Cancionero español tradicional
Cancionero anónimo
Quiero dormir y no puedo,
que el amor me quita el sueño.
Manda pregonar el rey
por Granada y por Sevilla
que todo hombre enamorado
que se case con su amiga:
que el amor me quita el sueño.
Que se case con su amiga.
¿Qué haré, triste, cuitado,
que era casada la mía?
Que el amor me quita el sueño.
Quiero dormir y no puedo,
que el amor me quita el sueño.
*
Parióme mi madre
una noche oscura,
cubrióme de luto,
faltóme ventura.
Cuando yo nací,
era hora menguada,
ni perro se oía,
ni gallo cantaba.
Ni gallo cantaba,
ni perro se oía,
sino mi ventura
que me maldecía.
Apartaos de mí,
bien afortunados,
que de sólo verme
seréis desdichados.
Dijeron mis hados,
cuando fui nacido,
si damas amase
fuese aborrecido.
Fui engendrado
en signo nocturno,
reinaba Saturno
en curso menguado.
Mi lecho y la cuna
es la dura tierra;
crióme una perra,
mujer no, ninguna.
Muriendo, mi madre,
con voz de tristura,
púsome por nombre
hijo sin ventura.
Cupido enojado
con sus sofraganos,
el arco en las manos
me tiene encarado.
Sobróme el amor
de vuestra hermosura,
sobróme el dolor,
faltóme ventura.
*
Soledad tengo de ti,
tierra mía do nací.
Si muriere sin ventura,
sepúltenme en alta sierra,
porque no extrañe la tierra
mi cuerpo en la sepultura,
y en sierra de grande altura,
por ver si veré de allí
las tierras a do nací;
soledad tengo de ti
¡oh tierra donde nací.
*
En la fuente del roseI,
lavan la niña y el doncel.
En la fuente de agua clara,
con sus manos lavan la cara
él a ella y ella a él:
lavan la niña y el doncel.
En la fuente del rosel,
lavan la niña y el doncel.
*
Anda, amor anda.
anda, amor.
La que bien quiero.
anda, amor.
de la mano me la llevo.
anda, amor.
y ¿por qué no me la beso?
anda, amor.
porque soy muchacho y necio.
y anda, amor.
*
Gentil caballero,
deisme hora un beso,
siquiera por el daño
que me habéis hecho.
Venía el caballero,
venía de Sevilla;
en huerta de monjas
limones cogía,
y la prioresa
prendas le pedía;
siquiera por el daño
que me habéis hecho.
*
Zagaleja de lo verde.
graciosica en el mirar.
quédate adiós, vida mía,
que me voy de este lugar.
Ya me voy con mi ganado.
zagala, de aqueste ejido;
no me verás en el prado
entre las yerbas tendido:
desde agora me despido
de mis pasados placeres;
mis músicas y tañeres
se vuelven en suspirar.
Zagaleja de lo verde,
graciosica en el mirar.
quédate adiós, vida mía,
que me voy deste lugar.
*
¿Por qué me besó Perico.
por qué me besó el traidor?
Dijo que en Francia se usaba
y por eso me besaba.
y también porque sanaba
con el beso su dolor.
¿Por qué me besó Perico?
¿Por qué me besó el traidor?
*
Abaja los ojos, casada;
no mates a quien te miraba.
Casada, pechos hermosos,
abaja tus ojos graciosos:
no mates a quien te miraba.
Abaja los ojos, casada;
no mates a quien te miraba.
*
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de la doncella
que fuera discreta y bella.
para el que gozare della
será gustoso, aunque tardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de la casada
me satisface y agrada,
porque como está encerrada
ni la celo ni la guardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de la viuda
por mi casa y puerta acuda,
que no hay peligro ni duda,
si la pica sólo un cardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de la beata
es apacible y no mata,
que no pide oro ni plata,
mas secreto y paño pardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de cualquier monja
que me chupa como esponja
y todo es una lisonja,
y muero, padezco y ardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
El amor de la soltera
lo trocaré por cualquiera,
aunque vuestro dolor fuera
más que Narciso gallardo.
¡Ay, Dios, quién hincase un dardo
en aquel venadico pardo!
*
Aquel caballero, madre,
tres besicos le mandé;
creceré y dárselos he.
Porque fueron los primeros
en mi niña juventud, .
prometilos por virtud
de amores tan verdaderos:
aunque envíe mensajeros,
otra cosa no diré:
creceré y dárselos he.
—Señora, si a vos placía
que mi deuda se pagase,
porque luego rematase
el daño que padecía,
y, si en esto consentía,
gran placer recibiré.
—Creceré y dárselos he.
Los ojos con que le vi
han seído causadores
que sean mantenedores
los votos que prometí;
la promesa que le di,
yo muy bien la guardaré:
creceré y dárselos he.
*
Al revuelo de una garza
se abatió el nebli del cielo.
y por cogella de vuelo
quedó preso en una zarza.
Por las más altas montañas
el neblí Dios descendia
a encerrarse en las entrañas
de la sagrada María.
Tan alto gritó la garza
que "ecce ancilla" llegó al cielo
y el neblí bajó al señuelo
y se prendió en una zarza.
Eran largas las pihuelas
por do el neblí se prendió,
sacadas de aquellas telas
que Adán y Eva tramó;
mas la zahareña garza
tan humilde hizo el vuelo,
que al descender Dios del cielo
quedó preso en una zarza.
*
Por amores lo maldijo
la mala madre al buen hijo.
—¡Si pluguiese a Dios del cielo
y a su madre, Santa María,
que no fueses tú mi hijo,
porque yo fuese tu amiga!
Esto dijo y lo maldijo
la mala madre al buen hijo.
Por amores lo maldijo
la mala madre al buen hijo.
*
Cervatica, que no me la vuelvas,
que yo me la volveré.
Cervatica tan garrida,
no enturbies el agua fría,
que he de lavar la camisa
de aquel a quien di mi fe.
Cervatica, que no me la vuelvas.
que yo me la volveré.
Cervatica tan galana.
no enturbies el agua clara,
que he de lavar la delgada
para quien yo me lavé.
Cervatica, que no me la vuelvas,
que yo me la volveré.
*
Ya cantan los gallos,
amor mío, y vete:
cata que amanece.
Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.
*
¡Qué bonica labradora
matadora!
Su lunar en su mejilla
lindo es a maravilla:
creo que en toda la villa
no hay más linda labradora.
¡Matadora!
*
Perdida traigo la color:
todos me dicen que lo he de amor.
Viniendo de romería
encontré a mi buen amor:
pidiérame tres besicos,
luego perdí la color.
Dice a mí que lo he de amor.
Perdida traigo la color,
todos me dicen que lo he de amor.
*
Gritos daba la morenica
so el olivar.
que las ramas hace temblar.
La niña, cuerpo garrido,
morenica, cuerpo garrido.
lloraba su muerto amigo
so el olivar:
que las ramas hace temblar.
*
Miraba la mar
la mal casada,
que miraba la mar
cómo es ancha y larga.
Descuidos ajenos
y propios gemidos
tienen sus sentidos
de pesares llenos.
Con ojos serenos
la mal casada,
que miraba la mar
cómo es ancha y larga.
Muy ancho es el mar
que miran sus ojos,
aunque a sus enojos
bien puede igualar.
Mas por se alegrar
la mal casada,
que miraba la mar
cómo es ancha y larga.
*
Aquel pajecito de aquel plumaje,
aguilica sería quien le alcanzase.
Aquel pajecito de los airones,
que volando lleva los corazones,
aguilica sería quien le alcanzase.
*
Que no cogeré yo verbena
la mañana de San Juan,
pues mis amores se van.
Que no cogeré yo claveles,
madreselva ni mirabeles,
sino penas tan crueles
cual jamás se cogerán,
pues mis amores se van.
*
No me habléis, conde,
de amor en la calle:
mirad que os dirá mal,
conde, la mi madre.
Mañana iré, conde,
a lavar al rio;
allá me tenéis, conde,
a vuestro servicio.
Mirad que os dirá mal,
conde, la mi madre.
No me habléis. conde,
de amor en la calle;
mirad, que os dirá mal,
conde, la mi madre.
*
Vi los barcos, madre,
vilos y no me valen.
Madre, tres mozuelas,
non de aquesta villa.
en aguas corrientes
lavan sus camisas.
Sus camisas, madre,
vilas y no me valen.
*
Caminad, señora,
si queréis caminar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.
Caminad alegre,
no dejéis de andar,
que en la diligencia
la ventura está;
caminad aprisa
para negociar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.
Advertid que el tiempo
volando se va,
la ocasión que os busca
nunca la perdáis:
trabajad ahora
para descansar,
que los gallos cantan,
cerca está el lugar.
*
Estas noches atán largas
para mi,
no solían ser ansí.
Solía que reposaba
las noches con alegría.
y el rato que no dormia
con descanso lo pasaba;
mas estas que amor me grava
non dormi:
non solían ser ansí.
*
Estos mis cabellos, madre,
dos a dos me los lleva el aire.
No sé qué pendencia es ésta
del aire con mis cabellos,
o si enamorado de ellos
les hace regalo y fiesta;
de tal suerte los molesta
que, cogidos al desgaire,
dos a dos me los lleva el aire.
Y si acaso los descojo,
luego el aire los maltrata;
también me los desbarata
cuando los entrezo y cojo;
ora sienta desto enojo,
ora lo lleve en donaire,
dos a dos me los lleva el aire.
*
La novia destrenza el pelo;
se desmaya el caballero.
¿Quién lo irá a buscar?
¿Quién lo irá a buscar al novio?
¿Quién lo irá a buscar?
Nubes andan por el cielo,
agua iban revertiendo.
¿Quién lo irá a llamar?
¿Quién lo irá a llamar al novio?
¿Quién lo irá a llamar?
Que mis amores ya los tengo.
¿Quién los irá a llamar?
*
Ya traemos a la vaca
con los cuernos d'aljabaca
para bodas.
¡Ay qué lindas y qué bodas!
Ya traemos al carnero
y con los cuernos d'asero
para bodas.
¡Ay qué lindas y qué bodas!
Ya traemos a la vaca
con los cuernos de oro y plata
para bodas.
iAy qué lindas y qué bodas!
*
Quien amores tiene, ¿cómo duerme?
Duerme cada cual como puede.
Quien amores tiene de la casada,
¿cómo duerme la noche ni el alba?
Duerme cada cual como puede.
Quien amores tiene, ¿cómo duerme?
Duerme cada cual como puede.
*
Alta estaba la peña.
nace la malva en ella.
Alta estaba la peña.
riberas del río;
nace la malva en ella,
y el trébol florido.
*
Si la noche hace oscura,
y tan corto es el camino,
¿cómo no venís, amigo?
La media noche es pasada
y el que me pena no viene:
mi desdicha lo detiene,
¡que nací tan desdichada!
Háceme vivir penada
y muéstraseme enemigo.
¿Cómo no venís, amigo?
*
Si los delfines
mueren de amores,
¡triste de mí!,
¿qué harán los hombres
que tienen tiernos
los corazones?
¡Triste de mí!
¿Qué harán los hombres?
*
De los álamos vengo, madre,
de ver cómo los menea el aire.
De los álamos de Sevilla
de ver a mi linda amiga.
De los álamos vengo, madre,
de ver cómo los menea el aire.
*
Luna que reluces,
toda la noche alumbres.
¡Ay, luna que reluces,
blanca y plateada,
toda la noche alumbres
a mi linda enamorada!
Amada que reluces,
toda la noche alumbres.
*
Ya salió de la mar la galana
con un vestido al y blanco
ya salió de la mar.
Entre la mar y el río
nos creció un árbol de bembrío.
Ya salió de la mar.
La novia ya salió del baño.
el novio ya la está esperando.
Ya salió de la mar.
Entre la mar y la arena
nos creció un árbol de almendra.
Ya salió de la mar.
*
Ya amanece, ya amanecía,
los que los picá la muerte,
no s'adormían.
Ya amanece en ese campo,
levantaivos las quemadas
y a hacer llanto.
Ya amanece ya amanecía.
Ya amanece y con mucho pesare:
levantad a los maridos buenos,
para estar en sus lugares.
Ya amanece con mucha mancilla,
se van los maridos chicos
y no hacen alegría.
Levantay por la mañana,
levantay con mucho sospiro,
se van mancebos y anasbas,
ni jupa ni cirios.
*
Puse mis amores
en Fernandico.
¡Ay, que era casado!
¡Mal me ha mentido!
Digas marinero
del cuerpo garrido,
¿en cuál de aquellas naves
pasa Fernandico?
jAy, que era casado!
¡Mal me ha mentido!
Puse mis amores
en Fernandico.
¡Ay, que era casado!
¡Mal me ha mentido!
*
A Salamanca, el escolarillo,
a Salamanca irás.
Irás a do no te vean,
ni te escuchen ni te crean,
pues a las que te desean
tan ingrato pago das.
A Salamanca, el escolarillo,
a Salamanca irás.
*
No me echéis de la tierra
sobre su hermosa frente,
que hoy se desparte
de su casa y de su gente.
No me echéis de la tierra
sobre sus ojos pintados;
se van los novios chiquitos,
no crían sus deseados.
*
Lindos ojos habéis señora,
de los que se usaban agora.
Vos tenéis los ojos bellos
y tenéis lindos cabellos,
que matáis. en sólo vellos,
a quien de vos se namora.
Lindos ojos habéis, señora,
de los que se usaban agora.
*
¿Con qué la lavaré
la flor de la mi cara?
¿Con qué la lavaré.
que vivo mal penada?
Lávanse las casadas
con agua de limones:
lávome yo, cuitada,
con penas y dolores.
¿Con qué la lavaré,
que vivo mal penada?
*
Aquellas sierras, madre,
altas son de subir:
corrían los caños,
daban en un toronjil.
Madre, aquellas sierras
llenas son de flores,
encima de ellas
tengo mis amores.
Corrían los caños,
daban en un toronjil.
*
Vos me matastes
niña en cabello
vos me habéis muerto.
Riberas de un río
vi moza virgo.
Niña en cabello,
vos me habéis muerto.
Niña en cabello,
vos me matastes,
vos me habéis muerto.
*
Malferidas iba la garza
enamorada:
sola va y gritos daba.
Donde la garza hace su nido,
ribericas de aquel río,
sola va y gritos daba.
*
Madre, la mi madre,
guardas me ponéis;
que si yo no me guardo,
no me guardaréis.
*
iAy, si se usase
que quien mal marido tiene
que lo dejase!
*
Pensamientos me quitan
el sueño, madre,
desvelada me dejan,
vuelan y vanse.
Tristes pensamientos
de alegres memorias,
con oscuras glorias
y claros tormentos
vienen por momentos
a verme, madre;
desvelada me dejan,
vuelan y vanse.
Cada cual procura
que mi lecho sea
campo a la pelea
y paz mal segura;
sueños sin ventura
me espantan, madre,
desvelada me dejan.
vuelan y vanse.
Mis ojos despiertos
las noches y días,
lloran mis porfías
por bienes inciertos;
ya vivos, ya muertos,
mis males, madre,
desvelada me dejan,
vuelan y vanse.
Dichoso el sentido
que desengañado
despierta el cuidado
del pecho ofendido;
iay!, que me han vencido
desdichas, madre;
desvelada me dejan
vuelan y vanse.
*
Yendo y viniendo
voyme enamorando,
una vez riendo
y otra vez llorando
No es la de mi ciego
voluntad pequeña,
más arde mi fuego
si le añaden leña.
Vánmela añadiendo
mis ojos mirando,
una vez riendo,
y otra vez llorando.
*
Por un pajecillo
del corregidor,
peiné yo, mi madre,
mis cabellos hoy.
Por un pajecillo
de lo que más quiero
me puse camisa
labrada de negro,
y peiné, mi madre,
mis cabellos hoy,
por un pajecillo
del corregidor.
*
Llaman a la puerta;
espero a mi amor,
y todas las aldabadas
me dan en el corazón.
Vela mi esperanza
por quien se desvela,
que amando recela
olvido y mudanza;
culpo mi tardanza
en fe de mi amor,
y todas las aldabadas
me dan en el corazón.
En brazos le tiene
otra más lozana;
viene la mañana
y el traidor no viene;
mientras se detiene
centinela soy:
y todas las aldabadas
me dan en el corazón.
Hago centinela
con el pensamiento;
el dolor que siento
me causa la vela;
mi alma recela
olvido y temor:
y todas las aldabadas
me dan en el corazón.
*
Mírome en tus ojos;
dos hombres veo;
como no soy más que uno,
de celos muero,
Parecen mis penas
las olas del mar,
porque vienen unas
cuando otras se van.
Tiéneme debajo
y pídeme celos;
haga lo que hace
y hablaremos luego.
iAy Jesús!, que me mata;
quítenme este hombre
que me huele a marido
toda la noche.
Téngase su alma,
que no la quiero,
que a las almas en pena
les tengo miedo.
Pensamientos altos,
fortuna humilde,
¿qué buscáis en un hombre
que muerto vive?
Cuando cierro los ojos
miro hacia dentro,
para ver si lo veo
donde lo siento.
*
Porque duerme sola el agua,
amanece helada.
No duermas sola, hija mía,
toma ejemplo en quien te enseña,
porque hasta el fuego sin leña
se vuelve ceniza fría;
por no tener compañía
del calor del vino, el agua
amanece helada.
*
En mi helado pecho
fuego encendió amor,
¡agua, que se abrasa,
madre, el corazón!
El hermoso ciego
castigo no debe.
que se entró hecho nieve
a darme sosiego,
mas volvióle en fuego
una sinrazón;
agua, que se abrasa,
madre, el corazón.
Agua no he de hallar
para mi sosiego,
que a tan grande fuego
es poco la mar;
mas pues el llorar
es buena ocasión,
agua, que se abrasa,
madre, el corazón.
*
Todo el tiempo que vivimos
hacia el morir caminamos,
rodeando si velamos,
atajando si dormimos.
GIL VICENTE
(Lisboa, 1465-1536)Muy graciosa es la doncella,
¡cómo es bella y hermosa!
Digas tú, el marinero
que en las naves vivías,
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.
Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.
Digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.
*
Halcón que se atreve
con garza guerrera,
peligros espera.
Halcón que se vuela
con garza a porfía,
cazarla quería
y no la recela.
Mas quien no se vela
de garza guerrera,
peligros espera.
La caza de amor
es de altanería:
trabajos de día,
de noche dolor.
Halcón cazador
con garza tan fiera,
peligros espera.
*
En la huerta nace la rosa:
quiérome ir allá,
por mirar al ruiseñor
cómo cantabá.
Por las riberas del río
limones coge la virgo:
quiérome ir allá,
por mirar al ruiseñor
cómo cantabá.
Limones cogía la virgo
para dar al su amigo:
quiérome ir allá,
para ver al ruiseiior
cómo cantabá.
Para dar al su amigo
en un sombrero de sirgo:
quiérome ir allá,
para ver al ruiseñor
cómo cantabá.
*
¿Por dó pasaré la sierra,
gentil serrana morena?
-"Tu ru ru ru lá. ¿Quién la pasará?"
-"Tu ru ru ru rú. No la pases tú".
-"Tu ru ru ru ré. Yo la pasaré".
-"Di, serrana, por tu fe,
si naciste en esta tierra,
¿por dó pasaré la sierra,
gentil serrana morena?"
-"Ti ri ri ri ri. Queda tú aquí".
-"Tu ru ru ru rú. ¿Qué me quieres tú?"
-"To ro ro ro ró. Que yo sola estó".
-"Serrana, no puedo, no,
que otro amor me da guerra.
¿Cómo pasaré la sierra,
gentil serrana morena?"
*
iMalhaya quien los envuelve
los mis amores,
malhaya quien los envuelve!
Los mis amores primeros
en Sevilla quedan presos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
En Sevilla quedan presos,
por cordón de mis cabellos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
En Sevilla quedan ambos
los mis amores,
imalhaya quien los envuelve!
En Sevilla quedan ambos,
sobre ellos armaban bandos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
*
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Más quiero vivir segura
n'esta tierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor yo me la só.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
*
LOPE DE VEGA
(1562-1635)
Cogióme a tu puerta el toro,
linda casada;
no dijiste: —Dios te valga.
El novillo de tu boda
a tu puerta me cogió;
de la vuelta que me dio
se rió la aldea toda,
y tú, grave y burladora,
linda casada,
no dijiste: —Dios te valga.
*
Sevillanas
del Guadalquivir
Río de Sevilla,
¡cuán bien pareces
con galeras blancas
y ramos verdes!
Vienen de Sanlúcar
rompiendo el agua,
a la Torre del Oro
barcos de plata.
Barcos enramados
van a Triana,
el primero de todos
me lleva el alma.
A San Juan de Alfarache
va la morena
a trocar con la flota
plata por perlas.
Zarpa la capitana,
tocan a leva,
y los ecos responden
a las trompetas.
Sevilla y Triana
y el río en medio;
así es tan de mi gusto
mi amado dueño.
Río de Sevilla,
iquién te pasase
sin que la mi servilla
se me mojase.
Salí de Sevilla
a buscar mi dueño,
puse al pie pequeño
dorada servilla;
como estoy a la orilla
mi amor mirando,
digo suspirando:
¡quién te pasase
sin que la mi servilla
se me mojase!
*
Blanca me era yo
cuando entré en la siega;
dióme el sol y ya soy morena.
Blanca solía yo ser
antes que a segar viniese,
mas no quiso el sol que fuese
blanco el fuego en mi poder.
Mi edad al amanecer,
era lustrosa azucena;
diome el sol y ya soy morena.
*
Trébole, ¡ay, Jesús, cómo huele!
Trébole, iay, Jesús, qué olor!
Trébole de la casada
que a su esposo quiere bien;
de la doncella también,
entre paredes guardada,
que, fácilmente engañada,
sigue su primero amor.
Trébole, ¡ay, Jesús, cómo huele!
Trébole, ¡ay, Jesús, qué olor!
Trébole de la soltera
que tantos amores muda;
trébole de la viuda
que otra vez casarse espera:
tocas blancas por defuera
y el faldellín de color.
Trébole, ¡ay, Jesús, cómo huele!
Trébole, ¡ay, Jesús, qué olor!
*
¡Hola!, que me lleva la ola;
¡hola!, que me lleva la mar.
iHola, que llevarme dejo
sin orden y sin consejo,
y que del cielo me alejo,
donde no puedo llegar.
iHola!, que me lleva la ola;
¡hola!, que me lleva la mar.
*
Deja las avellanicas, moro,
que yo me las varearé.
Tres y cuatro en un pimpollo,
que yo me las varearé.
Al agua de Dinadámar,
que yo me las varearé,
allí estaba una cristiana,
que yo me las varearé;
cogiendo estaba avellanas;
que yo me las varearé.
El moro llegó a ayudarla.
que yo me las varearé.
Y respondióle enojada:
"Que yo me las varearé;
deja las avellanicas, moro,
que yo me las varearé.
Tres y cuatro en un pimpollo,
que yo me las varearé".
Era el árbol tan famoso,
que yo me las varearé,
que las ramas eran de oro,
que yo me las varearé,
de plata tenía el tronco,
que yo me las varearé;
hojas que le cubren todo,
que yo me las varearé,
eran de rubíes rojos;
que yo me las varearé.
Puso el moro en él los ojos,
que yo me las varearé,
quisiera gozarle solo;
que yo me las varearé.
Mas díjole con enojo:
"Que yo me las varearé;
deja las avellanicas, moro,
que yo me las varearé.
Tres y cuatro en un pimpollo,
que yo me las varearé".
*
iOh, cuán bien segado habéis,
la segaderuela!
Segad paso, no os cortéis,
que la hoz es nueva.
Mirá cómo va segando
de vuestros años el trigo;
tras vos, el tiempo enemigo
va los manojos atando.
Y ya que segar queréis,
la segaderuela,
segad paso, no os cortéis,
que la hoz es nueva.
*
Esta novia se lleva la flor
que las otras, no.
Bendiga Dios el molino
que tales novias sustenta,
muela su harina sin cuenta
a costa de tal padrino.
Estas muelen de lo fino
del trigo que muele amor,
que las otras, no.
*
Por el montecico sola,
¿cómo iré? .
¡Ay, Dios, si me perderé!
¿Cómo iré, triste, cuitada,
de aquel ingrato dejada?
Sola, triste, enamorada,
¿dónde iré?
¡Ay, Dios, si me perderé!
*
Pues andáis en las palmas,
ángeles santos,
que se duerme mi niño;
tened los ramos.
Palmas de Belén
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenan tanto:
no le hagáIs ruido,
corred más paso,
que se duerme mi niño;
tened los ramos.
*
Si os partiéredes al alba
quedito, pasito, amor,
no espantéis al ruiseñor.
Si os levantáis de mañana
de los brazos que os desean,
porque en los brazos no os vean
de alguna envidia liviana,
pisad con planta de lana,
quedito, pasito, amor,
no espantéis al ruiseñor.
*
Salteáronme los ojos
de la mozuela;
diles más que pedían,
¿de qué se quejan?
Érase la niña
libre de las penas
que el amor me causa
porque vine a verla.
Era yo arrogante,
burlé de sus flechas,
pero destas burlas
vine a tantas veras.
Vi los bellos ojos
de la mozuela;
diles más que pedían,
¿de qué se quejan?
*
¿Quién tendrá alegría
sin la blanca niña?
¿Quién podrá alegrarse
si tan lejos deja
aquella alba clara
que la tierra alegra
en casa desierta
del bien que tenía?
¿Quién tendrá alegría
sin la blanca niña?
*
Más valéis vos, Antona,
que la corte toda.
Las damas de la corte
que su talle adornan
con rizos y telas
donaires y joyas,
rindan hoy al vuestro,
bella labradora,
todos sus estudios
en hacerse hermosas.
Más valéis vos, Antona,
que la corte toda.
*
JUAN DEL ENZINA
(1469-1529)
Montesina era la garza,
y de muy alto volar:
no hay quien la pueda tomar.
Mi cuidoso pensamiento
ha seguido su guarida,
mas cuanto más es seguida
tiene más defendimiento;
de seguirla soy contento
por de su vista gozar:
no hay quien la pueda tomar.
Otros muchos la han seguido
pensando poder tomalla,
y a quien más cerca se halla
tiene más puesto en olvido;
harto paga lo servido
en sólo querer mirar:
no hay quien la pueda tomar.
Nunca vi tanta lindeza
ni ave de tal crianza,
mas a quien tiene esperanza
muéstrale mucha esquiveza;
puede bien con su belleza
todo el mundo cativar:
no hay quien la pueda tomar.
Tiene tan gran hermosura
y es tan noble y virtüosa,
que en presencia nadie osa
descubrirle su tristura;
es de dichosa ventura
el que sirve en tal lugar:
no hay quien la pueda tomar.
El que más sigue su vuelo,
le parece muy más bella:
por sólo gozar de vella
el trabajo le es consuelo;
su mirar pone recelo
porque calle el desear:
no hay quien la pueda tomar.
Si la sigo por halago,
no me cree mi deseo,
y por mal perdidos veo
os servicios que le hago;
quiérole pedir en pago
me deje suyo llamar:
no hay quien la pueda tomar.
Y pues de tan alta suerte
la hizo Dios en extremo,
de ningún peligro temo
si es contenta con mi muerte;
puede con su fuerza fuerte
ligeramente matar:
no hay quien la pueda tomar.
No quiero sino fatiga,
soy contento ser penado,
pues que quiere mi cuidado
que sin descanso la siga;
y que pene y no la diga,
pues es vitoria penar:
no hay quien la pueda tomar.
Asi que por muy dichoso
me siento por la servir,
aunque sienta mi vivir
trabajo muy trabajoso;
quiero vida sin reposo,
por huir de la enojar.
iNo hay quien la pueda tomar!
*
Tan buen ganadico,
y más en tal valle,
placer es guardalle.
Ganado de altura,
y más de tal casta,
muy presto se gasta
su mala pastura;
y en buena verdura,
y más en tal valle,
placer es guardalle.
Ansi que yo quiero
guardar mi ganado,
por todo este prado
de muy buen apero;
con este tempero,
y más en tal valle,
placer es guardalle.
Está muy vicioso
y siempre callando,
no anda balando
ni es enojoso;
antes da reposo
en cualquiera valle:
placer es guardalle.
Conviene guardalla
la cosa preciosa,
que en ser codiciosa
procuran hurtalla.
Ganado sin falla,
y más en tal valle,
placer es guardalle.
Pastor que se encierra
en valle seguro,
los lobos, te juro,
que no le dan guerra.
Ganado de sierra,
traspuesto en tal valle,
placer es guardalle.
Pastor de buen grado
yo siempre sería,
pues tanta alegria
me da este ganado;
y tengo jurado
de nunca dejalle,
mas siempre guardalle.
*
iNo te tardes que me muero,
carcelero,
no te tardes que me muero!
Apresura tu venida
porque no pierda la vida,
que la fe no está perdida.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
Bien sabes que la tardanza
trae gran desconfianza:
ven y cumple mi esperanza.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
Sácame de esta cadena,
que recibo muy gran pena,
pues tu tardar me condena.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
La primer vez que me viste
sin te vencer me venciste;
suéltame, pues me prendiste.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
La llave para soltarme
ha de ser galardonarme,
proponiendo no olvidarme.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
Y siempre cuanto vivieres
haré lo que tú quisieres,
si merced hacerme quieres.
¡Carcelero,
no te tardes que me muero!
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