En mi nombre tampoco.
Como se expone en el artículo, esta pobre gente no sólo ha sido y es víctima del terrorismo, si no que es además y sobre todo víctima de la hipocresía de la clase política, de la frágil memoria de la masa y de la interesada manipulación de una buena parte de los medios de comunicación de nuestro país.
Marcadores