El terrorismo regresa al tercer puesto de las inquietudes ciudadanas
El robo de las pistolas y la «kale borroka» disparan la preocupación entre los españoles
Paro e inmigración continúan a la cabeza, según revela el CIS
Esther L. Palomera
Madrid- Tres años sin atentados mortales, un alto el fuego indefinido que dura ya nueve meses, un Gobierno que parece estar seguro de que ETA no volverá a matar jamás y un presidente que implora que se aborde el asunto con perspectiva... No hay manera. Los esfuerzos «monclovitas» parecen baldíos, ya que la preocupación de los españoles por el terrorismo, lejos de haber desaparecido, recobra fuerza.
Si hace dos meses las tasas de inquietud ciudadana por el asunto no superaban el 20 por ciento, ahora alcanzan un 25,4. El dato lo facilitaba ayer el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en el último barómetro del mes noviembre. ¿Qué ha ocurrido para que cambie la percepción de los españoles? La encuesta está hecha entre los días 18 y 24 de noviembre, justo cuando se conoció el robo de las pistolas en el sur de Francia y se registró un notable repunte de la «kale borroka» en el País Vasco.
Sin apoyo social
Así que, a pesar de la escasa trascendencia que el Ejecutivo ha pretendido dar a los últimos movimientos de ETA, la sociedad española no parece tan convencida de la magnanimidad del llamado proceso de paz como los socialistas. El Gobierno cierra el año sin lograr el ansiado apoyo social a su negociación con la banda asesina. En varios meses, el terrorismo no se había subido al podio de los problemas que más angustiaban a los españoles, pero hoy regresa a un tercer puesto. Y eso que, después del verano, la inquietud social por este asunto descendió en los barómetros del CIS al cuarto puesto. En septiembre, era mencionado sólo por el 18 por ciento de los españoles, en octubre, por el 18, y en noviembre por el 25,4. La desazón aumenta, por tanto, más de 6 puntos en dos meses.
Pero el trabajo del CIS no sólo pone de manifiesto la diferente percepción entre políticos y ciudadanos en lo que respecta a ETA. Hay más brechas. Porque también el Gobierno se desgañita en hablar de creación de nuevo empleo y de los beneficios que reporta la llegada de inmigrantes a España y los españoles no opinan lo mismo. De hecho, la lista de preocupaciones la encabeza el desempleo, prácticamente empatado con la inmigración, que tras varios meses en el primer puesto cae ahora a la segunda posición sólo por una décima de diferencia. Parece, no obstante, que la preocupación por la llegada de inmigrantes desciende al ritmo que lo hace la entrada de cayucos porque los porcentajes se han reducido del 59,2 por ciento en septiembre al 40 en noviembre.
La vivienda cae, por su parte, hasta el cuarto lugar, con un 25,1 por ciento. Baja considerablemente respecto al mes de octubre, cuando llegó al 30,3 por ciento. Sin embargo, los españoles siguen pensando que éste es el asunto que más les afecta personalmente, por encima del parto y de los problemas económicos.
Los políticos, un problema
Detrás del paro, la inmigración, el terrorismo y la vivienda repite como quinto de la lista la inseguridad ciudadana, con una preocupación estimada del 20.,5 por ciento de los ciudadanos. Claro que la clase política tampoco sale bien parada de esta encuesta. Por segundo mes consecutivo, el CIS desvela que nuestros políticos son vistos como un problema, al menos para el 10,1 por ciento de los encuestados, una cifra similar a la que se registró en octubre y dos puntos por encima de lo que se computó en septiembre. A ello se añade que los partidos, junto con el Gobierno, también son citados en este último barómetro como un inconveniente en el 2,1 por ciento de las respuestas espontáneas que contabilizó el CIS.
Si hay un dato que invite al optimismo en esta nueva entrega sociológica ese es el de las habituales respuestas sobre la situación política y económica, cuya percepción parece mejorar respecto a hace un mes. Se reparten a partes iguales los que opinan que el escenario económico es «bueno o muy bueno» (25,6 frente al 24,2 de octubre) y los que lo consideran «malo» o «muy malo», que suman un 25,3 por ciento mientras que en el barómetro anterior llegaban al 27,8.
Las diferencias se agrandan cuando se preguntan por el momento político actual. En este caso, son más, un 35,8 por ciento, quienes opinan que es «malo» o «muy malo» que quienes sostienen que es «bueno» o «muy bueno», que no llegan al 16 por ciento. Es más, la mayoría defiende que dentro de un año las cosas empeorarán tanto en materia económica como política. Pues esto es lo que piensan, ya ven, los ciudadanos, que, como siempre, no tiene nada que ver con lo que sostiene el Gobierno.
http://www.larazon.es/noticias/noti_nac2362.htm
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