Respuesta: El Valle de los Caídos

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Liga Santa
¡Ojala! Patrimonio de la Humanidad, pero si esto lo tienen que defender en el exterior de España nuestros actuales representantes, ¡vamos aviaos!
Es cierto que resulta muy complicado, pero si no se inicia la petición por parte de quienes corresponda no se logrará nunca. El objetivo no sería ni para hoy ni para mañana, sino para que esté "paralizado" mientras este pelotón de castigo siga calentando el asiento, pero "presentado".
Dicha solicitud se presenta ante el Consejo del Patrimonio Histórico, que es un ente consultivo de carácter nacional, con representación del gobierno y de las CCAA. Estos tienen la misión de aprobar una lista que reúna los requisitos establecidos, y el Valle de los Caídos los cumple.
El paso siguiente en el procedimiento es presentar la solcitud ante el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La cuestión es que mientras se solicita, se revisa, se tramita una respuesta..., procedimiento administrativo puro y duro, se gana tiempo para que esta recua deje de ser un problema para la Historia de España y España misma.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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