Paradójica opinión de los españoles sobre la inmigración.

**Arnau Jara** · 02/04/2006

La paz social y la armónica convivencia se ponen a prueba y en riesgo cuando una nación recibe en su seno un desproporcionado contingente de individuos ajenos a su órbita cultural y, en gran medida, procedentes de una civilización hostil con la que es inviable cualquier alianza.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado los resultados de su sondeo mensual, denominado barómetro, el cual muestra que sigue creciendo la preocupación de los españoles por el incesante flujo migratorio que España recibe.

Hasta tal punto es así, que ya figura como el segundo mayor problema de nuestra sociedad, sólo superado por el desempleo.

En principio no deja de sorprender que el pueblo llano ose discrepar del discurso oficial unánime que predica la bondad, y hasta la necesidad, de que el tercer mundo se vacíe de población joven que es tanto como decir de fuerza productiva y posibilidades de desarrollo futuro.

Extraña que los españoles lleven su discrepancia hasta el punto de considerar el fenómeno de la inmigración masiva como un problema; un problema mayor que los que plantean el terrorismo, la vivienda, la situación económica, y la educación.

En pleno “apogeo” de la multiculturalidad y del relativismo igualitario, chirría con estridencia que un 60% de españoles crea que entre nosotros viven demasiados extranjeros y que un 85% se oponga a aceptar más inmigrantes que no traigan entre su equipaje un previo contrato de trabajo.

Los españoles, se diría, han constatado a lo largo de la década 1995 / 2005 que es absurdo acoger mano de obra que no responde a las necesidades del tejido económico español y más irracional todavía seguir recibiendo diariamente nuevos recién llegados cuando ya un tercio de los inmigrantes están desempleados, amén de 1.800.000 españoles en igual situación.

Según los datos del CIS, la mayoría opina que antes de permitir la entrada en España de un extranjero se ha de atender a determinadas condiciones subjetivas, por ejemplo: la adecuación de su capacitación laboral a las necesidades nacionales, su nivel educativo, su dominio de la lengua española y su procedencia de un país cristiano, criterios todos ellos alejados del “buenismo” solidario que hoy triunfa en las instancias oficiales y en los libros de estilo de los medios de comunicación.

En tales términos sería factible predicar de nuestros compatriotas que reprueban la verborrea multicultural, determinan que los hombres no somos exactamente iguales unos a otros y que la paz social y la armónica convivencia se ponen a prueba y en riesgo cuando una nación recibe en su seno un desproporcionado contingente de individuos ajenos a su órbita cultural y, en gran medida, procedentes de una civilización hostil con la que es inviable cualquier alianza.

Comprobamos que un 47% afirma que la inmigración determina descensos salariales y un 68% considera que los españoles humildes resultan económicamente damnificados por el aluvión migratorio, a diferencia de los acomodados.

Podríamos concluir a la vista de los datos del CIS que la opinión pública española ha comprendido finalmente la lógica de la economía liberal, fría cual hoja de cuchillo, en la que una sobreabundancia de trabajadores no cualificados deteriora necesariamente sus condiciones laborales, con independencia de su nacionalidad, y beneficia exclusivamente a las empresas que los contratan.

Por último, dado que un 50% de los ciudadanos cree que deberían de ser expulsados del territorio nacional los extranjeros que cometiesen cualquier delito y hasta el 79% en caso de delitos graves, podríamos llegar a pensar que se nos ha hecho evidente, al fin, la necesaria ilación entre deficiente capacitación laboral, imposible asimilación cultural, marginalidad y delincuencia.

Si nos detuviésemos en este punto los resultados del sondeo de opinión podrían interpretarse en clave contestataria y hasta subversiva pero, muy a nuestro pesar, las preguntas del CIS prosiguen y las respuestas de los españoles contradicen sus precedentes.

Recordemos que un 68% piensa que la inmigración empobrece más a los españoles que ya son pobres, pero paradójicamente, en proporción muy similar del 65%, repite una de las consignas oficiales: “los inmigrantes ocupan puestos de trabajo para los que no hay mano de obra suficiente” . Si esta última fuese cierta no existiría competencia y en tal caso no se produciría el efecto indeseable de la previa aseveración; ambas pueden ser susceptibles de discusión, pero evidentemente no a un mismo tiempo.

Y las incongruencias continúan: si un 60% de los españoles afirma que ya hay demasiados inmigrantes, un 73% defiende el derecho de los ya establecidos a traer sus familias. Aunque un 59% sostiene que a cualquier país conviene que las mismas costumbres y tradiciones sean compartidas homogéneamente por su población, un 72% afirma, con aparentes síntomas de esquizofrenia, que es bueno que los inmigrantes mantengan su lengua y sus costumbres.

¿Existe explicación razonable para estas reiteradas contradicciones? Aventuramos varias, todas ellas posibles y ninguna desechable a priori.

1) Los españoles formamos una nación de enajenados, sin criterios formados y ajenos a las reglas esenciales del pensamiento lógico occidental. Abona esta tesis una de las contestaciones ofrecidas a preguntas del CIS sobre otras materias: un 80% se declara creyente católico, pero un 50% jamás participa en el culto de la religión que afirma profesar.

2) El CIS ha seleccionado una extraña muestra para realizar sus entrevistas. Sólo un 19% de los encuestados responde afirmativamente cuando se les pregunta si viven en pareja, dato muy chocante cuando hay un 58% de casados frente a un 42% de solteros, viudos, separados y divorciados.

3) Una gran parte del pueblo español en la actualidad se debate entre la sinceridad espontánea y la forzada corrección política cuando se trata de opinar acerca de materias espinosas, como la inmigración.

Combínese esta posibilidad con un dato objetivo de la propia encuesta: mientras que un 40% sitúa la inmigración entre los tres principales problemas que España sufre, sólo un 13% la identifica como problema propio, personal y subjetivo. Anotamos al margen que, de ser correcta esta tercera interpretación, forzosamente admitiremos que los españoles somos más altruistas y solidarios con los extranjeros que con nuestros propios compatriotas.

Quienes estamos convencidos de asistir en España a una trágica sucesión de errores en materias muy diversas, la inmigración entre ellas, tememos que en sucesivas ediciones del barómetro del CIS se incremente el porcentaje de aquellos que se sienten perjudicados por el fenómeno.

Y, posiblemente, arreciará entonces el discurso mediático que la globalización dicta: “crece la xenofobia” , nos dirán. Malo sería que los que siempre nos han mentido permanecieran mañana contumaces en el embuste. Pero mucho peor sería que estallara entre nosotros una rebelión norteafricana y en las calles de España ardieran por doquier las hogueras de la falsa integración. Algo entienden los franceses sobre esta materia.

Jorge García Contell

www.foroarbil.org

**Juan del Águila** · 28/04/2006

MAGNÍFICO ARTÍCULO, sencillamente magnífico.Me quedo sin términos para encomiarlo.Buenísimo.No entiendo como no tiene más comentarios: probablemente porque es tan lógico, directo y demoledor que sobran los mismos.Es un texto fundamental.

**eufrenio** · 28/04/2006

Sí, excelente.Por lo que oigo en mi entorno, más de las 3/4 partes de los españoles están hartos de los inmigrantes, legales o ilegales. Y se oponen a la reunificación familiar. El CIS ha cocinado los resultados, en origen y en destino.
Ahora cabe preguntarnos ¿qué hacemos con toda esta gente en cuanto no haya trabajo? La respuesta: se reciclarán al modo de una economía tercermundista (vender cinturones por las calles, trapichear, etcétera), y así sobrevivirán como viven en sus países la mitad de la población, y se dedicarán al crimen. Toda una perspectiva "post-moderna" para la España de siglo XXI.

**venator** · 28/04/2006

Lo que aqui,a mi modo de ver, hay que preguntarse es lo siguiente:
¿Como demonios es posible que, estando claramente en contra de la inmigracion masiva una amplia, amplísima mayoría de la poblacion - y para saber eso no se necesita ningún barometro del CIS ni cualesquiera chapuzas estadísticas, basta con escuchar atrentamente las conversaciones en cualquier bar de cualquier esquina de cualquier ciudad, los gobiernos de ambos lados de la democracia, hayan permitido tan alegremente este desaguisado? ¿ O como dirían los romanos: Cui bono? Es decir, ¿Quien se beneficia de estas regulaciones tan a la contra del sentir del pueblo, que interes ocultos se hallan detras de tan sorprendentes leyes? Dejo ahi la pregunta a la meditacion "foral"

Saludos en Cristo Rey

**eufrenio** · 29/04/2006

Muy sencillo, se trata de destruir la sociedad civil, para crear un orden nuevo. Cuando acaben con los últimos vestigios de la España de hace treinta años, tendrán el poder absoluto.

**sandro** · 29/04/2006

Iniciado por eufrenio

Sí, excelente.Por lo que oigo en mi entorno, más de las 3/4 partes de los españoles están hartos de los inmigrantes, legales o ilegales. Y se oponen a la reunificación familiar. El CIS ha cocinado los resultados, en origen y en destino.
Ahora cabe preguntarnos ¿qué hacemos con toda esta gente en cuanto no haya trabajo? La respuesta: se reciclarán al modo de una economía tercermundista (vender cinturones por las calles, trapichear, etcétera), y así sobrevivirán como viven en sus países la mitad de la población, y se dedicarán al crimen. Toda una perspectiva "post-moderna" para la España de siglo XXI.

Yo diria mas de 3/4 partes, tu piensa que los unicos que defienden la inmigracion son las ongs que viven de ellos, traidores como s.o.s racismo tendria que estar ilegalizado, y los empresarios que asi bajan la mano de obra.

Inmigracion=Invasion

**Erasmus** · 29/04/2006

El problema que tienen, no sólo Uds., sino los otros países desarrollados de Europa Occidental, es el sistema democrático-burgués y partidocrático que creó esta situación; a la derecha le convienen los inmigrantes porque representa al capitalismo que así tiene mano de obra barata y la izquierda los defiende por demagogia e ideología. Acá tenemos el mismo problema con los bolivianos que ya son más que en Bolivia si nos descuidamos y ahora se descubrió a empresarios judíos que los explotan. Para colmo, se dice que los chinos y coreanos apenas pagan impuestos y encima también utilizan bolivianos como mano de obra barata y es muy común que cada tanto la policía allane una fábrica de chinos o coreanos que tienen esclavos bolivianos. Y para colmo el gobierno izquierdista y projudío de Kirchner va a legalizar a ¡1.000.000 de inmigrantes ilegales!

P.S.: los mejores inmigrantes que han llegado acá desde los '90 son los rusos y ucranianos cuyas comunidades tienen más de cien años en nuestro país y son gente religiosa y trabajadora. Creo que si Uds. necesitan inmigrantes deberían traer gente de esos países.

**sandro** · 29/04/2006

Lo que pasa que los rusos, ucranianos y demas las mafias que tienen son terribles, yo para inmigracion prefiero la argentina o urugaya, en españa ya se legalizo un millon de ilegales.

**eufrenio** · 30/04/2006

Los argentinos y uruguayos que para por aquí no son de lo más granado de su país: mucho aventurero, cara dura, y estafador. Sobre todo los llegados los últimos años.

**Erasmus** · 30/04/2006

¿Tienen problemas con la maffia rusa por allá? Acá es con la china, ha habido algunos crímenes perpetrados por chinos pero son ajustes de cuentas entre ellos, hasta ahora la cosa es interna de esa colectividad.

**Arnau Jara** · 30/04/2006

Mangantes hay en todos los lares. De todas formas, es preferible un argentino o un uruguayo que no la morisma, que con el buen rollito de la alianza de civilizaciones vuelan la casa de cultura en Hassalandia o masacran a doscientos españoles en cuatro trenes.

Porque para mi, la patria hispana la forman cuatro cientos millones de hombres y mujeres.

**sandro** · 30/04/2006

Iniciado por adolpo-o

¿Tienen problemas con la maffia rusa por allá? Acá es con la china, ha habido algunos crímenes perpetrados por chinos pero son ajustes de cuentas entre ellos, hasta ahora la cosa es interna de esa colectividad.

La verdad es que si son terribles, bueno la mafia china se mata entre ellos.

**eufrenio** · 30/04/2006

Iniciado por Arnau Jara

Mangantes hay en todos los lares. De todas formas, es preferible un argentino o un uruguayo que no la morisma, que con el buen rollito de la alianza de civilizaciones vuelan la casa de cultura en Hassalandia o masacran a doscientos españoles en cuatro trenes.

Porque para mi, la patria hispana la forman cuatro cientos millones de hombres y mujeres.

Morralla la hay de todo tipo, la hay incluso católica y en abundancia.¿ No tienes bastante con todos los ecuatorianos que tenemos metidos en España? Ahora vas a por otros docientos millones que quieres acomodar aquí. Para mí un extranjero es un extranjero: por mucho que hable español o vaya a misa, sigue siendo extranjero. Mi patria es España y mis compatriotas los españoles.

**Pedro** · 01/05/2006

Iniciado por sandro

Lo que pasa que los rusos, ucranianos y demas las mafias que tienen son terribles, yo para inmigracion prefiero la argentina o urugaya, en españa ya se legalizo un millon de ilegales.

Las mafias "rusas" son judías. Puede que utilicen a criminales y desesperados rusos, pero está controlada por los judíos. En el fondo es injusto hablar de la "mafia rusa", porque en realidad de lo que se trata es de la mafia de los judios afincados en Rusia (o judios rusos). Esto es algo que, como otras tantas cosas, los mass media esconden.

**Juan del Águila** · 17/05/2006

En primer lugar, lo básico.Un tema que siempre saco a colación porque parece que nadie se entera de que es EL TEMA.Los niños.La natalidad.Esa es la clave, el fin de nuestra sociedad tal y como la conocemos: la ausencia de sangre nueva, la contracción de la población, una nación de ancianos.

Ahora bien, puestos a ser selectivos con la inmigración estoy con Arnau:a pesar de los latinmierdas y los truñetas, de los sicarios colombianos y de lo que sea, son mil veces mejores los hermanos de América que la morisma, enemiga secular de España.Y detrás de ellos, a pesar de mafias rusas y de bandas paramilitares rumanas o albanesas, los europeos del Este, especialmente los polacos, que son con gran diferencia los mejores, más normales y trabajadores.Todo el mundo antes que la morería.Pero vuelvo a lo de antes: la cuestión no es qué nacionalidades elegimos para que nos sustituyan en la Península Ibérica, sino conseguir que los españoles tengamos críos otra vez en cifras normales y adecuadas.Como sea.Nos lo jugamos todo.