JOSÉ MARÍA DE PEREDA... PEÑAS ARRIBA
Pasa D. José María de Pereda por ser escritor regionalista, costumbrista. Si bien le reconocen su habilidad artística a la hora de describir los paisajes de su Montaña, nos lo quieren hacer de menos, ninguneándolo o bien confinándolo a su paisaje, el que tanto amó y que describiera magistralmente, siempre desde las alturas. Pero D. José María de Pereda no es un escritor para consumo solo de cántabros. D. José María de Pereda es un escritor para todos; su mensaje trasciende los límites de su tierra natal y nos dice a todos que nada mejor que el terruño, que -como bien sentenciara Lao Tzé- no hace falta salir de tu casa para conocer el mundo, que es en el microcosmos donde encuentra el hombre el lugar de su felicidad, que es la casona de los antepasados, la vida sencilla de la aldea la más fiable dispensadora de los mayores gozos.
"Peñas arriba" se escribió en 1893. Los tipos pueden parecernos pintorescos, pero tienen una autenticidad y frescura primitiva. Al protagonista de la novela, Marcelo, un hombre de mundo, aquel rincón montañés al que lo invita su tío le parece al principio un marco poco grato, pero poco a poco se va transformando el protagonista hasta alcanzar la "metanoia" (la conversión) que hará de él un hombre del terruño, dejando atrás al hombre mundano y urbanícola que fue.
El mensaje de Pereda sigue vigente justo por ser concéntrico en ese ombligo que es Tudanca y el paisaje patrio. Su realismo tiene un halo simbólico que nos lo hace más atractivo. "Peñas arriba" es una novela de iniciación. En ella se nos pinta los inescrutables caminos de Dios por los que Dios lleva a un hombre, criado en las grandes urbes, a reconocer que la única salvación es volver al entorno de sus antepasados, a esas montañas en las que comunidades pueblerinas mantienen celosamente sus tradiciones como si el tiempo no fuese con ellas; y el protagonista se reconoce a sí mismo, encontrando la seguridad y la paz que solo puede ofrecer un "mundo pequeño" de cosas familiares, donde todo sigue en el mismo sitio, sin que el progreso corrompa la concordia con sus emponzoñadas ideas de igualitarismo y revolución.
Yo recomiendo esta novela, la de un autor decimonónico olvidado, injustamente marginado por los círculos culturales del liberalismo y sus comparsas de derechas e izquierdas. Galdós y Clarín son grandes escritores: nadie lo dude, pero su mensaje ha caducado. Se les ha consagrado por eso mismo: por representar el liberalismo y el progresismo. En cambio, a D. José María de Pereda nos lo quieren ocultar, para que nadie pueda respirar ese aire fuerte de la montaña. Nos lo han etiquetado como regionalista, para inducirnos a no leerlo fuera de los límites de Cantabria, pero lo cierto es que su mensaje sigue incólume: "Peñas arriba", como las cabras montaraces, como los caballos cimarrones... sus tipos cántabros, directos y dignos descendientes de aquellos indómitos cántabros que morían cantando en las cruces romanas, nos interpelan y nos preguntan:
"¿Sois dignos de nosotros?"
El hombre moderno, ante esos modelos humanos de reciedumbre, de bondad pueblerina, bajará la cabeza y tendrá que admitir que no. Pero de todas formas, por esa hospitalidad arcaica nos abrirán las puertas de sus casas y nos pondrán sobre la mesa una hogaza de pan con queso y buen caldo de la tierra.
Recomiendo que ese lector que esté harto del mundo moderno, de las hechicerías del progreso técnico y las miserias de la civilización decadente se vuelva a Pereda, allí encontrará una Hispania Arcana por descubrir.
Publicado por Maestro Gelimer
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