Respuesta: La base ideológica del franquismo
En puridad, el franquismo careció de una ideología definida durante todo el tiempo de su vigencia. Bebió de diversas fuentes, muy opuestas en ocasiones, de las que tomó lo que le convino según el momento.
El franquismo se puede dividir en tres etapas:
1.- "La revolucionaria" entre el fin de la guerra en España y hasta el cese de Serrano Suñer cuando los acontecimientos desfavorables para el Eje ya indicaban el resultado final.
2.- "La autárquica" que se corresponde a la verdadera "dictadura".
3.- "La aperturista y tecnocrática", dominada por el OPUS y durante la cual se fueron sentando las bases para el cambio de régimen.
El "franquismo", politológicamente entendido fue un "régimen personalista" el cual, desaparecido el protagonista su continuidad carecía de sentido.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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