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Tema: La verdad sobre la Inquisición Española

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  1. #1
    Avatar de Fidelitas
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Estimada Vainilla:

    Te dejo aquí un resumen que hice sobre un artículo escrito por Gustav Henningsen, titulado La Inquisición y las Brujas. En él podrás comprobar de manera académica que el mito de que la Inquisición española quemaba mujeres en cantidades ingentes es una mentira absoluta. Resalto en negrita las partes más importantes.

    Gustave Henningsen - La inquisición y las brujas:
    En el año 1080 escribió el papa Gregorio VII al rey Harald de Dinamarca quejándose de la costumbre de los daneses de hacer responsables a ciertas mujeres de las tempestades, epidemias y toda clase de males, y luego matarlas del modo más bárbaro. El papa conminaba al rey dano para que enseñase a su pueblo que aquellas desgracias eran voluntad de Dios, la cual deberían aplacar con penitencias y no castigando a sus presuntas autoras (Anejo, doc. 1). Diez años más tarde, en el reino católico de Hungría se intentó por edicto de ley extirpar la creencia en las brujas: “De strigis vero quae non sunt, ne ulla questio fíat” (Klaniczay 1994, 215), leemos en el decreto promulgado por el rey Coloman en torno a 1100. Así, pues, muy en contra de lo que comúnmente se opina, las persecuciones de brujas no se debieron a la iniciativa de la Iglesia, sino que fueron manifestación de una creencia popular, cuya bien documentada existencia se remonta a la más temprana Antigüedad. Incluso una creencia tan específica como que la bruja deja en la cama, en su lugar, un cuerpo fingido, mientras ella acude al aquelarre, la encontramos también en Asia y en África. Es especialmente llamativo el parecido entre las creencias en brujas de Europa y en la India, las cuales, en ambos casos, se encuentran documentadas en fuentes antiquísimas (Henningsen 1997, 842-848).

    Por desgracia la sabia postura de la Iglesia cambia a comienzos del siglo XV. De esta época datan los primeros informes de una extraña secta de cristianos apóstatas que se reunían de noche para adorar al demonio. Los teólogos y juristas de entonces describen “la nueva secta” de modo análogo a las herejías conocidas, hasta el punto de calificar de ‘cátaros’ o ‘valdenses´ a los miembros de la supuesta secta, los cuales aparentemente aún no tenían calificativo propio (p. 135). Los detalles sobre la “nueva secta de brujas” los encontramos en el tratado Ut magorum et maleficiorum errores, escrito sobre 1436 por Clode Tholosan. El concepto popular de la brujería como poder natural innato de la persona se seguía rechazando; sin embargo, se admitía que ciertas personas tenían poder para dañar a otras, mas dichas brujas tenían necesariamente que haber pactado con el demonio, de otra manera no sería posible. En el siglo XV básicamente la Iglesia incorpora las creencias populares de siglos anteriores sobre las brujas. A raiz de la bula de Inocencio VIII, que confirmaba esta visión, Heinrich Kramer escribió el Malleus Maleficarum, el manual del persecutor de brujas usado por la Inquisición hasta los sucesos de Salazar y Frías.

    A principios del XVI, los inquisidores de Italia, Francia y Alemania se embarcaron en una violenta persecución de la secta diabólica, con la absoluta aprobación del Vaticano, según demuestra la serie de circulares papales firmadas por Alejandro VI, Julio II, León X y Adriano VI (p. 139). Otro gran argumento es que la caza de brujas en la Edad Media fue insignificante con la brujomanía de la Edad Moderna. Aún así, el número de brujas quemadas por el Santo Oficio en el sur de Europa fueron: 59 en España, en Italia 22 y 4 en Portugal. Sin entrar en detalles, calculo que la Inquisición en los países católicos del Mediterráneo llevó a cabo unos 20.000 procesos de brujería o magia que, no obstante, resultaron en sentencias leves o suspensión de la causa. Observemos que la mitad de las quemas de brujas se produjeron en los estados alemanes, donde se ejecutaron a 25.000 personas.

    [Por otro lado], la teoría demonológica fue ferozmente debatida en las universidades europeas hasta principios del siglo XVIII por filósofos, matemáticos y físicos en el seno de todas las facultades. Según el historiador Stuart Clark, la teoría demonológica no hizo sino reavivar el viejo debate sobre causa y efecto de fenómenos inexplicables, siendo así precursora de la ciencia moderna. Fue precisamente el deseo de encontrar causas naturales a lo que, hasta entonces, solía achacarse al demonio, el motor principal de la filosofía natural de los siglos XVI y XVII, al cual debemos la explicación natural de tantos fenómenos que antes parecían no tenerla (Clark 257). Considerando la importancia que en aquellos momentos se daba a la cuestión de la intervención o no intervención del demonio, nos sorprende tanto más el escaso interés que la Inquisición mostraba por el tema. Con respecto a la postura de los eruditos acerca de las juntas de brujas, un catedrático de la Universidad de Salamanca escribe, a principios del siglo XVII, que mientras los especialistas en Derecho Romano y los teólogos suelen concebirlas como un hecho real, casi todos los canonistas coinciden en rechazarlas como producto de la imaginación (p. 142). De 1526 a 1610 en España prácticamente no hay casos de brujas. Los teólogos españoles las habían rechazado y habían escrito una serie de instrucciones sobre este tema.

    [Nota de Fidelitas: Alrededor del año 1610 hubo un caso de brujomanía, o caza de brujas en el norte de España; especialmente en La Rioja y el actual País Vasco. Uno de los inquisidores a cargo del Tribunal de Logroño, y de realizar las pesquisas sobre la supuesta existencia de un aquelarre demoníaco fue el sacerdote e inquisidor Alonso de Salazar y Frías.]

    En su investigación, el inquisidor [Salazar] dejó totalmente de lado el aspecto demonológico de la brujería. Con ello, tal como he demostrado en mi libro El abogado de las brujas, su recorrido, que duró ocho meses, tuvo el carácter de una moderna expedición científica (página 143). En otras palabras, Salazar sostenía que el aspecto demonológico era irrelevante en los casos concretos de brujería, y sobre tan revolucionario postulado reposaba todo su método ‘protopositivista’, como muy bien podríamos caracterizarlo, ya que el positivismo, como método, nació más tarde. Gracias a las investigaciones de Salazar la Inquisición abolió la quema de brujas en todo el Imperio Español, adelantándose así cien años al resto de Europa (p. 144).

    Conclusiones: Mientras que la Inquisición solía mostrarse dura y tajante con judaizantes, mahometanos y protestantes, se mostró inusitadamente blanda en cuanto al castigo de la brujería y otras formas de delitos mágicos. Tan blanda, que considerado con la mentalidad justiciera de un europeo del Norte de Europa, debió de resultar un escándalo. Con su propio servicio de inteligencia y poder judicial casi absoluto el Santo Oficio podía haber causado un holocausto de brujas en los países católicos del Mediterráneo— mas la historia nos demuestra algo muy diferente— :la Inquisición fue la salvación de miles de personas acusadas de un crimen imaginario.
    Última edición por Fidelitas; 01/12/2016 a las 08:56
    ReynoDeGranada y Vainilla dieron el Víctor.

  2. #2
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Seguro que en Hispanismo encontrará bastante sobre el tema, Vainilla. Se ha publicado mucho desmitificando la Santa Inquisición. Pero cualquier otro aporte que haga lo agradeceremos mucho.
    Vainilla dio el Víctor.

  3. #3
    Avatar de Mexispano
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Cita Iniciado por Vainilla Ver mensaje
    Bos días.
    Cuando tenga tiempo, voy a tratar de buscar información sobre ese lema que muchas jóvenes se creen sobre que la Inquisición quemaba a las mujeres por brujas, en España.
    A mí me resulta poco creíble. Sé que la hoguera se utilizó.. Pero "por brujeria", me resulta: Peliculero... No se, no me lo termino de creer.

    Si alguien tiene aportes, o ya está recogido en el foro, le agradecería lo enlazase.
    Un Saludo.


    Sabía que esto lo había leído en algún lado:





    La historia de Alonso de Salazar


    Cuando la Inquisición salvó a las brujas


    La propaganda nos ha vendido la idea de una España negra donde la Inquisición quemaba brujas para gozo de una población fanatizada. Pero la realidad es exactamente la contraria: España es el país de Europa que, proporcionalmente, menos brujas quemó, y ello, precisamente, gracias al celo jurídico de la Inquisición. Fue a principios del XVII. En esta historia hay un nombre propio: el inquisidor don Alonso de Salazar Frías, un hombre de fe, pero también de razón, que descubrió que la inmensa mayoría de los casos de brujería era pura patraña. Salazar pasó a la historia como “el abogado de las brujas”. Mientras el resto de Europa (y Norteamérica) seguía con sus cazas de brujas, ya hacía un siglo que España había prohibido esa práctica.







    18 de diciembre de 2007

    José Javier Esparza


    Podemos comenzar nuestra historia a finales del siglo XVI, porque la quema de brujas no fue tanto cosa medieval como de los siglos posteriores. En toda Europa hay una auténtica fiebre contra las brujas. Las cifras son alucinantes: se calcula que entre los siglos XV y XVIII habrá 100.000 juicios por brujería, de los que la mitad, 50.000, terminaron con la quema del acusado. Pues bien: de esas muertes, la mitad ocurrieron en los estados alemanes; en Francia llegaron a 4.000; en países tan pequeños como Liechtenstein, las quemas alcanzarán al 10% de la población, nada menos.


    Caza de brujas

    España no quedará fuera de estos procesos por brujería, aunque nuestras cifras durante el siglo XVI son comparativamente escasas; algún autor extranjero de la época lo atribuye a que ni el Diablo se fiaba de los españoles. Sin embargo, a finales de ese siglo XVI se observa un aumento de la persecución. ¿Por qué? La ola viene de Francia, y más precisamente de un gran jurista y filósofo político, Juan Bodino, que en 1580 ha publicado su Demonomanía de los brujos. ¿Y qué hace un jurista hablando de estas cosas? No era sólo Bodino; en aquella época, los intelectuales concedían a la demonología gran atención y, de hecho, el ámbito donde se planteaban estas materias no era tanto el eclesiástico como el de la cultura civil. Esta preocupación era reflejo de la general creencia popular en brujos y hechicerías. Bodino añadió un argumento político: los brujos, al reconocer como único señor a Satanás, eran enemigos del Estado.

    Por estas y otras razones, hacia 1600 hay un verdadero fenómeno de terror colectivo en torno a la brujería. La mecha prende en la región vascofrancesa de Lapurdi. Para atender las numerosas denuncias de brujería, el rey de Francia, a petición de los regidores locales, envía a un juez especial, Pierre de Lancre, un hombre absolutamente convencido de la necesidad de erradicar la brujería a sangre y fuego. Lancre entró a saco: acusó formalmente a 3.000 vecinos y mandó quemar a unos 600, entre ellos a tres curas. El juez francés lo mezclaba todo: veía brujería en el juego de pelota, en los bailes regionales, en las prácticas curativas rurales… El propio obispo de Bayona tuvo que exigir que Lancre se marchara de allí. Se marchó, pero no sin llevarse a varios cientos de presos. Muchos amenazados buscarán refugio en el lado español de los Pirineos.

    Es entonces cuando se dispara el fenómeno en el norte de España, en las montañas vasconavarrras. Por todas partes aparecen denuncias. La gente de los pueblos levanta rumores, señala culpables, busca acusados… Muchos de los sospechosos confiesan. Pronto se extiende una atmósfera de terror comparable a la de otros lugares de Europa.

    Como la violencia empieza a hacer estragos, el orden interviene. Lo hace depositando el problema en manos de la Santa Inquisición, que en España, como en Portugal y en Italia, se encargaba de asegurar la unidad religiosa del reino. La Inquisición, recordemos, sólo juzgaba a cristianos, no a creyentes de otras confesiones; pero la brujería entraba de lleno en sus competencias, pues se trataba de prácticas satánicas u ocultistas atribuidas a bautizados y, por tanto, sujetos a obediencia a la Iglesia. El Santo Oficio se hace cargo de la situación hacia 1609 e instala en Logroño la sede de los jueces de brujas. Los primeros inquisidores se dejan ganar por la presión popular y la atmósfera generalizada de venganza: se proponen interrogar bajo tortura a los encausados y mandar al fuego a quienes consideren culpables. Pero la Inquisición es una casa muy seria: hay que estudiar los sumarios, documentar las acusaciones, fundamentar la aplicación de la ley…

    El material que reunieron los inquisidores era inquietante. Cientos de sospechosos habían confesado acudir a aquelarres donde se adoraba al Macho Cabrío. Otros muchos habían reconocido que elaboraban brebajes mágicos, generalmente a petición de algún vecino, para ayudarse en sus conjuros o realizar transformaciones prodigiosas. Un cierto número de mujeres decía haber mantenido relaciones carnales con el Diablo. Por último, numerosas madres habían denunciado a sus propias hijas porque, al anochecer, abandonaban su casa volando por los aires para acudir a los aquelarres. Realmente estremecedor. Por la cuantía y unanimidad de los testimonios, no cabía duda: allí había mucho brujo convicto y confeso.


    El abogado


    Pero entonces aparece en escena otro inquisidor, don Alonso de Salazar: religioso, jurista, 45 años. Y Salazar duda. No por razones de tipo jurídico –ya hemos visto lo que pensaban juristas como Bodino o Lancre-, sino por razones de carácter religioso combinadas con el sentido común. Salazar cree en Dios, cree en el Demonio y no ignora que hay prácticas brujeriles y satánicas, pero se niega a atribuir a Satanás los supuestos prodigios que el pueblo narra en las aldeas y que desafían a la inteligencia. En esa misma posición está un importante humanista de la época, el extremeño Pedro de Valencia, que ha estudiado los procesos por brujería y ha llegado a la conclusión de que, en la mayoría de los casos, son invenciones de los testigos, producto del miedo, manifestaciones de alguna enfermedad mental o, simplemente, una tapadera para encuentros indecentes. De modo que Salazar se planta ante sus colegas y reclama un poco de sensatez:

    "Lo que yo os digo es que no hubo brujos ni embrujados en este lugar hasta que se comenzó a tratar y hablar de ellos. El problema es: ¿Hemos de creer que en tal o cual ocasión determinada hubo brujería, solamente porque los brujos así lo dicen? No, naturalmente, no debemos creer a los brujos, y los inquisidores creo que no deberán juzgar a nadie, a menos que los crímenes puedan ser documentados con pruebas concretas y objetivas, lo suficientemente evidentes como para convencer a los que las oyen. Pero ¿cómo poder documentar que una persona, en cualquier momento, vuele por el aire y recorra 700 km en una hora; que una mujer pueda salir por un agujero por el que no cabe una mosca; que otra persona pueda hacerse invisible a los ojos de los presentes o sumergirse en el río o en el mar y no mojarse; o que pueda a la vez estar durmiendo en la cama y asistiendo al aquelarre… o que una bruja sea capaz de metamorfosearse en tal o cual animal que se le antoje, ya sea cuervo o mosca? Estas cosas son tan contrarias a toda sana razón que, incluso, muchas de ellas sobrepasan los límites puestos al poder del demonio".

    Salazar sabía de lo que hablaba. Había investigado el caso a fondo. Se había instalado en el norte de Navarra –en Sanesteban, Doneztebe en vasco- y había hablado con todo el mundo. A lo largo de dos años había comprobado los casos uno a uno, confrontado los testimonios, interrogado a los testigos… Y descubrió cosas asombrosas. Por ejemplo, que los acusados que habían confesado acudir a los aquelarres de brujos no coincidían nunca en señalar un mismo lugar, ni al describir los caminos de llegada y salida, ni lo que allí ocurría. Descubrió también que los brebajes mágicos atribuidos a los brujos, que Salazar experimentó con animales, eran inocuos. Examinó a las mujeres que decían haber tenido relaciones carnales con el Diablo y constató que eran vírgenes. Este investigador, digno de una novela policiaca, quiso saber también qué había de cierto en el caso de esas muchachas que, según sus propias madres, abandonaban la casa volando: hizo atar a la cama a las muchachas en presencia de sus madres y aguardar durante horas; ninguna salió volando. Así se deshizo en España la superstición: gracias al celo lógico del inquisidor Salazar.

    Y si todo era una patraña, ¿por qué había tanta gente dispuesta a declarar lo contrario? Bueno… También hoy tenemos a nuestro alrededor millares de personas dispuestas a manifestar que creen en los extraterrestres. ¿Era todo una invención? Todo, no: la brujería existía y seguiría existiendo, así como las sectas satánicas. Pero los supuestos aquelarres, al parecer, no eran más que una mezcla de viejas e inofensivas pervivencias rurales de origen pagano (por ellas quemaron a aquellos tres curas en Lapurdi), o asambleas más o menos subrepticias de alcohólicos; los misteriosos brebajes mágicos eran recetas de aldeana –ungüentos, cataplasmas- contra enfermedades reales o supuestas; las amantes del demonio, solteras con problemas mentales, y las doncellas voladoras, muchachas que al anochecer salían de sus casas para cambiar confidencias o atender a algún pretendiente. No era un modelo de vida ideal, pero poco tenía que ver con la brujería.

    Por eso, en fin, España, Portugal e Italia, los países donde funcionaba la Inquisición, fueron los que menos cazas de supuestas brujas conocieron. Gracias al sentido común de detectives como Alonso de Salazar.


    (Copyright José Javier Esparza. Prohibida la reproducción salvo permiso expreso de elmanifiesto.com).





    _________________________

    Fuente:


    <div><strong>Cuando la Inquisición salvó a las brujas</strong></div> - El Manifiesto
    Última edición por Mexispano; 02/12/2016 a las 03:48
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  4. #4
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    Re: La verdad sobre la Inquisición Española

    Otra mochila pesada de infamias, otra leyenda negra. Y ésta, además, peliculera. Alimentada por el cine, reportajes y ¡Cómo no!, por el papel. Y también para no variar: Nosotros los primeros en tragárnosla y aprovecharnos de la exagerada infamia con un fin comercial y propagador de odio entre Españoles, Hispanoamericanos; y sobre todo en hacer responsable máxima a la Iglesia Católica...Para no variar.
    En fin...Un soberano aburrimiento.

    Entonces, los protestantes crearon esto, siendo que lo suyo es para callarse...pero bueno, como nunca fueron de mucha vergüenza y honor, pues cogieron sus actos y nos los agenciaron.
    Con esto, no eximo a España de no haber cometido crimen, ni me maravillo de este comportamiento, pero tal pareciera que "su culpa" nos la han traspasado. Puesto que sus exageradas cifras acusatorias eran más cercanas a las propias que a las que nos endiñaron cual patata caliente.

    He consultado la red para este tema, y enlazo una página católica. ¿Por qué? Pues por que ya que es "La acusada", me parece esta en su derecho a defenderse. Y aparte, desarrolla su defensa bien, aclara puntos, y yo, por descontado: Me la creo.

    A modo resumen diré que explica cómo ni siquiera en origen es una invención Española ni del Cristianismo, ni de la Iglesia Católica, en referencia a las religiones monoteístas. Primero lo hicieron los judios, luego los musulmanes y después los cristianos.

    La hoguera, en España, era un castigo extremo, que es lo que menos se aplicó. Fueron los: Sambenitos, azotes, carcel multas, etc lo aplicado en su mayoría por los juicios inquisitoriales.

    Fue en los paises del sur de Europa -Católicos- donde se frenó esa locura de ver brujas obsesivamente. Esto venia de aquella Alemania de 1486 que culpaba a las mujeres por escrito hasta del mal tiempo. En 1490 la Iglesia Católica declaró su libro: falso.

    El ejemplo ocurrido en Toledo en 1591 certifica "un comportamiento" de estos tribunales inquisitoriales españoles: Hubo 1 mujer que se confesó asesina ritual de varios niños. Recibió 200 azotes por bruja O...por mentirosa.
    En Toledo y Cuenca de 307 procesos hubo escasos torturados.
    Las cifras a la luz del estudio serio sobre el legado escrito del tiempo se mueve entre las cifras de 3000 y 5000 en España de hombres y mujeres asesinadas por la Inquisicion, pero no esas cifras que inundan la red, y otros medios. Por ello, es falso tratarla de oculista, de secretísimo, ya que sus juicios fueron registrados y aún se conservan. Y siguen siendo estudiados.
    Henry Kamen, no católico, estudioso de la Inquisición nos cuenta que por cada 100 penas de muerte en los Tribunales ordinarios, el Tribunal de la Inquisición, emitió: 1; entre los siglos XV y XVIII en Europa.

    De 1560 a 1700: 2 de cada 10 personas fueron ejecutadas. Osea unas 3000 victimas en todas las zonas del Imperio Español -Católico.

    El caso de Jovellanos, que solicitó por escrito al Rey informes para reformar la Inquisición, fue acusado de traicion por el Santo Oficio, y condenado a 1 mes de retiro forzoso...ósea creo tortura.

    Ruiz de Padrón, sacerdote enemigo de la Inquisición, tampoco sufrió torturas, sino condena a vivir en 1 monasterio y sus bienes confiscados. Y más tarde...apareció en su abadía viviendo tranquilamente.

    La gente temía más a los Tribunales ordinarios y a los poderosos que a la Santa Inquisición. El articulo desarrolla esto en resumen, pero aporta datos muy interesantes.

    Los Tribunales ordinarios fueron más crueles, condenaron a más muertes, de forma más atroz que los tribunales de la Inquisición. Muchos prisioneros se declaraban herejes para recibir un trato en carcel más benévolente e incluso por que al menos con el tribunal de la Iglesia llegaría su juicio, algo que podría ni llegarle con el T ordinario y perecer prisionero.

    Sobre la información tipo Wikipedia, los que llevamos años interesados en la historia, leyéndola, sabemos que cuando la hemos leído sobre 1 personaje, hecho, conflicto, batalla...Y luego hemos conocido en el papel (ensayos, clásicos..) Las personas, hechos, cifras, etc no se explican con la elocuencia verdadera ante los datos estudiados. Por lo tanto la red, nunca puede ser de fiar como algo fehaciente. Pues te llevas la misma sorpresa que cuando algunos clásicos dan cifras...ya sabéis a que me refiero.

    El articulo explica lo siguiente: El inquisidor, era un padre confesor, un juez. Su obligación y fin era el llevar a la oveja descarriada al camino correcto, ósea al rebaño de la cristiandad. Pero no un sádico que tenía un trastorno que le hacía recrearse en la tortura del cuerpo de la mujer y el hombre. Tenía órdenes de no causar un daño permanente. En España el inquisidor necesitaba pruebas suficientes que demostrasen los daños. Y los Inquisidores Catolicos no creían en poderes demoniacos, sino en el Dios Cristiano.

    Personas "Idas" las habría, por supuesto, que abusaran de su poder otorgado, posición...pero como en toda etapa histórica, creencias, pueblos. Y no sirve aquello de: Pero es que la Iglesia promueve la palabra de Jesus, es indecente si abusa. Pues no, por que el contexto de la época demuestra el comportamiento radicalmente dinstinto y propio de ese retrogradísmo y dureza en todo el Medievo, igual que se comportaban los humanos idólatras en la época antigua. Tenemos que entender que la misma vida, sus conceptos, sus escasos avances en conocer las causas de sus males, su arraigo en sus creencias, su defensa ante tantas guerras, etc creaba en su hechura personas que no tenían los mismos conceptos de piedad que nosotros tenemos en la actualidad. El contexto histórico es importantísimo y esencial para comprender estas actuaciones.
    Aquí se mezcla el odio al Catolicismo, y las causas de las autollamadas a sí mismas feministas.
    Y se ha demostrado que la Alemania e Inglaterra protestante fueron donde más crímenes por cuestiones de fe se realizaron en cifras superiores a España, y con una saña y tortura infinitamente superior.

    Yo he recogido solo una parte, aportando mi postura de la página que enlazo. Recomiendo leerla, es muy interesante. El vídeo no lo he visto más que su comienzo. Quizás lo termine, aunque no me ha gustado cuando cuenta las escasas y malas vías de comunicación de hispania, la tierra improductiva de la penisula, la quema de los judios ( siempre victimarios ...me aburre su victimismo, siendo que no niego se les atropellase, pero traidores fueron y sus traiciones nos hicieron mucho daño..y usureros, ávaros.
    Y que Fernando al casarse con Isabel consiguió la unión Cristiana, pues todos sabemos que fue Isabel quien bien aconsejada y por su propia personalidad siendo muy joven, escapó de su cautiverio y se enfrentó al rey, al papa, en toda su razón puesto que la querían casar con un pariente. Y Ella es quien determinó que sería con Fernando, y propició la unión con Aragón (también pariente suyo). A mí Fernando me parece un rey catolico grandioso. Pero Isabel es mucho más inmensa que el en muchísimos aspectos. La monarca más grande que ha conocido este mundo y que únicamente veo comparable a su nieto Carlos...Que Dios tenía que traernos a este Emperador de la Cristiandad.

    Aquí la página de la que he recogido la información: Catholic.net - La Inquisición española: verdades y mitos

    Dentro de la misma página he observado hay muchos más artículos. La iglesia se defiende en todo su derecho.


    Y hay que recordar que el escudo del Santo Oficio Español, tenía rama de olivo, que significa clemencia, bienvenida y paz en el cristianismo. No sólo tenía una espada. Eso significa.
    Quien quiera entender, que entienda.
    Kontrapoder, Fidelitas y Leolfredo dieron el Víctor.


    Tándem Aquila Vincit
    ———————————



    Salve, llena de gracia; el Señor es contigo..
    Bendita tú eres entre todas las mujeres que fueron, son y serán; Reina Virginal, Madre Santísima, Virgen Pura..El Espíritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá; por eso el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios.

    Y el Oriente, Luz Verdadera vino al mundo e ilumina a todo hombre y toda mujer como Sol de justicia.

    TÚ DIOS mío solo ayúdanos, que nosotros haremos para Su camino.

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