Respuesta: Atentado terrorista en Arrigorriaga

Iniciado por
Irmão de Cá
Para mi, mejor que la pena de muerte - que no la consigo aceptar sino en casos de justicia militar en situaciones de guerra - serían los trabajos forzados (el llamado factor de competencia chino

).
Amigo Irmâo de Cá, mi postura es la de muchos españoles a quienes no nos gusta una medida así, pero son los criminales quienes parecen querer forzar una situación en la que se diese tal posibilidad.
En cuanto a la justicia militar en situación de guerra, se da la paradoja de que esos mismos genocidas "se consideran a sí mismos en guerra, pero "su lucha", es sucia, a traición, contra cualquier objetivo en el que no cabe ni el eufemismo de las llamadas víctimas colaterales, todos los españoles somos sus potenciales víctimas, luego tenemos el legítimo derecho a la autodefensa.
Para mayor escarnio, esta escoria sub-humana actúa "tras las filas enemigas, sin uniformar y además de asesinar, lo hacen con intención de causar estragos". Según las leyes internacionales que regulan el estado de guerra, y acerca de los individuos capturados en actos de espionaje, sabotaje y terrorismo, son reos de juicio sumarísimo y directamente al paredón de fusilamiento.
No se trata de instaurar una pena capital para casos en los que se mata por celos o por accidente, sino para aquéllos de carácter o naturaleza terrorista, asesinato de inocentes como niños y ancianos, o para asesinos en serie.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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