Dejo un artículo que creo que aporta un punto de vista interesante aunque se discrepe en algún punto.
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El rebaño digital y la ingenuidad de Snowden
“Si usted hubiera visto lo que yo vi, ¿Qué habría hecho?”, nos pregunta Edward Snowden en una entrevista-cuestionario que ofrece el XLSemanal, en un modo de justificar su actuación y rechazar la acusación de traidor que le lanza el gobierno y el sistema de espionaje norteamericano.
En su exilio-refugio de Moscú, no hace nuevas revelaciones, pero merece la pena reseñar algunas de sus palabras legitimadas porque no solo vienen de un testigo directo que ha puesto en riesgo su propia existencia por enfrentarse al sistema, sino que son puro sentido común para todo aquel que se plantee con cierta reflexión cómo funciona el Medioambiente Simbólico propiciado por la tecnología que nos ha tocado vivir. “Estamos creando un smog digital con nuestros móviles, con nuestros ordenadores y cámaras. Estos dispositivos dejan cada día miles de rastros que basta con seguir y grabar para poder vigilar a todo el mundo durante todo el tiempo y con una precisión nunca vista”. “El Estado vigilante cuenta con una infraestructura tecnológica implantada en los Estados Unidos y también en Europa [con la que] gracias a los avances tecnológicos, esta vigilancia se va sistematizando progresivamente. Cada vez es más simple y más barata”. “Por lo tanto la vigilancia seguirá aumentando de forma drástica en el futuro.” “Lo que consigue la NSA es convertir todo Internet en una especie de colaborador. El espionaje y la vigilancia son posibles en proporciones nunca conocidas” “Personas al servicio de algún gobierno … nos siguen todos los días durante cinco o diez años … acceden a cualquier detalle, por insignificante que sea, con una precisión de la que nuestra propia memoria es incapaz de recordar…”. A mí me parece que esto es un hecho y no una hipótesis distópica de película: una niebla digital hecha de los rastros que nosotros dejamos con el uso de los dispositivos tecnológicos con la que es cada vez más simple y más barato vigilarnos en unas proporciones nunca antes imaginadas y que, por definición, no hará más que aumentar en el futuro. Este es el cuadro real de la situación. Así son las cosas. Esa es la conclusión a la que nos llevan las revelaciones de Snowden y que es mucho más grave que el hecho destacado por la prensa de que este o aquel político, esta o aquella institución han sido objeto de espionaje. Lo tremendo es que todos estamos colaborando voluntariamente a la creación de las condiciones más simples y baratas para despojarnos de nuestros derechos de modo que ningún servicio secreto puede renunciar a aprovecharse de ello.
¿Qué hubiéramos hecho?, nos pregunta. Nosotros no lo hemos visto, pero todo el que tenga dos dedos de frente y que imagine un poco de lo que es capaz la tecnología, sabe que lo que cuenta Snowden que vio es lo que con toda seguridad está ocurriendo. Los servicios de espionaje están para espiar y su condición de secretos los hace inviolables y siempre han actuado fuera de la ley en una especie de tierra de nadie en la que no rigen las normas democráticas. Siempre lo han hecho. Lo único que cambia hoy es que es más intenso, más global, más sencillo, más barato, más absoluto. ¿Qué hubiéramos hecho? Probablemente nada. Todos sabemos que ocurre y no hacemos nada. Es en lo único en que su condición de analista no acierta. En un optimismo que raya la ingenuidad, cree que sus revelaciones han contribuido a cambiar el mundo: “Es posible que una nueva generación esté tomando la palabra […] la gente ya no quiere quedarse en el papel de víctima […] y ve en el espionaje masivo una amenaza parar la libertad, para la democracia”.“La gente no está dispuesta a seguir tolerando la vigilancia masiva. No quiere entregar su libertad a cambio de una supuesta seguridad. “. Muy al contrario y sorprendentemente, la gente ha renunciado voluntariamente a su privacidad y le importa un bledo que cualquier Gobierno pueda introducirse cuando quiera en su hogar o en su conciencia. Es sólo un daño colateral asumido y aceptado sin rechistar con los beneficios que trae consigo el bienestar tecnológico. Los hogares dejaron de ser el ámbito de lo privado cuando dejamos entrar en nuestro salón aquella primera pantalla de la televisión que introdujo la calle en nuestros salones. Internet no ha introducido la calle en casa, sino que ha convertido nuestras casas en parte de la calle. Las fronteras marcadas por las puertas y los felpudos de nuestras “Repúblicas Independientes” han sido derribadas por completo por el continuo intercomunicador de la tecnología digital.
Sin embargo, “los ataques a la privacidad no deben ser la norma, sino una excepción supervisada por tribunales independientes. [Pero] las informaciones que salieron a la luz el año pasado demuestran que los gobiernos ya no quieren tener que vérselas con decisiones judiciales; lo que quieren es vigilar a todos todo el tiempo. Eso altera el equilibrio de poder entre ciudadanos y Estado y nos reduce a la condición de súbditos.” “Cuando un Estado permite que se espíe y vigile a inocentes, todos perdemos un derecho fundamental; da igual quién seas y dónde estés, pierdes tu derecho a la privacidad. El derecho fundamental de poder estar a solas con uno mismo. A que lo dejen a uno en paz.”
Es doloroso…, pobre muchacho. No sabe que con tal de poder seguir haciendo clics no nos importa en absoluto dejar de ser ciudadanos y que el 99% cedería toda su libertad a cambio de una promesa de seguridad. Si al menos lo hubiera desvelado cuando gobernaba el republicano y malvado Bush, hubiera hecho algo de ruido la izquierda vocinglera. Pero ni en eso ha tenido suerte: le ha tocado San Obama. No sabe, ingenuo, que nadie quiere ya disfrutar del privilegio personal de estar a solas consigo mismo, sino que de lo que se trata ahora es de formar parte plena y continua del rebaño digital y que continuaremos nuestro camino con el móvil en la mano y los auriculares puestos con la misma indiferencia de los viandantes de esta fotografía sabiendo como sabemos que Microsoft, Google, Yahoo, Facebook, Pal Talk, YouTube, Skype, AOL, iPhone, etc… son herramientas, conscientemente o no, al servicio de los Servicios Secretos de todo el mundo.
Referencias:
Entrevista completa en XLSemanal
FUENTE: El rebaño digital y la ingenuidad de Snowden | Medioambiente simbólico
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