Que oprobio tan inmenso, fue contemplar a un supuesto "príncipe heredero carlista" encerrándose en favor de los asesinos etarras, y a todos esos botarates partidarios suyos clamando por la amnistía de los mismos. Verdaderamente, fue de una bellaquería y una malignidad demoniaca.
Desde luego fue el peor candidato al Trono de España que ha existido, para mí peor que José Bonaparte o el Duque de Montpensier.
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