Re: Buenas novelas históricas
¿Alguien ha leído esta novela o ha escuchado críticas sobre ella?
SINOPSIS:
Corre el año 787 y los musulmanes dominan todos los territorios hispánicos. La joven Alana, hija de una jefa del clan astur y un guerrero godo, es arrebatada de su castro para formar parte del Tributo de las Cien Doncellas: un racimo de muchachas que cada año entrega el príncipe Mauregato al emir cordobés, en señal de sumisión, para que formen parte de su harén.
Así se despliega una trama cuajada de aventuras, pasión y heroísmo que tendrá como escenario Pravia, capital de los reyes holgazanes, la antigua corte visigoda de Toledo, Córdoba y su embrujo andalusí, Vasconia, Aquisgrán, y, como telón de fondo, siempre ese reino de brumas que es Asturias en sus primeros pasos hacia la Reconquista. Y una galería de personajes legendarios en la que confluyen Abd al-Rahman I, Carlomagno, Adosinda, el Beato de Liébana, Alfonso el Casto e incluso Santiago Apóstol.
Isabel San Sebastián, con pulso narrativo, nos relata en "La Visigoda", su primera novela, una emocionante página de la historia de España llena de traiciones, herejías, batallas y un apasionante romance cuyos protagonistas desafían su destino. Una pincelada de ese tiempo en que la gloria y el horror se daban la mano.
“La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. ”. John Henry Newman
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