Los enfermos terminales podrán delegar si no quieren «tomar decisiones»

Sanidad presenta mañana su Estrategia de Cuidados Paliativos, que difundirá el «testamento vital»

R. Serrano





Madrid- De los miles de pacientes que ingresan cada día en los hospitales españoles, uno de cada cuatro está en su último año de vida. De éstos, aproximadamente la mitad pasará, antes de morir, por una penosa fase terminal en la que, probablemente, precisará cuidados paliativos para soportar el dolor y las molestias. En la actualidad, sin embargo, disponer de este último servicio sanitario es una «lotería» que toca a los pacientes en función de la enfermedad que sufren, el hospital donde les atienden y, sobre todo (como casi siempre, en Sanidad), la comunidad en la que viven. Realidad que se hizo visible hace ahora dos años, cuando se conocieron las presuntas sedaciones irregulares a enfermos terminales en el Servicio de Urgencias. Según los especialistas, este servicio no debería emplearse para ofrecer esta atención.

De ahí surgió el debate sobre la precaria situación de los cuidados paliativos en España. Como resultado, la ministra de Sanidad presenta mañana a las autonomías en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud una nueva estrategia de salud pública, la de Cuidados Paliativos. Entre los objetivos del documento -coordinado por el doctor Antonio Pascual López- destaca el de «fomentar la aplicación de los principios bioéticos y la participación del paciente en su proceso». Entre las recomendaciones de este punto destaca la que faculta al paciente para delegar en caso de no querer tomar decisiones en sus últimos momentos.

Así, «el paciente podrá designar un representante que actuará como interlocutor con el equipo médico». Este supuesto se podrá dar aunque esté en pleno uso de sus facultades. En caso de que esté impedido, será la familia la que decida, salvo que el paciente hubiera designado a alguien. Además, el Ministerio quiere «facilitar la toma de decisiones ante dilemas éticos al final de la vida (limitación del esfuerzo terapéutico, alimentación, sedación, etc.)».

Además, la estrategia tiene como objetivo «difundir en las comunidades la normativa sobre voluntades anticipadas», con la que ya cuentan algunas autonomías, que facultará a cualquier ciudadano para decidir con antelación si quiere o no prolongar su vida de forma artificial. Una norma que ya ha permitido a una discapacitada de Granada decidir que le retiren el respirador que la mantiene con vida. Para ello, el Ministerio y las comunidades «realizarán campañas de información».

El plan, que incluye apartados específicos para enfermos de cáncer, pacientes no oncológicos y niños en fase terminal, no cuenta, sin embargo, con una memoria económica, por lo que serán las autonomías quienes deban hacerse cargo.

http://www.larazon.es/noticias/noti_soc28408.htm