Tema: Correspondencia del Rey Javier I

Fuente: Archivo Familia Borbón Parma, Archivo Histórico Nacional



Carta de Jaime Caldevilla al Rey Javier


Señor,

Doy gracias a Dios de que se haya ofrecido Jesús E. Casariego para ser portador del deseo, expresado a V. M., en la audiencia con que fuimos honrados el día imborrable de Navidad, en Villa Covadonga.

Se ha encendido algo así como una hoguera diabólica, cuya leña son las murmuraciones, maledicencias, calumnias y toda clase de faltas y pecados a la caridad y a la justicia. En esa hoguera van metiendo unos carlistas a otros, y, cuando no hay carlistas, se busca a sus afines.

Se peca contra el primero de nuestros Principios: Dios, pues el espíritu, auténticamente cristiano, brilla por su ausencia.

Mas, todo puede enderezarse y sacar muchos bienes de tantos males.

Este vuestro servidor, Majestad, recuerda muy bien que la recién llamada «reinstauración» coincide con los planes del Partido Comunista español: en 1963, desde La Habana, dictó a sus agentes, en España, órdenes e instrucciones para apoyar la venida de la monarquía en las personas de Don Juan o de su hijo Don Juan Carlos. Según su opinión (la del P. C.), en el caso de que estas personas rigiesen los destinos de España, el triunfo comunista tardaría, tan sólo, de un año y medio a dos.

Casariego informará a Vuestra Majestad de los acontecimientos más recientes. Mucho y bueno esperamos todos de esta entrevista.

Con las más sinceras expresiones de cariño y lealtad a V. M. y a toda la Real Familia, le ofrece sus respetos, con singulares afectos de Rosa María, mi esposa, el último de vuestros servidores.

A los RR. PP. de V. M.


Jaime Caldevilla G.-Villar [1]


A S. M. el Rey Don Francisco Javier Carlos de Borbón Parma.






[1] Jaime Caldevilla fue el Director de la revista Iglesia-Mundo, desde el primer Número de ésta en Abril de 1971 hasta su fallecimiento en Agosto de 1976.

Fuente: Archivo Familia Borbón Parma, Archivo Histórico Nacional




Carta de Rafael Gambra al Rey Javier


Rafael Gambra Ciudad

Catedrático


Señor:

Agradezco profundamente la cariñosa carta que de V. M. he recibido con ocasión de mi pequeño libro “El Silencio de Dios”.

Sabe V. M. con cuan entusiasta adicción nos reunimos en torno a Vuestra Persona, en estos momentos amargos y difíciles para la Causa, cuantos nos hemos honrado con el nombre de carlistas y luchamos bajo Vuestras banderas en la Cruzada de Liberación.

Esperamos que la Providencia de Dios saque un bien de esto que hoy nos parece un mal. He sabido que un amplio y relevante número de carlistas –ausentes unos y presentes otros en la política activa del carlismo en los últimos años– ha redactado una representación ante V. M. en la que suplican que la nueva orientación que el Carlismo ha de imprimir ahora a su política retorne a los cauces rectos por los que siempre discurrió, tan lejanos del servilismo a Regímenes ajenos a su disciplina como de actitudes demócratas y demagógicas que significarían su propia negación.

Cabe esperar de tal impulso de fe y de esperanza –si se ve atendido como cabe presumir– la reunión bajo una sola y poderosa autoridad de toda aquella gran reserva de la Patria que nunca debió escindirse ni desanimarse.

Cuente, Señor, con la gratitud y fervorosa adhesión de vuestro siempre leal

Rafael Gambra

11-I-1969