
Iniciado por
DOBLE AGUILA
Pues resulta, que el tinglado circense del autodenominado "mundillo patriota" o "social-patriota" o "nacional-patriota" o como vaya usted a saber cuantas denominaciones absurdas sean, con estética de guardarropía de ópera bufa asociada; no es más que una mamarrachada (a la que yo pertenecí, hay que decirlo, en mis adolescencia allá por los 90), que para lo único que sirve es para confundir, si cabe aún más, con vagas pinceladas de ideologías erróneas y EXTRANJERAS, las atribuladas meninges de algunos buenos críos, que lógicamente no entienden el asqueroso mundo político que les ha tocado vivir en su país.
Alguna vez he pensado, que al Sistema le interesa bastante "entretener" a los buenos jóvenes con esas falsas doctrinas, y mantenerlos dentro de micro-partidos, o de grupúsculos marginales regidos por sinvergüenzas a veces delincuentes; para que así no descubran la verdadera y gloriosa historia de España, con su pasado político-filosófico católico. Eso al Sistema no le interesa para nada; el que los españoles se den cuenta de su verdadera esencia y descubran a Donoso Cortés, a Vázquez de Mella o a los pensadores del XVII, sin menoscabo de que también conozcan a los actuales (Ayuso, de Prada, Fernández Espinosa) o a Castellani, que es un argentino del Imperio como la copa de un pino. Eso puede ser BASTANTE PELIGROSO, si pasa de un determinado porcentaje de personas .
He ahí a los auténticos "filósofos negros", los verdaderos "antisistema", los genios "malditos". En realidad nos temen y nos odian porque a pesar de nuestro número saben que a un auténtico católico tradicional, es casi imposible engañarlo o desviarlo a pesar de nuestra común naturaleza imperfecta; saben que no nos tragamos ni una, que no hay repajolera forma de "llevarnos al huerto" con argumentos. Dos mil años de tradición filosófica nos alumbran, la Palabra del Padre nos sostiene; ellos sólo se apoyan en tristes doctrinas románticas, elaboradas por oscuros espantajos intelectuales de los siglos XIX y XX, que daban salida a sus terrores psicológicos (como cobardes que eran), proyectando sus impotencias personales a la política; ya fuere idolatrando al Estado-Leviathán, o idolatrando al mercado, o a la falsa "libertad" que no es sino torpe voluntarismo, o a la "comuna", al mono de Darwin, al "superhombre", o a la falsa pureza racial. Pobres deshechos atormentados.
Castellani los llamó "alacranes de la filosofía", yo los llamo CARNE DE HOGUERA.
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