El continuo lavado de cerebro a que han sido sometido los españoles desde casi 40 años, hace que hechos delirantes y estrafalarios como éste de las embajaditas se vean normales y que, al revés se llame loco y fascista al que cuestione su existencia.
El problema de España: sus políticos, como siempre; pero ahora, más que nunca,: el pueblo aborregado dividido y enloquecido.
Veamos si a falta de un general Pavía que disuelva el Parlamento, vienen medidas desde Europa a deshacer el tinglado político-mafioso que nos tiraniza.