Dios le reciba en la Luz Perpetua. Triste notícia.
Dios le reciba en la Luz Perpetua. Triste notícia.
RAIGAMBRE: RIP BLAS PIÑAR
https://www.youtube.com/watch?v=4yQuvVn_G0E
Esta madrugada nos ha dejado Blas Piñar, y la verdad es que estamos muy consternados, porque se nos ha ido un gran patriota. El que de lejos fue el mejor orador de aquellos aciagos años de la transición, aquél que ponía nerviosos a tirios y troyanos porque no necesitaba un papel por delante para expresar sus brillantes ideas, que fueron proféticas ante la debacle de un país que a día de hoy es, según sus propias palabras, un "manicomio autogestionado".
Blas Piñar fue un patriota con todas las de la ley. Un hombre de una cultura superior, de una valentía que no conocía el desaliento. Fue de los pocos que entendió que hay que trabajar desde la base, desde la cultura, y desde el Instituto de Cultura Hispánica, promovió las más excelsas iniciativas para hermanar a la Hispanidad desde el espíritu, el fondo y la forma. Su valiente artículo "Hipócritas", denunciando a la farsante propaganda angloamericana, le costó el puesto y algunas enemistades y ostracismos de un régimen al que juró una obediencia regia. Viendo cómo se desguazaba por propios y extraños, su férrea posición constituyó el altavoz de un pueblo que era consciente de que iban a abortar el renacimiento de una patria que tenía hambre y sed de justicia, y que no quería volver a sus peores demonios.
Ante tantos insultos recibidos de todas partes, D. Blas no respondió sino con una caballerosidad incólume, santo y seña de la exquisita educación de un combatiente abnegado, herencia que han recibido sus descendientes como magnífico tesoro.
Ahora D. Blas velará por nosotros desde arriba, que falta nos hace.
Desde esta revista cultural hispánica, mandamos nuestro más sentido pésame a su familia, sabiendo todos, hermanos en Cristo, que la muerte no es el final, y como D. Blas decía enérgicamente, reiteramos: ¡Adelante españoles, sin miedo a nada ni a nadie, por la fe y por la patria, las banderas en alto! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España!
Requiem aeternam dona ei Domine.Et lux perpetua luceat ei.Requiescat in pace.Amen.
![]()
Absolve, quæsumus, Domine, animam famuli tui Blasius ab omni vinculo delictorum: ut, in resurrectionis gloria, inter Sanctos et electos tuos resuscitata respiret. Per Christum Dominum nostrum.
"De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"
Descanse en paz, don Blas.
BLAS PIÑAR
En la madrugada de este 28 de enero, se nos ha muerto Blas Piñar.
De cuanto pudiéramos decir en su homenaje, hoy nos lo impide el llanto y la congoja. Postergaremos, pues, las palabras propias. Hablarán las oraciones, que elevamos al Dios de los Ejércitos.
De cuanto debiéramos proferir en honor a su trayectoria límpida, hoy nos lo impiden estos labios sellados por la sensibilidad lacerada y herida. Hablarán los cánticos litúrgicos en la Santa Misa.
De cuanto estamos obligados a narrar, en testimonio de su catolicidad impar, de su amor singular a la Hispanidad Eterna, de su varonía probada, de su elocuencia magnífica, hoy nos lo impiden estas manos nuestras, crispadas aún por la noticia, y que han tomado el gesto de un nudo elevado hacia el altar. Hablarán los recuerdos, que se encabalgan solos por el alma.
Blas maestro, camarada, amigo, hermano: Dios te ha dado el merecido descanso perpetuo. Nos mande a nosotros la fatiga,cada mañana y cada noche. Para que seamos dignos, algún día, de encontrarnos Allí -tú ya lo sabes- ante cuya entrada, sobre ambas y celestes jambas, los ángeles con espadas siguen montando la guardia.
Blas Piñar:
¡PRESENTE!
¡Arriba España! ¡Viva Cristo Rey!
Hago Mías las sentidas palabras de Antonio Caponetto.
Con Don Blas Piñar a partido, ha hacer la Guardia Eterna sin relevo, un camarada, un amigo, un hermano mayor en la Hispanidad y sus valores perennes.
Sin duda ha cumplido leal y fielmente lo requerido por el Apóstol: Dio el buen Combate y conservo la Fe.
Que el buen Dios y el Corazón Inmaculado de María, lo guarden junto a los Bienaventurados.
Rogamos por el descanso de su alma y acompañamos a sus familiares en el dolor que nos une en estos penosos momentos.
BLAS PIÑAR
¡PRESENTE!!!
¡ARRIBA LA HISPANIDAD!
Última edición por juan vergara; 28/01/2014 a las 22:32
Dios lo acoja en su Gloria.
Ha muerto Blas Piñar Pinedo, España pierde a un hijo grande, era un teólogo, era un profeta, era un humorista, era un político, en conclusión era un Español como ninguno, su lección de vida jamás debe de ser olvidada.
Que Dios lo tenga en su gloria
Desde la lejana Lima que estoy seguro anidaba en su corazón Hispano,le decimos adiós Don Blas lo recordaremos.
Saludos en Xto Rex et Maria Regina
Por Deo pátria et Rex
No se ama lo que no se conoce
Un ejemplo de coherencia política en estos tiempos "camaleónicos".
D. Blas Piñar, descanse en paz.
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Blas Piñar, el imposible franquismo sin Franco
José Javier Esparza
En su trayectoria hay algunas cosas que nadie podrá negarle: una, su integridad personal; dos, su fe inquebrantable en el Dios que ahora le acoge; tres, que supo anticipar en su momento muchos de los males que hoy mismo están azotando a España.
Era un hombre íntegro y cabal. De todo cuanto va a decirse de él en estos días, eso es algo que nadie podrá negarle. En los finales setenta, cuando más fuerte era la ofensiva de la prensa de izquierdas contra su persona, lo más que se le pudo encontrar con la pretensión de ridiculizarle fue el marbete de “caballero cristiano”. Pensaban que le ridiculizaban, sí, pero en realidad le hacían un honor, porque Blas Piñar, con sus profundos errores, también con sus defectos, nunca quiso ser otra cosa que eso.
Para entender a Blas Piñar hay que situarse no en 1975, sino en 1967. Es el año en que entra en vigor la Ley Orgánica del Estado, preparada por López Rodó y Fernández de la Mora, aprobada en referéndum el año anterior, que institucionaliza la monarquía como forma de Estado y abre el campo a las asociaciones políticas. Es el año en que Fraga –todavía ministro- empieza a dar vueltas a su “teoría del centro”. Es el año en que un ‘apparatchik’ del Movimiento llamado Adolfo Suárez se estrena como procurador en Cortes. Es el año en que Don Juan Carlos ya ha decidido saltar por encima de su padre para aceptar la corona que Franco enseguida le va a ofrecer. Es el año, en fin, en que el franquismo se ve abocado a una inevitable metamorfosis. Y seguramente fue el año en que Blas Piñar decidió quién quería ser el resto de su vida.
En aquel momento Blas Piñar es un notario de 49 años con una cierta carrera dentro del régimen a través del Instituto de Cultura Hispánica. Un hombre de Franco, sí, pero no exactamente del Movimiento: hijo de militar, niño del Alcázar -allí vivió el asedio con 17 años-, su campo está más bien en la Asociación Católica de Propagandistas y en Acción Católica. Es su militancia en esos ámbitos lo que le ha dado proyección pública. No es un nacionalsindicalista ni un requeté, tampoco un monárquico de la oligarquía alfonsina; es un tradicionalista católico, en la estela de Menéndez Pelayo, que ve en el régimen de Franco, tal y como nació el 18 de julio de 1936, la mejor defensa de la fe contra el comunismo y el ateísmo que se ha adueñado de medio mundo. Y desde esa convicción decide apostar por la preservación de un orden político que considera superior a cualquier otra alternativa.
Fuerza Nueva nació ahí, en esa circunstancia, y desde entonces no varió un ápice sus posiciones. Mientras las distintas familias del franquismo buscaban un lugar bajo el sol, Fuerza Nueva se empeñó en permanecer en su particular Alcázar. Así cayó víctima de la gran contradicción del régimen: la política de Franco había hecho que la sociedad española evolucionara a toda velocidad, pero el sistema ya no era capaz de amoldar sus instituciones a la nueva realidad que él mismo había creado. Fuerza Nueva seguía en la cruzada, pero ¿qué cruzada cabe cuando los cruzados ya han ganado y han dejado las armas para dedicarse a una vida más confortable? Cuando murió el general, en 1975, España amaneció a una nueva situación en la que un rey escogido por Franco y una clase política nacida de las estructuras del franquismo acordaron desmantelar el Estado del 18 de julio. Blas Piñar se puso enfrente. Alrededor de su indudable capacidad de liderazgo agrupó a quienes aún pensaban que era posible un franquismo sin Franco. Curiosamente, no levantaron como bandera al Franco triunfador, el del crecimiento económico, la Seguridad Social y la alfabetización masiva, sino al Franco alzado en armas, es decir, aquello que la inmensa mayoría de la población prefería no recordar. Era el peor camino posible para que una fuerza política alcanzara el poder, pero es que Blas Piñar, seguramente, nunca quiso semejante cosa.
Aún así, el electorado no le dio la espalda. En 1979 consiguió casi 380.000 votos, es decir, sólo 100.000 menos que Jordi Pujol y 80.000 más que el PNV, aunque el sistema electoral le dejó sólo un diputado: él. El golpe del 23-F, sin embargo, vino a dejar noqueado al público clásico de la derecha nacional, que se pasó a la Alianza Popular de Fraga. Blas Piñar seguía recogiendo ovaciones entre su gente, pero sólo ovaciones, no votos (“Queredme menos y votadme más”, dicen que decía). Fuerza Nueva acabó disolviéndose como partido –no como grupo cultural- y su líder pasó a segundo plano. El intento de entroncar con las derechas nacionales europeas en las elecciones de 1989 se saldó con un sonoro fracaso: ya era demasiado tarde para resurrecciones. La derecha católica y patriótica que Blas Piñar podría haber encabezado se había trasladado al mucho más cómodo nido del Partido Popular (donde, como es sabido, acabaría extinguiéndose). Fin de trayecto.
Es difícil levantar la bandera de la fe cuando la Iglesia se te pone enfrente, es difícil levantar la bandera del patriotismo cuando la patria te mira con malos ojos, es difícil levantar la bandera del orden cuando la mayoría de la sociedad se siente más a gusto en el desorden. Blas Piñar quiso ser un cruzado que levantara todas esas banderas, sin percibir que la sociedad a la que se dirigía ya no podía reconocerse en tales enseñas. En su trayectoria, unánimemente vituperada por izquierdas y derechas, hay sin embargo algunas cosas que nadie podrá negarle: una, su integridad personal; dos, su fe inquebrantable en el Dios que ahora le acoge; tres, que supo anticipar en su momento muchos de los males que hoy mismo están azotando a España.
Descanse en paz. Hacía mucho tiempo que sus ojos estaban puestos ya en este último umbral.
Blas Piñar, el imposible franquismo sin Franco | Tradición Digital
Madrid, 28 enero 2014, San Pedro Nolasco, confesor; San Julián, obispo y confesor. A los 95 años de edad ha fallecido Blas Piñar López, notario y político retirado. En 1979 alcanzó un acta de diputado en el Congreso por la candidatura de Unión Nacional, coalición formada para aquellas elecciones generales, en la que participaba la Comunión Tradicionalista. La Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón ha enviado sus condolencias a la viuda e hijos del finado. Requiescat in pace.
Agencia FARO
El pésame pendiente
31 ENERO, 2014
Cuando todavía estoy embargado por la emoción y la pérdida irreparable de Blas Piñar, mi Abuelo, me siento en la obligación de reflexionar, después de contestar a los cientos de mensajes que me han ido llegando, en el teléfono o en las redes sociales, las llamadas y los correos electrónicos.
Muchísima gente me ha transmitido su pesar y cercanía, con lágrimas en los ojos, en estos momentos difíciles. Sí, yo llevo la sangre de Blas Piñar. Soy nieto suyo, de su familia. Es un Honor, inmerecido, pero un Honor. Un orgullo que será transmitido en las generaciones venideras, en el hijo que mi mujer, mi gran mujer, Almudena, y yo, esperamos junto a tantos biznietos que están en camino. Estos días se ha escrito mucho sobre su faceta de marido, de padre, de abuelo, de bisabuelo. Él era la cabeza de una gran familia, imagen, semejanza y reflejo de su vida, dedicada a la Fe y a la Patria. Hoy, en la familia, ha dejado un vacío enorme.
Si el vínculo de la sangre es importante no lo son menos aquellos lazos que son forjados en la comunión de Ideales, en la relación del maestro y el discípulo, del jefe y del soldado, o de aquellos que han compartido una misma trinchera con sacrificio y abnegación, militando bajo la misma Bandera, por el Altar y el Hogar. Creo que he sido testigo de excepción de lazos estrechísimos que miles de españoles, y no menos extranjeros, mantuvieron con mi Abuelo Blas. Porque él tenía una gran familia de sangre, muy numerosa, pero también otra, la “familia política” que se extendía por todos los rincones de España, a este lado y al otro del Atlántico, en la Hispanidad entera que le tenía cautivado, en Italia, Francia, Austria…
No puedo olvidarme de los dieciocho caídos de Fuerza Nueva y sus familias que un día formaron en aquellas heroicas filas y que estuvieron muy presentes en mi Abuelo, representados en su final en las cinco rosas con las que fue enterrado. No quiero, igualmente, dejar de mencionar a los más de cuarenta sacerdotes que encontraron en torno a él la vocacional sacerdotal. Uno de ellos, militante de Fuerza Joven en Vascongadas y presente en el famoso acto de Anoeta, hoy misionero en la selva de Perú, rescatando niños abandonados y esclavizados, me escribía hace unos meses: “Hoy he soñado que tu abuelo Blas estaba aquí conmigo, en la casa. Valiente, tal y como le conocí en el año 80...como padre que acompaña a su hijo. Yo no paraba de repetirle en mi sueño: Don Blas, usted tiene la bendita culpa de que estemos aquí, usted fue "el culpable" de que fuera sacerdote, me enseñó a no tener miedo... Me he despertado, he tenido que volver a la tarea y deseaba contártelo... Te quiero pedir un favor, cuando puedas, dile a tu abuelo que él fue y sigue siendo el referente del valor, la honradez, de que nada ni nadie podía jamás anteponerse a Dios...me enseñó a amar a España. Dile que le quiero, que rezo por él, eternamente agradecido. Tú que puedes, dale un abrazo de mi parte... Aquel esfuerzo tremendo de Fuerza Nueva nos cambió a todos. Les he hablado a los niños de quien es tu abuelo...”. Mi Abuelo le contestó, a través mío, lo siguiente: “Querido I.: No sabes la alegría que me ha producido la lectura de tu carta, dirigida a Miguel, y fechada nada menos que junto al Amazonas el pasado día 20. Me ha emocionado y estimulado a continuar el Combate -en el que tú como seglar y ahora como sacerdote participas- aunque mis noventa y cuatro años y medio, la traqueotomía y la alimentación por sonda, me pesan. Gracias por tus oraciones que tanto necesito. Espero que no perdamos el contacto contigo. Un gran abrazo”.
También debo mencionar a todos y cada uno de los militantes de Fuerza Nueva, de Fuerza Joven, de Fuerza Nacional del Trabajo, del Frente Nacional y de todos aquellos proyectos políticos, sociales, culturales y religiosos que mi Abuelo lideró con el apoyo de miles de jóvenes, de hombres y de mujeres, que entregaron lo mejor de sus vidas en el servicio a España. Muchos de ellos se han sentido huérfanos con la noticia de su muerte. He podido hablar con algunos de ellos estos días. La conmoción era tremenda, las voces frenadas por un nudo en la garganta muy difícil de superar. Con los que me abracé en el velatorio sólo pudimos mirarnos mientras hacíamos un esfuerzo por contener las lágrimas. A los que conocieron a sus maridos o a sus esposas en la dura militancia de las calles y hoy sus hijos son un fruto magnífico de aquella batalla. Los que le aclamaron como Caudillo y tenían razón, porque lo era. Los que fueron llamados “hijos del 20N” y no renuncian a ello después de tantos años. Los que estimulados por la nostalgia de lo vivido renuevan su juramento por Dios y por España. Los que siguen inasequibles al desaliento y ya saben que Blas Piñar lo fue hasta la muerte. Los que en el salón de su casa muestran orgullosos su fotografía como parte fundamental de sus familias y hogares.
Como no recordar a cuantos sin haber militado a su lado, supieron ver en su figura el referente del Honor y la Lealtad, el faro que siempre iluminó en una época de oscuridad.
A los que siguieron su magisterio lejos de nuestras fronteras. A los que admiraron el verbo encendido y apasionado del apóstol de España. A los que jamás renegaron de él cuando ser su amigo era un problema. A los que siempre me preguntaron por él, interesándose por su estado de salud. A los que le han encomendado estos días. A los que han organizado funerales y convocado a la gente a su recuerdo y homenaje en Murcia, en Lorca, en Alicante, en Valencia, en Santander, en Avilés, en Barcelona, en Lucena, en Córdoba, en Jaén, en Málaga, en Toledo, en Canarias, en Argentina, en Chile, en Perú, en Panamá, en Colombia, en Méjico, en Brasil, en Miami, en Francia, en Italia, en Austria, etc. (publicaremos un listado con las centenares de misas que por todo el mundo se están celebrando en sufragio de su alma).
A todos, absolutamente a todos, amigos y camaradas, os llevé muy dentro del corazón cuando cargando a mi Abuelo al hombro, envuelto con la Bandera Nacional, le condujimos, despacio, con paso firme, hasta el lugar de su sepultura en el Cementerio de Toledo. A todos, absolutamente a todos los que le quisisteis y le admirasteis, a los que decimos de él, con León Degrelle, que ha sido “el mejor y más grande de los camaradas y amigos”, os doy mi más sentido pésame mientras espero abrazaros en el funeral que dentro de poco tendrá lugar en Madrid. Hoy, día de mi cumpleaños, el mejor regalo es comprobar la lealtad, la admiración y el cariño que le profesáis.
Miguel Menéndez Piñar
(Se ruega difundir este pésame)
Núcleo de la Lealtad
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores