Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 7 de 7
Honores1Víctor
  • 1 Mensaje de Donoso

Tema: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de Donoso
    Donoso está desconectado Technica Impendi Nationi
    Fecha de ingreso
    06 mar, 05
    Ubicación
    Bellatrix Castilla
    Mensajes
    5,186
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

    Aquí hay un interesante artículo sobre el poder y sus limitaciones donde se utiliza en gran parte la obra de Donoso sobre el tema:

    http://www.fundacionspeiro.org/verbo...-P-737-755.pdf
    Martin Ant dio el Víctor.
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  2. #2
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

    Monarquía electiva

    Así como se ha dicho, no con gracejo, sino con exactitud, que eran unas repúblicas coronadas las llamadas monarquías constitucionales, ya que no gobierna en ellas uno ―el rey― y eso quiere decir mono ―uno― archía ―gobierno―, sino que gobiernan los partidos; así puede decirse que los Estados Unidos de Norteamérica tienen monarquía electiva, por las facultades personales que su constitución establece para el presidente. La elección es cada varios años por sí sola, con sus derroches, sus maniobras, la paralización que impone, bastante para explicar los muchos y graves inconvenientes que la realidad acredita en aquel país.



    De todas las fórmulas posibles de monarquía electiva, con ser todas imperfectas, la dictadura es la menos perfecta y regular; por su anormalidad originaria, por su fatal carácter precario, porque tiene que buscarse una base de apoyo aun después de triunfar.


    La historia presenta a la monarquía electiva en las épocas de crisis civil, de iniciaciones civilizadoras. En todas partes ha producido los mismos efectos; tales turbulencias cada sucesión, y tales asechanzas, intentonas y crímenes amenazando de continuo la existencia de cada reinado, que se reproduce la vida selvática. [...]

    "Se reproduce la vida selvática"

    Hasta sería probable que pensasen en un principio de la sucesión hereditaria muchos pueblos, lo que se piensa ahora: «¿Y si el sucesor es imbécil?» La experiencia les hizo comprender que eligiendo sólo se obtiene lo peor. En las democracias modernas, las elecciones de presidentes se hacen por fórmulas que en el argot de toda esa comedia se llaman de segundo grado; es decir, que el pueblo en general elige primero a los senadores, diputados y otras categorías, y éstos, más capacitados ―el pueblo soberano es idiota, según dicen bien claro sus soberanos verdaderos―, gente de otra condición es la que elige a los presidentes. Y ya se sabe, si los candidatos son un hombre despejado y otro poco inteligente, el despejado inspira sobresaltos y recelos, y sale el otro triunfante como si fuera de seda [...].



    "¿Uno nada más?"
    Se suele comentar: «¡Un don Pedro el Cruel…!» Prescindamos de entretenernos en exámenes críticos del personaje y contestemos: «¿Un don Pedro el Cruel? ¿Uno nada más…? Pues, ¿cuántos más crueles no han proporcionado once meses de la primera república española y poco más de cinco años de la segunda?» [...]

    Para que no haya objeción que no esté múltiplemente contestada por la realidad, saquemos otra de las inculpaciones revolucionarias a la sucesión hereditaria de la monarquía española: Carlos II.



    Lo peor suyo fue el físico. Por lo demás, don Carlos II fue inteligente, concienzudo e independiente en el cumplimiento de su deber, como lo prueban sus testamentos designando sucesor con tanto acierto y justicia, el primero, al elector de Baviera José Fernando, que la conspiración de las ambiciones contra España obtuvo la feliz coincidencia de unas viruelas para matarle, apenas designado, y en el segundo a Anjou, cuando no había ya mejor solución, aunque las inclinaciones personales de don Carlos tuviesen que sentir mucha repugnancia. El patriotismo de su hogar era tanto, que el día que llegó la noticia a él de un nuevo concierto secreto entre Francia, Holanda y otros países para repartirse la monarquía española a la muerte de Carlos, la reina, en la descompostura de su indignación, llegó a romper los muebles. Cuántos elegidos por segundo grado se llevan todo lo que pueden de la Patria para venderlo a los extranjeros




    Y repárese que para alegar contra las sucesiones hereditarias existen muchos siglos donde escoger y todos los ejemplos contrarios a la elección aducidos son de sólo un puñado de años, del siglo XX…



    Hoy, como ayer, las elecciones son impolíticas: son el retorno a la vida selvática. [...] En Atenas y Roma subía un tanto por ciento fabuloso el interés del dinero cuando había elecciones, porque el numerario se agotaba para comprar votos. Las elecciones inglesas y norteamericanas han derrochado sumas fabulosas. En todas partes igual; en todos los tiempos lo mismo. De la banda electorera de matones que capitaneaba Clodio en la Roma anterior a Cristo, a la juventud socialista madrileña de 1936, no hay diferencia intrínseca. De las elecciones que se preparaba César a las de todo el siglo XIX español, entre los políticos de turno, no existe otra matización que la de unos a otros hombres. Al que se adula es que se le quiere engañar o explotar de alguna manera. En las democracias se adula a todos, asegurándoles que son la soberana sabiduría, que sus opiniones en mayoría constituyen la voluntad nacional, que esa voluntad es infalible. Para que no haya reyes. Para que haya elecciones, río revuelto donde sólo ganan los pescadores. Los que aspiran, cada uno de por sí, a ver de procurarse alguna corona de reyezuelos o apropiarse alguna triza de la corona real."

    ―Luis Hernando de Larramendi: Cristiandad, Tradición, Realeza (escrito en 1937)

    1. Dictadura
    2. Monarquía electiva
    3. El Rey

    NOTA de Firmus et Rusticus: Esta referencia a los EEUU como una monarquía electiva (en lo que se puede profundizar con esta serie de tres artículos de John Médaille) puede llevar a cierta confusión si se lee aisladamente, sin tener en cuenta el libro en su conjunto. Se podría malinterpretar como una apología de las democracias presidencialistas como una versión más aceptable de las parlamentarias, entendiendo que el sistema de elección no hereditario del presidente es lo único que las diferencia de las monarquías. No obstante, sin pretender conocer el pensamiento del autor, precisamos con dos opiniones propias:



    1. El gobierno personal y la sucesión hereditaria no son suficientes, aunque sí necesarios, para que haya una monarquía tradicional. Las democracias modernas, aparte de apoyarse en doctrinas falsas sobre el hombre y regirse en la práctica por principios ideológicos dañosos ―algo que nunca está de más recordar, para no acabar buscando soluciones a los problemas políticos a través de formalismos que olvidan el contenido―, también tienen una concepción del poder político (del Estado, absoluto y soberano) completamente ajena a la política cristiana, e incompatible con una monarquía.


    2. Este libro se escribió en 1937, cuando el parlamentarismo en Europa atravesaba una gran crisis. Los sistemas parlamentarios de hoy (unos pocos partidos fuertes que se turnan de manera estable) tienen muy poco que ver con los de entonces (gobiernos inestables de coalición, formados por miembros de varios partidos, que se establecen y caen varias veces por legislatura, según varíen las alianzas de los muchos partidos). Antes eran más democráticos. La diferencia con EEUU entonces era más palpable, y en su presidente se evidenciaba el poder personal. Hoy, sin duda, en las democracias parlamentarias también existe un poder personal que permite cierta estabilidad ("el gobierno personal, por el solo hecho de ser personal, ya es posible"). Los fragmentos que se citan en esta entrada y la precedente aclaran que el poder personal no es de por sí suficiente para el buen gobierno, sin tener en cuenta el modo en que se adquiere y el título que lo legitima.




  3. #3
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    5,328
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

    El presidente de Estados Unidos lo es de una república cuyos representantes son los que tienen la última palabra aprobando o rechazando las leyes que aquel propone e incluso destituyéndole como sucedió con Nixon en 1974. En ese sentido es una democracia, no una monarquía.

    Monarquía electiva es la del Papa, que una vez elegido tiene poder absoluto sobre la Iglesia sin tener que dar cuenta de sus actos más que a Dios. Asimismo fue monarquía electiva la de España en la época visigoda o también la del Sacro Imperio Germánico, en ellas el rey, una vez elegido, no dependía de ningún parlamento.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  4. #4
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

    El Rey


    Lo que no pueden hacer jamás los partidos, lo que no puede hacerse tampoco ni aun conservarse aunque se encuentre hecho, cuando muchos mandan, así como lo mejor que puede hacer un dictador o cualquiera especie de monarca electivo, no hay razón ninguna para que no lo pueda hacer un rey hereditario.


    Es lo menos que puede hacer.


    ¿Se trata de un impulso de cumplimiento del deber lo que mueve al dictador o electo soberano? Pues es lo menos que puede mover al rey.


    ¿Se trata de los estímulos de la gloria? Pues no le están vedados, sino que le solicitan especialmente.


    ¿Se trata de salvar una situación? Pues tampoco le es impropio, antes encontrará más sinceras y respetuosas colaboraciones que cualquiera otro.


    "...aun por muy amigo que sea..."
    ¿Se trata de interés? Pues por mucho que tengan el dictador y el electo no pueden tener tanto, ni tan forzoso o legítimo. Porque el dictador y el electo podrán engrandecer a su Patria o engrandecerse ellos, como cosa pasajera; pero el engrandecimiento de la Patria y el engrandecimiento de un Rey y de su familia son la misma cosa, siguen la misma suerte, están identificados. ¿Quién le asegura al dictador o al electo que un sustituto desconocido, acaso enemigo, o aun por muy amigo que sea, va a seguir su obra, sus mismos pasos y no los va a demoler de arriba abajo o sacar reflexiones de la obra imperfecta o de la torpeza de su antecesor para justificar hasta posibles errores suyos? [...]


    Pues el Rey está libre de todos esos inconvenientes; su sucesor es su sangre y su hechura; la prosperidad y grandeza de la Patria tienen el más seguro e identificado continuador de la edificación. Y la gloria, el bien de la Patria, el interés por ella y su engrandecimiento van a ser precisamente la gloria, el bien, el interés y el engrandecimiento de el Rey y su familia; la gloria y la prosperidad o las vergüenzas o amarguras de la Patria van a ser la herencia de su hijo, con el natural interés de toda la familia, por consiguiente, de que prospere siempre el bien público y su servicio.

    "Su sucesor es su sangre y su hechura..."



    Al soberano ocasional le deben, naturalmente, solicitar y atraer o desorientar y entorpecer los vínculos y preferencias o desconocimientos o antipatías de su personal condición, de su procedencia de clase, familia o lugar particulares.


    Pero a un rey no le moverá ningún interés de clase, familia o lugar contra el interés de la prosperidad y beneficios comunes, que es a un tiempo el negocio público y su negocio particular y el de su descendencia. Ni la altura de la posición puede darle vértigo y hacerle perder la cabeza, porque ha nacido en ella y para ella, ni la misma codicia puede tentarle como a un improvisado que se encuentra en una incierta aventura de vuelos maravillosos parecida a los sueños.


    En la persona del rey y en su familia, la atención al interés común, el mismo interés común de la patria, sus conveniencias y la preocupación de su porvenir, absorben todo el espíritu, susceptibilidades y esmeros, y así como un comerciante intercala cien veces en la conversación y en el curso de sus pensamientos la reiterada y persistente alusión: «el negocio; mi negocio…; sin descuidar el negocio…; antes que nada teníamos que estar en el negocio»…, así en el tono y la naturaleza más elevados del caso, la permanente reflexión y alusión de las familias reales es ésta: «Eso sería contra el interés público…; al país no se le puede llevar a ese riesgo…; cada cual trabaja para sí, pero un rey se debe a todos por igual…; tú vas muy de prisa, pero yo llevo una corona en la cabeza y detrás de mí un país».


    "Yo llevo una corona en la cabeza y detrás de mí un país."

    El carácter hereditario de la sucesión da a la soberanía lo que ningún otro ejercicio posible de poder puede alcanzar: la vinculación consustancial del interés del bien particular propio de un padre de familia y del interés del bien público en un oficio especial para servirlo.

    ―Luis Hernando de Larramendi: Cristiandad, Tradición, Realeza (escrito en 1937)






    Fuente: FIRMUS ET RUSTICUS

  5. #5
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: ¿Monarquía Tradicional o Dictadura?

    Fuente: FIRMUS ET RUSTICUS

    Mayor competencia del Rey

    "Si no se ocupa de otra cosa en toda la vida..."


    Lo que el director debe saber es su oficio. Leer varios pentagramas simultáneamente, hacerse un oído sutil, elegir por instinto [...]


    Lo que debe saber es su oficio. Que por cierto se aprende en la escuela de la experiencia y el ambiente musical.


    Así es también el oficio de la verdadera soberanía, de la soberanía real.


    Nadie puede sustituirle con ventaja, ni aun con igualdad. Cuando un rey auténtico discrepa del criterio de otra persona, por respetable y juiciosa que sea, el rey es el que no se equivoca. Creo que fue Madame Rolland la que oyendo a su marido, que regresaba de la Corte, ponderar asombrado la mayor competencia del rey, arguyó: «Más que vosotros; ¿qué te sorprende?, si no se ocupa de otra cosa en toda la vida».


    En la práctica de una profesión se trasuda de angustia durante años para enfocar las cuestiones y los modos de proceder, advirtiendo en momentos inesperados que la disposición psicológica para aquel ejercicio se ha granado, se ha madurado, se ha sazonado, como si la persistente atención hubiese sido siembra y cultivo que, más tarde, de pronto, fructifica. Tras de varios grados de desarrollo de la experiencia así lograda llega inmediatamente un día en que todo es fácil y, desde las primeras impresiones, con escasos datos, con medias palabras, se entiende, se orienta y se decide sin vacilación, sin esfuerzo, con sobriedad y acierto seguros. La misma profesión ejercida de padres a hijos por cien generaciones, ¡cuánta preparación debe dar!


    "En la Casa Real, todos viven política"


    Los Reyes que viven en un estudio permanente de su oficio, nacen ya en el ambiente especializado: en la Casa Real, todos viven política; no deja de comentarse un solo incidente de la marcha de los negocios del país y de los demás países, y son tradición suya las lecciones que da la Historia más adecuada y antecedentes. Con el padre y tantas generaciones dedicadas al mismo asunto, ¡qué tradición tan especializada de enseñanzas, de conocimiento del país, de instituciones y cualidades, de todos los recursos útiles y las fórmulas dignas y los puntos inviolables del deber y del oficio!


    No necesita ser omnisciente, como pide la democracia a cada ciudadano, ni como necesita ser por sí o entregado a otros, un dictador; le basta con saber el oficio de servir el interés general que, identificado con su propio interés, es una tradición familiar, así como la competencia especial para servir el oficio y el ambiente profesional especialísimo son también la tradición perfecta, y única en cada país, de las familias reales."



    ―Luis Hernando de Larramendi: Cristiandad, Tradición, Realeza (escrito en 1937)





Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Monarquía tradicional Vs. monarquía liberal
    Por Hyeronimus en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 31/03/2012, 19:54
  2. Respuestas: 18
    Último mensaje: 19/12/2011, 23:41
  3. A Monarquia Tradicional - por Victor Emanuel Vilela Barbuy
    Por Irmão de Cá en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 19/05/2010, 06:36
  4. Elias de Tejada: la Monarquía Tradicional.En italiano.
    Por Tradición. en el foro Historiografía y Bibliografía
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 15/12/2006, 16:43
  5. Esbozo de una constitución de la monarquía católica y tradicional-Aparisi y Guijarro
    Por Ordóñez en el foro Historiografía y Bibliografía
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 10/10/2005, 17:10

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •