Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 2 de 2

Tema: Artículos de Mariano del Mazo

  1. #1
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Artículos de Mariano del Mazo

    Fuente: Hoja Informativa. Comunión Católico-Monárquica-Legitimista, Madrid, Noviembre de 1986, página 4.

    Visto en: FUNDACIÓN LARRAMENDI.


    VIGENCIA DEL CARLISMO

    Por Mariano del Mazo


    Una vez más nos han preguntado recientemente “¿Qué hacéis los carlistas?”, para contestarse a renglón seguido: “Los carlistas no teneis nada que hacer”. Lo cual se ha dicho tantas veces desde 1833 que no nos causa el menor efecto.

    Desde 1833 ha habido en España mucha política. Mucha gente que tenía “mucho que hacer”. Ciertamente, pero lo hizo mal. Y en nuestros días nadie se acuerda de progresistas y moderados, de la Unión Nacional, de los diversos partidos liberales anteriores a la Dictadura, de la Unión Patriótica de Primo de Rivera, de la todopoderosa CEDA de Gil Robles, de FET y de las JONS, que llenaba plazas… ni siquiera de UCD, todopoderosa hasta hace pocos años…

    Hoy asistimos al triste espectáculo del resquebrajamiento de los partidos. Tanto en la derecha de Fraga como en la izquierda comunista. Y a pocos años del establecimiento del parlamentarismo, el Congreso es un foro donde un partido único –por su mayoría–, puede ejercer sin contemplaciones el poder. Con lo cual la rabieta de los descontentos es el pan de cada día.

    Los carlistas nunca hemos sido entusiastas del sistema parlamentario. Y hoy día, respetuosos con las leyes, tampoco acabamos de entusiasmarnos con el sistema de partidos. Un diputado elegido con un programa y un grupo, se separa y emprende otra guerra. Lo lógico sería dimitir y que los electores le relevaran. Pero no. Cambia descaradamente sin respetar a quienes lo eligieron.

    Pero el hecho de que no nos sintamos contentos con este sistema no significa que añoremos otros. Por eso nos preocupamos cuando vemos que nos involucran en grupos y actividades ajenas a nuestra política. Como ha ocurrido en ocasiones en las que nos mezclan con seguidores del franquismo. Todo nuestro respeto para quienes son fieles a un ideal. Pero nosotros tenemos uno muy concreto desde hace tiempo. Y no podemos confundirnos con otros que nos son ajenos.

    Franco nunca tuvo simpatías por el carlismo. Antes de la guerra, en una tertulia de amantes de la Historia que tenía lugar en casa de don Natalio Rivas, no dudaba en considerar a los carlistas como los eternos díscolos que, al contrario de lo que acontecía con otros movimientos del pasado, que, una vez fracasados pronunciamientos e intentonas, desaparecían, perduraban. El carlismo volvía una y otra vez. Y no cedía nunca.

    La ruptura no podía por menos de producirse. Y así, el Decreto de Unificación de 19 de abril de 1937, por el que se pretendía integrarnos en aquel pintoresco partido único de FET y de las JONS, consumó el enfrentamiento, al rechazar nuestro jefe, Fal Conde, dicha unión.

    Nuestros periódicos fueron incautados; nuestros círculos, unificados; nuestros jefes desterrados o encarcelados. Y así continuó una larga persecución aliviada esporádica y arbitrariamente, hasta el final.

    Los carlistas no podíamos ser franquistas. Pues Franco nos había perseguido como nadie. En nuestra larga historia jamás fuimos privados de nuestra prensa, de nuestros círculos, ni –por supuesto– unificados en un partido totalitario.

    Mas, con ser esto tan grave, el drama del franquismo tenía aún mayores dimensiones. El espíritu del Alzamiento se transformó en un inconcreto y extraño “Movimiento”. La Cruzada, sentido religioso que impregnaba nuestro ideal, se convirtió en una palabra, utilizada ya circunstancialmente como recurso retórico. Y, en definitiva, todo lo que significó el 18 de julio fue transformándose en oportunismos políticos hasta llegar el momento de la muerte de Franco, quien, al unificar su persona con el régimen, se llevó éste con su fallecimiento.

    Por ello fue tan fácil el desmoronamiento final. Incruento, dicen. Por supuesto. Cayó todo el sistema franquista como una torre de naipes, sin estruendo ni protesta. Nadie salió a defender lo que hasta el día antes había defendido, sostenido y beneficiado.

    Si el carlismo tiene mucho o poco que hacer es cosa que no sabemos. Lo que sí sabemos es lo que no tenemos que hacer. No debemos ser utilizados, como en otras ocasiones, de carne de cañón ni de comparsa folklórica. Fieles a nuestros ideales, a derecha e izquierda contemplamos a quienes nos observan, nos ridiculizan o nos solicitan. Pero nuestro camino no nos lo traza nadie.

  2. #2
    Martin Ant está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    07 nov, 12
    Mensajes
    2,714
    Post Thanks / Like

    Re: Artículos de Mariano del Mazo

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Fuente: Hoja Informativa. Comunión Católico-Monárquica-Legitimista, Madrid, Marzo-Abril de 1987, página 3.

    Visto en: FUNDACIÓN LARRAMENDI.




    NUESTRO CAMINO


    Por Mariano del Mazo


    El reciente Congreso de Alianza Popular ha sido muy elucidativo, como dicen los portugueses. Una cosa ha quedado clara: “Acabó el Antiguo Testamento y se inició el Nuevo Testamento”. Pero no se trataba simplemente de una ruptura con el pasado, sino de comenzar una andadura sin los hombres que habían hecho fracasar el proyecto político de Alianza Popular.

    No sabemos que porvenir les espera a los nuevos corredores de A.P. Pero estamos todos seguros de que con los hombres que arrastraban el carro populista el viaje era hacia ninguna parte. Algunos de ellos ya habían hecho quebrar el proyecto político de UCD. Por ello la obstinación sólo podía conducir al desgaste, al desencanto… mal incurable de la política.

    Por todo lo cual la más elemental reflexión nos induce a los carlistas a no recorrer caminos sin futuro. Estamos donde estábamos. Donde hemos estado siempre. Ni nos avergonzamos de nuestro pasado ni nos desalienta nuestra situación presente. Lo nuestro no es una carrera hacia la alcaldía de Madrid ni cualquier triunfo efímero del momento. Somos demasiado viejos y demasiado duros para poner nuestra pasión en un azaroso juego de circunstancias.

    Ni nos avergonzamos del 18 de Julio ni creemos que sea una página para olvidar. No quisimos esa guerra. Ni las anteriores. Ni la revolución de Octubre ni la sublevación de Jaca. Todas las guerras son malas y no las deseamos. Si la supervivencia nos obliga a una operación no es por amor a rajar nuestro cuerpo. Y no jugamos a la hipocresía de llamar buenas a las revoluciones nuestras y condenar las ajenas.

    Pero si es claro que el 18 de julio se inició una guerra dolorosa, en la cual los sacrificios de unos y otros fueron tremendos, es evidente que el resultado de aquello no fue glorioso. Nosotros no comulgamos con la solución política que se dio a la victoria de abril de 1939. Nosotros hemos visto cómo se administró el proyecto de julio del 36. Primero, fundando un pintoresco partido totalitario que hoy nadie reivindica. (Porque es curioso que hoy tenemos Falange Española, Falange Independiente, Falange Auténtica, Círculo Manuel Hedilla, etc. … Pero nadie ha reivindicado FET y de las JONS). Después, llevando a cabo una política zigzagueante, en la que tan pronto éramos germanófilos como americanófilos; una política en la que tan pronto predominaban los nuevos falangistas como los nuevos tecnócratas, pasando por los viejos democristianos. Y, al final, todo el edificio elaborado en casi cuarenta años se derrumbó como un castillo de naipes, sin que surgieran briosos defensores a ultranza.

    Para ellos el 18 de Julio pasó a mejor vida. Por eso sería ingenuo pretender que iniciáramos un camino junto a quienes tergiversaron y perdieron el proyecto político del Alzamiento.

    El Carlismo ya tiene demasiada experiencia. Hicimos el ridículo durante la República con la curiosa TYRE, en la que Alfonsino y carlistas aparecíamos juntos, como si no hubiera pasado nada; hicieron el ridículo quienes fueron en grupito a Estoril a reconocer a Don Juan y nos llamaban intransigentes porque nos reíamos del gesto de que el conde de Barcelona se hubiera puesto la boina roja y vitoreado a Carlos VII. (Por curiosidad, ¿dónde habrá puesto don Juan aquella boina?)… En fin… Juntos, pero no revueltos, como replicamos a quienes quisieron atarnos al carro de FET.

    El Carlismo tiene sus claras señas de identidad. Con muchos o pocos seguidores. Pero nunca en reata con quienes nos fallaron en una dolorosa aventura y son muy dueños de seguir su camino. Que, por supuesto, no es el nuestro.

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Mariano Álvarez de Castro, héroe del Sitio de Gerona
    Por Hyeronimus en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 22/01/2014, 13:48
  2. Respuestas: 0
    Último mensaje: 11/01/2014, 13:10
  3. El corpus de villa de mazo. 404 años de existencia.
    Por tanausú en el foro Reino de las Canarias
    Respuestas: 23
    Último mensaje: 07/06/2010, 18:05
  4. Carta amiga a Mariano Rajoy
    Por Arnau Jara en el foro Temas de Portada
    Respuestas: 8
    Último mensaje: 23/04/2007, 14:10
  5. Carta amiga a Mariano Rajoy
    Por Arnau Jara en el foro Política y Sociedad
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 12/03/2007, 04:52

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •