Conveniencia i Unió, secta democristiana, abortista, liberal y corrupta, durante veinte años largos de desgobierno, alentó los flujos migratorios provinientes del Magreb con el argumento de que al no ser de cultura hispana se integrarían con mayor facilidad al modelo de micropaís deportivo-gastronómico-lingüístico.
Incluso, el invertido y transfuga Ángel Colom después de su salida por la puerta trasera de ERC -junto a la sionista Pilar Rachola-, fue nombrado "embajador" en la capital alauí. Cuando las microembajadas fueron cerradas por Maragall, el sodomita abrió una champagnería en Casablanca. Menos mal que se trataba de un país musulmán.
Ahora que la alarma social ha puesta en tela de juicio la ineficaz gestión de los políticos de izquierdas y derechas, los anormales que nos gobiernan se dan cuenta de sus errores y pretenden marear la perdiz como si el personal tuviera Alzheimer crónico.
Y lo más perverso del tema es que aquellos que la cagaron, son los que volveran a gobernar tras la empanada del tripi-partido, porque no ya no queda nadie más para hacer el patán.
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