Re: Xenofobia vs. xenofilia

Iniciado por
carlosizaba
Sin duda tienes razón en la valoración de otras variables al estimar los fenómenos que planteamos. La verdad mi comentario pretendía ser más sencillo. Pero, aún tengo una pregunta, ¿te opones a la posición de integrar culturalmente una persona de distinta raza precisamente por la diferencia racial? ¿está esa persona determinada por su raza a no integrarse en una sociedad distinta a aquella en la que nació? ¿De no haber estado los españoles que viajaron a América rodeado de esas circunstancias que mencionas habrían sido racistas como lo fueron los ingleses que llegaron a Estados Unidos? ¿Cuál es la diferencia entre el concepto de latino que empleo yo del que ustedes en España utilizan? Me ha dado mucha curiosidad tu postura. Es muy interesante.
No, no me opongo para nada a esa integración, aunque con un "pero" para no absolutizar. A título de ejemplo, pienso en ciertas situaciones complicadas cuando no rechazables. La ETA siempre fue nacionalista y separatista, y desde muy pronto aceptó en sus filas a miembros que no eran vascos étnicamente hablando, sino hijos de inmigrantes de otras regiones de España. Para esos hijos de inmigrantes, muchos ya nacidos en el País Vasco, hacerse nacionalista de izquierdas era una especie de oportunidad de lograr un reconocimiento de "vasquidad" que otra buena parte de la sociedad no les otorgaba, particularmente la más conservadora y tradicional, agrupada en buena parte en el entorno del PNV, partido al que para afiliarse habían de tenerse apellidos vascos y no sé si no continúa igual. Entonces, adoptar posturas "abertzales" ("patrióticas de izquierdas según se ven ellos a si mismos así) formaría parte de un proceso de aculturación admisible, pero lo que no lo es que algunos de dichos elementos acabasen formando parte de comandos y matando a gente ya en el propio País Vasco, o en el resto de España. En tal sentido, yo como vasco rechazo totalmente que esos elementos lo sean en modo alguno y rechazo el argumento de que han nacido allí. Si nazco en China y soy hijo de españoles, seguiré siendo español, no chino. En resumen, la persona ha de integrarse de manera veraz, y quien lo hace no puede desear el mal para su tierra de acogida, ni puede rechazar la cultura de la mayoría, aunque haya aspectos que le choquen o que no le agraden, y aceptar, si o si, que siempre habrá individuos de dicha sociedad que rechacen al integrado. En mi caso, llevo viviendo 28 años en mi actual residencia en un pueblo, me conoce todo el mundo por mi nombre, me tutean y me saludan por la calle, bueno, pues ¿quieres creerme que no he sido invitado a un bautizo, comunión, boda o entierro alguno todavía? Y no es que me tomen por alguien indigno o de condición inferior, para nada, es que no soy de este sitio y no tengo raíces salvo la propiedad de mi casa.
En cuanto a tu otra pregunta, no creo que esos españoles en otras circunstancias hubiesen sido racistas, no en el sentido que le damos al término, entre otras razones porque en aquellos siglos no existía ni el concepto. Pero esta es una apreciación muy personal, ahora bien se legislaron muchas leyes protegiendo a los indígenas, también habría que preguntarse por qué.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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