Un informe oficial revela que la criminalidad sólo ha bajado un 0,3 por ciento hasta julio, un resultado «por debajo de lo esperado»

R. L. Vargas


Madrid- El balance sobre la evolución de la criminalidad en España que Alfredo Pérez Rubalcaba hizo público hace un par de semanas en el Senado no pudo destilar más optimismo. Aunque por exigencias del guión propio de esta materia fuera ineludible la mención al tan manido «los datos son buenos, pero hay que mejorar», el ministro del Interior se mostró muy satisfecho con la estadística que presentó y que hablaba de una reducción de los delitos y las faltas en los primeros ocho meses del año de un 4,6 por ciento en aquellos territorios de España protegidos por Guardia Civil y Policía.

La estadística, con ser formidable -e incontrastable, como reconocen desde los sindicatos policiales, desde que el ministerio cerró el «grifo» de los datos-, no reflejaba, sin embargo, un preocupante dato: que allí donde se concentran tres cuartos de la población del país la criminalidad apenas si se ha reducido. Según las estadísticas de la Subdirección Operativa del Cuerpo Nacional de Policía, que tiene asignada la seguridad de los grandes núcleos urbanos en los que viven más de 32 millones de españoles -el 75 por ciento de la población-, en los seis primeros meses del año los delitos y las faltas apenas bajaron un 0,39 por ciento. Así, el total de infracciones conocidas pasó de 602.640 en 2005 a 600.277 este año, según recoge el documento «Objetivos Operativos 2006. Evaluación con datos consolidados de medio plazo [Enero-Junio]».

Mal resultado
El informe, de hecho, expone en su apartado final de conclusiones que «el grado de reducción de la criminalidad está por debajo del resultado esperado» por los responsables del propio cuerpo.

En las zonas más azotadas por la delincuencia el pasado año, ésta apenas si retrocedió en los seis primeros meses de este ejercicio. Así, en las Islas Baleares hubo un ligero descenso del 2,1 por ciento; en Madrid, del 0,16; y en la Comunidad Valenciana, incluso, la situación empeoró con un aumento de los delitos y las faltas del 1,38 por ciento. El ranking lo encabeza Murcia, con un aumento de la criminalidad del 4,51 por ciento.
Aquellas comunidades en las que se produjeron descensos porcentuales importantes, como Navarra (-10,81 por ciento), Melilla (-26,50 por ciento) o Cantabria (7,36 por ciento), son lugares, sin embargo, en los que el retroceso ha sido escaso en términos absolutos. Así, en la Comunidad Foral se pasó de 3.071 infracciones penales en el primer semestre de 2005 a 2.739 en 2006, y en Cantabria, de 3.994 a 3.700.

Contrastan estas cifras con las de la Comunidad de Madrid. Las áreas de esta autonomía consignadas a la Policía Nacional pasan por ser las más inseguras de todas las de España en las que se encuentra desplegado este cuerpo. Las más de 187.000 infracciones penales cometidas entre enero y junio están muy lejos de las 87.786 registradas en las zonas de la Policía de la Comunidad Valenciana o las 72.200 de Andalucía Occidental. De hecho, la autonomía que preside Esperanza Aguirre tiene una tasa de criminalidad muy por encima de la media nacional. La Subdirección Operativa del cuerpo considera en el documento que aquellas jefaturas superiores en las que el citado indicador -resultante de hacer la media del número de infracciones por cada mil habitantes de población de derecho- se encuentre por encima del 31,20 necesitan «imperiosamente corregir la situación», y la jefatura madrileña, que representa cerca del 25 por ciento de la actividad nacional de la Policía, acumula una tasa de criminalidad de 37,26 infracciones por cada mil habitantes en seis meses. De seguir esta tendencia, a finales de año este indicador se dispararía hasta más allí de 74, cuatro puntos por encima de la media de la UE y más de 25 de la media nacional.

Estos datos han convertido la situación en la comunidad madrileña en especialmente preocupante para los sindicatos policiales. De hecho, el martes, la UFP ha convocado una concentración ante la Delegación del Gobierno para reivindicar el pago de un «plus de peligrosidad» a los agentes allí destinados debido al mayor riesgo que asumen al desarrollar su trabajo en una zona tan conflictiva y al mayor nivel de vida que han de soportar.

La Comunidad de Madrid no es, sin embargo, la única que necesita mejorar. En las Islas Baleares, el indicador está en 34,83; en la Comunidad Valenciana, en 35,24; y en Andalucía Oriental, en 32.92.

Ceuta y Melilla
Contrastan estas cifras con las de las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Tradicionales «puntos calientes» de delincuencia, sus tasas de criminalidad en los seis primeros meses del año, sin embargo, de 28,2 y 24,05 delitos por cada mil habitantes, respectivamente, están lejos del 31,20 considerado óptimo por la Subdirección del cuerpo.

Lo que también ha mejorado de modo notable es la eficacia policial. Según las estadísticas, la tasa de infracciones esclarecidas subió a nivel nacional un 4,10 por ciento, pasando de 160.342 delitos esclarecidos en los seis primeros meses de 2005 a 166.911 en el mismo periodo de este año. Por comunidades, la efectividad policial ha mejorado de forma apreciable en Andalucía Oriental (8,31 por ciento) y Murcia (8,19 por ciento). El descenso más acusado se registró en el País Vasco (-22.17 por ciento), aunque el despliegue de la Ertzaintza apenas deja lugar para la actuación de la Policía.

A la evolución positiva en el esclarecimiento de los delitos se suma el incremento en el número de detenciones registrado prácticamente en todas las comunidades. Sólo en Melilla (-3,36 por ciento) Navarra (-10,34 por ciento) y Extremadura (-3,32 por ciento) ha bajado el número de arrestos. El global arroja un balance positivo de más de 6.000 presuntos criminales arrestados más por los agentes de la Policía en los seis primeros meses de este año que en los del anterior.


http://www.larazon.es/noticias/noti_nac13083.htm