Re: Vox

Iniciado por
raolbo
Completamente de acuerdo con el fondo del mensaje, pero sin ánimo de polemizar me gustaría decir que es completamente irrelevante que estos mezquinos individuos sean o dejen de ser ateos. De hecho, sería aún más vergonzoso y ridículo que se declararan católicos. Es más, objetivamente hablando podemos decir que un gobernante ateo como Mussolini hizo leyes mucho más beneficiosas para el pueblo católico (con los fallos que se quieran atruibuir y que sin duda hubieron) que la inmensa mayoría de los políticos y gobernantes católicos de nuestro tiempo (con honrosas excepciones). Lo que quiero decir, es que un político del Sistema a efectos prácticos da igual que sea católico, ateo o lo que sea, pues va a actuar de manera anticatólica.
Si, entiendo tus argumentos, pero la cuestión es que ningún político ateo va a llevar a cabo políticas que estén de acuerdo con lo que es asumible desde el Catolicismo. Además, lo habitual en estos casos es que al "ateísmo" se le asocie el "anticlericalismo", porque no podemos olvidar que la Iglesia no sólo es el camino hacia la salvación sino, también, la voz de muchas conciencias así como una competidora directa en muchas materias.
A su vez, el caso Mussolini tampoco es paradigmático de político ateo que no perjudicase a la Iglesia. Es cierto que promovió y promulgó el Concordato dando por finalizada la cuestión de la situación del Estado Ciudad del Vaticano, pero no hay que olvidar que, por el contrario, llevó a categoría de paganismo puro y duro el culto al líder así como el ideal del Estado como supremo bien. De los catastróficos resultados qué decir, si son sobradamente conocidos.
Cierto es que hay políticos nominalmente católicos que luego hacen justo lo contrario de lo que dicen tanto la Tradición, el Dogma y la Doctrina, y ejemplos los tenemos para rellenar una cartilla. Sin embargo, la cuestión es que hoy en España y a dos semanas vista de una generales, los católicos no tenemos a quien votar. Y no se trata de dar el voto por darlo, porque estemos a favor de un sistema -que no lo estamos, pero carecemos de medios en parte por nuestra culpa para cambiarlo-, sino porque no hay ninguno que nos represente, que sea nuestra voz y que sin temor alguno se oponga a todos los chanchullos y marrullerías anti-pueblo que practican esos otros.
Es pues, una situación bochornosa y de nada sirve para consolarse el pensar que hay políticos que diciéndose católicos, no lo son más que de bautismo y comunión y confirmación cuando eran pequeñitos. "La mujer del césar no sólo ha de serlo, sino también parecerlo." Y mientras tanto, quienes en este país pueden hacer las cosas (aquellos que aunan prestigio, posición en la sociedad y medios económicos), también mirando para otra parte y silbando al cielo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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