Concuerdo contigo, Kontra. Si bien no estaba de acuerdo con algunas de las cosas que decía el artículo, me pareció interesante de todos modos y pensé que podría generar un debate interesante. A mí personalmente el fútbol me aburre hasta la muerte, pero no creo que tenga nada de malo en sí. Otra cosa es la desmedida importancia que se le suele dar y, sí, yo también creo que se debería desprofesionalizar.
Es interesante lo que decía Gadafi en su Libro Verde, de que todo el mundo debe tener acceso al deporte para divertirse y hacer ejercicio, pero que es absurdo llenar estadios para ver jugar a otros. A mí me parece que en esto tenía mucha razón, aunque comprendo que cada uno tiene sus gustos y no lo prohibiría (como tampoco él lo prohibió).
Como en tantos otros deportes, el fútbol profesional es en efecto fuente de muchos males, y en muchos casos es la versión moderna del panem et circenses de los romanos, si bien mucho más civilizado que las luchas de gladiadores. El fútbol profesional es un negocio que mueve muchos millones, y cuando veo que un equipo paga tantos millones a otro por el traspaso de un jugador, aunque comprendo que es una compensación por la pérdida que supondría para el otro equipo perder a uno de sus mejores futbolistas, no puedo evitar que me suene a compra y venta de seres humanos, ya que al fin al cabo compra a ese jugador como si fuera mercancía, y para hacer negocio a costa de él. Pelé comentó en una ocasión que eso le recordaba a la esclavitud. Quién mejor que él para entenderlo así, aunque yo ya pensaba igual desde hacía mucho tiempo.
Y desde luego me repugna ese falso patriotismo que sólo saca la bandera cuando hay un partido internacional o unas olimpiadas y el resto del tiempo la esconde avergonzado.
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