Disculpá, hace muchos años que lo leí y la memoria me jugó una mala pasada.
mmm, yo aca no estoy de acuerdo, no se dónde lo habrás leido pero es la 1ª vez que veo esta cuestion.
A ver, el martin fierro se ve obligado a huir por el sistema corrupto liberal del gobierno argentino, podríamos asemejarlo con el gobierno de Domingo Faustino Sarmiento, éste tiene una frase muy famosa para acabar con el ser argentino e implantar una especie de estado liberal-inglés "Hay que ahorrarse la sangre de Gauchos" es decir no pasa nada si los matamos, total es sangre gauchesca, en el fondo es acabar con todo el legado tradicional.
Entonces MF huye a vivir con los indios pero también retorna puesto que se da cuenta de los salvajes que son estos, sin embargo no es cuestion de que quiere reintegrarse al sistema liberal sino mas bien de cambiarlo, Marechal hace una metafora cuando Martin Fierro salva a la cautiva de las manos de un indio que le maltrataba ( precioso pasaje por cierto) y explica que es el retorno del caballero que salva a la cautiva, a la Patria. Compara la Cautiva con la Patria. Y luego se encuentra con sus hijos y un amigo, hijo de Cruz el compañero de Martin Fierro, (de aquí el seudonimo de Cruz y Fierro) Y entonces después de varios consejos dados por Martin Fierro a estos, dice que parten a los 4 puntos del pais, es decir norte, sur, este y oeste. Y esto se interpreta como que ellos parten a distintos lares del pais para renovarlo y recuperar esa tradicion que se rechazaba ya en los tiempos de Hernandez. Un verso del MF para entender como quiere cambiar la Argentina que caía en manos del liberalismo: empezando por abajo, porque desde arriba era casi imposible.
"Mas Dios ha de permitir
que esto llegue a mejorar;
pero se ha de recordar,
para hacer bien el trabajo,
que el fuego, pa calentar,
debe ir siempre por abajo."
Un abrazo en Cristo y la hispanidad
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Disculpá, hace muchos años que lo leí y la memoria me jugó una mala pasada.
no pasa nada hermano. Asi que leiste el MF?? bastante mérito che! , pues para entender todo ese lenguaje que incluso a mi hay palabras que se me escapan del vocabulario criollo.
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Mirad, hermanos: quien me recomendó obviar al Martín Fierro, y me prohibió leer a Sartre, fue uno de los más santos obispos que tuvimos en mi provincia, Monseñor Manuel Guirao.
De todos modos al MF casi como que me lo leí completo, ya que cita de aquí, cita de allá, al final terminas conociendote todo el libro.
Lo que sí, no tengo la capacidad de análisis vuestra, como para entender que el liberalismo lo persigue, se rebela al sistema, etc.
Si consigo un ejemplar me lo leeré. La verdad que es un papelón que un argentino no hayaleído, aunque más no sea por curiosidad, el Martín Fierro.
Leyendo el Facundo de Sarmiento, y algunas cositas de Alberdi, " entenderás " el odio antigaucho del liberalismo. Así como su complejo de inferioridad hispanófobo, que por desgracia, parece directamente importado de acá. Si podés, después de Martín Fierro, leé Defensa de la Hispanidad de Maeztu, quien reivindicó la obra con ardor
Y con todos mis respetos, hermano, no sé qué bien puede acarrear Sartre y qué mal Hernández. Más bien es todo lo contrario.
Subo dos más, hermanos. No recuerdo, en la primera, qué pasó ese domingo. Y en la segunda, no recuerdo a la destinataria.
intitulada.
Es día domingo, es uno cualquiera.
Divaga en el aire un horrendo mutismo.
Son horas sin prisa. Como en un abismo
desciendo profundo. Abajo, las fieras,
presienten que llego y con cruel realismo
me inventan un cenit, destruyen mi espera.
Luego la recrean y, es tal el sadismo,
que al final inicio y en el inicio termino,
trazando espirales en sorda carrera.
Es como una posta de sueño y locura,
de imágenes burdas que desesperan.
Sendero bordeado de luces oscuras,
que lleva a la nada. O a nada me lleva.
Un fragor interno me mantiene en vela.
La calma del día me tañe las sienes.
Mi paranoia con rigor las puertas cela.
Me creman las ansias, unos fuegos fríos,
en una caldera de azar e impotencia
que tiene por llamas el asco, el hastío.
Me rindo. El instinto me cierra los ojos,
y algún mecanismo, que Jung entendiera,
le pone a mi mente candado y cerrojo.
Nadie vive adentro. Nadie vive afuera.
Es día domingo, es uno cualquiera.
‘’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’
En tus manos:
Hoy mi mano en los umbrales de los rígidos
momentos que la muerte me regala
hizo letra a mi voz que ya se ha ido,
e hizo un siempre de mi vida que se apaga,
por que a cambio de mi cuerpo fenecido,
tengas tú este poema que no acaba.
Y no acaba pues mis dedos se prolongan,
y mis pasos por tu casa aun resuenan
como un eco confuso que renueva
mi presencia. Ya no estoy. Haz que pongan
mis palabras en sus bocas y que vuelvan
mis risas y silencios de tal forma,
que mientras vivas tú yo jamás muera.
Por esto tu tendrás que yo a cambio,
por mis gracias de vivir en tu memoria,
lo que es ser, por obra de tus labios,
nunca ayer, nunca olvido, nunca historia:
hoja de árbol que al caer la tierra abona,
es decir, hay esplendor en su caída.
O aquel mítico barco que en su hora,
a Solís le dio un fuerte, una guarida,
sea yo para ti, que aun mi muerte
te sustente, te cobije, te de vida.
Sin título.
Es mentira que se olvida. Eso no existe.
El olvido es un infame negación.
Es un pacto entre el ayer y la razón,
compromiso de abatir lo que persiste,
en mi caso, no se tu, de aquel amor.
Pero es vano, por que escuda el corazón,
lo que, ciegos, cabeza y tiempo embisten.
Si no avienes, explica la porfía
milenaria y primorosa de la flor
que vuelve tras un ciclo a su esplendor.
Di qué pasa: acaso ella olvida
que tuvo y tendrá otoño matador?.
No, su esencia no concibe la no-vida,
y en esto son gemelos flor y amor.
Ambos tienen en su mística latencia
la certeza de volver a ver el día.
Ambos vuelven a surgir abriendo heridas.
Ambos tienen por bandera la insistencia,
e inmune la memoria. Ellos no olvidan.
‘’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’
El trato:
Señor, que eres espejo de justicia,
te pido que lo olvides un momento,
e injusto concédeme, Delicia,
gozar lo que en justicia no merezco.
Págame con tu presencia constante
mis tantos abandonos ha contigo,
y dame regalados tus tesoros,
a pesar de merecer grande castigo.
Dame, Bien, en tu reino contemplarte,
a pesar de que ciego haya vivido.
Tu gracias aprisionar y no soltarte,
a pesar que desgraciado soy nacido.
Conóceme ante el padre de lo alto,
tanto como aquí yo te he negado.
Acércame a Ti, allá en el cielo,
tanto como aquí yo me he alejado.
Señor, dile por mí al Inefable,
por las tantas oraciones que he callado,
y dame, Señor, ni bien me muera,
vivir la eternidad a Ti postrado.
Si mi trato aceptas, Bienamado,
podré decir, Invicto Redentor,
ya en moradas de mi Bienhechor:
El Justo, injustamente, me ha salvado.
Palma última:
Es mi anhelo, amadísimo Señor,
que examinas y complaces los deseos,
un dolor que me eleve a tu presencia,
azotes que me lleven a tu cielo.
Que en mi cuerpo revivan los flagelos
que tu divino cuerpo ha recibido.
Se humillen mis carnes a la nada,
no permitas en mi vía un cireneo,
sino que a esta mi cruz deseada,
la alivianes tu, mi manso Galileo.
Ex esclavo, ya liberto por tu muerte.
Doblegado por cosecha inhumanas.
Ya muerto de todo lo mundano
y redimido a fuerza de castigos,
atrévome a pedirte yo un regalo,
la final palma, Señor, la del martirio.
‘’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’’
Si.
Cuando el rústico Simón junto a su barca
oyó el “ven” de tus labios cristalinos,
escuchote y partió tras el divino
universo de mares que Tu abarcas.
Vio Leví entre sus impuestos y ganancias
al Señor de los bienes que no mueren,
y al seguirte para sí se dio que fueren
los célicos tesoros de tu Gracia.
Tuve yo el que Tu llamaras a mi puerta,
dispusiera para mi tus abundancias,
que quisieras darle vida a mi alma muerta,
mas el miedo por tu cruz frenó mis ansias.
Ahora dame, Señor, por que ya creo,
a mis manos y pies tener tus marcas.
Dejaré mi temor junto a la barca
de Pedro y las monedas de Mateo.
Última edición por Godofredo de Bouillo; 28/02/2009 a las 17:05
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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