La cuestión no es ésa. Ciertamente se puede encontrar en la Constitución de Franco, al igual que en algunas de las Constituciones revolucionarias del siglo XIX, bellas declaraciones de catolicidad y de profesión pública católica. La Constitución de Cádiz incluso comienza con una invocación a la Santísima Trinidad. Yo eso no lo niego.¿Y en esas Leyes Fundamentales cree usted que había que modificar algo?
Pero, repito, ésa no es la cuestión. La cuestión es si el propio articulado del ordenamiento constitucional franquista permitía modificarla o derogarla en su totalidad. De ser así, esa Constitución no se diferenciaría substancialmente en nada de esas otras Constituciones revolucionarias del siglo XIX, pues todas ellas se fundamentarían en un mismo principio, el principio de la Revolución por antonomasia: el principio de la soberanía nacional. Eso no lo puede aceptar ningún legitimista en conciencia.
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