Muy pero que muy demócrata el artículo, sin duda. Sólo le falta apelar a la Constitución y a los derechos humanos.
NO ME GUSTAN muchas de las cosas que se dicen en la Cope, y menos aún cómo se dicen. Vaya esto por delante. Pero estoy absolutamente en contra de quienes, porque no les gusta, quieren acabar con ella. Por eso deseo llamar la atención sobre los enmascarados de ERC que se encadenaron el miércoles ante la sede de la cadena en Madrid, acompañados por los diputados de esa formación Joan Puig y Joan Tardá. La libertad de expresión -mucho más sagrada de lo que se cree ahora que la tenemos- no ampara la voluntad aniquiladora de quienes discrepan de lo que oyen y quieren silenciarlo. Con ello, sólo consiguen que la Cope encuentren fundamento. Y peor lo ponen los señores de ERC si es verdad que existe una operación política de la Generalitat para arrebatarle a la Cope sus emisoras en Cataluña. Es un mal camino ante el que nadie debiera guardar silencio. Porque se pueden perseguir los exabruptos de un periódico o de una emisora con el Código Penal en la mano, se les pueden aplicar todas las leyes vigentes en una democracia, pero no se puede declarar culpable al medio como tal y, sin juicio alguno, decretar su oscura desaparición.
Se podría argüir en mi contra que no escucho la Cope ni sé lo que se dice en ella cada día (sé lo que se comenta y me comentan, y me basta), pero, sea lo que sea, estaré siempre de acuerdo en que debe atenerse al marco legal y no al capricho de cualquier supuesto comando antisectario. Del enciclopedismo y la Ilustración nos llegó una frase (creo que de Voltaire) que debería figurar en el frontispicio del monumento a nuestras libertades: «No estoy de acuerdo con lo que piensas. pero defendería con mi vida el derecho que tienes a decirlo». Pues de esto va lo que escribo. De libertades que defiende la democracia en la que estos partidos han decidido vivir.
No tengo dudas sobre la oportunidad de este artículo, pero sí las tengo sobre la posibilidad de que sea entendido entre tanto fuego cruzado. Sin embargo, lo que digo es de aplicación para todos, esté quién esté en el Gobierno. Y vale también para el diario Gara , que representa lo contrario de lo que defiendo. La libertad de expresión si estos aprtidos la defienden, no se puede trocear para excluir lo ingrato, porque lo ingrato también es parte esencial de ella, sin necesidad de compartir su visión de la democracia y el poder.
Muy pero que muy demócrata el artículo, sin duda. Sólo le falta apelar a la Constitución y a los derechos humanos.
¡Santiago y cierra España!
ajajja , ya ya, no queiro comentar más.
David, podrias poner la fuente del articulo, o firmarlo si es tuyo, pq puede dar lugar a confusiones...
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