COMO SE GANO CORDOBA

LA SORPRESA Y ASALTO DE LA AXARQUIA

Seyendo el rey don Fernando en el regno de Leon, andando por y faziendo justicia et bien parando el regno, ouo de venir a la uilla de Benauente. Et en aquel tiempo, cristianos que auie en la frontera —caualleros fijos dalgo et adaliles et almoguaures a cauallo et de pie— ayuntaronse en Anduiar, que era de cristianos, et fezieron su caualgada contra Cordoua; et cautiuaron moros que auien guareçido con sus maiores, et de aquellos ouieron lengua cierta en como la çipdat de Cordoua estaua muy asegurada, que se non velaua nin se aguardaua por miedo que ouiesen de cristianos, et que les farien auer vn andamio en el muro, et asmaron commo furtarian el arraualde que dizen en arauigo el Axarquia: ca tenien que si aquello podiesen auer, que por aquello podrian auer todo lo al, bien commo se acaecio. Et ellos acordaron de lo fazer; et desi fablaron commo feziesen sus escaleras, et asmaron de qual manera para las torres et para el muro; et cataron vna noche en que feziese fuerte tiempo et que fuese escura por o mas encobiertamiente lo podiesen fazer. Et esta fabla asesegada de commo se feziese, metieron en ella a Pero Royz Tafur et a Martin Roiz dArgot; et embiaron con su mandado del acuerdo que auien tomado a don Pero Royz, et a don Aluar Perez su hermano, que estauan en Martos, et enbiaronle dezir qual noche auian acordado de lo fazer, et el, que estodiese presto con su conpanna, para acorrerlos quando mester fuese.

Et entretanto que don Pedro Martines yua a don Aluar Perez su hermano, llegaron ellos quanta gente podieron auer, et guisaron sus escaleras aquella noche que posieron, et llegaron al pie del muro —et esto fue ocho dias por andar del mes de enero— et catauan si uelauan los moros las torres et el muro, et non oyeron hoz ninguna de velar, ca dormien todos et tenielos presos la fortaleza del suenno, et andodieron aderredor de las torres et del muro. Et estando los cristianos asi, fablaronse et dixieron: «que faremos?» Et Domingo Munnoz, el adalit, les dixo: «el mio consejo es este: que pues que aqui estamos que fagamos la sennal de la cruz et que nos acomendemos a Dios et a Sancta Maria et al apostol Sanctiago et que punemos de acabar esto por que aqui venimos en seruicio de Dios; et sy non podieremos echar las escaleras de cuerda, pongamos estas de fuste, et punnemos de sobir por ellas; et suban los meiores algarauiados que fueren entre nos et vayan uestidos como moros, por tal que si se fablaren con los moros, que los non conoscan et que cuyden que son moros commo ellos: et estos punen de se apoderar de la primera torre que fallaren, fasta que la otra gente suba». Este conseio que Domingo Munnoz les dio, touieronlo por bueno, et fezieronlo asi.

Et prouaron tres escaleras de fuste, et fallaronlas cortas, et desi ataronlas la vna con la otra et echaronlas a vna torre, et los primeros cristianos algarauiados que por ellas sobieron fueron Aluar Colodro et Benito de Bannos, et despues los otros que yuan con ellos; estos yuan uestidos et entocados commo moros. Et tomaron vna torre a la qual llaman oy en dia «la torre de Aluar Colodro>, et fallaron en ella cuatro moros que yazien dormiendo, et el vno delios era de los que fueron en el conseio; et despertaron, et dixieronles que andauan buscando, et ellos les resposieron en su algarauia que eran los sobreguardas et que andauan catando las velas. Et aquel moro de que vos ya dixiemos, conosçio en la palabra a Aluar Colodro, et apretol la mano con la suya, et dixol a la oreja: «yo so de aquellos que tu sabes, puna de te uengar destos otros, et yo te ayudare>. Desi tomaronlos et ataparonles las bocas et echaronlos de la torre ayuso; et los cristianos que estauan yuso, mataronles.

Et en esto commençaron los cristianos a sobir a grant priesa, et desque vieron que era la mayor partida dellos en la torre, fueronse por el muro ayuso ganando quantas torres y auie contra la puerta de Martos, fata que ganaron esa puerta; et quanclo vino el alua del dia, todos los cristianos eran ya apoderados de las torres et del muro et del arrauaide a que dizen el Axarquia, con aquella puerta; et entro por ella Pero Roiz Tafur con otros de cauallo que y estauan. Los moros, deque los vieron asi apoderados de aquel arraualde del Axarquia, ouieron a desanparar las casas et a foyr con quanto tenien para dentro a la uilla, et los cristianos fazian sus espolonadas con ellos por las calles en pos ellos, et matauan muchos de los alaraues; et los cristianos barrearon todas las calles del arraualde del Axarquia, saluo la cal mayor que ua derecha, que dexaron por o podiesen yr en pos los alaraues. Desque los moros ouieron metido dentro en la uilla aquellas cosas que podieron, derramaron con los cristianos, et los moros del otro andamio de la uilla les tirauan saetas et dardos et piedras, et tres uezes los vençieron et los leuaron fasta el muro.

SOCORROS

Los cristianos, veyendose mucho apremiados por el grant poder de los moros que eran muchos, ouieron su acuerdo et enbiaron dos omnes con su mandado; el vno al rey don Fernando su sennor que los veniese acorrer, et el otro a don Aluar Perez que era en Martos, que era vno de los grandes omnes del reyno de Castiella, poderoso et noble, et a un cauallero que dizien Ordon Aluarez que era de la mesnada del rey, que vino y luego, et lo enbio dezir al rey don Fernando. Et mandaron aquel que yua a don Aluar Perez que lo dixiese por todos aquellos logares que eran de cristianos en la frontera, et el mandadero fizolo asi.

Et el que fue al rey andido a grant andar de dia et de noche, fasta que llego a Benauente o era el rey; et en asentandose el rey a la mesa, diol las cartas et dixol el mandado por que yua. Et el rey mouio lugo ende, que non se quiso detener vna ora, et mando que mouiesen sus uasallos enpos el, et enbio luego por los de las çipdades et de los castiellos que fuesen con el a la frontera apriesa, ca tal mandado le llegara dalla; et enbioles dezir esto, et no les espero, et salio el lugo apenas con çient caualleros. Mas fazie entonçe fuerte tienpo de aguas, et las lluvias muchas, et los nos yuan muy creçidos; et enbargaronte yaquantos dias que non pudo acorrer a la çerca de Cordoua tan ayna commo el quisiera. Pero vino en tiempo conueniente et mejorado ya de las aguas. Et el su camino fue este: de Benauente endereço para Çibdat Rrodrigo, et de Çipdat para Alcantara, paso Guadiana a la barca de Medelin, et de Medelin endereço a Magazela et a Bienquerençia, que era de moros.

Et auie y vn alcayde moro que era buen cauallero et buen omne, et quando sopo que el rey don Fernando fincara su tienda en vn canpo, çerca vna fuente cabo del castiello, salio a el et leuol sus presentes, pan et vino et carne et çeuada. Et el rey rreçibiol muy bien et fizol muchas onrras, et en fablando con el pediol el castiello; et el moro le rrespondio: «tu uas agora a ganar Cordoua; .et fasta que tu ayas acabado aquello, non te cunple este castiello; mas desque lo acabares yo te dare el castiello et te seruire con quanto he». Et esto dezie el commo en manera de escarnio, teniendo que se non podia acabar aquello que el rey quena.

Et quando el rey paso por alli non leuaua mas de treynta pares de armas; et, de los que yuan con el, era el vno don Fernant Rroyz Cabeça de Uaca, et el otro don Diego Lopez de Uayas, que era estonce escudero, et el otro Martin Gonçalez de Miiancas, et el otro Sancho Lopez dAellos, et el otro don Johan Arias Mexia, et otros de qui non sabemos aqui çiertos los nombres. Et de alli mouio el rey et fue a Dos Hermanas et a Daralbaçar, et dexo Cordoua a man derecha, et fue para la puente de Alcolea, et alli finco sus tiendas con aquellos pocos que leuaua consigo.

Quando el rey don Fernando llego a esa çerca de Cordoua, pieça auie ya que don Aluar Perez yazie dentro en el Axarquia en ayuda de los cristianos, et don Pero Martines su hermano, a quien los moros llamauan «alaftaç», porque eran romo, et otra gente de la frontera, de pié et de cauallo, et de las otras tierras de Castiella et de Leon et de Estremadura que venieron y a aquella uoz por seruir a Dios et al rey, et por ganar algo et por ayudar a sus cristianos et otrosi freyres de las ordenes que eran y a seruiçio de Dios. Et quando los cristianos que yazian en el Axarquia sopieron commo el rey don Fernando su sennor era alli llegado, plogoles mucho, et oluidaron quanto mal et quanta laeria auian pasado fasta alli, et cobraron coraçones et ouieron en si grant esfuerço para acabar lo que auian començado.

ENTREVISTA NOCTURNA

Et el rey don Fernando posando ah do uos ya dixiemos, era estonces Abenhut rey de los moros de aquen mar, en Eçija muy grant gente de cauallo et de pie; et era y con el rey Llorenço Suarez, el qual auie el rey don Fernando echado de tierra por malfetrias que feziera, et andaua con Abenhut. Et el rey don Fernando estando sobre la çerca de Cordoua, yuasele llegando todauia mas gente que se uenia para el; pero con todo esto era aun muy poca. Et Abenhut, estando en Eçija, sopo commo el rey don Fernando era ah con poca gente, et quisiera venir con todo su poder a leuantarle de ah o yazie sobre Cordoua; mas acorrio Dios al rey don Fernando en commo agora oyredes: aquel rey Abenhut rreçelaua sienpre de cometer grandes fechos, porque las mas uegadas que los cometie era uençido et se fallaua ende mal, et por esta razon, commo quier que a el dixieran que el rey don Fernando tenie poca gente consigo, no lo pudo creer ca tenie que tal omne commo el rey don Fernando et tan poderoso que non vernie ah con poca gente. Et Abenhut fiauase mucho en don Llorenço Suarez, et porque coydaua que don Llorenço Suarez querie mal al rey don Fernando et que auie querella del, por esta razón llamol et dixol: «Llorenço, ¿que me consejas que faga sobre tal fecho que quiero fazer?» Et don Llorenço le dixo: «sennor, pues que me demandades consejo, fazetasi:dexat a mi yr con tres omnes de cauallo de cristianos, que yo leuare conmigo; et yre de noche a la hueste del rey don Fernando, et entrare a la hueste et llegare a la su tienda muy encobiertamiente, que ninguno non me vea nin me conosca; desi tornare a nos con todo lo çierto porque uos uayades despues a cosa çierta; mas prometedme que fata que yo a uos torne, que no mouades daqui uos nin vuestra gente». Deste consejo fue muy pagado Abenhut, et otorgol de lo fazer asi.

Et don Llorenço fuese para la hueste del rey don Fernando con aquellos tres caualleros consigo; et quando llego a los uisos altos que son allende de la puente, descendio con el vno de aquellos que leuaua, et los otros et las bestias dexolos alli et mandoles que le esperasen alli en aquel logar; et entro por la hueste que ninguno nol fizo pesar, fasta que llego a la tienda del rey, et quando fue çerca de la tienda del rey, fallo vn montero que uelaua, et dixo: «amigo, llamadme un omne destos del rey et dezilde que esta aqui un omne quel quiere ver a grant priesa». Et el montero entro a la tienda del rey do el yazie, et llamo a Martin dOtiella, et levantose et salio a el. Et don Llorenço quando lo vio, dixol commo quiere fablar con el, apartol a vna parte, el dixol: «,No me connoçedes? yo so Llorenço Suarez.

Entrad al rey et dezitie que yo esto aqui et que quiero fablar con el; et que non me atreui a llegar a el, menos de su mandado». Et Martin dOtiella entro al rey, et despertol et dixogelo; et el rey mandol entrar, et quando entro antel, dixol el rey: «,aqui eres, Llorenço Suarez? ¿commo oseste venir ante mi?» Et el le dixo: «sennor uos me echastes a tierra de moros por mio mal, et aquel mal tornose en bien para uos et para mi»; desi contol toda la manera de como era alli venido. Et el rey gradeçiogelo mucho; desi dixol:
«,que me aconseiades que fagamos?» Et don Llorenço respondio: «Sennor, el mi consejo es este: que estedes quedo en este logar en que estades, et punad de guardar vuestra hueste meior de quanto se guarda. Et sabet que gentes tenedes en el Axarquia; et si fuere tanta que fincando el logar en rrecabdo que se pueda guardar, et la demas mandat que se venga para uos. Et yo torname he para Abenhut, et punare en desbaratarle las nueuas quel dixieron, porque derrame su gente. Et de dos cosas fare la vna: o partire el vuestro danno que el querra fazer, o si aquello non podiere partir, prometuos que con el mio cuerpo et con quantos cristianos tengo con Abenhut que lugo me uenga para uos; et qualquier destas que yo pueda acabar, de aqui a otro dia de cras por noche a tal hora commo esta, auredes aqui mi. carta et mi mandado con este escudero que aqui trayo conmigo».

Et el rey don Fernando gradeçiol mucho lo que dezie, et perdonol et recibiol por su uasallo, et en yendose don Llorenço, torno al rey et dixol: «sennor, vengo a uos por vna cosa que se oluido de uos dezir: mandat agora vnas tres noches o quatro fazer muchos fuegos aqui en vuestra hueste, porque si Abenhut diere algunos veedores que vengan de noche a uer la hueste, que por los fuegos que y vieren entiendan que es la vuestra hueste mayor de cuanto es». Et el rey dixo que lo farie.

Don Llorenço fuese, et desque llego alli o dexara sus bestias caualgo el andido, et amanesciol en Castro, et dende fuese para Eçija, et llego y al primer suenno. Desi fuese para Abenhut; et Abenhut le dixo: «,que as uisto, Llorenço Suarez?» Et el le respondio: «Sennor, yo non uollo oso dezír, porque he miedo que me non creeredes; mas enbiad y quien lo uea, et fallaran al rey don Fernando con muy grant gente et muy buena. Mas ayna fuera yo conbusco, sinon que me detoue alla por tal de uos venir con lo cierto». Et Abenhut le dixo: «pues ¿que me conseiades que faga?» Et Llorenço Saurez le dixo: «sennor non me cae a mi de uos conseiar, mas euos a seruir et conplir uuestro mandado, et mandatme lo que faga». Et Abenhut dexo el consejo para otro dia.

Et otro dia de mannana llegaron y dos moros a cauallo del rey de Valençia con quien enbjaua dezir a Abenhut de commo sopiese por çierto que el rey don Jaymes de Aragon venia con todo su poder sobre Valençia, et quel enbiaua rogar quel acorriese. Et Abenhut quando uio estas cartas, llamo a sus aguaziles et a don Llorenço Suarez con ellos, et demandoles conseio; et el conseio quel dieron fue este: que commo quier que cristianos auian ganado el Axarquia de Cordoua, que la uila non la podrien ganar nin tomar tan ayna, et que fuese lidiar con el rey de Aragón; et sil uençiese. que podria despues acorrer a Cordoua; et aquel tienpo que seria menguada la hueste de rey don Fernando, et que lo auria de mejor mercado con el. Et este conseio touo por bueno Abenhut, et mouio luego con toda su hueste, et fuese derechamiente para Almaria, por tal de mouer sus nauios que y tenia para leuarlos por guarda del puerto de Valençia.

Et el estando en Almaria, vn moro su priuado, que auia nonbre Abenarramimi, conuidol et enbeudol et afogol en vna pila de agua que estaua en su casa. Desque las huestes que Abenhut leuaua sopieron commo era muerto, derramaron cada vnos para sus logares; et don Llorenço Suarez tornose para el rey don Fernando con quantos cristianos traya consigo, et gradeçiol mucho el rey el seruiçio quel feziera. Et uos deuedes a saber que pues Abenhut fue muerto, fue el sennorio de los moros daquen mar partido en muchas partes, et non ouieron y vn rey sennalado sobre si, commo fasta alli ouiera. Asi quiso Dios guardar al rey don Fernando porque el conpliese et acabase el seruiçio de Dios que auie començado.

RENDICION DE CORDOBA

Et en aquel tienpo vino el rey de Aragon don Jaymes a çercar Valençia, et ganola, segunt que oyredes en la su estoria. Et el rey don Fernando yaziendo en la çerca de Cordoua, fuese llegando cada día su gente que venie de cada parte. Los moros, desque sopieron que Abenhut era muerto et que el sennorio era partido en muchas partes, tomaron ende grant pesar et ouieron gran quebranto en sus coraçones; otrosi veyendo commo la gente del rey don Fernando creçie cada dia et su fecho yua adelante, moujeronle pleytesia. Et de lli adelante cada día, tanbien de Castiella commo de Leon, le uenien grandes conpannas de caualleros de los fijos dalgo et de los comunes de las çipdades, et fue çercada Cordoua muy fuertemiente et con grant agrauiamiento de los de la çipdat; et al cabo, aquexados los moradores de la çipdat por lides et por conbatimientos que les fazian, et vençidos por fanbre et por mingua de viandas, mager que non quisiesen, dieronse por fuerça al rey don Fernando.

Et los alaraues, que yazien ençerrados en la çipdat, salieron los cuerpos saluos, et no más, a uida. Et en la fiesta de los apostoles sant Pedro et sant Pablo, la çipdat de Cordoua, a que la estoria llama patriçia de las otras çipdades, esto es padrona et enxienplo de las otras pueblas del Andalozia, fue aquel dia alinpiada de las suziedades de Mahomad, et fue dada al rey don Fernando, et el entregado della; et el rey don Fernando mando luego poner la cruz en la mayor torre o el nonbre del falso Mohamad solie ser llamado et alabado, et començaron luego los cristianos todos con gozo et alegria a llamar: «Dios, ayuda!» Et el rey luego man a mano, mando poner la su senna real çerca la cruz de Nuestro Sennor Dios, et començo lugo boz de gozo et de alegria a sonar et seer oyda en las tiendas de los justos, esto es de los fieles de Cristo; et aquellas bozes fazien los obispos con toda la clerezia cantando et diziendo: «Te Deum laudamus», con el muy noble rey don Fernando et con la yglesia et la fe del rey del çielo que entraua alli aquella ora con el rey don Fernando et con ellos. Agora la estoria ua contando las nobles conquistas del rey don Fernando, et cuenta de la obras de piedat que este don Fernando fizo.

[i][i]Primera Crónica general. Nueva Biblioteca de Autores Españoles>, 1906, vol. V, tomo 1. Número 1046, pág. 729.