San Isidro (Buenos Aires), junio 2013, mes del Sagrado Corazón de Jesús. El nombre de Bernardo Lozier Almazán es ya conocido de los seguidores de FARO. De su autoría ha aparecido recientemente Monseñor Benito de Lué y Riega (1753-1812), Obispo de la diócesis de Buenos Aires (1803-1812). A Dios rogando y con el mazo dando.
Bernardo Pedro Lozier Almazán, autor de numerosas obras históricas, fue director del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico de San Isidro "Dr. Horacio Beccar Varela", y del Museo Pueyrredón. Académico de número de la Academia de Ciencias y Artes de San Isidro y correspondiente de la Academia Burguense de Historia y Bellas Artes (España peninsular). Miembro correspondiente de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina y del Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú. Miembro de número de la Comisión Nacional de la Reconquista y presidente del Centro de Estudios Históricos Hispanoamericanos "Isabel La Católica". Director de la revista Custodia de la Tradición Hispánica. Miembro y director de la Sociedad de Estudios Tradicionalistas D. Juan Vázquez de Mella. Miembro fundador de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII (Actualmente secretario).
Del brevísimo introito del trabajo publicado:
Quienes incursionamos en la historia de nuestra agitada primera década del siglo XIX, siempre nos hemos encontrado ante la presencia de aquella tan adusta figura del obispo de Buenos Aires, monseñor Benito Lué y Riega, censurado por no pocos historiadores, que sólo vieron en él su antipatía por la causa revolucionaria.
Es por ello que, encontrándonos tan distantes de las pasiones antagónicas propias de los procesos revolucionarios, es tiempo oportuno para revisar su protagonismo, sine ira et cum studio, y asignarle el lugar que le corresponde en las páginas de nuestra historia.
Convengamos a priori --para ser ecuánimes-- que durante su desempeño pastoral el prelado sembró vientos y cosechó tempestades, en gran medida producto de su inflexible disciplina eclesiástica que --según certera apreciación del padre Guillermo Furlong S.J.-- se debía a que "siendo soldado en los días de su juventud, transladó las maneras duras del cuartel al palacio episcopal".
Al respecto, el prestigioso historiador uruguayo, Raúl Montero Bustamante, decía del obispo Lué --y es muy cierto-- que: "La defensa de la Iglesia y del Imperio fue su divisa", lo cual define acertadamente los principios que inspiraron su celo pastoral y acendrado españolismo.
Atraído por el fuerte influjo de su personalidad y --por qué no-- su carácter severo, me animaron a levantar ese pesado velo de antipatía que cubre su persona, para poner al descubierto y vindicar al sacrificado prelado, sacerdote de acendrado espíritu pastoral, celoso de sus prerrogativas episcopales y fiel súbdito de la monarquía española.
Los resultados de esta investigación me permiten mostrar al prelado en su verdadera dimensión humana, con sus errores y defectos --claro está que los tuvo--, pero rescatando lo que cierta historiografía ha ignorado u ocultado injustamente en detrimento de su buena memoria.
Lozier Almazán, Bernardo, Monseñor Benito de Lué y Riega (1753-1812), Obispo de la diócesis de Buenos Aires (1803-1812). A Dios rogando y con el mazo dando. San Isidro, 2013.
Puede adquirirse en la Librería San Miguel Arcángel, Rodríguez Peña 125, Martínez (Buenos Aires). Teléfono (011) 4792-1556. Correo electrónico
Agencia FARO
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