Cuidado, la Biblia nunca ha estado censurada por la Iglesia, son cuentos protestantes, o al menos hay que matizar. Los católicos siempre hemos tenido la Biblia, y antes aún que los protestantes. Lo que pasa es que hasta hace poco tiempo la Iglesia siempre se ha preocupado de explicar bien las Escrituras para evitar que personas mal informadas cayeran en los errores protestantes. Pero nunca prohibió leer la Biblia. Otra cosa es que prohibieran algunas versiones mal traducidas o tergivesadas que pudieran conducir a errores. Las Escrituras siempre se enseñaron y no sólo en la catequesis, sino también en los retablos y el arte religioso (tanto la historia como la doctrina, mediante alegorías, que explicaban los sacerdotes y que se transmitían de padres a hijos; aun siendo analfabeto, el pueblo sabía mucha más teología que hoy), y no digamos en los autos sacramentales. En este género exclusivamente español, se transmitía al pueblo una profundidad increíble de doctrina, en lenguaje sencillo pero en bellos versos y con gran aparato de efectos escénicos. Así, no era raro que personas sencillas del vulgo estuvieran tan bien formadas que desbarataran en su rudo lenguaje los sofismas de quienes argumentaban contra la Inmaculada Concepción de María. E incluso la literatura no religiosa de nuestros Siglos de Oro rebosa de citas y alusiones bíblicas. La Biblia no se ocultaba ni censuraba; simplemente había vigilancia y cuidado del rebaño; nada más.
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