Según el régimen electoral, el voto en blanco es interpretado como voto válido de un 'ciudadano' (cuánto odio esa palabra) que, estando conforme con el sistema, no encuentra ninguna opción que le satisfaga. De esa forma, mitigan el abstencionismo que sí deslegitima el régimen. Ahora bien, de ser cierto lo que dice Centeno (que yo aún no he podido comprobarlo porque he pasado el día fuera), también podría ser utilizado de forma torticera como torpedo bajo la línea de flotación, haciendo que algunos políticos profesionales se quedaran sin escaño. No habría mayor espectáculo que deslegitimara más un régimen que el ver la mitad de los escaños vacíos porque sus pretendientes no obtuvieron el respaldo necesario para ocupar sus sillones. Repito, de ser cierto ésto (cosa que aún no lo tengo comprobado), sería magnífico valerse de un arma como ésta que, sin buscarlo, podrían servir para dejar a algunos vividores oportunistas en la cuneta, sin escaño y sin dietas millonarias.

Aún así, quizás yo tampoco me tome la molestia de ir a votar. Sinceramente, me apesta tantísimo esta democracia liberal masónica, que hasta me duele dejar mi DNI para que apunten que he ido a votar como manso corderito a un camelo en el que no creo. Te comprendo perfectamente, estimado Alejandro Farnesio...

Un abrazo