Reino de Nápoles

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El Reino de Nápoles fue un reino que ocupó los territorios de la Italia meridional (Napoles) y (durante algunos períodos) también la isla de Sicilia. En 1442 Alfonso V, rey de Aragón, conquistó Nápoles que fue un dominio de la dinastía Angevina desde el año 1266. Desde el siglo XV, Nápoles estuvo en poder tanto de Aragón, Francia (durante un breve plazo), España y Austria y finalmente independiente desde 1734 hasta 1860, año en que quedó incorporado al proceso de unificación de Italia. Respecto a Sicilia fue un dominio de la dinastía normanda de Hauteville desde el año 1071, pasó a ser dominio de los Hohenstaufen en 1194, de la dinastía Angevina en 1266 y dominio aragonés desde 1282.
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Historia

Alfonso V Rey de Aragón (el que incluía a Cataluña y Valencia) conquistó en 1443 el Reino de Nápoles controlado hasta entonces por la Dinastía Angevina. A Alfonso V le sucedió su hijo Fernando I quien sería tan solo Rey de Sicilia, este reino continuó en manos de los reyes descendientes de aragoneses hasta que, en 1504, Fernando el Católico (Rey de Aragón, de Sicilia y de Castilla, integró al Reino de Nápoles y al de Sicilia a los reinos aragoneses y luego a la recién nacida España.
Desde 1504 hasta 1713 el Reino de Nápoles está efectivamente unido con el Reino de España. A la muerte de Fernando el Católico se coronó Rey de España Carlos I de Austria , que en 1519 se trasladó a Emperador del Sacro Imperio Romano con el título de Carlos V. Él fue por lo tanto a todos los efectos también Rey de Nápoles y Sicilia. A éste le sucedieron sus herederos aunque cabe señalar que fueron gobernadas directamente por Virreyes de nombramiento real.
Al morir Carlos II de Austria sin herederos, nombró como su sucesor a Felipe V de Borbón, nieto de Luis XIV, en vez de a Carlos VI de Austria que era respaldado por Gran Bretaña, el Sacro Imperio Romano y los antiguos reinos de Aragón, Cataluña, Valencia y tanto Sicilia como Napoles lo cual desencadeno la Guerra de Sucesión española (1700-1713). Finalmente al término de la guerra, Felipe V tuvo que ceder los Reinos de Nápoles y Sicilia a los Habsburgos de Austria, por lo tanto parte integrante del Sacro Imperio Romano, y tuvo como soberano el emperador Carlos VI.
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Los Borbones en las Dos Sicilias

En 1734, Carlos de Borbón, por entonces Duque de Toscana e hijo de Felipe V de España, luego de vencer a los austriacos en 1734, Carlos de Borbón se apodera de Nápoles con la ayuda española, recuperando el territorio para los borbones; siendo reconocido muy pronto por Francia en virtud del Primer Pacto de Familia, en 1737 lo harían los Estados Pontificios y, a continuación, el resto de los Estados italianos.
Carlos VII de Borbón y su esposa María Amalia de Sajonia fueron muy queridos por sus súbditos y ellos trabajaron para ganarse ese cariño, al poco tiempo de ser el Rey trajo reformas y la modernidad a su nuevo país, logrando pronto la unidad del pueblo y el favoritismo de este para su Rey. Tanto él como sus descendientes lograron gobernar, reformar y modernizar al nuevo estado y además lograron lo que muy pocos gobernantes pudieron que es el amor de los sujetos que ningún otra dinastía tuvo en el curso de los siglos (si no de manera menor), y que se manifestó abiertamente durante los años de la invasión napoleónica y durante los siguientes a la caída del Reino en manos de los Saboya, para lograr la unificación de Italia. En 1816, el hijo y sucesor en el trono napolitano de Carlos VII (III de España), Fernando IV cambió la denominación del Reino, Nápoles-Sicilia, por Dos-Sicilias.
Finalmente Francisco II, tras perder el apoyo del pueblo y sufrir varias derrotas a manos de los Camisas Rojas de Garibaldi se ve forzado a capitular y entregar sus territorios a Víctor Manuel II de Piamonte-Cerdeña en 1860, que en un futuro pasará a ser el nuevo rey de una Italia unificada. Con esta conquista, el Reino de las Dos Sicilias deja de existir como estado independiente.