Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 11 de 11
Honores11Víctor
  • 2 Mensaje de Martin Ant
  • 1 Mensaje de Kontrapoder
  • 3 Mensaje de ALACRAN
  • 3 Mensaje de DOBLE AGUILA
  • 2 Mensaje de ALACRAN

Tema: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

  1. #1
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    El pasado 20 de Diciembre se cumplió un aniversario más del asesinato del almirante Carrero Blanco.

    Aunque ciertamente Luis Carrero Blanco adoleció de muy importantes defectos políticos (véase para más información el capítulo, entre otros, titulado “Don Luis Carrero Blanco, todo un caballero, gran patriota, incurrió en un importante error político. Fue incondicional de Franco, lo que le llevó a sufrir graves equivocaciones”, perteneciente al libro “Franquista equivocado, anticarlista censurable: Don Laureano López Rodó”, del gran historiador Francisco Tomás Urrestarazu Echeverría, más conocido por su pseudónimo Tomás Echeverría), sin embargo creo que se le puede atribuir con justicia la condición de último Presidente de Gobierno genuinamente católico a nivel personal habido en territorio peninsular.

    Así, bajo las iniciales M.S.C. (que, con total seguridad, corresponden a las del gran publicista Manuel de Santa Cruz), se escribió lo siguiente en la página 10 del número 524, de 12 de Enero de 1974, de la revista ¿Qué Pasa?, es decir, poco después de su asesinato:


    El asesinato del almirante Carrero Blanco pasará a la Historia. Y en ella incrustará, indeleble, inseparablemente unida a su descripción, una noticia singular: Cerca ya del siglo XXI, España tenía un Primer Ministro que creía en Jesucristo, que le amaba y que cada mañana le recibía en la sagrada comunión antes de incorporarse a sus tareas de estadista. Insólito. Inaudito. Verdaderamente, España es diferente, también, sin duda, a los ojos de Dios.



    Reproducimos a continuación el artículo que, con motivo de su asesinato, fue publicado en el diario “El Heraldo de Méjico” por el conocido publicista católico tradicionalista novohispano Federico Müggenburg. El texto del artículo que copiamos a continuación es el que apareció en la revista Iglesia-Mundo, Nº 67, de 15 de Febrero de 1974, páginas 6 y 7.


    -------------------------------------------------------------




    HA CAIDO UN CRUZADO

    Artículo publicado en el «Heraldo de Méjico», por FEDERICO MUGENBURG


    EN LA MUERTE DEL ALMIRANTE D. LUIS CARRERO BLANCO


    En el «Heraldo de Méjico» (21-XII-73, Méjico D. F.), el joven profesor y literato FEDERICO MUGENBURG, escribió el artículo que insertamos a continuación.
    * * *


    La liberalización del régimen español propugnada por los grupos «demócrata-cristianos» y «tecnócrata-cristianos», fue llevada en escala ascendente desde 1957 hasta culminar en 1973 con el último cambio de gobierno. Ciertamente existió un pequeño paréntesis durante el «estado de excepción» decretado en enero de 1969 cuando estalló en Madrid la consecuencia del mayo francés del 68.

    Es muy probable que esta liberalización ha llegado a su fin, cuando los frutos de la misma se recogen en el magnicidio perpetrado el día de ayer, cuando una bomba antitanque estalló haciendo volar el coche del Primer Ministro español, Almirante Luis Carrero Blanco, segundos después que éste salía de la Santa Misa en la Iglesia de los padres Jesuitas de la calle de Serrano.

    Según el señor Albert Meltzer, vocero «londinense» del grupo anarquista «cruz negra», se trata del anunciado «ataque de la clase obrera contra un conquistador invasor». La estolidez que esta frase revela, es sólo comparable con el odio que viven los enemigos de todo aquello que hasta su muerte simbolizó el Almirante Carrero Blanco.

    El crimen coincidió en perfecto cálculo, a las nueve cuarenta y cinco de la mañana, con el juicio del proceso 1.001, realizado para hacer justicia por las acciones subversivas y criminales de los agitadores comunistas parapetados tras el membrete de «comisiones obreras», que actúan eficazmente auxiliados por el clero marxista de España y del exterior.

    El Almirante Carrero Blanco, junto con el General Muñoz Grandes, también ya fallecido, fueron los soportes más importantes del Generalísimo Franco, y defensores de la línea ideológica de los años de la guerra.

    El Primer Ministro Carrero pasa hoy a la historia como un prototipo de Caballero Cristiano, reuniendo las características fundamentales que hacen de un hombre contemporáneo, digno sucesor de los forjadores y de los defensores de la cristiandad hispánica. Resplandecen con su muerte trágica las virtudes de fe, religiosidad y lealtad, que llevó como señal desde el bautismo y con hechos desde su incorporación a la Cruzada de 1936.

    Su discreción y gravedad lo señalan como una estampa viva del caballero integral y austero, defensor del patrimonio cultural cristiano y repulsor de la subversión revolucionaria mundial bajo cualquiera de sus manifestaciones, sea liberalismo, marxismo, progresismo o hedonismo. Con humildad soportó una calumniosa y sutil campaña al principio de los años sesenta. [*] Franco. Siempre le fue rechazada y se mantuvo con lealtad en el puesto. Su religiosidad y su concepción providente de los grandes acontecimientos históricos lo llevaron a expresar sus convicciones escribiendo «La Victoria del Cristo de Lepanto», obra con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1947.

    Conocedor profundo de los movimientos ideológicos revolucionarios y constatador de las consecuencias nefastas que han desquiciado al mundo, expresó, con gran claridad, que: «El liberalismo puede servir al progreso de otras naciones, pero para España es el más destructivo de los sistemas». «El liberalismo con su tara congénita, el ateísmo, coloca las libertades del individuo por encima del bien común de la colectividad nacional». «La masonería y el comunismo siguen siendo los enemigos mortales de España». «La subversión por medio de la corrupción de costumbres, el erotismo, la pornografía, los espectáculos decadentes y la literatura inmoral corroen y destruyen la sociedad».

    El almirante Carrero Blanco supo mantener con energía y fortaleza la imagen del hombre leal, fiel y discreto, a pesar del inconcebible desmontaje del Espíritu de la Cruzada, realizado por los liberalizadores y acomodaticios, entre los que hay muchos envidiosos y revanchistas que pretendiendo satisfacer innobles apetencias de poder político están dispuestos a sumir a España en un mar de sangre como en 1936.

    Pero, para esos y para los actuales claudicantes desvergonzados, emerge hoy con el sacrificio de su vida, la figura de un Caballero que deja el testimonio de una vida consagrada a preservar la Tradición Hispano Católica, haciendo resaltar las virtudes de religión y de lealtad a quien representó, al menos en una forma rotundamente clara hasta 1957, la causa de los héroes y mártires que murieron por Dios y por la Patria.



    [*] En el texto de la revista Iglesia-Mundo falta en el artículo una línea de unas 3 ó 4 palabras. Por el contexto, se podría deducir que la frase que falta vendría a decir algo así como: “(…) de los años sesenta. Presentó su dimisión a Franco. Siempre le fue rechazada (…)
    ReynoDeGranada y Pious dieron el Víctor.

  2. #2
    Avatar de Kontrapoder
    Kontrapoder está desconectado Miembro graduado
    Fecha de ingreso
    29 mar, 05
    Mensajes
    3,142
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    No estoy de acuerdo con esta idea que se ha impuesto en los últimos tiempos de que el Almirante Carrero Blanco era un valladar frente a los planes de liberalizar el Régimen de Franco. Tampoco comulgo con esa corriente que presenta a Carrero como un ardiente defensor de la independencia de España, especialmente frente a los Estados Unidos.

    Para contrastar, traigo dos artículos, el primero del nada sospechoso de antifranquismo Jesús Palacios:

    Con Carrero también se habría establecido la democracia..


    Por Jesús Palacios. La Razón. 19 diciembre de 2.005


    Se ha venido repitiendo, como un estereotipo, que el asesinato del almirante Carrero Blanco dejó desarbolado al régimen franquista, imposibilitando la continuidad del mismo tras la muerte del Caudillo y, que por lo tanto, fue un magnicidio «oportuno». Con ello, además de otorgar a ETA un papel relevante en el retorno democrático y de las libertades políticas, lo que es una aberración, se pretendería -casi- justificar aquel crimen por sus fines buenos. El terrorismo etarra no ha buscado jamás el establecimiento de libertad algún; ni en el País Vasco, principalmente, ni en el resto de España, a pesar de que, por algunos años, responsables de partidos políticos democráticos jalearan y aplaudieran sus crímenes, porque supuestamente se perpetraban por la «conquista de las libertades y el fin de la dictadura franquista». ETA no quedo ni quiere la democracia, sino golpear en la clase política, en las instituciones y en la sociedad española como ha seguido haciéndolo desde hace casi cuarenta años. El balance de mil muertes constata tal obviedad. y lo podrida que está la ideología que sustenta el terror y sus fines nazionalistas.

    Con el asesinato de Carrero no se abrió el camino hacia el sistema democrático. Ésta es otra falacia más. En vida de Carrero el hombre del régimen era la democracia. No había otra vía. y Franco se dio cuenta de este hecho años antes de morir. En 1971 el presidente Nixon envió al general Vemon Walters a Madrid para que Franco le expusiera lo que ocurriría en España tras su muerte. El dictador le habló de su propio deceso y tranquilizó a su interlocutor garantizándole que no ocurriría nada grave. España iría hacia un sistema democrático semejante al de los países occidentales, porque conceptualmente la ancha clase media española ya estaba instalada en ella. Y aquel propósito sería imparable. En los años sesenta y setenta Franco optó por la desideologización de su régimen en beneficio del desarrollismo económico. La puerta de entrada de la democracia. Tal y como ocurrirá en unos años en China. Por eso carece de base alguna la seductora especulación de que detrás de la voladura de Carrero estaba la mano de la CIA.

    Carrero no fue un dogmático aunque así lo pareciera. De su simbiosis con Franco aprendió a desarrollar la praxis del ejercicio político. En cada etapa y en cada momento. Desde las alabanzas a la concepción totalitaria del Estado, la propuesta para que Franco se coronase rey y fundara dinastía, y la verificación del tránsito de la dictadura más absoluta al de monarquía representativa de los años cuarenta, a dar protagonismo a los grupos reformistas en las décadas siguientes, que, a la postre, son quienes conducirían el régimen autoritario hacia la democracia. Pero el almirante no fue la clave del sistema franquista. Eso sólo lo fue Franco. Y con Carrero, muerto Franco y coronado Juan Carlos, también se habría ido hacia la democracia. Precisamente él fue una de las personas que más ayudó al príncipe Juan Carlos para que fuese designado sucesor de Franco en la Jefatura del Estado, por lo que esa misma lealtad depositada en el Caudillo se habría trasvasado a la figura de Don Juan Carlos, como así hizo tras la designación de julio de 1969 y hubiera mantenido de no haber muerto una vez proclamado Rey.

    Carrero no hubiera sido nunca un obstáculo para el impulso reformista del monarca. Y si en algún instante hubiera surgido la colisión, se habría retirado sin crear problemas. Pero la cuestión más interesante es si con Carrero vivo la transición política habría tenido la extensión que alcanzó con Suárez. Lo más razonable es pensar que un gabinete dirigido por Carrero Blanco y Fernández Miranda jamás hubiera alcanzado las cotas del desarrollo constitucional del 78, especialmente en su artículo segundo y en el título octavo. Es probable que el tránsito hacia la democracia no se hubiera hecho con el grado de improvisación con que Suárez lo condujo. Se habrían legalizado los partidos, incluso el Comunista, aunque no inicialmente, sino en una fase más prudente, puesto que era un compromiso del Rey, pero sin el engaño que se le hizo al Ejército (leal en todo momento con el proceso democrático); se habrían restituido los fueros y el concierto Vasco y la Generalidad con una representación muy parecida a la del Estatuto del 31. Pero es más que probable que la Ley Electoral fuera otra y con casi toda seguridad la España actual no sería la de las Autonomías.

    FUENTE: Con Carrero también se habría establecido la democracia.

    Este otro artículo es una reseña de las memorias del General Fernández-Monzón:

    'No olvidaremos jamás a Carrero Blanco; de nuestra boca no saldrá una crítica contra el almirante'


    • La rotunda frase es... de Felipe González
    • Su agradecimiento al papel jugado en favor del PSOE frente al histórico de los exiliados
    • Lo cuenta en un libro el militar a quien FG hizo la confesión

    Carrero Blanco (izda.) y Felipe González.
    Actualizado: 28/09/2014 09:36 horas

    La clave estaría en el suegro. El padre de Carmen Romero, la ex esposa de Felipe González. El buen hombre, Vicente Romero, comandante médico del Ejército del Aire, fue también concejal del Ayuntamiento de Sevilla cuando el endocrinólogo y médico personal de Carrero Blanco (Juan Fernández) era alcalde en la capital hispalense...

    Y por eso, en el libro El sueño de la Transición, que son las memorias del general Manuel Fernández-Monzón -trabajó de enlace con los servicios de inteligencia de la CIA en España- hay un capítulo con título rotundo: El almirante eligió a Felipe González: de Toulouse a Suresnes.

    Y por eso también la frase con la que se titula este texto. Se la dijo González a Fernández-Monzón: «No se preocupen ustedes, que no olvidaremos nunca a Carrero Blanco. Soy perfectamente consciente de ello» [que Carrero intermedió para que el marido de Carmen Romero fuera el futuro líder del PSOE en detrimento del PSOE histórico de Llopis].

    Las memorias del general Fernández-Monzón quieren ser un homenaje a «los militares y los servicios de inteligencia que la hicieron posible» [la Transición], y con los que él trabajó desde el servicio de inteligencia de la Presidencia del Gobierno. A las órdenes del almirante Carrero, según Monzón, y mediante el diálogo con los opositores, consiguieron que aceptaran la reforma los partidarios de la ruptura o del inmovilismo, mayoritarios. Diálogos como el que sigue explican cómo hasta Carrero aceptó que no todo, en contra de lo que decía Franco, estaba «atado y bien atado».

    -Están ustedes enredando mucho con todo esto de la democracia y de los partidos.
    -Desengáñese, almirante, que no hay más democracia conocida en el mundo que la democracia liberal de partidos. Esto así no se le puede dar al rey.

    Tanto como había sido valiente la actitud de mi compañero -relata Monzón-, fue simbólica la del almirante, al arrojarle a la cabeza el ejemplar de las Leyes Fundamentales que tenía para su uso personal, gritando:

    -¡Eso no lo pone aquí!

    «Salimos corriendo y el libro pegó en el quicio de la puerta. El día que murió Carrero cogí aquel libro descuadernado y me lo llevé como recuerdo. El almirante reaccionaba con violencia, pero comprendió que había que ir a un sistema de partidos». Quizá no haya mejor símbolo de cómo se impulsó, desde dentro de las instituciones franquistas y por alguno de sus principales responsables, aunque a regañadientes, el diseño de la Transición.

    Para redactar estas memorias el historiador Santiago Mata ha cotejado los recuerdos del octogenario militar con la documentación que conserva. Lo que sigue es el relato sobre la influencia de Carrero en la elección de González al frente del PSOE. El capítulo De Toulouse a Suresnes: Carrero «eligió» a F. González:

    «En el comité nacional del PSOE reunido en Bayona en el verano de 1969 comenzó la amistad de Nicolás Redondo y Enrique Múgica con Felipe González y la colaboración entre vascos y andaluces del PSOE. En el congreso de agosto de 1970 en Toulouse, González defendería la renovación basada en los socialistas del interior, ganando la votación. El congreso de 1972, también en Toulouse, registró ya el enfrentamiento con Rodolfo Llopis -representante de los 'históricos', herederos del PSOE de la República-, adoptándose las resoluciones renovadoras, aunque la dirección quedara en manos de un colectivo donde Nicolás Redondo era primus inter pares. Entre estos dos congresos tiene lugar la intervención de Carrero a favor de González.

    El apoyo extranjero del PSOE, y por tanto de Felipe, dependía entonces de Willy Brandt, quien ya en 1974 sería acusado de ser agente de la CIA precisamente por un exagente, llamado Víctor Marchetti, en un libro que tituló La CIA y el culto de la inteligencia.

    Brandt actuaba como presidente de la Internacional Socialista, y el PSOE sería también apoyado por Gustav Heinemann, uno de los fundadores de la CDU democristiana que se pasó al SPD, socialdemócrata, fue ministro de Justicia y desde 1969 a 1974 presidente de la República Federal de Alemania.

    Felipe González sabía muy bien que cuando se planteó la dicotomía entre el PSOE histórico de Llopis, en el exilio, y el PSOE renovado, Carrero fue definitivo al decirle a Heinemann que por favor rogara a Willy Brandt que aceptara como partido socialista (español en la Internacional) al renovado. Esto es tan cierto que, cuando yo se lo recordé a Felipe González el primer día que hablé con él, en un restaurante de la calle Santa Engracia, me dijo: 'No se preocupen ustedes, que no olvidaremos nunca a Carrero Blanco. Soy perfectamente consciente de ello, de nuestra boca no saldrá jamás una crítica contra el almirante'.

    Y lo han cumplido, curiosamente, entre tanta barbarie de 'memoria histórica'. Ha sido como si se respetara esa consigna. El contacto de Carrero con Gustav Heinemann se debía a que habían sido ministros de la Presidencia al mismo tiempo, y cuando Carrero le insinuó que había que favorecer a los de dentro, los del sector renovado en el caso del PSOE, Heinemann se lo comentó a Brandt. A mí esto me lo dijo el propio Carrero. Y Felipe González estaba al cabo de la calle, no sé si porque a él se lo diría Willy Brandt.

    La protección siguió después del asesinato de Carrero. El asunto de Isidoro -nombre 'de guerra' de González- es uno de los más divertidos. Casi un año después de la muerte de Carrero, pudo viajar a Suresnes porque, a la ida, nadie le pidió el pasaporte, que tenía requisado, y a la vuelta sólo fue retenido unas horas. Y cuando al regreso de Suresnes lo detienen en Sevilla, el gobernador civil, Hermenegildo Altozano, recibe la orden tajante de la Presidencia del Gobierno de ponerlo en libertad inmediatamente. El policía sevillano, que estaba encantado de haber detenido al secretario general del PSOE clandestino, asombrado, lo liberó, sin entender bien lo que estaba pasando. ¿Lo explicaría que su entonces novia, Carmen Romero, era hija de Vicente Romero, coronel médico del Ejército del Aire y concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, siendo alcalde el médico personal de Carrero, Juan Fernández Rodríguez García del Busto?

    González llegó al poder en el congreso de Suresnes (11 al 13 de octubre de 1974). Por cierto, en nada mostraba su adhesión a los principios de una Transición reformista: de él saldría una resolución abogando por la ruptura democrática y otra por el derecho a la autodeterminación de las 'nacionalidades y regiones' que configuran el Estado español. Las contradicciones de Felipe y del PSOE en Suresnes permanecen hasta hoy».

    La izquierda, después de que Carrero le hizo al PSOE el enorme servicio de reconocer al sector de Felipe González, que provocó su agradecimiento in aeternum, se encontró de golpe con la mayor unidad de la historia, y, enfrente, nada, porque no se podía reconstruir la CEDA. González es el que mejor lo entendió, en beneficio de su partido, del país y suyo como líder. No le avergonzó que quien le proporcionara la legalidad y el liderazgo socialista fuera Carrero.

    En la calle, el enfrentamiento del PSOE contra la UCD parecía una lucha agria. Pero una cosa son las palabras y otra los hechos de fondo. González sabía que desde 1972, cuando entró en la Comisión Ejecutiva del PSOE, hasta 1974, cuando se le nombró secretario general, estaba siendo apoyado. Por eso al presentármelo en 1974 Enrique Múgica, me dijo esa frase ya anotada y que estoy dispuesto a escribir mil veces: «Usted verá que jamás saldrá de labios de un socialista una palabra contra el almirante Carrero Blanco...».

    Carrero no eligió a Felipe, pero ayudó, a través del ministro de Justicia y presidente alemán, Gustav Heinemann, para que Willy Brandt, presidente de la Internacional Socialista, diera al sector renovado del PSOE la patente socialista. Después fue cosa de los socialistas del interior elegir a Felipe.

    FUENTE: 'No olvidaremos jamás a Carrero Blanco; de nuestra boca no saldrá una crítica contra el almirante' | Crónica | EL MUNDO
    Última edición por Kontrapoder; 29/12/2015 a las 20:54
    Chanza dio el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  3. #3
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    5,163
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)


    Especulaciones sobre lo que hubiese ocurrido de no acabar ETA con la vida de Carrero.

    Mucho se ha especulado con lo que hubiera sucedido si, a la muerte de Franco, su sucesor, Don Juan Carlos, hubiese estado como jefe del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, ya que fue nombrado para tal cargo por un período de cinco años de acuerdo con la Ley.

    Las opiniones son muy variadas y van dirigidas en todos los sentidos.Así, para José María de Areilza, Carrero Blanco representaba la continuidad del sistema hacia el futuro. Era el supremo custodio del tesoro doctrinal del régimen.

    Según José Antonio Girón,
    “nadie puede decir cuál hubiera sido la línea de Carrero Blanco. Yo puedo sostener que no se hubiera apartado un ápice de las líneas fundamentales del Movimiento Nacional. Ahora bien, ETA había dado un tiro de gracia al régimen”.
    José Utrera Molina, en su magnífico libro “Sin cambiar de bandera”, manifiesta que la crisis que se produjo tras el asesinato del almirante, tuvo unas graves repercusiones. Franco acusó sensiblemente aquel golpe, quedando profundamente afectado, no solamente por la estimación personal que le tenía, sino por la ruptura de la continuidad que tal pérdida representaba. Añade Utrera Molina:
    “Sin embargo, hay algo que debo anotar y que de hecho altera de forma sustancial otras hipótesis sobre la continuidad del régimen. Cuando escuché de labios de la duquesa de Franco esta referencia que Carrero, al parecer arrepentido, le dio, me quedé consternado. Meses después de su toma de posesión, el almirante tuvo una audiencia con el entonces Príncipe de España, quien le pidió que si se producía el fallecimiento de Franco, esperaba de su lealtad la presentación de su renuncia. Carrero accedió. Lo que Franco consideró atado y bien atado, de hecho quedó roto.”
    José Utrera Molina confesaba que “en definitiva, el «disparo» contra Carrero Blanco fue un disparo sobre la línea de flotación del régimen y el régimen se debilitó sensiblemente.”

    Los hijos de Torcuato Fernández-Miranda, Pilar y Alfonso, escriben al respecto, que no era aventurado que Carrero, al final, no sería un obstáculo y que acabaría primando su sentido de la disciplina y su profundo respeto a la Corona.

    El insigne intelectual, diplomático y fiel ministro de Obras Públicas de Carrero, Gonzalo Fernández de la Mora y Mon, manifestó:
    “La grandeza de Carrero consistía en ser una prolongación más joven de Franco. Por eso, nadie mejor que él para realizar lo que, en más de una ocasión, se ha llamado el franquismo sin Franco".
    Laureano López Rodó, al que Carrero Blanco le nombró secretario general técnico de la Subsecretaría de la Presidencia del Gobierno en 1956, en su libro de Memorias, escribe:
    “En seguida me di cuenta que la muerte de Carrero ponía fin al régimen de Franco. Es un golpe duro, muy duro, para el devenir del régimen.”
    En el libro “La Reina”, de Pilar Urbano, en la conversación que sostiene con Doña Sofía, ésta le dice:
    “Carrero quería seguir con el régimen franquista, y sin democracia. ¿Qué hubiera ocurrido, de no haber sido asesinado? No lo sabemos. Ni lo sabremos nunca. Claro que... la gente cambia, la gente evoluciona. Decir lo que yo he dicho de que quizá no hubiésemos llegado a reinar, es lo que de verdad pienso, pero es una especulación. Y yo no tengo derecho a juzgar y condenar a Carrero por lo que él no tuvo tiempo de hacer. Ahora bien, su línea de pensamiento político era ésa: una monarquía instaurada, de nuevo cuño, que tomase su legitimidad y su naturaleza del 18 de Julio de 1936, del Movimiento. Y eso ya ¡ni siquiera lo pensaba Franco! Franco, por ejemplo, había aceptado a los ministros «tecnócratas», que no eran falangistas ni nada de eso: López Bravo, López Rodó, López de Letona... y a Torcuato Fernández-Miranda, que sí era falangista, pero evolucionó y se puso camisa blanca”.
    [N. del A.] Con todo el debido respeto, parece que la Reina Doña Sofía, olvida, le guste o no le guste, que cuando hizo estas declaraciones en el año 1996, la monarquía de Don Juan Carlos I es, precisamente, una Monarquía instaurada cuya legitimidad arranca del 18 de Julio de 1936.

    Según Juan Luis Cebrián, “desde todos los puntos de vista, el almirante era entonces la pieza maestra del franquismo, y resultaba incluso, en muchos aspectos, más importante que el propio dictador”.
    A los 32 años del asesinato de Carrero Blanco.
    Última edición por ALACRAN; 29/12/2015 a las 21:35
    DOBLE AGUILA, raolbo y Pious dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  4. #4
    DOBLE AGUILA está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    03 jun, 14
    Mensajes
    1,494
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Una cosa está clara, o bien hubiera dimitido por las reformas que quería implantar Juan Alfonso, o por el contrario se hubiera reafirmado en la negativa a la legalización de partidos políticos hasta sus últimas consecuencias.

    Desde luego, no hubiera "tutelado" ningún proceso de "democratización liberal" como hizo Torcuato y hasta cierto punto Arias. Le gustaban menos los partidos que a Jose Antonio Girón; de hecho, los DESPRECIABA con todas sus fuerzas. Más allá de que pudiera llevarse razonablemente bien con los estadounidenses, veía en el Sistema Parlamentario de partidos un "invento masónico" (y la masonería era la más odiada de las fuerzas para él). Ésto lo sabían bien los americanos, y, según me dijo a mi personalmente su nieto Julio Carrero, su familia siempre ha sostenido que por esa circunstancia EEUU al menos "consintió" el atentado, del que es seguro tenían plena constancia que iba a cometerse.

    Para mí Carrero es el ejemplo claro de que, dentro del Régimen, no sólo eran falangistas o carlistas los que estaban radicalmente en contra de la implantación de la Democracia Liberal; a mi juicio TODO verdadero católico y patriota, que supiera de principios políticos e historia, lo estaba.
    Última edición por DOBLE AGUILA; 30/12/2015 a las 03:40
    ALACRAN, raolbo y Pious dieron el Víctor.

  5. #5
    DOBLE AGUILA está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    03 jun, 14
    Mensajes
    1,494
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Y eso que dice don Jesús Palacios, de que con él se hubiera restablecido la Generalidad y el "concierto Vasco" con una representación parecida a la del 31........con todos mis respetos al periodista, es que ni por asomo.

  6. #6
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Kontrapoder. Ya conocía la literatura de Jesús Palacios (es un historiador que ha tenido y tiene las puertas abiertas de la Fundación Francisco Franco para investigar en sus archivos, y poseo varios de sus libros que han sido fruto de dichas investigaciones), así como el libro de memorias del General Monzón (que también poseo). Por desgracia, no he tenido tiempo de poder leer ni éste ni los otros (ni creo que pueda leerlos a corto plazo ).

    La figura del almirante Carrero Blanco es, ciertamente, muy peculiar. Y las circunstancias de su asesinato han dado pábulo a varias hipótesis y teorías para todos los gustos. Por ejemplo, sin ir más lejos, me encuentro con esto en una biografía de Mauricio de Sivatte:


    El 20 de noviembre [sic] de 1973 es asesinado el almirante Luis Carrero Blanco. Felipe Vives Suriá nos comentó que el 3 de enero de 1974, en un viaje que éste realizó con Sivatte a Pamplona, le comentó que acababa de visitar en Madrid a la viuda del Almirante. La viuda le comentó a Sivatte que el asesinato de su marido había sido «un crimen de palacio». Sivatte estaba convencido que, si no directamente, Franco había dejado que se cometiera aquel asesinato y, por lo tanto, sabía sobre él y el resultado del mismo. Otras fuentes consultadas por Felipe Vives y Sivatte les aseguraron que, en aquellos días, sólo la CIA tenía la infraestructura suficiente para poderlo realizar. Sivatte, según Vives, sintió la obligación moral de visitar a aquella viuda, aunque políticamente su marido no hubiera estado nunca en la misma línea de actuación que él. Para Sivatte era un deber y, por eso, visitaba a personalidades políticas situadas muy lejos de su pensamiento político.

    Fuente: D. Mauricio de Sivatte. Una biografía política (1901 – 1980), César Alcalá, Cuadernos Carlistas, páginas 184 – 185.



    ¿Qué pensar de Carrero Blanco, pues?

    Manuel de Santa Cruz lo consideraba como un elemento de oposición a las políticas demoliberalizadoras de los gobiernos de Franco (políticas potenciadas, sobre todo, a partir del Gobierno del ´57), y ponía como ejemplo paradigmático su personal oposición al proyecto de Ley de Libertad Religiosa del ´67, destructora de la unidad católica española (sobre esto, si Dios quiere, ampliaré en otro hilo en una interesantísima discusión que M. de Santa Cruz tuvo con Ignacio de Orbe Tuero).

    También podemos aducir como ejemplos de oposición personal (y recalco lo de personal, para que se me entienda el tipo de oposición que pudo haber estado haciendo Carrero Blanco), muchos de los informes que elevaba a Franco sobre la cada vez peor situación político-social (algunos de los cuales se recogen en los Apéndices de La larga marcha hacia la Monarquía). O los informes del mismo tipo que Blas Piñar le enviaba sólo a él, en tanto que única persona en la que podía confiar dentro del podrido aparato político oficial del régimen franquista.

    Yo creo que la clave para entender esa aparente contradicción entre un Carrero Blanco que trata, por un lado, de denunciar y oponerse al desmoronamiento demoliberalizador, y, por otro lado, el hecho de que toda esa oposición, a la hora de la verdad y a efectos prácticos, quede en nada, está precisamente en su lealtad a Franco es decir, en su lealtad al primario y principal promotor de la susodicha debacle.

    Es esa contradicción que late en el alma del almirante entre, por un lado, el desastre político-social que sus ojos pueden percibir y, por el otro, una mal entendida lealtad hacia aquél que precisamente promueve desde el poder dicho desastre. Es ahí donde creo yo que radica la tragedia (porque no se puede si no calificar de tragedia) personal latente en la figura de Carrero Blanco.

    Carrero Blanco no entendía de esa lealtad verdadera a la que en un discurso hizo referencia Don José Miguel Gambra.


    Manuel de Santa Cruz cuenta que, en una reunión de altos mandos del Ejército, el Coronel Sanz de Diego, que en la guerra había sido comandante del Tercio del Alcázar, hizo algunas críticas al régimen anterior y fue interpelado en voz alta por el General Medrano, un pelota oficial, que le dijo: «No nos cabe duda de que es usted incondicional del Caudillo ¿verdad, Coronel?», a lo cual, tras un ominoso silencio, Sanz de Diego contestó: «No lo crea, mi general, yo no soy incondicional más que de Nuestro Señor Jesucristo». A ejemplo de ese carlista admirable, que de esa manera se la jugó en unos momentos en que la devoción a Franco estaba en su cúspide, debemos no reconocer más lealtad incondicional que la que a Dios debemos.



    Por eso, aunque parezca contradictorio, de Carrero Blanco se puede predicar tanto su oposición a los efectos del proceso demoliberalizador, como su casi segura eventual falta de oposición hacia un Juan Carlos que, tras la muerte de Franco, simplemente se limitó a llevar ese mismo proceso demoliberalizador hasta sus últimas consecuencias. Futurible falta de oposición esta última que habría venido dada a consecuencia de su lealtad (lealtad, repito, mal entendida y deplorable para cualquier católico) hacia precisamente la causa promotora originaria del proceso demoliberalizador, esto es, Franco.
    Última edición por Martin Ant; 30/12/2015 a las 15:00

  7. #7
    DOBLE AGUILA está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    03 jun, 14
    Mensajes
    1,494
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Con esa cita que pones Martín, diciendo que Carrero "NO ENTENDÍA de esa Lealtad Verdadera" (hacia Jesucristo) que proclamó el coronel Sanz de Diego ante el general Medrano, supongo que quieres decir que Carrero era más leal a Franco que al propio Dios ¿Verdad?. Me pregunto, quién te ha otorgado tal poder para conocer esas interioridades en la persona de Carrero, y sobre todo, quién eres tú para juzgarle DE TAL MANERA en materia de tan delicada naturaleza.

    "No juzguéis y no seréis juzgados" Mateo (7,1)

  8. #8
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Una persona puede equivocarse de buena fe. Y precisamente todos los textos que he traído en este hilo creo que favorecen o tienden precisamente a salvar esa buena fe en favor de la actuación (es decir, subjetivamente bien intencionada pero objetivamente errónea en cuestiones de lealtad hacia la persona equivocada) del almirante Carrero Blanco.

    Yo creo que esto había quedado bien claro, pero por si acaso lo vuelvo a repetir: basándome en los hechos, yo no creo que Carrero Blanco actuara de mala fe en su equivocada lealtad personal hacia Franco.
    Última edición por Martin Ant; 30/12/2015 a las 19:40

  9. #9
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    5,163
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Cita Iniciado por Martin Ant Ver mensaje
    Una persona puede equivocarse de buena fe. Y precisamente todos los textos que he traído en este hilo creo que favorecen o tienden precisamente a salvar esa buena fe en favor de la actuación (es decir, subjetivamente bien intencionada pero objetivamente errónea en cuestiones de lealtad hacia la persona equivocada) del almirante Carrero Blanco.

    Yo creo que esto había quedado bien claro, pero por si acaso lo vuelvo a repetir: basándome en los hechos, yo no creo que Carrero Blanco actuara de mala fe en su equivocada lealtad personal hacia Franco.
    Ya, claro, la lealtad "correcta" hubiera sido la debida hacia el autogestionario Don Javier de Borbón Parma y sus amistades comunistas parisinas de la época.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  10. #10
    Avatar de ALACRAN
    ALACRAN está desconectado "inasequibles al desaliento"
    Fecha de ingreso
    11 nov, 06
    Mensajes
    5,163
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Cita Iniciado por Kontrapoder Ver mensaje
    ...Felipe González sabía muy bien que cuando se planteó la dicotomía entre el PSOE histórico de Llopis, en el exilio, y el PSOE renovado, Carrero fue definitivo al decirle a Heinemann que por favor rogara a Willy Brandt que aceptara como partido socialista (español en la Internacional) al renovado. Esto es tan cierto que, cuando yo se lo recordé a Felipe González el primer día que hablé con él, en un restaurante de la calle Santa Engracia, me dijo: 'No se preocupen ustedes, que no olvidaremos nunca a Carrero Blanco. Soy perfectamente consciente de ello, de nuestra boca no saldrá jamás una crítica contra el almirante'.

    Y lo han cumplido, curiosamente, entre tanta barbarie de 'memoria histórica'. Ha sido como si se respetara esa consigna. El contacto de Carrero con Gustav Heinemann se debía a que habían sido ministros de la Presidencia al mismo tiempo, y cuando Carrero le insinuó que había que favorecer a los de dentro, los del sector renovado en el caso del PSOE, Heinemann se lo comentó a Brandt. A mí esto me lo dijo el propio Carrero. Y Felipe González estaba al cabo de la calle, no sé si porque a él se lo diría Willy Brandt.

    La protección siguió después del asesinato de Carrero. El asunto de Isidoro -nombre 'de guerra' de González- es uno de los más divertidos. Casi un año después de la muerte de Carrero, pudo viajar a Suresnes porque, a la ida, nadie le pidió el pasaporte, que tenía requisado, y a la vuelta sólo fue retenido unas horas. Y cuando al regreso de Suresnes lo detienen en Sevilla, el gobernador civil, Hermenegildo Altozano, recibe la orden tajante de la Presidencia del Gobierno de ponerlo en libertad inmediatamente. El policía sevillano, que estaba encantado de haber detenido al secretario general del PSOE clandestino, asombrado, lo liberó, sin entender bien lo que estaba pasando. ¿Lo explicaría que su entonces novia, Carmen Romero, era hija de Vicente Romero, coronel médico del Ejército del Aire y concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, siendo alcalde el médico personal de Carrero, Juan Fernández Rodríguez García del Busto?....
    Aun dando por cierto lo ahí expuesto, no queda aclarado el sentido de esos supuestos hechos de Carrero favorables al moderno PSOE.
    Bien podría tratarse de una simple maniobra para debilitar al PSOE histórico de Llopis, visto por Carrero como más peligroso para el futuro de España.
    No sabemos qué expectativas de mayor o menor rigor hacia el Régimen del 18 de Julio albergaba entonces aquel nuevo PSOE; no hay que olvidar que sus dirigentes (González y Guerra) procedían de ambientes católicos obreros sevillanos. Tampoco sabemos qué versiones (interesadas, ciertas o falsas...) motivaron a Carrero su benevolencia hacia ese grupo de chavales sevillanos nacidos ya en la postguerra...

    En todo caso, Fdez-Monzón parece regodearse en dar una interpretación unilateral y sensacionalista y probablemente callando hechos que harían más ajustado y lógico el comportamiento del Almirante. Serían convenientes otros testimonios de aquel entorno gubernamental que completaran sus declaraciones.
    Última edición por ALACRAN; 03/01/2016 a las 12:26
    DOBLE AGUILA y raolbo dieron el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  11. #11
    DOBLE AGUILA está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    03 jun, 14
    Mensajes
    1,494
    Post Thanks / Like

    Re: "Ha caído un cruzado" (artículo de Federico Müggenburg)

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Yo al general Monzón no le doy mucha credibilidad. Me estoy acordando cuando defendía que el Golpe del 23-f lo habían dado una serie de iluminados "nostágicos" por su cuenta y riesgo, tomando como ejemplo nada menos que al comandante Edén Pastora en Nicaragua en 1978. Todo para dejar limpio a Juan Alfonso frente a unas acusaciones, que curioso, muy poco antes de su "abdicación". Quien quiera echarle un vistazo a las intoxicadoras intervenciones de éste general cercano a UCD con respecto al tema:
    https://www.youtube.com/watch?v=xuJkQmJHyms

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Artículo de "Identidad Andaluza" con claras tendencias políticas.
    Por Christabel en el foro Reynos del Andaluzía
    Respuestas: 28
    Último mensaje: 21/05/2010, 11:25
  2. Respuestas: 12
    Último mensaje: 03/03/2010, 17:05
  3. Respuestas: 2
    Último mensaje: 24/08/2009, 12:42
  4. El homófobo (Artículo de "El pueblo de Ceuta")
    Por Donoso en el foro Tertúlia
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 13/11/2006, 19:08
  5. Artículo sobre Benedicto XVI del NPD (no tan "nutzis")
    Por Kontrapoder en el foro Religión
    Respuestas: 5
    Último mensaje: 29/08/2005, 19:25

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •