- Catolicismo militante: la "democracia cristiana" está de más
Madrid, 18 junio 2008, mes del Sagrado Corazón. El
rumor de que podría formarse un partido político demócratacristiano, con el apoyo del Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se extiende por momentos. Sería la repetición de un viejo error clerical, el cual, además de su heterodoxia fundamental, ha hecho mucho daño a la Iglesia y a España. Si el rumor se confirmase, resultarían proféticas las palabras de S.A.R.
Don Sixto Enrique de Borbón en su
mensaje a los carlistas el pasado día de Reyes:
"... esa parte restante de las viejas Españas, situada en la península ibérica, sufre desde hace tiempo un nuevo acoso, doctrinario al inicio, real al final, del enemigo europeo. Una Europa que no es sino el subrogado secularizado de la vieja Cristiandad, de la que las Españas fueron parte primero, continuación después y relicto hoy que no permanece sino en pequeños grupos fieles a una civilización de base católica, comunitariamente vivida, en ocasiones contra las propias jerarquías de la Santa Iglesia Católica, cuyo designio pareciera ser completar la revolución liberal, llevando a sus filas a quienes secularmente y hasta el momento le han sido refractarios. Por eso el discurso en pro de una 'laicidad' no 'laicista', círculo cuadrado del liberalismo de matriz anglosajona, hoy tan en boga en ambientes quizá sanamente conservadores, pero objetivamente cómplices con el error liberal, a través de sus conocidas (también por sus efectos destructivos) versiones de los sedicentes liberalismo católico y democracia cristiana, en buena parte dirigidos por quienes alguna vez militaron bajo nuestras banderas, pero les faltó la esperanza."
Acerca de este asunto se ha publicado una interesante entrada en el cuaderno de bitácora
Libro de Horas y Hora de Libros, que reproducimos a continuación:
IGLESIA MILITANTE Y MILITANTES CATÓLICOS
LA URGENCIA DE UNA IGLESIA MILITANTE
El Partido Popular se fragmenta. Y en el puzzle en que se convierte esa sentina, una de las tendencias que se pone rampante es la liderada por Nasarre. Es el sector del PP que se decanta por la línea de la "Democracia Cristiana". Según la Agencia Tiberias, esta recuperación de la "democracia cristiana" cuenta con "el visto bueno del cardenal de Madrid" (esto es, Monseñor Rouco).
Aunque Tarancón no era partidario de formar un partido católico, según parece haber expresado Monseñor Antonio María Cardenal Rouco Varela: la situación actual está reclamando una formación política de signo confesional. Con todo el respeto filial que nos merece el Cardenal de San Lorenzo in Damaso, quisiéramos hacerle unas humildes consideraciones concernientes a la naturaleza de ese futurible partido católico que parece se está gestando, alimentándose siquiera indirectamente de tan altas jerarquías eclesiásticas*.
Querido Monseñor Rouco Varela: Si la situación que atraviesa la Iglesia en España es tal que requiere un partido político católico no repitamos, por favor, el error de la "democracia cristiana" –que, todos lo sabemos: es pan para hoy y hambre para mañana. El PNV, el PSOE… Cualquiera es bueno en este país para presumir de partido centenario. ¿Qué nos pasa a los católicos, Su Eminencia Reverendísima? ¿Es que no queremos acordarnos de la antigüedad que tiene el carlismo –prefiero llamarle tradicionalismo- en España? Parece mentira que tengamos que ir a modelos extranjeros que se han mostrado tan corrompidos como la "democracia cristiana" (liberalismo, en definitiva), teniendo en la propia patria el ejemplo imperecedero y continuado de una formación política acrisolada y dotada de un ideario que se cifra en Dios, Patria, Fueros y Rey; lema que, con la Historia en la mano, resume todas las soluciones a los males de España. Se habla del complejo del Partido Popular; pero, ¿acaso tiene nuestra jerarquía católica algún complejo? Creo que no, pero es hora de demostrarlo. Monseñor, no hay nada nuevo que inventar: la Iglesia tiene su "partido" en esa institución casi bicentenaria que es el carlismo.
Ya, ya sé lo que Su Eminencia Reverendísima me podría decir: "el partido carlista está dividido… el carlismo es un fantasma trasnochado del siglo XIX… tienen un sesgo peligrosamente paramilitar…". El carlismo no es paramilitar, es militante. No es un fantasma, es una realidad con jóvenes en sus filas (pues siempre tuvo vocación intergeneracional). Puede ser que no esté tan unido como nos gustaría a nosotros, pero se aunará pues todos en esa comunión somos buenos vasallos, habiendo buen señor. Y quiero hacer especialmente énfasis en el carácter militante del carlismo. Militancia, Eminencia Reverendísima, es cabalmente lo que tanto le hace falta a nuestra Iglesia. Déjesenos de monsergas sobre "agentes pastorales" y esa jerigonza del pseudo-activismo del cristiano-tonto-utensilio de las izquierdas.
Así como existe una Iglesia peregrina en la tierra, existe una Iglesia purgante y una Iglesia gloriosa, existe también –y muchos se empeñaron en borrarla- una Iglesia Militante. Esa es la Iglesia que hace falta. Y el partido político que puede robustecerla es el más militante de todos. La Iglesia no necesita un partido político de economistas, ingenieros y letrados; lo que necesita es un partido político capaz de renovar, con la ayuda del Espíritu Santo, la faz de las Españas. Iglesia Militante: Partido Militante.
Quiero dejarle aquí una reflexión que me gustaría que todos nos llevásemos al cuarto de las cavilaciones:
"A comienzos del siglo XIX, las persecuciones revolucionarias reavivaron ese mito de la lucha satánica, que le procuró a Joseph de Maestre sus elocuentes páginas; ese rejuvenecimiento explica, en gran parte, el renacimiento religioso que en dicha época se produjo. Si el catolicismo se ve hoy tan amenazado, se debe mucho a que el mito de la iglesia militante tiende a desaparecer. La literatura eclesiástica ha contribuido grandemente a tornarle ridículo: valga de muestra que, en 1872, un escritor belga recomendaba volver a los exorcismos que, según él, parecían un medio eficaz para combatir a los revolucionarios. A muchos católicos cultos les asusta comprobar que las ideas de Joseph de Maestre han fomentado la ignorancia entre el clero, que evitaba mantenerse al corriente de una ciencia maldita; el mito satánico les parece, pues, peligroso, y destacan sus aspectos ridículos; pero no siempre captan como es debido su alcance histórico. Las costumbres muelles, escépticas y, sobre todo, pacíficas, de la generación actual, no favorecen la pervivencia de ese mito; y los adversarios de la Iglesia proclaman a las claras que no quieren retornar a un régimen de persecuciones que pudiera devolver su antiguo poder a las imágenes de guerra."
Este párrafo lo escribió un peculiar analista revolucionario, Georges Sorel (1847-1922). Hasta un hombre tan ajeno a las sacristías veía con más nitidez la urgencia de volver a la Iglesia Militante: "Si el catolicismo se ve hoy tan amenazado, se debe mucho a que el mito de la iglesia militante tiende a desaparecer". También resaltaré el veredicto, pues no hay que esquivarlo: "Las costumbres muelles, escépticas y, sobre todo, pacíficas, de la generación actual, no favorecen la pervivencia de ese mito."
Pero, entonces… ¿Será que lo primero que tenemos que cambiar son las costumbres y aniquilar el escepticismo y el pacifismo falsario? Si al carlismo hemos de recomendarle eso mismo, ¿qué podremos decir de la "democracia cristiana" en ese aspecto? Pues es, Eminencia Reverendísima, lo primordial. Hablar de partidos sin cambiar las costumbres es como lo que decía el bueno del Buscón Pablos:
"…nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres".
*Como es habitual en este blog, la noticia la hemos encontrado en ese excelente foro de ideas que es
hispanismo.org, página muy recomendable. Amén de algunos blogs amigos, no leemos otra cosa en Internet como no sea este foro y el Foro Santo Tomás Moro. Para la noticia que comentamos aconsejamos en concreto consultar pinchando el enlace:
Viejos errores, clericalismo, democracia "cristiana"...
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Agencia FARO
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