...-Repercusiones en la cultura
Ese laicismo se manifiesta en cierta secularización de la cultura. La teología se ve obligada a compartir su dominio con las letras humanas. El escolasticismo como método y sistema cae en descrédito mientras prospera la retórica clásica y cierto modo personal de filosofar. La cultura se hace más profunda (mayor conocimiento de la antigüedad greco latina, tanto de la pagana como de la cristiana); más íntima inspección psicológica, más amplia (descubrimientos en geografía, astronomía, física, medicina), más universalmente difundida (nuevas universidades y estudios, multiplicación de colegios y escuelas municipales, invención de la imprenta).
Al hacerse más extensa la cultura deja de ser patrimonio de los clérigos y pasa a los seglares. Comienzan los juristas, siguen los humanistas. Así la ciencia se humaniza, secularizándose. La nueva filosofía no se resigna a ser ancilla Theologiae, aspirando a ser autónoma.
-Individualismo y subjetivismo
Contra la autoridad y la jerarquía se levanta la razón individual que busca en sí misma y en la naturaleza de las cosas los fundamentos. El individuo vive para sí más que para la comunidad. En la vida económica se tiende hacia el liberalismo y en la vida religiosa se tiende a buscar a Dios directamente, sin intermediarios humanos, menospreciando la misión de la Iglesia; esto es claro en ciertos herejes; en los fieles católicos se ve propensión a una piedad más individualista, mientras decae la liturgia. Se abre camino al subjetivismo religioso, al racionalismo y, finalmente, al naturalismo como si la felicidad del hombre consistiese en la felicidad terrestre.
Por otra parte, los filósofos del siglo XIV se rebelan contra los grandes sistemas metafísicos que admitían conceptos universales, y propugnan el nominalismo que niega la realidad objetiva de los conceptos y estudia el mundo subjetivo (lógica y psicología).
-Ruina del feudalismo
Como fenómeno enteramente opuesto a las postrimerías de la Edad Antigua, prosperan las ciudades a expensas de los campos. La nobleza abandona los castillos en provincias para poner su residencia en ciudades y en la corte del monarca, procuran el favor de éste y se convierten en cortesanos aduladores e instrumentos de su política.
También el desarrollo del comercio y la industria crecen las ciudades, especialmente las costeras que multiplican las líneas de navegación y las que surgen en encrucijadas de caminos. Aparece el capitalismo de ricos mercaderes y banqueros salidos de la clase media o burguesía. Así a la economía agrícola sucede la comercial.
Entre tanto, se impone en las naciones el absolutismo real de plenos poderes, ya que los monarcas se reservan todos los derechos y ejercen potestad omnímoda sobre el entero territorio nacional, debilitando a nobles y magnates despojándolos de sus derechos feudales, centralizando la administración del reino y distribuyendo cargos no solo entre nobles sino entre burgueses que por sus riquezas o talento pueden serle eficaces colaboradores.
Cobra tanto incremento el absolutismo centralizador, que el rey no se contenta con gobernar y dar leyes en lo político, civil y financiero; invade también lo eclesiástico, dando origen a diversas formas de regalismo.
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... Hay que advertir sin embargo, que tales caracteres, más que rasgos definidos y universales son muchas veces "tendencias nuevas" que poco a poco se van desarrollando. No conviene demasiado contraponer agudamente épocas históricas; ciertos esquemas pueden ser útiles sólo a condición de que se los mire de lejos y no se haga mucho hincapié en ellos...
(Extraído y resumido de "Historia de la Iglesia", Tomo III, por R. García Villoslada y B. LLorca, B.A.C., 1950)
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