Ya dije que aunque a mí el fútbol me aburre no me parece mal. Muchos amigos míos tradicionalistas son aficionados en mayor o menor medida y yo no lo critico. Cada uno tiene sus gustos. Y lógicamente es mil veces mejor ver un partido de fútbol que un combate de gladiadores. Es más civilizado indudablemente dentro del panem et circenses. Eso no impide que se puedan criticar algunas cosas del fútbol. No creo que nadie haya dicho aquí que el fútbol es sólo un negocio. Es mucho más, aunque es no quita que se haya convertido en un negocio multimillonario. Y menos aún que se haya propuesto que los jóvenes se amariconen viendo culebrones estúpidos. Ni un extremo ni otro. El deporte es saludable y conviene que los jóvenes se hagan hombres con ejercicios viriles en vez de emborracharse los fines de semana. Con lo cual es muy natural que vean partidos porque además de entretenerse viendo algo que les gusta aprenden tácticas nuevas. Ahora bien, cuando el fútbol se convierte en una obsesión, cuando se vuelve el verdadero opio del pueblo, cuando algunos no hablan de otra cosa y hay periódicos diarios dedicados al fútbol, eso ya es excesivo.