No se preocupe, que en pocos años dejarán las nuevas generaciones de gallegos de saber castellano y ya no podrán concursar en “Castilla y León”
El problema, Juan Julio, ya se veía venir en 1978, cuando prensa tachada de ultraconservadora, y por tanto, ignorada y vilipendiada, como El Alcazar, El Imparcial o Fuerza Nueva ya denunciaban exactamente lo que ahora está pasando. Pero no por que lo dijeran ellos; lo decía el sentido común.
Lo que pasa es que el sentido común para mucha gente de orden de entonces fue oir cantos de sirena como oráculos divinos.
España como nación desapareció entonces: para llegar al consenso partitocrático de 1978 con las fuerzas nacionalistas separatistas, el precio a pagar por ellas fue la Patria española: solo quedó el rey como una pieza inútil, flotando en el caos consiguiente, como un tapón de corcho.
¿No sería usted por casualidad uno de los millones y millones que votaron sí a la Constitución?
Y lo más sangrante es que usted sabrá que la Galicia de 1977-80 era la cosa más conservadora y reaccionaria de toda España. El caso opuesto a la Cataluña de entonces.
Pero años y años de consensos partitocráticos a nivel estatal, de referéndums (¡¡incluso con abstenciones record!!), de imposiciones basadas en analogías estatutarias y de cambalaches electoralistas, de transferencias educativas etc, han hecho que aquella Galicia de orden de 1976, sea hoy una caverna manejada por el oscurantismo más atroz, ¡¡...y lo que falta por llegar aun!!.
Pobres gallegos, qué pena dan: en vías de ser la versión ibérica de Albania, Montenegro o Macedonia...
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