Por desgracia como bien dices esto continuara y no tiene atisbos de acabar, es como una pesadilla sin retorno de la cual muchos son culpables. Cataluña se pierde en un mar de socialdemocratas y separatistas cuyo mayor intereses es obtener dinero.![]()
Por desgracia como bien dices esto continuara y no tiene atisbos de acabar, es como una pesadilla sin retorno de la cual muchos son culpables. Cataluña se pierde en un mar de socialdemocratas y separatistas cuyo mayor intereses es obtener dinero.![]()
Con topo del CNI o sin él, con un as escondido bajo la manga de Aznar, con la cara de tonto que debió poner Maragall cuando se enteró por la prensa (los socialistas tienen esa afición), y con un eterno aspirante a Nóbel oriundo de Cambrils intentando convencer a los esquizofrénicos de ETA para que dejarán de mutilar, lo cierto es que hay que tirar de papiro y de hemeroteca para encontrarnos en la historia de la Humanidad a un todo un President –en funciones, pero President- reuniéndose en secreto con dirigentes de una banda de criminales, y para colmo, en un país extranjero. Ni los guionistas del inspector Clouseau hubiera podido crear una trama tan brillante. No quiero ni llegar a imaginarme lo que hubiera ocurrido si la Gendarmería Francesa les da el alto por esas casualidades que tiene la vida y los colgados de ETA se lían a tiros. Otro “President màrtir” no, por favor, que ya no nos quedan plazas en Catalunya para los prohombres del régimen actual.
Un error político de esa dimensión sólo se le pudo ocurrir a una persona con las funciones mentales mermadas por el consumo de estupefacientes o a un “bordeline” de manual. El tsunami político que se formo tras el estallido del Perpinyàgate dejó tocada para siempre la confianza entre Maragall y Carod. No era para menos. En cuestiones de amor a eso se le llama poner los cuernos y puñalada trapera cuando descendemos a la arena política. Desde entonces, al líder micronacionalista se le conocía en círculos cercanos como el “caganer”, figurita del Belén un tanto escatológica y que en Catalunya posee una larga tradición.
Vergüenza ajena e indignación contenida sintieron miles de catalanes al conocer las aventuras y desventuras del “caganer” en tierras de Asterix. Al President Maragall por poco le da un sincope. A Zapatero que por aquellos días era el candidato del PSOE a las presidenciales de marzo se le trabó la lengua, y sin pena ni gloria, pensó que lo mejor era callarse no fuera que el dúo sacapuntas de la periferia le arrastrara hacia el abismo antes de empezar.
El caganer de ERC en Perpinyà
El infeliz de Carod abrumado por la contundencia de las críticas que le llovían a diestro y siniestro y tras el varapalo de la clase política en el Parlament, puso cara de circunstancias ante el que sin duda fuera su segundo error político de bulto –el primero fue entrar de seminarista para finalmente acabar de masón. Viéndose en sus horas más bajas no pudo más que admitir allí donde todavía le quedaba un ápice de credibilidad que esos días habían sido los más duros de su vida. Alguna que otra lagrimita el aspirante a premio Nóbel debió de soltar en la intimidad. Ante Maragall, no descarto que además de mostrar la angustia del momento, el exseminarista hubo de ejercitar una prolongada genuflexión a la entrepierna del Presidente cornudo.
Epi y Blas y doscientos trapos más
El clímax llegaría el 17 de febrero de 2004 cuando los encapuchados Epi y Blas, pertenecientes a la mafia etarra anunciaban por televisión y rodeados por aproximadamente dos centenares de banderas sacadas de la chistera una tregua sólo para Catalunya. Es decir, si hay que matar, del Ebro hacia abajo. Al bueno de Carod tras la tregua-culebrón le daba vueltas el mundo. Todo esto ocurría justo dos meses y medio del pacto del Saló del Tinell. La cosa pintaba en bastos para todos aquellos que sabíamos que esa cama redonda llamada trist-partit era más falsa que un directo de los Mili Vanili. ¡Pujol torna!
Tras el Perpinyàgate, Carod fue cesado como Conseller en Cap de la Generalitat catalanista y de izquierdas (sic). No sin antes patalear durante algunas semanas y aferrarse al cargo -y sueldo- con uñas y dientes. No le costó ni nada al guasón dejar la poltrona a otro. Ni que la hubiera traído de su casa, pensamos los más. En su puesto, un tal Josep Bargalló irrumpía en la escena política catalana la última semana de abril.
(CONTINUARÁ)
Última edición por Arnau Jara; 15/05/2006 a las 03:39
Vita hominis brevis:ideo honesta mors est immortalitas
Que no me abandone la Fe,cuando toque a bayoneta,que en tres días sitiamos Madridy en otros quince la capital, Lisboa.
Sic Semper Tyrannis
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