Muchas gracias por los datos, mi cabeza a veces no da más.![]()
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Compartimos el mismo desdén por el mundo surgido de la revolución francesa, Kurt Hausser. La modernidad se caracteriza por un progresivo alejamiento de lo tradicional. Primero, son los renacentistas pretendiendo ponerse en la antigüedad clásica grecorromana como si los pueblos germánicos no hubieran marcado con su sello propio a Occidente. Es la gran epopeya que nos presenta en la segunda parte de su “Fausto” el genio de Goethe: antigüedad clásica versus civilización gótica. Los renacentistas quisieron hacer borrón y cuenta nueva con todos los siglos que llamaron “Edad Media”. Nadie crea que detesto el arte renacentista, ni mucho menos; lo que no puedo tolerarles es su engreimiento que rebajaba los siglos que median entre el fin del Imperio Romano de Occidente y el “renacer” que tiene lugar, primero en Italia, y luego por mímesis en el resto de la cultura occidental.
Pero el Renacimiento, con su aversión a la escolástica, incorporó a la filosofía elementos paganizantes, incluso adoptó tics gnósticos conscientemente (piénsese en Marsilio Ficino o en Pico Della Mirandola). Al Renacimiento hay que ir a buscar el origen de la crítica, que en Descartes será “duda metódica” y, ya en la Ilustración, crítica destructiva de todo el mundo tradicional: de los valores tradicionales. Al Renacimiento, y en concreto al despertar de los estudios filológicos, hay que ir a buscar el origen del protestantismo que rompió la unidad cristiana que había reinado en el medioevo.
En ese sentido, la revolución francesa es la erupción de todo eso que se estaba fraguando desde que el hombre prefirió empezar a adorarse a sí mismo, dejando de adorar a Dios. El sensualismo y la soberbia fueron las características del Renacimiento, y el sensualismo y la soberbia de la aristocracia degenerada de la Francia de Luis XVI los desencadenantes fatídicos de la revolución, revolución que asimismo era instigada por la soberbia intelectual de los adoradores de la Diosa Razón y la concupiscencia de sus secuaces.
Y por conectar con el tema: la aristocracia decadente que bailaba el rigodón, con sus pelucas empolvadas y su lunares postizos, esnifando rapé… No es aristocracia, es oligarquía. La idea de hidalgo que presenta la hispanidad nada tiene que ver con la degeneración de la alta nobleza europea. También nuestra aristocracia se pudrió al contacto de las modas afrancesadas. Pero en las aldeas seguían los viejos hidalgos, levantándose temprano para ir a misa de alba, pugnando por hacer valer sus ejecutorias, incluso cuando ya no valían ni para exención de impuestos.
En cuanto a los tradicionalistas españoles: Vázquez de Mella es formidable, como también Donoso Cortés, Menéndez y Pelayo, Nocedal… Pero hay muchos más, y más antiguos que estos. En este foro en que estamos encontramos información sobre ellos, sus libros han pasado a formar parte de los "infiernos" (esos depósitos bibliotecarios que quedan ocultos al lector). Pero el término “tradicionalista”, en el sentido católico, está desprovisto de adherencias gnósticas tal como ocurre cuando Guénon o Evola emplean el término “tradicionalista”. En ese sentido, ciertos rezagos de gnosis pueden encontrarse en un tradicionalista como Joseph de Maistre -en su juventud también perteneció a la orden martinista. No obstante, estoy seguro de que una inmersión en los tradicionalistas castizos será muy grata para alguien como tú, que rechazas la revolución francesa y sus frutos venenosos. Gothico presentó hace unas semanas un hilo magnífico que puede ser una congrua introducción, personalmente disfruté mucho aprendiendo de él:
EL PENSAMIENTO REACCIONARIO ESPAÑOL
Sobre la Revolución Conservadora alemana hay que hablar largo y tendido. Personalmente, le debo mucho al Oswald Spengler de “La decadencia de occidente” y “El hombre y la técnica”, al Ernst Jünger de “Tempestades de acero” y “El Trabajador”, pero se me pierden Franz Schauwecker, Helmut Franke, Ernst von Salomon, Albrecht Erich Günther, o los nacional-bolcheviques Karl O. Paetel y Enrst Niekisch. Creo que falta todavía, corrígeme si me equivoco, una traducción al español del libro de Armin Mohler, “Konservative Revolution”. Y también da para mucho la figura, muy desconocida en España, de Corneliu Codreanu. Pero, bueno, esto son cosas que no tienen que ver con este hilo. Habría, con permiso de los administradores, que habilitar otro, para no molestar a los hidalgos con estas cosas. Pero que conste aquí que, los hidalgos, también gustaban de esto, de pegar la hebra con una cosa y otra hasta altas horas de la madrugada, al amor de la lumbre y con buenos amigos, como sois todos vosotros.[/SIZE][/FONT]
Un saludo
Última edición por tautalo; 02/09/2008 a las 23:08
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