Respuesta: "El fundamentalismo democrático", de Gustavo Bueno
Sé que el personaje cuenta con muchos interesados en sus argumentos. A mi no es que me parezca pesado, como afirma "Mefistófeles", es que no acabo de digerir sus derivas. Si algo es verde, es verde y no azul por la mañana, rojizo por la tarde para reverdecer por la noche mientras a la mañana siguiente aparece marrón... Además, lo encuentro muy contradictorio en sí mismo.
Pero esto es "mi" apreciación particular. Personalmente, y respecto al tema de este hilo, prefiero a Antonio García Trevijano, republicano y de izquierda no comprometida, directo, claro, lúcido, conciso y metódico que, como un cirujano dirige su análisis hasta lo más profundo de la gangrena social que representa este Sistema. Tal es así, que su obra El Escollo de la Gran Mentira no la he conseguido encontrar por ninguna parte. Sólo dispongo de una extensa recensión que publicó el diario "ABC" hace unos cuantos años. He intentado encontrarlo para comprarlo sin más demora y, hasta hoy, me ha resultado imposible.
Y es que este íntegro catedrático de la Complutense nunca ha sido un personaje cómodo para los farsantes que nos manipulan con toda desfachatez e impunidad.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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