Qué tortura, matarla de hambre. Cuántos casos se han dado de personas que estaban en coma y de pronto al cabo de meses o incluso años despertaron, y todo ese tiempo oían y entendían lo que decían a su alrededor aunque no pudieran moverse ni hablar. Cuántas de esas personas comatosas, en estado vegetativo o en otras circunstancias parecidas sufrirán una muerte atroz solo porque los médicos quieren dejar una cama vacía para otro paciente o no quieren tomarse la molestia de cuidar al enfermo.