Ni Santa Juana de Arco, ni María Pita, ni Agustina de Aragón, ni ninguna de tantísimas otras eran militares ni tenían preparación militar. Eran mujeres que cuando hizo falta estuvieron allí para defender su patria, y supieron hacerlo muy bien sin haber hecho la carrera militar. Una mujer está tan capacitada como un hombre para defender a su patria. Pero una cosa es actuar cuando es necesario y otra ejercer una profesión que no se condice con la delicadeza femenina y la masculiniza. Normalmente en las guerras la mujer ha cumplido la labor de enfermera, para que la por naturaleza está muy capacitada.
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