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Tema: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

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    Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    LAS NAVAS DE TOLOSA[1]


    LA SALIDA DE LA HUESTE

    Salio de la çipdad real de Toledo de yda pora la batalla la hueste del sennor Dios; et fue esto XII dias ante de las calandas de julio, esto es XII dias por andar del mes de yunno. Et yuan alli por si los vltramontanos, esto es los de alend de los montes de fuera de Espanna, et fueles dado por cabdiello Diago Lopez deFaro. Et yua empos ellos el noble rey don Pedro de los aragoneses, con los suyol.

    Et empos el, este noble rey don Alffonsso de Castiella, con los suyos. Et lu’,o que apartados yuan, segunt cuenta ell arçobispo don Rodrigo de Toledo que v’ii y, poco departimiento auien entre los unos et los otros en su yda. Et el priiiu’ro dia que salieron de Toledo, fincaron las tiendas çercal calze de Guadaxaraç; rl segundo, çerca de Guadaçalet. El tercero dia posaron çerca Algodor; mas hrn vitramontanos fueron et fincaron sus tiendas çerca de Guadalfezra, et yndo dalli, çercaron el castiello de Malagon, que fue signo de bien por la graçia de Dios qiii lo fazie: et maguer que los que eran en el castiello se deffendien assaç conio varones, pero tanto fue grand el combatimiento de combater los vltramontalB’% que firuien con ligereza, desseando uençer o morir por el nombre de Cristo, que minguo del poder de los enemigos et la fortaleza del castiello, assi que cii rl nombre Dios prisieron a Malagon et mataron todos los moros que y eran. 01ro día ueno y la hueste del rey, et finçaron y un dia; et fallesçieronles las uianda yaquanto, mas acorrio y la noble sabiduria et el poder del rey don Alffonsso, ci fizoles alli parar delant viandas muchas a grand abondo.

    TOMA DE CALATRAVA

    Los cristianos por çierto saliendo daquellos logares do dixiemos que posaran, dize ell arçobispo, uenimos todos en uno a Calatraua. Et los moros que y reuellauan et guerreauan deffendiendosse, assacaron de fazer unos estrumentos de fierro que sembrauan por la tierra, a danno de los cristianos, et eran fechos a manera de abroios, et llamales la estoria «cardos de fierro», et sembraronlos el echaronlos por todas las passadas dei rio de Guadiana: et auie en ellos los aguijones, et como quier que aquel cardo de fierro, que dezimos o abrojo, caessc en tierra, el uno daquellos aguijones siempre se paraua derecho a arriba, el fincaua en los pies a los omnes et en las vnnas de los cauallos.

    Mas porque las arterias de los omnes non ualen nada quan engannosas et setiles quier que sean, contra. lo que Dios faze et quiere guardar, muy pocos o fascas ningunos fueron dannados daquellos cardos o abroios de los moros. Et puso Dios la su mano sobrellos, et passamos nos en saluo el ryo de Guadiana, et fincamos las tiendas aderredor de Calatraua. Mas los moros assi guarnescieron de armas et des sennas et de algarradas, segund cuenta la estoria, las torres en somo, que assaç paresçie grieue de guerrear Calatraua a aquellos que la uinien combater. Demas maguer que aquel casstiello es en llano, pero de la una parte ell muro dell ua por somo de la ribera de aquel rio de Guadiana, de guisa que non podrie omne llegar a el; et de las otras partes de guisa es essa villa guarnida de muro et de baruacana et de carcauas et de torres et de logares para lidiar, que, sin guerrearla luengo tiempo con engennos, semeia que se non podrie combater. Et era entonçes y un moro que auie nombre Abencalez, usado de armas de muchos dias, argudo et prouado espessamientre en fecho de armas, tanto que de la sabiduria deste moro conffiauan los desse pueblo del castiello de Calatraua, mas que de ssi mismos: aunque auie y maguer que en esse castiello de Calatraua otro moro que dizien Almohat, que era alcayde et adelantado en la guarda del logar. Et porque aojen ya tardado algunos dias en aquella çerca los de la hueste, los reyes et los otros prinçipes dubdauan como serie del combatimiento daquel castiello. Pues que ouieron departido en ello luengamientre, plogo a Dios que non dexassen por
    cnssayar el castiello, maguer que semeiaua grieue de combater: et los unos dizien rl (lepartien que era meior de yr su carrera que auien començada pora la batalla
    non tardar en combater castiello en la carrera, mayormientre que en tales fechos peligran a las ueces los omnes que uan libres pora la batalla, et canssarie y la hueste, et como la fuerça de la conquista de tales logares et la ganançia delIos et el cabo de la su batalla sea aun en dubda.

    Et pero que esto fue et esto juzgauan algunos de la hueste, tomaron todos sus armas, et el rey don Alffonsso el los homnes buenos partieron los logares, et dieron sennaladamientre a las yentes de cada tierra et a sos prinçipes los suyos que combatiessen; et en ell nombre de Dios, començaron a combater el castiello. Et combatieronle de guisa que, por la gracia de Dios, en el domingo, despues de la fiesta de san Paulo, echaron del castiello a los alaraues; et fue entergado de Calatraua ell noble rey (Ion Alffonsso, el diola el luego a los freyres que dizen de Calatraua, et entergogela tornada al nombre de Jhesu Cristo, guarnida de armas et de uiandas. Et el noble rey don Alffonsso de todas quantas cosas y fallo, non tomo ende nada pora si; mas todo lo dio a los vitramontanos et al rey de Aragon.

    RETIRADA DE LOS ULTRAMONTANOS

    Entre tod esto, porque ell enemigo dell humanal llinnage, esto es ell enemigo de los omnes, et este es el diablo, que nunca queda de enuidiar los buenos fechos (te los omnes, metiose en la hueste de los fieles de Cristo et de la su caridad, et conturnio los coraçones de los enuidiosos que se auien guisado pora yr a esta batalla. Et fizolos arredrar de yr, et fizoles desuiar de la buena postura que auien fecha: ca por la mayor parte todos los trasmontanos de comunal postura establesçieron que tolliessen las sennales de la cruç que auien tomadas de que se cruçaran pora esta batalla, et que dexassen los trabaios de su lit, et se tornasen pora sus tierras.

    Mas el noble rey don Alffonsso, esforçando et non dando nada por todo aquello, partio entonçes sus viandas, et dio a todos aquellos que fincauan todo quanto les era mester, et el, por tod aquello, non se dexo de la buena postura de auie començada. Mas essos vltramontanos, esto es los de alend de los montes, demudados de la buena entencion et de la buena carrera, començaronse de tornar, cada uno assi como eran sennas yentes, et fueronse todos; fueras ende elI onrrado don Arnalt arçobispo de Narbona, que finco con todos los que el pudo auer et con muchos de los fijos dalgo de la prouinçia de Viena; et estos estidieron siempre en la buena postura et leal, et fincaron; et assi como diz eh arçobispo, eran cient et XXX cauahleros de los fijos dalgo, et de los omnes a pie algunos que fincaron y de los dessa tierra.

    Et fincaron y otrossi don Teoualdo de Blaçon con los suyos, de tierra de Piteo, omne noble et libre, et natural de Espanna et castellano de llinnage. Et finco otrossi el rey de Aragon et todos los suyos, fasta que la batalla fue toda librada, assi como auie su amor atado con el noble rey don Alffonsso et lb auien puesto con el; et fizo como manda Salomon que diz: «si mantouieres al amigo el! amiçdad quando non ouiere contienda1 mantengela quando la ouiere»; et aqui pudo prouar cada uno como! alnaua oit otro. Mas porque «los que aman a Dios todas las cosas se les obran en bien., maguer que esta discordia fue temuda que serie peligrosa por aquellos que u fueran, pero todas las cosas començaron de darse a mejor, de día en dia, eL dar a bien andança.

    LLEGA EL REY DE NAVARRA

    Once y dos aquellos que la cruç del sennor aduxieran et la desecharon en cli angostura, los espannoles solos que fincaron, con pocos de los vltramontanos
    —et aquellos fueron los que dixiemos suso— començaron a yrse pora la batalli muy esforçados et muy enfeuziados en Dios. Et partiendose de Calatraua, fueroii luego primeramientre a Alarcos et fincaron y sus tiendas, et prisieron la fortalei.a et otros castiellos y aderredor. Et en cuanto alli finco el rey don Alffonsso, llegol y el rey Don Sancho de Nauarra, que maguer que de comienço fiziera serneiança que non querie y uenir, pero pues que y ueno, cuando llegaron al día de la batalla et del peligro, non quiso apartar del seruiçio de Dios el prez de la su ualentia nin del su coraçon. Et fue fecha alli cuenta desta guisa ed tres reyes ayuntados en uno.

    Et salieron todos tres en el nombre de la Trinidad; et el primero dia salieron dalli et andjdieron tanto que llegaron a Saluatierra, ci fincaron y sus tiendas et çercaronla et prisieronla. Eh otro día, que fue domingo, Saluatierra dexada en recabdo, touieron los reyes et los otros principes por bien que se armasse toda la huest et ordenassen todas sus cosas, como si fuessen de entrar luego en la batalla; et fizioronlo assi. Et dize ell arçobispo: et speramos alli aun otro dia, et despues salimos dalli et uiniemos otro día a posar alli do dizen la Fresneda. Despues all otra posada uiniemos a otro logar que a otrossi esse nombre mismo: la Freysneda; ca son dos logares uno çerca a otro a que dizen las Freysnedas. Et al tercero dia adelant, fuemos posar a rayç del mont de Muradal que a nombre Guadalfaiar. Agora de que la estoria a contado desta hueste de como ueno a aquel logar, ca la hueste de los moros estaua ya açerca de la otra parte, cuenta de como mouio dalli pora la batalla, et diz:

    LA HUESTE DE MIRAMAMELIN

    Entre tanto, mientre se fazien las cosas que dichas son, Mahomat, aquel Miramamelin rey de los moros, auie ayuntadas ya en las montannas de çerca Jahen sus yentes, et alli esperaua ell la hueste de los cristianos, segunt dice eh arzobispo. Et cuenta que non auie ell a coraçon de lidiar, ca diz que dubdaua sil uernien ayudas de cristianos que esperaua que pusieran con el de uenirle; mas su hardiment era et su cuedado de saltar a los cristianos en su torno, que por uentura los cristianos cansados por las lazerias et desmayados por las muertes que el! en ellos farie, que non se le ternien.

    Mas Nuestro Sennor Dios dio y consseio desta guisa contra otros que se fizieron agenos de los de la hueste de los cristianos, et yniçiados al diablo, fueronse furtando de la nuestra hueste, et ítixieron a ascuso et passaronse a los moros; et descubrieronles luego ell estado de la hueste de los cristianos et de la mingua que auien. Pero dice la estoria que lo mingua que era de las uiandas, et fuera ante de la conquista de Calatraua; luego que los cristianos ganaron Calatraua, assi lo guiso Nuestro Sennor ¡ Dios que la mingua se tollio luego, et ueno abondo de viandas, et assi lo ordeno Dios, que dalli adelant la hueste del rey don Alfonsso que non ouo mingua ninguna. Et quando aquellos falsos cristianos, que Dios coffonda, fueron dezir a los moros que la hueste de los cristianos non auie vianda, grand abondo auie ya y della. Et este es el consseio que la estoria dize que Nuestro Sennor Dios dio contra la trayçion daquellos falssos cristianos yniçiados del diablo. En tod esto, ¡‘nc alhi assi fecho que los moros, por aquella sabiduria que ouieron daquellos falsos renegados, mudaron el consseio que auien auido dantes, et tomaron aireuençia por ganar preç, et mouieron de parte de Jahen apriessa contra nos.

    Et iieno este rey moro con su poder fasta Baesça, et enuio dend algunos a mano a las Nauas de Tolosa que se parassen en eh angostura de la passada, alli do es la penna sin carrera, et en la canal dell agua que por alli passa otrossi: et ahli era el logar de embargar la passada a los cristianos, et que alli gela embargassen, de guisa que la non ouiessen nin passassen; et si los cristianos non ouiessen aun (ornado el sorno de los montes, mando que se assentassen ellos en sorno de la sobreçeia dessos montes: et esta assentada dahli porque estoruassen la sobida de los cristianos. Et aquellos moros que el Miramomelim enuio alli, cuenta la cstoria que fueron despues presos en la batalla, et contaron a los cristianos este hardiment porque fueron alli enuidados, et que a esta entençion guardauan ellos la passada, porque al cabo, fellesçiendo a nos las viandas, et nos lazrados por ell enoyo et por la fambre, que nos tornariernos.

    AL PIE DE LOS MONTES

    Mas fizolo la piedad de Dios de otra guissa, ca Diago Lopez de Faro que tenie la delantera et la guiaua et yua en ella yl fuera comendada, enuio delante a su fijo Lop Diaz et dos sus sobrinos dell: Sancho Fernandez et Martin Munnoç, et mandoles que se cogiessen, et fuessen delant quanto pudiessen, et tomassen las altezas del rnont ante que los moros uiniesen. Et ellos, conffiando de su ligereza, ca eran caualleros muy nobles, et en los cauallos que tenien buenos, trabaiaronse de fazer como don Diago les mandara; et yendose pora subir priuado all alteza del mont, non se guardando de al, fallaron ya en sorno desse rnont, çercal castiello que dizen el Ferral, una companna de moros alaraues que diero salto en ellos, et por poco fue que los non ouieron maltrechos; sinon por que los ayudo Dios, ca tomaron entonçes Lop Diaz et Sancho Fernandez et Martín Munnoç et los otros que con ellos yuan, sus armas muy de coraçon en muy endereçadamientre, et sostouieron a los alaraues muy atestadamientre como uarones, et fueron ferir en ellos muy de rrezio, assi que los desuiaron yaquanto et tomaronles la cuesta: et por la gracia de Dios, subieronles ellos de suso et ganaronles la cabesça del mont, et libraron de los moros el logar el ffincaron ellos y sus tiendas et estidieron y muy fuertes. En la quinta feria adelant, que era el yueues, cerca ora de nona, dize eh arçobispo, uiniemos al pie del mont.

    Et en esse dia misilin, muchos de los nuestros subieron a sorno de las altezas desse mont, mas la mayor parte fincaron yuso, çerca la canal dell arroyo que dizen Guadalffaiar. Et en la sexta feria adelant, que era el día del viernes, tomaronse en la mannana los tres reyes: don Alfonsso el noble de Castiella, et don Pedro de Aragón, et don Sancho de Nauarra, et llamando el nombre del sennor Dios, subieron y en una cuesta del mont, en un grand llano que se fazie y, et ficaron y sus tiendas et assentaronsc y.

    Et en esse dia mismo fue tomado de los nuestros el castiello Ferral, so que a unas pedraias peligrosas, et en la ribera yuso dell arroyo unos logares de pennedos çercal puerto de la Losa, logares muy guisados de caer omnes et bestias en priessa; et tanta era y ell angostura de la passada, que la su graueza aun a los desembargados ebargarie. Et dernientre que estas cosas se yuan assi librando de conmienço fablaron los reyes por o podrien yr que fuessen sin periglo, ca la passada de la Losa non era logar que passarsse pudiesse sin danno de omnes ci de bestias; et dize eh arçobispo: era ya la hueste del moro mas açerca del logar que nos, et demas que la su tienda del era ya fincada, et paresçia como era uermeia. Affi fueron entre los nuestros departidas las sentençias de los departidos sentidos dellos, como serie de la sobida de la hueste: et los unos, catando a la graueza de la passada et que non podie seer, consseiauan tornarse atras pora passar por mas ligero logar a las compannas de los moros. A esto fizo assi el noble don Alffonsso rey de Castiella, et dixo: «Si este consseio fuere tenido por bueno et tomado en buena parte, pero trae periglo conssigo: ca el pueblo et los otros que lo non ouieren prouado, quando nos uieron tornar atras, non judgaran que batalla ymos uuscar, mas que foyrnos de la batalla; et fazerse a desacuerdo en la hueste, et yrse an, que los non podremos tener. Mas pues que de çerca ueemos los enemigos, mester es que uayamos a ellos; et como la uoluntad fuerc en el çielo, assi se libre et se faga la cosa aca». Et como el consseio del noble rey don Alffonsso de Castiella ualio alli mas que lo al, assi Dios omnipotent, por cuya gracia spirital se enderesçaua el fecho, enuio alli entonçes al rey don Alffonsso un omne del pueblo, assaz uil de uestido et de persona, que auie andado de tiempo antes cunando ganado en aquellas montannas et tomando coneios et liebres; et aquel pastor mostro al rey don Alffonsso la carrera assaz ligera de tod en todo, pora sobir por una cuesta del costado desse mont; et aun dixol quel non conuinie de tirarse nin de asconderse de la uista de los enemigos mas aun que ueyendolo ellos et non nos podiendo embargar fin estoruar nin nos tener danno, que podriemos uenir al logar conuiniet a la batalla.

    SUBIDA A LAS NAVAS

    Sobre la razon daquel pastor cuenta aqui la estoria et diz: mas porque en tan grand periglo como aquel, adur podrie omne creer atal perssona, como aquel pastor paresçie a la uista de los omnes, el rey don Alffonsso creyol; mas pero queriendo prouar la cosa, enuio adelant con ell dos prinçipes: don Diago de Faro el don Garci Romero de Aragon, et mandolos que fuessen, et si en uerdad fallassen lo que aquel pastor le dixiera, que subiessen et fallarien ençima del
    moni una llana, et que la tomassen et que se trabaiassen de deffenderla muy bien.

    Et por la graçia de Dios, fizosse la cosa assi toda, ca aquel omne que al rey Don Alffonsso uiniera, como menssaiero de Dios qui escoie las fiaquezas del mundo, fue fallado que dexiera uerdad de tod en todo; et los sobredichos prinçipes subieron et fallaron la llana que les el rey dixiera por la palabra del pastor; el don fueron en ella, en sorno del mont, tomaronla et deffendieronla rnui bien, iuuieronla muy bien guardada. Et desdel dia del sabado, ca en esse dia del sabbado fue ya esto, gra mannana, los tres reyes, tomada la bendiçion dell arçobispo et la graçia del sagramiento del cuerpo de Nuestro Sennor Dios, mouieron et uinieron con sus cornpannas al sobredicho mont.

    Et aquel castiello del Ferral fue luego de tod en todo dexado, como por sin pro; et los moros creyendo que nos desuiauamos de la batalla, porque non guardauamos la passada de la Losa, fueron et tomaron con grand alegria el castiello de Ferral. Et los nuestros reyes guardauan la çaga de la hueste, et uinieron con toda su companna a aquellos dos prinçipes que enuiaron delant. Et los moros quando esto cataron, uieron que aquello non era foyr, mas yr adelant, et dohieronse dend muy grieuemientre; et ueyendo las tiendas que en eh alteza del sobredicho mont fincauan, enuiaron una companna de caualleros que del aquel fincar de las tiendas que los cristianos alli fazien que tirassen ende los primeros por fuerça, diziendoles que mala sennal era pora ellos aquello que nos por las angosturas de la passada non dexaramos de yr nuestra carrera derecha. Et aquella caualleria de los moros que el su rey enuiaua, ueno a los nuestros, et assi como llegaron, cometieronlos de lid et lidiaron con los nuestros una pieça de tiempo; et por la uertud de Dios que lo fazie todo, pudieron mas los nuestros et echaron de la plaça et del campo a los moros, por fuerça de muchas buenas lançadas que dieron en ellos, matando ende los mas que podien. Et los nuestros tomaron estonçes toda la llana del mont, et por la gracia de Dios assentaronsse y, et fincaron y luego sus tiendas como bienandantes.

    EN ESPERA DE LA BATALLA

    Et las tiendas apenas fincadas, el rey d los moros ueyendo que en la guarda de la passada do el tenie la feuzia quel non yazie ningun pro, nin en las çeladas nin en los engannos que el tenie parados a furto a los cristianos, quel non ayudauan en nada, ordeno sus azes esse dia, et sahio al campo.

    Et su aç mayor, que era dada a el a guardar, assentola el noblemientre sobre un monte a que se fazie grieue la sobida; et las otras sus azes fueron otrossi ordenadas a diestro et a siniestro, muy sabiamientre. Et alli esperaron de la ora de siesta fasta la uiespera, cuedando ellos que nos esse dia yriemos a la batalla. Mas los nuestros reyes en su consseio que ouieron, fue assi librado que la batalla fuesse allongada de aquel sabado fasta terçer dia, segunda feria, que era el lunes adelant, porque los omnes de la nuestra hueste eran canssados en la graueza de sobir el monte, et enoyados todos, et las bestias yaque canssadas otrossi: et en este medio, que podriemos mesurar et uer eh su estado de los moros, et el de su andamio.

    Et sobresto entendiendo el moro que nos non yuamos a la batalla, parosse muy loçano et touo que auie ganada gloria: et sobresto crouo que non por la su arteria que el nos guisara de que se cuedara ayudar, mas por el miedo quel nos auiemos. Onde enuio sus letras a Baesça et a Jahen: que çercara III reyes et tenidos çercados, et auiensele a dar terçer dia. Pero algunos de los sus grandes moros que cuedauan la cosa mas altamientre en seso de grand entendimiento, diz que dixieron: «vemoslos nos assentados sabiamientre et con grand entendimiento, et mas semeia que se guisan pora darnos batalla que non pora foyr».

    Otro dia, domingo grand mannana, salio de cabo ell moro al campo, assi como el dia dantes que fuera sabbado; et y estido esse domingo, sus azes paradas et ordenadas, fasta medio dia; et pora desuiarle la calentura, aduxieronle y la su tienda uermeia, pora fazerle sombra.

    Et seyendo allí en contenent mayor que non deuie nin cumplie, esperaua la batalla et combaterse el en ella con loçania de rey. Mas nos fiziemos como el dia dantes, et atendiendo alli la su hueste, nos, nuestras tiendas et todo lo nuestro guardado, delibramos como deueriemos salir otro dia. Et cli arçobispo de Toledo, et los otros obispos que y eran, andidieron por las posadas de las companas de cada unas de las çipdades que alli eran, et por cada unas de las posadas otrossi de los príncipes, predigandoles et auiuandolos et esforçandoios a la batalla, et perdonandoles todos sus peccados muy omillosamientre et muy con Dios.

    En esse dia mismo, fizo el rey noble de los aragoneses cauallero a su sobrino Nunno Sancheç. Et los moros entre tod esto, como a manera de algarrada, feriendo sus estrumentos et sus roydos, que ellos fazen contra los cristianos quando tiempo ueen, enssayaron de uenir fastal cabo de las nuestras tiendas, cometiendo sus enssayes de ante de la batalla. Mas al cabo, entre la ora sesta et la nona, pues que ouieron assaz esperado alli et uieron que nos non faziemos contenente pora salir et yr a ellos, leuantaronsse dalli dond estauan, et tornaronse pora sus tiendas, allí do las tenien fincadas.

    SE ORDENAN LAS HACES

    Otro dia, çerca la media noche, se leuanto uoç de Nuestro Sennor Dios de exaltamiento et de confession, et sono por todas las tiendas de los cristianos; et fue llamado essa noche, como por uoç de pregonero: que se leuantassen todos en nombre de Dios, et que se armassen pora la batalla dell Sennor. Onde andando y onrrados et guisados como pora aquel officio por çierto los maestros de la passion del Sennor, confessaronsse todos et, tomado dl conssagrado cuerpo de Nuestro Sennor Jhesu Cristo, guisaronsse todos et guarnesçieronsse de todas sus armas, como era mester.

    Et salieron a la batalla, ordenadas sus azes assi como lo auien departido dantes —et diremos agora aqui de como— entre los prinçipes castellanos: don Diago Lopez de Haro, con los suyos, ouo la delantera et los primeros colpes; dl az de medio, et esta era la de la una costanera, ouo dl conde don Gonçalo Nunnez con los freyres del Temple et dell Ospital et de Vcles et de Calatraua; cli az de la otra costanera ouo Roy Diaz de los Cameros et Aluar Diaç, su hermano, et Johan Gonçalez, et otros nobles omnes con ellos; en la postremera az fue el noble don Alffonsso rey de Castiella, et don Rodrigo arçobispo de Toledo con eh, et los otros obispos sobredichos, et ricos omnes: don Gonçaluo Royç Giron et sus hermanos, et don Roy Perez de Villalobos, don Suer Tellez, don Fernand Garçia et otros. Et por cada unas destas azes eran partidos los comunes de las nobles çipdades: Segouia et Auila et Medina del Campo.

    Pues ordenadas las azes con Dios en esta hueste, como es dicho, alçadas las manos a los çielos, endereçados los ojos a Dios et auiuados et ieuantados los coraçones a martirio, et tendudas las sennas de la fe et de los fieles de Cristo, uinieron todos, segund la ordenaçion dicha, assessegados en uno ygualmientre, a los peligros et al departimiento de la batalla.
    Et los primeros que las primeras feridas fueron dar dell az de Diago Lopez de Faro fueron su fijo et sus sobrinos, los nombrados suso, cauaileros libres en armas et muy atreuudos. Los moros de la otra parte ficieron otrossi lo suyo: guisaron en somo del mont una fortaleza a semeiança de
    corral, a poder de saetas et de otras armas, et de dentro daquel corral assentados los sus peones rezios et que algo ualien; et alli souo otrossi el su rey delios, teniendo çerca ssi una espada, et el, uestido una capa negra que fuera de Abdelmon que fue comienço de los almohades, como es dicho, et otrossi, esse su rey çerca si el libro de la descumulgada secta de Mahomat, et este es el libro a que ellos agora dizen Alcoran.

    De parte de fuera daquel corral eran paradas otras azes de peones de que los vnos, tanbien de los de fuera como de los de dentro, tenien atadas las coxas los unos a los otros a reuezes, como que desespe rasse de ayuda de foyr —ca cte guisa estauan atados, que maguer que lo mester ouiessen et lo quisiessen fazer, non podrien foyr— ca suffrien ellos otrossi fuer mientr la priessa et dl affruenta dell affincamiento de la batalla. Et delante
    aquel corral, de la parte de fuera, estaua eh az de los almohades, caualleros
    buenos guarnidos de cauahlos et de armas, et una muchedumbre delios que non auie cuenta, et companna espantosa de uista.

    Et de diestro delios et de siniestro, estauan los alaraues, omnes ligeros, et que se ayudauan de lanças et de azaga yas et fazien danno en los que non sabien que armas eran aquellas: ca ellos en fuyendo, enbargan al otro, et desque son sagudados, tornan, si ueen guisado; et fazenlo peor en llano et en cli angostura non tienen danno a la cosa pora reboluerse, son fallados, estos aiaraues de las lanças et de las azagayas, mas
    dannosos; estos semeian a Turcos: con fechos de saetas lidian, et en las medidas de las porras traen unos como uasos que rebueluen, et los unos et los otros destos moros guerreros, andan a unas et a otras partes como uagueando et fuera de orden de lid, et non guardan de orden de az, et, corriendo, turuian et desbaratan a los otros, et los suyos uiniendo ordenadament a las feridas, et danles guisado de fazer mal, si se ellos aperçiben. Mas la muchadumbre destos et daqueilos non podrien auer cuenta, nin creo que ninguno de los nuestros asmarlos pudiesse con
    uerdad; sinon que despues, oymos de sus moros mismos que eran LXXX uezes mili cauahleros, et las compannas de sus peones que non podrien seer contadas.
    A esto dizien, unos moros de tierra de Azcore, que es çerca de Marruecos, que fueran en esto, que non era pagado delios el su rey; et estos moros, dexados los cauallos, por ganar la graçia del su rey, fizieronse a pie et uinieron a lidiar daquella guisa; et lidiaron et fizieron grand danno en los cristianos, mas pero non creen los omnes que ninguno destos ende escapo. Aun estaua y, delante su rey, mucha cornpanna ademas, et muy guarnida de nobles scnnaies de armas et de cauallos. Et desta guisa que es dicho estaua aquel corral de los moros çercado et guarnido, et su rey dentro.

    LA BATALLA

    Los moros que estauan atados, como es dicho, et que se non podien mouer daquel logar do estauan, començaron a desuiar las primeras feridas de los nuestros que subien por logares assaç desguisados pora combaterse. Et en estas contiendas, algunos de los nuestros que subien a cometer los moros, essos can‘ssados por las grauezas de las sobidas, pararonse et estidieron quedos yaquanto. Entonçes algunos de medio de las azes de Castiella et de Aragon, fizieronsse una companna et uinieron a las primeras azes, et fue grand la muebda que se y fizo, et la cosa muy peligrosa et en dubda; assi que algunos, pero non de los grandes, semeiaua que querien foyr; mas los primeros et los de medio de Aragon et de Castiella ayuntados en uno, combatien a los enemigos, et requedauanlos de yr adelant, et esto fazien ellos quanto podien. En tod esto, las azes de las costaneras lidiauan muy fuerte con las azes de los moros, et las feridas eran muchas et muy fuertes della et della parte; mas las de los moros eran tantas et tan fuertes et la su muchedumbre tan grand, que unos de los nuestros començaron a couardar, et tornando las espaldas, semeiaua que fuyen ya. Et ueyendo esto el muy noble rey don Alffonsso, a unos de los uiles del pueblo menudo que non auien cuedado de catar lo que estaua mal, dixo all arçobispo de Toledo, oyendolo todos: «arçobispo, yo et uos aqui morremos». Et respondiol essa ora ell arçobispo: «sennor, fiemos en Dios, et mejor sera; ca nos podremos mas que nuestros enemigos, et uos los uençredes oy». El noble rey don Alffonsso, nunqua uençudo de coraçon, dixo: «uayamos apriessa a acorrer a los primeros que estan en peligro». Entonçes Gonçaluo Royz et sus hermanos fueron contra los primeros en acorro; mas Fernant Garçia, varon libre et enssennado en caualleria, tardo al rey, cosseiando que guardase ell gouernameinto de la hueste, et de guisa fuesse en ell acorro daquellos, que la hueste non se desordenasse porque fuesse desbaratada. Entonçes dixo el noble rey de cabo al arçobispo: «arçobispo, aqui mueramos, ca tal muerte conuiene a nos, et tomarla en tal articulo et en tal angosura por la ley de Cristo: et mueramos en el». Respondio ell arçobispo: «sennor, si a Dios plaze esso, corona nos uiene de victoria, esto es de uençer nos; et non de muerte fin morir, mas uenir; pero si de otra guisa ploguiere a Dios, todos comunalmientre somos parados para morir conuusco, et esto ante todos lo testigo yo, pora ante Dios». Entonçes el noble rey don Alffonsso, non demudada por ello la cara fin el su loçano gesto, nin el su muy noble et apuesto contenent que el solie traer, nin demudada la palabra, parosse esforçado et firme, como fuerte uaron armado, et como leon sin espanto; ca pora morir o pora vençer firme estaua el. Et dalli adelante, non queriendo mas soffrir el peligro de los primeros, uenose dalli apriessa, fasta que llego al corral del moro; et enderesçolo Dios que lo fazie todo, et uinieron y con el alegremientre las noblezas de las sus sennas et los suyos. Et la cruç del Sennor que delant eh arçobispo de Toledo auie en costumbre de uenir, aduziendola aquella hora Domingo Pascual de Almoguera, canonigo de Toledo, entro con ella por eh az de los moros, et passo por todos marauilhosamientre, et non tomando y ningun pesar esse don Domingo que la cruç traye, fin ninguna lision, sin los suyos, ca non uinien y con el; et assi fue en su yda sin todo periglo, fasta que llego ah otro cabo de la batalla: et fue assi como plogo a Dios.
    — Et en las sennas de los tres reyes uinie la ymaien de sancta Maria uirgen madre de Dios, la que de la prouinçia de Toledo et de toda Espanna estido et fue siempre uençedora et padrona, en cuya uenida marauillosa, aquella az de los moros de marauillar et companna que non auie cuenta et que fasta alli estidieran et estauan firmes que se non mouien, et rebeldes que contrallaran a los nuestros, muerta essa companna marauillosa a espada et segudada a lanças et uençuda a feridas, torno las espaldas a foyr. Entonçes yua el rey moro por la priesa de la batalla, et mas por affincamiento de su hermano a quien llamauan Zeyt Aboze e por nombre, quel affincaua que se saliesse de la batalla et se fuesse, subio esse rey Almiramomelin en una bestia de muchos colores, et por guarir que non
    muriesse alli o fuesse preso —ca uio el que lo uno o lo al desto que lo serie si y fincasse— cogiosse a foyr, sintiendo que aquello era lo mas seguro pora lo que ell auie mester. Et fuxo con tres cauahleros que ouo por companneros en aquell perigro, et ueno assi fuyendo a Baesça; et los de Baesça, ueyendol daquella guisa uenir, entendieron que mal era et que uençudo uinie, et demandaronle que que farien; et diz que les respondio eh: «non puedo consseiar a mi fin a uos»; et camio ahli la bestia, et ueno a Jahen aquella noche. Entonçes los aragoneses de la su parte, et los castellanos de la suya, et los nauarros otrosi de la suya, desbo luiero apriessa las manos entre los moros, et mataron alli muchos delios, et muchos en los alcanços que fizieron empos ellos a muchas partes, por o yuan fuyendo, et ellos empos ellos matando.

    TE DEUM LAUDAMUS

    Oyendo esto ell arçobispo, et ueyendolo, dixo estas palauras al noble rey don Alffonsso: «sennor, membraduos todauia de la graçia de Dios que cumplio en uos todas las faltas, et yaquanto el denuesto de Toledo, et oy uos lo emendo; el membraduos otrossi de uuestros cauahleros, por cuya ayuda uiniestes a tan grand gloria et tanto prez entre los reyes de Espanna: et en mas tierras suena el uuestro prez, ca por mas tierras suena et sonara mas el uuestro nombre et la uuestra grand fama». Estas razones et otras tales como estas acabadas de dezir en esta manera, el arçobispo el los obispos, que yeran con ell, et los abades el frayres et la otra clerezia, que y eran con ellos, ahçadas las manos et las uozes al çielo, con lagrimas de sanctidad el con cantico de alabança, salieron en esta razon, cantando con gran alegría aquel cántico que dizen en la eglesia: Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur, el quiere esto assi dezir en el castellano: «A ti, Dios, alabamos, a ti, Sennor, confessamos», el dixieron este cantico todo, cantadol fasta cabo. Et eran y don Tehlo obispo de Paiençia, don Rodrigo obispo de Siguença, don Melendo obispo de Osma, don Domingo obispo de Plazençia, don Pero obispo de Auiha, el muchos otros cherigos onrrados que eran y con ellos, cantando canticos el ahabanças a Nuestro Sennor Dios, por quanto crebanto fiziera en aqueli dia en los paganos enemigos de la cruç, et quanta vertud et exaltamiento mostrara en los cristianos fieles de Cristo et mantenedor ley. Aun dize eh arçobispo en esta estoria adelante: ell campo de la ta lleno fincaua de moros muertos et tanto era y la su mortandat que, aun yndo nos en buenos caualios, apenas podiemos passar sobre los cuerpos delios.
    Et eran los moros que fueron fallados çercal sobredicho corral muy luengos de muy gruessos omnes; et lo que es marauilla pora dezirlo; maguer que yacien destorpados de todos sus cuerpos et de todos sus miembros, et despoiados todos, que los despojaran los pobres, pero por tod esso, en tod el campo de batalla ninguna sennal de sangre non pudo seer fallada. Et acabadas estas dichas son, los nuestros non queriendo poner termino fin destaio a La gracia de Dios, fueron sin toda canssedad a todas partes, fasta la hueste empos los moros que fuyen; et segund el asmança de los nuestros era, mataron y dellos fasta dozientas uezes mill moros. Mas de los nuestros, segund ende podimc uerdad, adur se pudieron seer fasta XX et V omnes. Agora acabada la batalla et delibrada, loado a Dios, como es dicho, cuenta aun la estoria adelant de los grandes fechos que los cristianos y fizieron.








    [1] Primera Crónica general, Nueva Biblioteca de Autores Españoles., 1906, vol. V, tomo 1. Alfonso IX. Números 1.014 a 19, págs. 694-703
    El hombre que sólo tiene en consideración a su generación, ha nacido para unos pocos,
    después de el habrán miles y miles de personas, tenlo en cuenta.
    Si la virtud trae consigo la fama, nuestra reputación sobrevivirá,
    la posteridad juzgará sin malicia y honrará nuestra memoria.

    Lucius Annæus Seneca (Córdoba, 4 a. C.- Roma, 65)

  2. #2
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    He encontrado este texto en la red y no se si es veridico ¿Alguien lo puede confirmar?



    EN ESPAÑA, AÑO 1212 DE NUESTRO SEÑOR, ALFONSO VIII se dirige a sus tropas:

    “Españoles, hemos marchado juntos, hemos sufrido juntos. Estáis aquí los de lealtad probada. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué luchasteis, les contaréis que vinistéis a defenderles a ellos y a los hijos de muchos que ni siquiera conoceréis en vuestra vida. Les diréis que luchasteis por vuestra fe y la suya, pues los enemigos de la Cruz del Señor no sólo aspiran a la destrucción de las Españas, sino que también amenazan con ejercer su crueldad en otras tierras de los fieles de Cristo y oprimir el nombre de cristiano. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, mirándoos con admiración y agradecidos, os pregunten quién os guiaba en la batalla diréis que no era hombre alguno sino el mismo Dios de los ejércitos y por ello acudistéis jubilosos y sin temor al combate, pues si derramamos nuestra sangre podremos contarnos entre el coro de los mártires. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué, abandonándolo todo, recorristéis tierras inhóspitas para luchar les diréis que os negasteis, como vuestros antepasados, a que el invasor sarraceno os impusiera sus costumbres y las creencias de la maldita secta de Mahoma.Cuando quieran saber lo que sentía esta entrañable unidad guerrera al comienzo de este día de júbilo y de gloria, la palabra que vendrá incontenible a vuestra boca será la que ahora acelera nuestros corazones: ¡libertad!”

  3. #3
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Un libro muy recomendable para esta batalla crucial de nuestra Historia es el de Carlos Vara Thorbeck, “EL LUNES DE LAS NAVAS”, publicado por la Universidad de Jaén en 1999.

    Es un estudio muy recomendable desde todos los puntos de vista. El autor, después de un profundo estudio consultando fuentes tanto cristianas como mahometanas, hace un ejercicio de humildad en el prólogo al reconocer que:

    "Sin embargo, hemos sido incapaces de resolver otras incógnitas que hasta el día de hoy persisten. Me refiero al número de muertos y, especialmente, a la enorme desproporción de las bajas de los musulmanes y las referidas en el ejército cristiano. Por último, tampoco en mi calidad de médico y cirujano me he encontrado explicación fisiopatológica al hecho constatado por D. Rodrigo de que los cadáveres del enemigo no presentaban restos de sangre, teniendo en cuenta que habían sido descuartizados".


  4. #4
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Cita Iniciado por Imperium Ver mensaje
    He encontrado este texto en la red y no se si es veridico ¿Alguien lo puede confirmar?



    EN ESPAÑA, AÑO 1212 DE NUESTRO SEÑOR, ALFONSO VIII se dirige a sus tropas:

    “Españoles, hemos marchado juntos, hemos sufrido juntos. Estáis aquí los de lealtad probada. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué luchasteis, les contaréis que vinistéis a defenderles a ellos y a los hijos de muchos que ni siquiera conoceréis en vuestra vida. Les diréis que luchasteis por vuestra fe y la suya, pues los enemigos de la Cruz del Señor no sólo aspiran a la destrucción de las Españas, sino que también amenazan con ejercer su crueldad en otras tierras de los fieles de Cristo y oprimir el nombre de cristiano. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, mirándoos con admiración y agradecidos, os pregunten quién os guiaba en la batalla diréis que no era hombre alguno sino el mismo Dios de los ejércitos y por ello acudistéis jubilosos y sin temor al combate, pues si derramamos nuestra sangre podremos contarnos entre el coro de los mártires. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué, abandonándolo todo, recorristéis tierras inhóspitas para luchar les diréis que os negasteis, como vuestros antepasados, a que el invasor sarraceno os impusiera sus costumbres y las creencias de la maldita secta de Mahoma.Cuando quieran saber lo que sentía esta entrañable unidad guerrera al comienzo de este día de júbilo y de gloria, la palabra que vendrá incontenible a vuestra boca será la que ahora acelera nuestros corazones: ¡libertad!”
    Este texto no es de ninguna Crónica sino de una novela histórica reciente del periodista Emilio de Diego.

  5. #5
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Ya decía yo que me sonaba parecido al del Enrique V de Shakespeare:

    "..... Este relato contarán los hombres buenos a sus hijos: y jamás pasará el día de San Crispín y San Crispiniano, desde hoy hasta el fin del mundo, sin que seamos recordados en él nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos, pues el que hoy vierta conmigo su sangre será mi hermano: por villano que sea, este día le hará de noble rango, y muchos caballeros de Inglaterra, que ahora están en la cama, se considerarán malditos por no haber estado aquí, y les parecerá mísera su valentía cuando hable alguno que combatiera con nosotros el día de San Crispín."





    Última edición por Reke_Ride; 04/05/2009 a las 21:18
    "De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"






  6. #6
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    Ya me parecia a mi, sonaba demasiado poetico pero pense que a lo mejor era alguna adaptación al castellano actual. De todas maneras tengo que decir que es un texto fenomenal y muy adaptable a los tiempos que corren.

  7. #7
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Cita Iniciado por Imperium Ver mensaje
    Ya me parecia a mi, sonaba demasiado poetico pero pense que a lo mejor era alguna adaptación al castellano actual. De todas maneras tengo que decir que es un texto fenomenal y muy adaptable a los tiempos que corren.
    Eso si; es una buena arenga.
    "De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"






  8. #8
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    En el siglo XIII a nadie se le habría ocurrido hacer arengas por la "libertad", así, en abstracto, y como valor en si misma. Es una cutrez propia de la modernidad, pero en el siglo XIII tenían más estilo.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  9. #9
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    LAS NAVAS DE TOLOSA



    Aniversario de la Navas de Tolosa

    By AMDG on Julio 16th, 2009 | No Comments »
    Hoy, 16 de julio, nos acercamos al octavo centenario. Os dejo dos videos:
    Un resumen de tres minutos:

    Y un documental más extenso, de casi media hora:

    Y un enlace a un texto muy interesante en un blog que acabo de conocer: LAS NAVAS DE TOLOSA O EL TRIUNFO DE LA SANTA CRUZ

    Categories: Historia
    Tags: navas de tolosa












    LAS NAVAS DE TOLOSA O EL TRIUNFO DE LA SANTA CRUZ

    Pendón tomado a los infieles y que se conserva en el monasterio de Las Huelgas (Izquierda). Sancho VII de Navarra, el Fuerte (Derecha). Batalla de las Navas de Tolosa (Miniatura de las Cantigas de Santa María (Abajo)





    La caída de Salvatierra (1211), la principal fortaleza de la orden de Calatrava, que había sido entregada al ejército almohade, sin que Alfonso VIII se hubiera atrevido a socorrerla, causó una gran impresión tanto en España como fuera de ella. El papa conminó a los reyes cristianos, que tenían cuestiones pendientes con el castellano, a guardar, durante el tiempo de la misma, las treguas en vigor, bajo pena de excomunión.



    Embajadores castellanos, entre los que se contaban varios prelados y el médico francés del rey, propagaron las breves del Santo Padre por Francia y la promesa de Alfonso VIII de pagar sueldo y avituallar a los caballeros que viniesen a España, y a sus gentes de armas. Fijaba como plazo para la concentración la octava de Pentecostés (31 de mayo) y como punto de reunión Toledo, al cuidado de su arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, que había de ser a la vez actor e historiador de la campaña.



    Los ultramontanos (extranjeros) empezaron a llegar ya en el mes de febrero, acampando bajo los árboles de la Huerta del Rey, que se extendían más allá del puente de Alcántara, abrazada por un meandro del Tajo. Entre los señores extranjeros que acudieron, casi todos franceses, figuraban como más destacados los arzobispos de Narbona y Burdeos y el obispo de Nantes, reuniéndose, según el testimonio del propio Alfonso VIII, en la carta que dio cuenta de su victoria a Inocencio III, 2.000 caballeros con sus pajes de lanza, hasta 10.000 soldados a caballo y 50.000 peones.


    El 21 de junio se pusieron en marcha los ejércitos cristianos. Eran estos tres: el de los cruzados ultramontanos, que capitaneaba Diego López de Haro, el del rey de Aragón y del los castellanos, mandando por Alfonso VIII.



    Tomaron Malagón y se encaminaron a Calatrava, castillo muy fuerte y defendido que rindieron los moros al rey castellano. Disminuida la hueste cristiana por la deserción de muchos extranjeros, de lo que pronto fueron enterados los musulmanes por sus espías, siguieron los católicos hasta Alarcos, tomando algunos castillos de sus alrededores, Caracuel y Almodóvar entre ellos.



    Mientras tanto, en el campamento de los cruzados, se discute el modo de vencer las dificultades del paso de Losa, cuando inesperadamente un pastor y cazador de conejos llamado Martín Halaja, pide á los centinelas permiso para hablar con los reyes cristianos, a los que tenia que dar noticias de importancia, y una vez en su presencia, les manifiesta, conoce senderos y encrucijadas, por los cuales las tropas pueden llegar a la cumbre sin ser vistas de los infieles. Se considera al pastor como un enviado de Dios, y el Señor de Vizcaya y Álava, con algunos tercios de montañeses vascongados, salen a cerciorarse del aviso, trepan alegres y sigilosos, y se encuentran en la llanura de las Navas de Tolosa, campo a propósito para una gran batalla.

    Conservan la posición, avisan y suben los ejércitos católicos, y al observar los moros silencioso y solitario el campamento cristiano, juzgan que rehuyendo la batalla se habían retirado los cruzados, por lo que al mirarlos dueños de posiciones que conceptuaban inconquistables, si su asombro es grande, le sobrepuja la rabia, y provocan la batalla que rehúsan los cristianos fatigados. Acrece la soberbia musulmana, achacándolo á cobardía, e insisten en combatir el siguiente día, pero siendo Domingo, también lo evitan los cristianos y lo dedican a oraciones religiosas, confesiones y comuniones.



    Los sermones y pláticas de los prelados y clérigos, entusiasman a jefes y soldados, que arden en deseos de cruzar sus armas con los enemigos de la fe. Antes que rayara el alba del lunes 16 de julio de 1212, los guerreros cristianos divididos en cuatro cuerpos, esperaban la señal de combatir. Seguía Diego López de Haro, mandando la vanguardia formada de los tercios vascongados, las cuatro órdenes militares y las compañías de los Concejos de Madrid y otras nueve villas.



    El rey de Navarra dirigía su ejército, tres concejos castellanos, y los voluntarios de los reinos de Portugal, Galicia, Asturias y León. El rey de Aragón y conde de Barcelona, capitanea los aragoneses y catalanes.



    Y la retaguardia dirige el rey de Castilla con el grueso de sus tropas y fuerzas de cuatro villas y ciudades. Aparecen por tercera vez los moros en orden de batalla, en cinco grandes cuerpos de ejército en forma de media luna, pensando cerrar el círculo apretando los dos cuernos, para envolver a los enemigos.



    El emir de los infieles dirige sus huestes desde su magnífica tienda de campaña, colocada en un cerro que domina la comarca y el campo de pelea, teniendo a su lado, el caballo y las armas y en las manos el Al-Corán, alternando las órdenes de mando con la lectura de algunos versículos guerreros. Rodean y defienden la tienda del emir, en primera línea diez mil negros, amarrados como demonios, que apoyan en el suelo largos lanzones, en la segunda fuertes y aferradas cadenas, y en la tercera tres mil camellos.



    Impacientes los dos bandos, apenas la luz crepuscular de la mañana les permite verse, se lanzan el uno sobre el otro con igual denuedo, entre el estrépito de los tambores, clarines y demás instrumentos bélicos y los gritos estridentes de los combatientes, luchando los mahometanos como tigres y como leones los cristianos. El primer choque de las dos vanguardias fue horrible, y los vascongados, las órdenes militares, y las tropas de algunos concejos castellanos, resistieron heroicamente el empuje de los 160.000 africanos, división escogida para que, cual huracán furioso deshiciera la vanguardia cristiana, y facilitara un triunfo completo.



    Pronto se generalizó el combate en ambos campos, y todos se conducían valerosamente. Insistiendo Mohammed Aben Jacub, en la idea fundamental de la batalla, sabiendo que los soldados de López de Haro se defendían con ardor creciente, arrojó sobre ellos otro cuerpo de ejército. Tanta muchedumbre creyó imposible resistir el contingente madrileño, y se declara en retirada.



    Corre esta noticia en los dos campos exagerándose en ambos, pues se añade que se retiran los tercios vascongados y toda la vanguardia, dando al hecho cierto colorido de verdad, por la semejanza de los escudos de Vizcaya y de Madrid, luciendo en ambos en el centro un árbol verde. El peligro enardece más y más al señor de Álava y Vizcaya, a los vascos, a las órdenes militares y a los concejos que permanecen firmes, y matan y destrozan y contienen primero y luego se sobreponen a sus contrarios. Entretanto la división que manda el monarca navarro, retrocede, aunque en orden, algún poco de terreno y llegan los moros hasta el rey de Castilla, con lo que y las malas nuevas de la vanguardia, sin temor, pero juzgando perdida la batalla exclama: “Arzobispo, yo e vos aquí muramos”. A lo que contesta el primado de Toledo: “Nonquiera Dios que aqui marades, antes aquí habedes de triunfar del enemigo”. El rey replica: "Pues vayamos aprisa á acorrer a los de la primera haz, que están en grande aficamiento".



    Y picando los dos á sus caballos ponen en obra su proyecto, consiguiendo detener a los fugitivos y llevarlos de nuevo al campo de batalla, con lo cual y los repetidos gigantescos esfuerzos de los del señor de Álava y Vizcaya, cambia de aspecto la pelea. Piden los moros africanos que avance en su ayuda la caballería de los andaluces, pero estos vuelven grupas y huyen, llevando el desorden a su propio campo.



    Entre tanto que los vascongados hacen aun mayores destrozos en la retirada de los infieles, se declara el triunfo y degüello general y llegan los cristianos a la tienda de campaña del emir de los musulmanes. Éstos heroicamente lo defienden y mueren miles de asaltantes hasta que el rey de Navarra, con sus gentes, rompe la triple línea y entra en la tienda y tras los navarros fuerzas aragonesas, catalanas y castellanas.



    El emir monta su cabalgadura y huye a Jaén con los restos de sus destrozadas huestes. El rey de Castilla, con esa energía y aun crueldad que distingue á los grandes guerreros, y que en último término economizan mucha sangre en lo sucesivo, convencido de que no bastaba triunfar, sino que era necesario aniquilar al enemigo, hizo publicar, un tremendo bando, ordenando el degüello general de moros y prohibiendo hacer ni un solo cautivo o prisionero.



    Dura la matanza hasta después de haber anochecido, muriendo en la batalla y en la retirada 200 mil moros y 25 mil cristianos. Sobre aquel campo cubierto de cadáveres entonó el arzobispo de Toledo el TeDeum Laudamus que cantaron con el, los tres reyes, los prelados, el clero y los jefes y soldados, en acción de gracias por tan importante victoria, que por sus peripecias extraordinarias se consideró debida a la protección manifiesta de Dios.



    La batalla de las Navas de Tolosa, denominada también del Muladar, del Muradal y de Lorca, sin dejar de ser una de las glorias más preciadas de todo el cristianismo, de toda España, es a la vez una gloria eminentemente vasco-navarra. Don Rodrigo, arzobispo de Toledo, hijo de Navarra, inspira la idea de la cruzada, al monarca de Castilla, y pasa a Roma como su embajador y obtiene la declaración apostólica, y predica la cruzada en Italia, en Alemania y en Francia, y trae consigo un ejército de voluntarios cruzados, y anima a los castellanos en un momento de desaliento. López de Haro es la primera figura militar de la campaña y con los tercios de las tres actuales provincias vascongadas, sostiene lo más recio del combate e inicia la victoria en la vanguardia. Sancho VII Garcés, el Fuerte, y su ejército reaniman el campo cristiano incorporándose a el, en los momentos que desertan los cruzados extranjeros, y deciden y completan la victoria, asaltando los primeros las triples fortificaciones de la tienda del emperador musulmán. De este monarca se dice que medía más de dos metros veinte de estatura y que manejaba con una mano un enorme mandoble que era el terror de los infieles.



    El monarca navarro erguido en su corcel, blandiendo su enrojecida espada, y solo en aquel círculo de hierro con sus doscientos caballeros navarros, es la personificación del triunfo, del valor guerrero y se hace perdonar y olvidar sus extravíos en África cuando había servido a Miramamolín. En resumen la participación que en la batalla de las Navas de Tolosa les cupo a los cuatro pueblos vascos, es una de las páginas más brillantes de su historia.



    Los despojos de la batalla fueron de suma importancia en armas, caballos, camellos, alhajas y piedras preciosas, ropas, almacenes, carros, acémilas, y tesoros en metálico, pues los hijos de Mahoma habían desplegado en esta ocasión un lujo ostentoso y vano que contrastaba con la sencillez de los cristianos. Pero el trofeo de mayor estima fue la rica tienda de Mohammed, que se regaló al Sumo Pontífice y se envió a Roma.



    Los demás despojos se distribuyeron entre los que habían concurrido a la batalla, haciéndolo por encargo del castellano, López de Haro y cumplió su cometido con tanta justicia y generosidad que dio menos á sus mas allegados, y no se reservó nada para sí. Admirado de ello Alfonso VIII, le preguntó, cuál era su parte, y contestó: “la más preciosa y de más valía, la parte de honra que me corresponde en esta gloriosa empresa”. Otro trofeo fue un tapiz musulmán conservado actualmente en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos.



    Es llamado pendón de las Navas de Tolosa, muy ricamente decorado, las bandas superior e inferior llevan escritas frases de significado religioso. A los lados, las escrituras están hechas de tal modo que puedan ser leídas por el revés del tapiz.



    En el centro, una estrella de ocho puntas evoluciona en formas diversas hasta morir en un círculo, conforme al gusto musulmán por la geometría. Predominan los colores dorados y rojos.


    El monarca navarro, recogió también su porción gloriosa, las cadenas que rompió tan bravamente y una esmeralda del turbante del rey moro, que llevó a la catedral de Pamplona, y adoptó por emblema de su escudo. Se regocijó la cristiandad al tener noticia de la rota de los almohades, y la Iglesia la celebra en España anualmente, con el título de Triunfo de la Santa Cruz, el día 16 de Julio.



    Como consecuencia de la victoria de las Navas de Tolosa, ganaron los cristianos, para Castilla, todo el país que habían recorrido antes de la batalla, el difícil paso de Despeñaperros, antemural de Andalucía, y después los pueblos y territorios de Ferral, Bilches, Baños, Tolosa y Úbeda.

    Desde ahí regresaron a sus respectivos estados y se disolvió la cruzada, como siempre prematuramente y sin sacar todo el partido que se debiera en aquellas favorables circunstancias.

    Con la batalla de las Navas, cambia de la situación y adviene la preponderancia católica sobre los moros, y comienza la decadencia de los almohades, que terminará en 1248 con la reconquista de Sevilla por San Fernando, para ser sustituida por la de los moros andaluces. Castilla sobresale ya, no solo entre los estados cristianos, sino sobre los infieles, y a estas trasformaciones han contribuido notablemente las cuatro provincias vasco-navarras.



    Los historiadores árabes, la llaman batalla de al-Ikab y la consideran como “la primera señal de debilidad que se manifestó entre los almohades, sin que en adelante las gentes magrebíes se encuentren ya en disposición de hacer expediciones”. Entre los linajes vascos que se encontraron en la batalla de las Navas de Tolosa se destacaron: Abad, Aldabalde, Arcay, Bernal, Casares, Echaniz, Elorza, Gavira, Góngora, Mendoza, Ocaranza, Olaza, Ugarte, Zamora, Zuazo. También se distinguió por su denuedo y bizarría Pedro de Lavalle, alférez del rey de Aragón y antepasado del ilustre general Juan Galo de Lavalle.


    Fuentes bibliográficas:


    BLEIBERG, Germán (Dir.), Diccionario de Historia de España, Revista de Occidente, Madrid, 1969, III.


    ORTIZ DE ZÁRATE, Ramón, “Los vasco-navarros en las Navas de Tolosa. Páginas de un libro inédito”, en Revista Euskara (1878-1883), Eusko Ikaskuntza, Donostía, 1997, IV.





    Sandro Olaza Pallero





    Publicado por SANDRO OLAZA PALLERO en sábado, julio 04, 2009


    Etiquetas: Alfonso VIII y las Navas de Tolosa, La batalla de las Navas de Tolosa, Sancho VII el Fuerte y las Navas de Tolosa, Vasco-navarros en las Navas de Tolosa

  10. #10
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)


  11. #11
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Gracias hermano Ordóñez por insertarlo, con las prisas a veces se me olvida engancharlo en Hispanismo. Te lo agradezco de verdad.

    Es curiosa la coincidencia de fechas de la gran batalla, con el inicio de la Cruzada del 36. A todo esto, imaginaos "la calorá" y las temperaturas que debieron soportar en aquellas fechas, miles de hombres ataviados con armaduras y mallas (y encima, en el sur hispano)...lo pensé en mis vacaciones por mi amada comarca bilbilitana: sentado en el bar del pueblo a 40º a la sombra. En cada batallita, debían perder mas kilos que Alonso en un gran premio.
    "De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"






  12. #12
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    NI LAS NAVAS DE TOLOSA RESPETAN



    - Informado por los correligionarios del Reino de Jaén. Otra más del necionalismo antiandaluz:


    SANTA ELENA Y EL "MUSEO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA"

  13. #13
    Sandro Olaza Pallero está desconectado Miembro novel
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Muchas gracias por citar este artículo mío que tuvo repercusión en varios blogs y páginas hispánicas.

  14. #14
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    De nada Sandro, un saludo.

  15. #15
    sancho está desconectado Miembro graduado
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Cita Iniciado por Reke_Ride Ver mensaje
    Gracias hermano Ordóñez por insertarlo, con las prisas a veces se me olvida engancharlo en Hispanismo. Te lo agradezco de verdad.

    Es curiosa la coincidencia de fechas de la gran batalla, con el inicio de la Cruzada del 36. A todo esto, imaginaos "la calorá" y las temperaturas que debieron soportar en aquellas fechas, miles de hombres ataviados con armaduras y mallas (y encima, en el sur hispano)...lo pensé en mis vacaciones por mi amada comarca bilbilitana: sentado en el bar del pueblo a 40º a la sombra. En cada batallita, debían perder mas kilos que Alonso en un gran premio.
    y con Guadalete

  16. #16
    Avatar de FACON
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    [YOUTUBE]http://www.youtube.com/watch?v=1ND28IDZGOI[/YOUTUBE]
    El noble es aquel:
    que tiene alma para sí y para otros.
    Son los nacidos para mandar.
    Son los capaces de castigarse y castigar.
    Son los que en su conducta han puesto estilo.
    Son los que no piden libertad sino jerarquía.
    Son los que sienten el honor como la vida.
    Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...

    ("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)

  17. #17
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Gracias FACON por insertar el vído de You Tube, pero es que no tiene nada que ver el vídeo que acabas de colocar y el que se exibe en el "Museo para la Interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa" ubicado en la localidad de Las Navas de Tolosa, (Jaén), España.
    Lo que allí se reproduce es un bodrio politiquero infumable, que deja a los crisitanos como rencorosos y violentos, mientras que los árabes son tildados de cultos, refinados y pacíficos.

    Que el rey castellano hace la guerra, por "rencor" y que los árabes se defienden, mientras ven que "sus tierras legítimas" son conquistadas por los violentos caballeros de la Cruz.

    En otro vídeo, que se puede visionar en ese esperpento de edificio que se auto llama "museo" y para terminar la visita, se refocilan con la emisión de otro vídeo que ya nada tiene que ver con la histoira-ficción-política-socialista de turno, y que se cuela a los visitantes a modo de un "tres culturas" con el consabido "aporte interesante que cada una de ellas hizo para bien de la humanidad", tres cultruas que vivieron "felices y arrimaditas" hasta que los cristianos "malos" las "destrozaron" y desde entonces pasa lo que pasa.

    Qué lástima que esto se construya con dinero de todos los españoles. Y, que lástima que no haya más gente sana en España que reivindique el pasado glorioso de las gestas que hicieron que occidente sea occidente y España lo que fue (no lo que es).
    Conócete, acéptate, supérate.
    (San Agustín)

  18. #18
    Avatar de Hyeronimus
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Eso es lo que pasa cuando es un "museo para la interpretación" o un "centro de interpretación" en vez de un museo a secas. Siempre me ha sonado mal esto de la interpretación que tanto se estila últimamente. La interpretación es algo subjetivo. Claro, quieren interpretarlo como a ellos les gustaría que hubiera sido, no como fue.

  19. #19
    Avatar de Ordóñez
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    Respuesta: Las navas de tolosa (Primera Crónica general Alfonso IX)

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    NAVAS DE TOLOSA: 1212-2012... AGRADECIDOS A LAS MESNADAS CRISTIANAS


    El año 2012 será un año de Aniversario Patriótico. Celebraremos la Victoria de las Navas de Tolosa, triunfo sobre los invasores africanos, que abrió las puertas de las Andalucías. De las instancias gubernamentales y de las instituciones oficiosas no podemos esperar nada. En esos antros no habita el orgullo de nuestra raza ni la gratitud a los antepasados. Allí mora la cobardía más sórdida y la complicidad intelectual con el enemigo. Por eso, los artículos que presentamos aquí debajo nos han parecido magníficas reivindicaciones de aquella gesta sin parangón.

    No queremos regalarnos los oídos con estas reflexiones en voz alta. Lo que queremos es que aquellos que nos lean tomen cartas en el asunto y se posicionen. Si las universidades silencian la verdad histórica y fomentan la tergiversación de la Historia, las universidades son culpables... Si los profesionales universitarios de la Historia son profesionales, ya saben cuál es el reto: el Museo de las Navas de Tolosa, de reciente creación, es una ofensa a nuestro pasado y un ultraje a nuestros ancestros, los que nos liberaron de la morisma. Y los culpables de esa afrenta son los traidores que se ponen de parte del moro.


    El Museo de las Navas de Tolosa, recién abierto, es una ofensa a la inteligencia de sus visitantes. Y, según el sesgo que ha tomado, su existencia no tiene ningún sentido que no sea el de confundir a los españoles, mintiéndoles y engañándolos con una versión de la Historia favorable al enemigo musulmán.









    El museo de las Navas, y los silentes profesores universitarios





    Algunos de los lectores de este Blog van a empezar a llamarme cansino por repetirme tanto en este tema de la Batalla de las Navas de Tolosa, pero es que hablando el otro día con un amigo surgió la cuestión, y de ahí mi reiteración en este asunto.



    Vayamos por partes, pues no es tanto el asunto del “mal llamado museo de las Navas” y su antecesora “La Ruta de los Castillo y de las Batallas”, como el silecio cómplice de algunos profesores que se dicen universitarios. en los otros dos temas, se entiende que los ayuntamientos, con tal de chupar un euro de la Junta de Andalucía, han hecho que los castillos de sus términos o localidades se conviertan en nazaríes, almohades u omeyas a gusto y discreción del edil de turno, que como ignorante, no está legitimado para pensar, pues como dirían "Los del Río" para eso están los políticos de la Junta.



    Le comentaba a mi amigo que, habiendo visto “in situ” el Museo de las Navas, no comprendía por qué no le llaman de otra forma, pues en él, más que informar sobre la Batalla de las Navas en cuestión, lo que se hace es una apología de la visión socialista de la historia de una forma muy marcada, enfocando a los visitantes el asunto de la Batalla de las Navas desde la perspectiva de las “Tres Culturas” y dejando mal parados a los cristianos, a los que en un vídeo de los que se exponen, no dudan en llamarnos “rencorosos”, aludiendo a que como los soldados de Alfonso VIII perdieron en Alarcos, pues eso, que por rencor, iniciaron la guerra de las Navas.

    Durante la visita, pude comprobar como se trataba de forma preferente el tema de la batalla para los árabes, y los cristianos quedaban en peor lugar. Le comentaba las carencias significativas y alarmantes de los que carece este “museo” y como en cambio, se han gastado unos millones de euros en falsear la historia del evento bélico, sin hacer siquiera prospecciones en el campo de batalla, que tan cerquita lo tienen, ¡leches! que ya les vale.



    El acompañante y amigo escuchaba atentamente mis exabruptos sobre este “mal llamado museo”, y asentía con la cabeza, comprendiendo mi mal humor al observar que lo que se estaba haciendo en ese sitio era más “política activa” que información cultural y VERAZ.




    Al pronunciar este vocablo surgió la cuestión.



    Si los docentes universitarios están para algo es para acreditar la solvencia y VERACIDAD de los hechos históricos, así como DENUNCIAR, las manipulaciones torticeras que los avispados políticos puedan hacer en aras de sus oscuros intereses.




    Bueno, pues a día de hoy, todavía no hay ningún Doctor universitario de la UJA (Universidad de Jaén), ningún Profesor titular de ningún departamento (ni de medieval ni de ningún otro departamento) que haya abierto la boca y puesto estos asuntos tan graves en los medios de comunicación de masas.



    Es a estos “sabios” a los que corresponde el denunciar estas manipulaciones, y si no lo hacen, la credibilidad de los conocimientos que imparten, cargos y puestos de trabajo están en entredicho, pues una de dos:



    1.- O ellos imparten en sus aulas ese mismo punto de vista a sus estudiantes, con lo que se estaría manipulando ruinmente la materia de Historia en toda su magnitud para satisfacer los fines partidistas de la izquierda socialista radical, o


    2.- Impartiendo los datos históricos a los alumnos desde otro punto de vista, es decir desde la VERACIDAD, callan como zorras estas barbaridades, pues de no hacerlo quedarían en entredicho ante los “compañeros” políticos de las comunidades universitarias, y eso, para algunos que ya tienen la plaza segura, es mucho pedir, y para los aspirantes, un suicidio. Tal es el estado de cobardía de la comunidad docente universitaria jaenera y queda patente su sumisión a los políticos de turno. ¡Qué lástima!




    En definitiva, qué está faltando en algún medio de comunicación, el –valga la redundancia- comunicado de algún doctor en Historia o profesor universitario, que con un par de..., eso que los hombres suelen tener en las entrepiernas, salga a la calle y denuncie ante los medios esta bochornosa manipulación de la Historia.



    Se admiten apuestas. ¿Cuántos creen ustedes que lo harán?

    Pues eso.


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