¿Es que no van a dejar a los muertos tranquilos? Y qué afán por remover tumbas, sacar zancarrones y calaveras... ¿Es una especie de nueva necrofilia judicial?

Mejor nos vendría a todos que los jueces se dedicaran a encerrar de por vida a los asesinos de verdad, a los violadores de mujeres y a los pederastas. Y si se ponen a buscar asesinos de la guerra civil, los tienen muy cerca: basta con que se pasen por la SER alguna tarde, y allí pueden encontrar a todo un Doctor Horroris Causa, Santiago Carrillo.