Re: ¿ tfp ?
No conozco a esa organización por dentro, así que de la misma no opinaré (además tiene sucursales en muchos países), pero lo que leí (Revolución y Contrarrevolución; Nobleza y otras élites tradicionales análogas) de Don Plínio me parece muy bueno y muy útil. Claro, hay cosas mejores.
En Uruguay, la TFP no es muy conocida, pero tienen una página web y ya se han peleado bastante con el "diario" zurdo la República. En realidad ese "diario" busca cualquier grupúsculo que ellos consideren "nazi" (pues ponen todo en la misma bolsa), para difamarlo y atacarlo de cualquier forma. Así hicieron con Bordaberry y el Carlismo en Uruguay, por ejemplo (para ellos Bordaberry es "nazi"; para ellos todo lo que no les guste, es "nazi" o "facho").
Según ellos, no todo el capitalismo es malo y la Iglesia no condena el capitalismo en sí sino solo el capitalismo salvaje. Aunque, como todo, admitirá gradaciones, yo me pregunto qué pueda haber de bueno en el capitalismo y si puede haber capitalismo que no sea salvaje. Para mí es intrínsecamente malo, como el comunismo. Y además despotrican contra el distributismo, que para ellos no es sino una forma solapada de socialismo. Así que recomiendo prudencia con TFP.
Creo que esto es cuestión de semántica, tal vez lo que ellos llamen "capitalismo salvaje", sea lo que nosotros llamamos simplemente "capitalismo"; y lo que ellos llaman "capitalismo", sea lo que nosotros llamamos simplemente "capital", que no tiene nada de malo. El capital es neutro, ni bueno ni malo. Depende del uso que se le dé.
En cuanto a eso de despotricar contra el distributismo, sin duda que se equivocan; pero debe ser seguramente porque no lo conocen. Yo por ejemplo, no he tenido la oportunidad y el tiempo necesario para poder leer Chesterton (con su distributismo) y Tolkien (con su anarco-monarquismo); criticar lo que no se conoce me parece una tontería.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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