Respuesta: "El fundamentalismo democrático", de Gustavo Bueno

Iniciado por
Mefistofeles
Si es cierto Valmadian, ese ejemplo que expone lo utilizo mucho Chesterton , en filosofia me gusta degustar sentido comun, y una tara importante de quienes beben de la filosofia moderna es precisamente una pequeña falta de este en unos casos y su total ausencia por otros, es como la tara que tiene el filosofo (en general) de la pedanteria extrema, pero como el medico posee mala caligrafia o el historiador bombardea con datos descuidando la composicion literaria de sus trabajos. Cada oficio tiene si aquel.
Personalmente yo me quedaria con Maetzu, Balmes, Ortega y Gasset o Garcia Morente.
Coincido plenamente en sus apreciaciones. Ya desde muy jovencito no me han resultado "cómodos" los autores rebuscados, reticentes, pedantes y cuyos pensamientos parecen no apoyarse en nada, sino que resultan algo así como "etéreos". Prefiero la concisión y saber de dónde viene una idea y adónde va, lo considero mucho más útil que estar dando vueltas con un ¿Y éste qué habrá querido decir...? El esfuerzo añadido de adivinación me resulta particularmente cansino, ya es suficiente estar alerta con la lectura entre líneas y aplicar el ejercicio hermenéutico acerca de lo que autor quiere transmitir.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores