiedad privada en el campo y se estableció el sistema ejidal. Se inició la nacionalización de las empresas y talleres.

El recién llegado delegado del Vaticano, monseñor Pietro Sambi (que ya había estado 3 años en Cuba) declaró: “
en la primera etapa de la revolucón han participado muy activamente, y con mucho coraje, los católicos, queiro decir fieles, sacerdotes, obispos … Ahora empieza una segunda etapa de la revolución, que es la de reconstrucción. Yo expreso el deseo de que igualmente todos los católicos den una contribución tan valiente y llena de coraje como antes … la revolución nicaragüense está ante la oportunidad histórica de ser diferente a otras; tiene la posibilidad de ser una revolución que se hace en comunión con los valores del cristianismo, y de ser pluralista ...”

La Teología (marxista) de Liberación apoyó a los terroristas marxistas desde el principio, y así lo admitió monseñor Leonardo Boff, líder brasileño de dicha “teología” en noviembre 1984.
Varios sacerdotes ocuparon altos cargos en el régimen comunista: Miguel d'Escoto Brodkman, Secretario de Relaciones; Ernesto Cardenal, Ministro de Cultura; Edgar Parrales, Ministro de Bienestar Social; Rafael Lucio; Mauro Giacomelli y Edwin Madariaga se convirtieron en “guías” de la Confederación de Religiosos de Nicaragua.
El padre Antonio Castro, director de la radioemisora: Ondas de Luz, decía (enero 1985): “muchos dirigentes revolucionarios de organismos de masas, han salido de nuestras comunidades religiosas de base”.



QUERÍAN NICARAGUA Y TAMBIÉN EL SALVADOR.
Con similitud pero variando la forma el golpe nicaragüense se dio simultáneamente en El Salvador. En este país no había el pretexto de un presidente reelecto que se pudiera llamar dictador. El jefe del Ejecutivo era el general Carlos Humberto Romero, de filiación anticomunista, es decir, un estorbo para las concesiones hacia la izquierda que Carter quería.
Consecuentemente se le derrocó el 15 de octubre de 1979 y se formó una Junta en la que figuraban procomunistas, algunos disfrazados de demócratas-cristianos.
La nacionalización de la economía se inició vertiginosamente el 8 de marzo de 1980 decretando la nacionalización de la banca privada (se respetaron bancos extranjeros, como en México en 1982). Se decretó la Reforma Agraria para hacer ejidos (igual que en México).

Hodding Carter, portavoz del Departamento de Estado de EEUU declaró en Washington que EEUU apoyaba dicho programa de reformas.
En El Salvador corría la versión de que todo era ordenado desde Washington, a lo que el embajador, Robert White contestó que no, que simplemente lo realziabado contaba con el respaldo de EEUU.

El 17 de marzo el Secretario de Estado: Cyrus Vance comunicó al arzobispo de El Salvador, monseñor Oscar Arnulfo Romero que la Casa Blanca apoyaba al régimen “moderado y reformista” de la Junta Revolucionaria.
El arzobispo había mostrado su simpatía a los terroristas cuando la guerrilla asesinaba a un empresario, un policía, un soldado, entonces el hecho se lamentaba discretamente, si un terrorista era muerto entonces se rasgaban vestiduras por la tremenda “represión”.
El 23 de marzo el arzobispo Romero pidió, públicamente, a las autoridades que “cesaran en la represión” y exhortó a los militares que “detengan la ola de muertes … les suplico, les pido, les ordeno en nombre de la Iglesia no matar, recuerden que los campesinos muertos también son sus hermanos”.

En ese momento había dos corrientes en El Salvador hacia la comunización.
1.-
influida por el embajador de EEUU: White (bajo instrucciones de Carter) buscaba que la Junta Revolucionaria reformara por decreto las bases económico- políticas hacia una estatalización marxista.
2.-
la guerrilla, quería comunización total, inmediata, como Nicaragua.

El 24 marzo de 1980 el arzobispo Romero fue asesinado mientras celebraba misa, luego en sus funerales unos encapuchados dispararon contra la multitud causando varios muertes. Ambos atentados eran típicamente terroristas. En el segundo caso policía y ejército estaban acuartelados, pero el embajador Robert White se apresuró a culpar a “elementos de la extrema derecha”
Otra versión dice que fue una maniobra de la guerrilla para provocar una reacción violenta del pueblo y tomar el poder, pero el pueblo no secundó a la guerrilla.

Siguieron siete meses de actividades terroristas en el campo y las ciudades, caían soldados, policías, civiles y también, guerrilleros. Hubo represalias contra ciertos religiosos que protegían a terroristas y el nuevo arzobispo, Arturo Rivera acusó al ejército: “
la represión militar y la derecha actúan impunemente en contra de nuestro pueblo y de su Iglesia” (12 octubre 1980).

El obispo Thomas P. Kelly, secretario de la Conferencia Católica de EEUU secundó la queja y pidió que Washington dejara de ayudar al gobierno salvadoreño. La ofensiva guerrillera arreció y varios de ellos, encabezados por Juan Chacón fueron detenidos en la parroquia de San Salvador, más tarde aparecieron asesinados.
La organización, fundada por judíos, Annistía Internacional clamó contra la “represión” y EEUU suspendió toda ayuda a El Salvador el 5 de diciembre.

Era el último mes de gobierno de Carter y los salvadoreños lucharon desesperadamente para ganar tiempo y esperar la llegada de Reagan.

Reagan ganó abrumadoramente las elecciones en 1980. Las reservas vitales de la nación se impusieron a la propaganda enconada, especialmente porque Reagan no era de la Fuerza 1.