Ms de 25.000 firmas piden al fiscal que se vuelva a alimentar a Ramona - ABC.es
Sociedad
Más de 25.000 firmas piden al fiscal que se vuelva a alimentar a Ramona
La mujer sobrevive once días después de que la Junta ordenara retirarle la sonda. Derecho a Vivir afirma que «tendrá una agonía cruel y morirá de inanición»
mercedes benítez / sevilla
Día 03/09/2011 - 06.37h
Once días han pasado ya desde que el pasado 23 de agosto los médicos retiraran la sonda nasogástrica a
Ramona Estévez, la mujer de 91 años ingresada en el hospital Blanca Paloma de Huelva en coma irreversible tras sufrir un derrame cerebral y a la que se alimentaba vía sonda.
Esa retirada, ordenada por la Consejería de Salud andaluza después de que el hijo,
José Ramón Páez, así lo solicitara, sigue provocando un profundo rechazo social mientras la mujer vive pese a la falta de ingesta.
Ayer
Derecho a Vivir presentó una iniciativa ante la Fiscalía General del Estado para que actúe e impida que muera de hambre y sed «en contra de la dignidad humana y la ley Artis Médica». Los firmantes, que realizan su petición
a través de la página web de la asociación, hacen hincapié en que, sin alimentos ni ser hidratada, «tendrá una agonía cruel y morirá de inanición». La carta expone que la vida de Ramona depende de una sonda de alimentación que le ha sido retirada por orden de la Junta de Andalucía, «en contra de la buena práctica médica y la voluntad de los facultativos».
Contra la objeción
Además, según argumentan, «se trata de una decisión administrativa que vulnera la lex artis de la profesión médica,
atenta contra el derecho a la objeción de conciencia y propicia una práctica eutanásica incompatible con nuestro Ordenamiento».
Por ello apelan a la conciencia humanitaria y piden al Fiscal que solicite al juez suspender la orden de dejar de hidratar y alimentar a Ramona. Es la nueva vía que Derecho a Vivir ha iniciado 48 horas después de
presentar una querella en los juzgados de Huelva contra la Consejería de Salud andaluza junto a la que solicitaron de forma cautelar que se vuelva a alimentar a Ramona.
Pero como han pasado los días y los juzgados no han resuelto, la asociación ha emprendido esta nueva iniciativa para intentar por todos los medios«evitar el fallecimiento de la paciente». La cuestión, es según argumenta Derecho a Vivir, si a la paciente «le quedará suficiente tiempo de vida para poder beneficiarse, en su caso, de un auto que obligaría a darle alimentación e hidratación que nunca se le debió negar».
«
Está en juego la vida de Ramona Estévez, pero también la dignidad de la vida de cualquier enfermo o anciano. Ningún gobierno tiene derecho a decidir sobre la vida y la muerte», dicen los firmantes.
Esta decisión se tomó en Andalucía porque existe una norma autonómica,
la denominada «Ley de Muerte Digna», aprobada en marzo de 2010 que da la opción a cualquier paciente a «rechazar la intervención propuesta por los profesionales sanitarios, tras un proceso de información y decisión, aunque pueda poner en peligro su vida».
Esa Ley también estableció la puesta en marcha de un
Registro de Voluntades Vitales Anticipadas en el que cualquier podía inscribirse previamente incluyendo su voluntad de evitar cualquier práctica de ensañamiento terapéutico. Pero en este caso fue el hijo de Ramona Estévez el que formuló esa petición para que dejaran de alimentarla porque su madre había entrado «en un proceso irreversible» y porque, según alegaba, esa era la voluntad que le había expresado su progenitora.
El rechazo de la Iglesia
El asunto también provocó la airada crítica de la Iglesia ya que el propio obispo de Huelva,
José Vilaplana, criticó duramente la retirada de la sonda asegurando que «toda acción dirigida a interrumpir la alimentación o la hidratación constituye un acto de eutanasia, en el que la muerte se produce no por la enfermedad, sino por la sed y el hambre provocada».
El hecho de que Ramona siga aún con vida pese a llevar once días sin ser alimentada es, según la portavoz de Derecho a Vivir, la prueba de que
la sonda no era una forma de mantenerla artificialmente con vida. «Ramona sobrevive estos días porque su organismo puede sobrevivir».
La polémica sigue mientras Ramona agoniza en el hospital Blanca Paloma de Huelva.
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