Que a nadie sorprenda que use el término castellano recio de "bujarrón" en lugar del anglicismo ridículo y amariconado de "gai". Uno tiene sus preferencias lingüísticas y hasta ahí podíamos llegar si alguien intolerantemente tratase de cercenar mi derecho al pensamiento y mi libertad de expresión y opinión.
Estamos, pues, nuevamente ante la celebración del Día del Orgullo Bujarrón y en una serie de ayuntamientos, casualmente okupados por esas minorías indescriptibles por indefinibles, están colocando un colgajo multicolor. Si lo desean pueden decorar las fachadas con "lilas", pero eso de imponer a la brava, porque les da la gana ideológica y esfinteril semejantes trapos, es algo que va contra toda lógica. Para empezar todo gobierno municipal debe ejercer una función administradora para TODA su población empadronada, residencial y visitante. Y dicho ejercicio ha de hacerse acorde con las leyes, no usando una ideología contra aquella población que respira de otra manera. Por supuesto, es una vergüenza, una indignidad y una falta total de ética, acusar en este caso tan "sensible" de homofobia a gente a la que no les gusta o directamente les repugna, lo que esta gente hace en la intimidad de sus casas. Y este es un aspecto fundamental en todo ello, porque las preferencias sexuales de esta gente son de interés para ellos, pero no para la mayoría. Por tanto, acusar de intolerancia a quienes rechazan ese exhibicionismo puerco y cerdo, es de un cinismo que alcanza el grado de agresión moral e insulto.
La exhibición inmoral de semejante trapo en contra de la opinión y voluntad de la mayoría de la gente, además, es un insulto a Dios, a La Iglesia, a todo católico, y es que para INTOLERANTES los bujarrones heterófobos y toda la ralea de amigachos y amigachas que los amparan. A todo esto ¿cuántos días hay de orgullo de la coprofilia? porque parece que cualquier motivo es bueno para pasarnos por las narices su hedionda existencia.
La banderita arco iris
Jorge, el 28.06.16 a las 2:01 PM
Parece que unos cuantos ayuntamientos, bastantes creo, han colocado hoy una banderita arco iris en sus balcones. Es el llamado “día del orgullo gay” y Dios te libre de no hacerlo. A un ayuntamiento se le perdona la corrupción -mejor colgaran una bandera pirata para que no quedara duda de la calaña de tantas corporaciones municipales-, el enchufismo, el amiguismo, la recalificación de lo suyo, las mangas y capirotes y la conversión de capa en sayo. No pasa nada. Pero como no aparezca suficientemente sensible con la cosa del llamado orgullo gay, que se de por eso y nunca mejor dicho.
No es la única bandera reivindicativa, no, que también colocan el lacito rojo en el día mundial del SIDA -observen que una cosa relacionada con la otra-, y NADA MÁS.
Uno, que ingenuo lo justo, se pregunta por criterios. Me parecería bien que los ayuntamientos colocasen banderitas y pancartas conmemorando tantos días de reivindicaciones y marginamientos.
Me estoy repasando, consideremos martes como día penitencial, la lista de los días mundiales de, según la ONU. En enero, por ejemplo, el de las víctimas del holocausto. Febrero aporta entre otros días cáncer, tolerancia cero con la mutilación genital femenina, justicia social. Marzo trae discriminación, la vida silvestre, la mujer, discriminación racial, síndrome de Down, violaciones de los derechos humanos, detenidos o desaparecidos, esclavitud. Este mes de junio tenemos, entre otros, trabajo infantil, refugiados, víctimas de la tortura, tráfico de drogas… Pueden seguir rebuscando aquí.
Pues nada, ni una banderita, una pancarta, una declaración, nada. Millón y medio de armenios. Diez millones de ucranianos muertos por Stalin. Seis millones de judíos. Nada. Por ejemplo.
Hoy se celebra en el Congreso el recuerdo a las víctimas del terrorismo. Nada. El 11 de marzo es el día europeo contra el terrorismo. Nada. En diciembre, personas con discapacidad. Nada, y eso que en España se calculan dos millones y medio. Nada de nada.
Comprendo que no quieran destacar que el 9 de diciembre es el día mundial contra la corrupción. Pero la cosa tiene su guasa.
No me vengan con esa historia ahora de que si homófobo, intolerante, carca y cavernícola y que si el papa ha dicho que la Iglesia tiene que pedir perdón al colectivo homosexual. Yo desde luego no he ofendido a nadie. No estoy en contra en absoluto de que pongan una banderita arco iris en el ayuntamiento. Estoy a favor de que en los ayuntamientos se apoyen las causas de los más débiles y desprotegidos: mujeres maltratadas, personas con discapacidad, refugiados, torturados, víctimas del terrorismo, abortados por un cromosoma de más, parados de larga duración, drogodependientes, perseguidos por su fe católica. TODAS.
Pues no. Nada importa todo eso. Pero que no falte la bandera arco iris.
Por cierto uno: ¿cuánto nos va a costar a todos la fiesta del orgullo gay? Bien que se lo podían dar a los pobres…
Por cierto dos: qué buena ocasión para llevar la gran cabalgata del día del orgullo gay a la mezquita de la M-30 de Madrid, protestando por los homosexuales muertos y torturados por el islam, que esos sí que necesitan sensibilizarse con la causa.
La banderita arco iris
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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